Adrienne Ségur a los 35 años.
Fotografía de Erwin Blumenfeld (1936).
Adrienne Ségur fue una ilustradora franco-griega, especializada en libros infantiles y cuentos de hadas. Aunque a principios de su carrera creó personajes propios, como el osito Misha, o el conejito Cotonnet, la mayor y más importante parte de su obra estaría centrada en la ilustración de cuentos de autor, como Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll (1949), El Cascanueces de E.T.A Hoffman (1953), o Las zapatillas rojas de Hans Christian Andersen (1966), entre otros.
Adrienne Ségur nació en Atenas en noviembre de 1901. Era hija del escritor Nikolaos Episkopopolous, que entre 1880 y 1930 publicó, en griego, numerosos cuentos de fantasía, terror y erotismo. Instalado en París con su familia, y nacionalizado francés en 1906, el padre de la autora cambió su nombre a Nicolas Ségur y continuó publicando, en francés, amparado en la amistad del poeta Anatole France. Adrienne estuvo familiarizada, desde su infancia, con los más selectos círculos literarios y las mayores casas editoriales.
Comenzó a ilustrar cuentos infantiles con dibujos en blanco y negro muy joven, con el nombre artístico de Adrienne Novel. Pronto pasó a la acuarela, pero, con la ocupación alemana en la Primera Guerra Mundial, tuvo que dejar de lado una carrera apenas empezada. Tras el armisticio, continuó ilustrando cuentos de hadas, y ya firmaba como Adrienne Ségur a finales de los años 20, como vemos en el cuento de André Maurois Le Pays des trente-six mille volontés (1929).
Le pays des trente-six mille volontés, de André Maurois.(1929).
En los años siguientes creó un personaje propio, el conejito Cotonnet, que protagonizó los libros Les aventures de Cotonnet (1930), Cotonnet aviateur (1932) y Cotonnet en Amérique (1934). Las ilustraciones, tanto en blanco y negro como en color, eran de trazo simple y coloreado también sencillo, adecuadas para los lectores más pequeños.
Cotonnet aviateur (1932).
En 1932 se casó con el poeta y filósofo egipcio Mounir Hafez. En 1933 escribió e ilustró otro cuento con un personaje original: Micha, le petit ours brun, publicado por Haumont, que fue llevado a Estados Unidos por Artists and Writers Guild en 1935. En el año 1934, además de escribir e ilustrar el tercer y último libro de Cotonnet, ilustró los Cuentos de Perrault. Entre 1936 y 1939 colaboró diariamente con la revista Le Figaro, de cuya sección infantil llegó a ser la directora.
Durante la ocupación, hay indicios de que la artista y su marido llegaron a ser vigilados o incluso arrestados como presuntos espías, pero, si fue así, no se ha podido documentar. Su único trabajo conocido durante la guerra fue una colaboración con Maggie Salcedo para la edición del libro de Winifred Pares The secret of the dusty house, que en francés se tituló La maison grise d'en face y se publicó en 1940, con ilustraciones a color de Salcedo, y en blanco y negro de Ségur.
Tras la guerra, ilustró una compilación de diez cuentos de Nanine Gruner, Anne Dujardin y Jean Sinaire titulada L'ours Pafu raconte... (1946) y Un tout petit cochon s'en allait à l'école (1947), seguidos de una presentación de la que sería su primera obra mayor, Alicia en el País de las Maravillas (1949), publicada por Flammarion.
Ilustración para el cuento "Ernestine"
de L'ours Pafu raconte (1946).
