25 de octubre de 2021

Alicia de Donahue y Driver (1982)

 




Alicia en el País de las Maravillas es una versión teatral de los dos libros de Alicia de Lewis Carroll, montada y dirigida en 1970 y 1982 por John Clark Donahue, de la Children's Theatre Company and School of Minneapolis (abreviadamente CTC). La producción de 1982 fue grabada profesionalmente, con efectos añadidos en posproducción, y publicada en formato doméstico. Dura unos 82 minutos.


Edificio de la CTC.

John Clark Donahue, en colaboración con el Instituto de Arte de Mineápolis, fundó la CTC en 1965. Enfocada al teatro infantil  y familiar, y con un gran número de intérpretes adolescentes que se formaban en la escuela y actuaban junto a los adultos, la CTC  fue durante veinte años fue una de las principales instituciones artísticas del estado de Mineápolis. Adaptaciones de obras literarias infantiles como  Pippi Calzaslargas, Los 500 sombreros de Bartolomé Cubbins, Cenicienta, Cómo el Grinch robó la Navidad, Un año con Rana y Sapo o La vendedora de cerillas permanecían meses en cartel y se repetían temporada tras temporada. 


Montaje de Cenicienta de 1976.


Sin embargo, un escándalo sexual fue a sacudir la, en apariencia, intachable reputación de la escuela: en 1984, John Clark Donahue, hallado culpable de abusos a tres alumnos menores, fue obligado a dejar la dirección y condenado a un año de cárcel. Tras esta primera sentencia, las denuncias de estudiantes hacia otros profesores y miembros del equipo comenzaron a sucederse, y en 2019 - año en que falleció Donahue - había procesos contra unos veinte adultos de la escuela, por parte de un centenar de estudiantes que eran menores de edad entre los 70 y los 80. En la actualidad, la CTC sigue abierta y en activo, evidentemente, sin ninguno de los procesados en la plantilla. 




Aunque John Clark Donahue dirigió los dos montajes que hizo la escuela de Alicia en el País de las Maravillas, en el primero, el texto fue adaptado por Fred Gaines, y en el segundo, por Sharon Holland; el vestuario y la estética en general también fueron diferentes. Esta producción fue codirigida entre Donahue y John Driver. La banda sonora y la canción con que comienza la obra, "The World is a Wonderland", fueron compuestas por Hiram Titus, compositor habitual de los montajes de la CTC.


La actriz que interpretó a Alicia en la versión que nos ocupa fue Annie Enneking, de catorce años en el momento de la filmación, que en el mismo año de 1982, y dirigida también por Donahue, ya había interpretado a Pippi Calzaslargas en la obra homónima. Tendría un pequeño papel en una producción para televisión de Frankenstein (Burt Brinckerhoff, 1986); permaneció en el CTC como coreógrafa de escenas de lucha; y después pasaría al mundo de la canción, como compositora y solista en su grupo de rock Annie and the Bang Bang. Su último papel como actriz ha sido en una extraña producción independiente, llamada Aranya: Super-Queen (Berto Borroto, 2020), como mentora de Aranya, el primer superhéroe travesti. 

 

Los demás actores y actrices que aparecen en esta producción tuvieron también pequeños papeles en televisión y cine, aunque principalmente siguieron vinculados al CTC y al teatro en general. La Oruga fue interpretada por Jason McLean, otro de los acusados de abusos, que huyó a Méjico para evitar una sanción multimillonaria, pero regresó unos años después y abrió un restaurante en California. La actriz más destacada de esta versión fue probablemente Julee Cruise, que tuvo el papel de Reina de Corazones, pero más tarde desarrollaría una carrera musical y colaboraría, como compositora e intérprete, en las bandas sonoras de Twin Peaks: Fuego camina conmigo (David Lynch, 1992), Terciopelo azul (David Lynch, 1986) o Scream (Wes Craven, 1996), entre otras.





La de Donahue es una adaptación bastante convencional de Alicia en el País de las Maravillas, con interpolaciones de A través del espejo. Comienza con Alicia y su hermana (interpretada por Solveig Olsen, y llamada aquí "Edith", que era el nombre de una de las hermanas de Alice Liddell, pero menor que ella) sentadas a la orilla del río. Edith está dándole a Alicia, en voz demasiado alta, una lección de historia (algo copiado de la Alicia de Walt Disney). Alicia, que se aburre, se mira en un espejo de mano, y reflejado en él ve pasar al Conejo Blanco (Wendy Lehr). Se levanta de un salto... y comienza a gritar. Va a ser lo más característico de esta versión: la actriz de Alicia grita todas sus líneas. Al principio sorprende, y luego, a lo largo de toda la obra, se vuelve muy molesto. Unido al hecho de que lleva el pelo completamente encrespado, la impresión general es que esta Alicia ha metido los dedos en un enchufe y ahora no puede bajar el volumen. 



Aparte de esta particularidad, que es muy difícil pasar por alto, la producción es bastante común. Alicia sigue al Conejo, cae por su madriguera, llega al Vestíbulo, va probando las puertas, bebe la poción y come el pastelito... 



Debido a las limitaciones de una grabación en escenarios de teatro, se suprime el pasaje del Charco de Lágrimas, de modo que, siendo Alicia pequeña, el Conejo abre la puerta que da al jardín y pasa corriendo a través de ella. Alicia va detrás, y, cruzándose en su camino con el Carpintero, que saldrá más adelante, no tarda en llegar a un claro del bosque donde está la Oruga (Jason McLean). 




Alicia acaba de coger los dos pedazos de la seta cuando llegan el Lacayo-Pez (Jerome Wallin) y el Lacayo-Rana (Stephen Polk).



Cuando, al hacerse una reverencia, los rizos de sus pelucas se enredan, Alicia decide coger el sobre con la invitación de la Reina, y llevárselo ella misma a la Duquesa, con la esperanza de encontrarse con el Conejo Blanco. 




Tras presenciar la violenta convivencia de la Duquesa (Gary Briggle) y la Cocinera (Elizabeth Fink), Alicia se hace cargo del bebé, que no tarda en convertirse en un cerdito y marcharse correteando por el bosque. La niña vuelve a encontrarse entonces con el Gato de Cheshire (una marioneta, con la voz de Leslye Orr), quien le indica los caminos de las casas de la Liebre de Marzo y el Sombrerero. Alicia decide visitar la primera vivienda, y se sienta a merendar con el Sombrerero (Carl Beck), la Liebre (Tom Dunn) y el Lirón (Marin Ostenberg), en una escena que respeta bastante el texto de Carroll. 



Después de marcharse, comienza una parte que recoge varios capítulos y personajes de A través del espejo. Primero se encuentra con Tweedledee (Matthew Brassill) y Tweedledum (