Tras ilustrar otras obras de éxito para varias editoriales a principios de los años 50, Flammarion decidió asegurarse a la autora, y en 1956 firmó con ella un contrato por el que trabajaría para la editorial prácticamente en exclusiva, recibiendo a cambio una remuneración generosa, una tirada mayor de la habitual en libros ilustrados similares, y la mitad de las ganancias de las ediciones internacionales. Flammarion, además, alquiló para ella una casa en medio de la naturaleza en Saint-Gervais-la-Forêt, donde vivió rodeada de animales domésticos y silvestres, y en contacto directo con árboles y flores. A partir de entonces, sus principales obras fueron publicadas por Flammarion: Ib y Cristina, y otros cuentos de Hans Christian Andersen (1958), y compilaciones de varios autores como La rose de Noël (1962), Le livre des bêtes enchantées (1965), Le chat Jéremie et autres contes (1967) o L'oiseau d'or (1970), entre otros.
Le livre des Bêtes enchantées (1965), uno de los más logrados trabajos de la autora.
Su último trabajo publicado fue La légende de Venise de Simone Kervyn (1973); el avanzado estado de su artritis le impidió seguir dibujando. En sus últimos años se retiró a París, donde falleció en agosto de 1981.
La Alicia de Adrienne Ségur es una niña de aspecto feérico, de piel blanca como la nieve, ojos con largas pestañas siempre entrecerrados, y unos labios llenos que suelen ser el único foco rojo o rosado de las ilustraciones a color. Sus cabellos castaños y su vestido amarillo llaman poco la atención, pero su rostro es un elemento central en todos los dibujos en los que aparece.
Los animales, por quienes la autora sentía tanto amor como fascinación, pueblan todas las ilustraciones del País de las Maravillas. No solo el Conejo Blanco, la Oruga, el Gato de Cheshire o el Grifo: insectos en el campo, pájaros en el jardín, crustáceos en la playa, y todo tipo de criaturas silvestres se acercan a Alicia en su recorrido.
Como se puede observar, las ilustraciones en color parten todas de una paleta de verdes, amarillos y marrones que evocan los colores naturales del bosque y del campo, donde el azul y el rojo destacan por su rareza. Las escenas "de interior", en la sala de juicios de la Reina de Corazones, consisten en dibujos en blanco y negro, o están coloreadas principalmente con grises y sombras.
A pesar del éxito, tanto nacional como internacional, de los libros ilustrados por Adrienne Ségur en las décadas de los 50 y 60, el grupo Flammarion no se ha ocupado especialmente de reeditar sus obras. Las ediciones más recientes, de los años 90, son de aquellos libros cuyos derechos fueron adquiridos por editoriales norteamericanas como Little Golden Books, que ha seguido publicando sus cuentos de hadas en pequeño formato. Debido a la difusión de la que gozaron en su momento, se pueden encontrar todavía los libros originales de segunda mano, pero el estado de conservación y los precios varían enormemente.
La Alicia en el País de las Maravillas de Adrienne Ségur no se ha publicado nunca en España, pero sí en Méjico, gracias a la editorial Renacimiento. La primera tirada, de 4000 ejemplares, fue en 1959; la segunda, en 1978. Ambas son en la actualidad casi imposibles de conseguir: los pocos ejemplares que he encontrado a la venta están obscenamente deteriorados, casi deshechos. Aunque me pesa admitirlo, no tengo muchas esperanzas en conseguir una edición decente de este libro, si el grupo Flammarion no decide reeditar, como se merecen, las obras de esta ilustradora tan injustamente olvidada.
Fuentes:
Adrienne Ségur en Art Passions.
Adrienne Ségur en el blog Soloillustratori, 8 de marzo de 2014.
"Adrienne S. ou le livre enchanté", en el blog Floridum Mare, 12 de enero de 2016.
BOTOUROPOLOU, Ifigénie. "Renan, personnage du roman de Nicolas Ségur: Monsieur Renan devant l’amour", en Études Renaniennes, n°117, diciembre de 2016, págs. 73-82.
"Gatos y cuentos de hadas de Adrienne Ségur", en el blog Gatos y respeto, 18 de junio de 2020.
"Hommage à Adrienne Ségur", en La Nouvelle République, 21 de mayo de 2012.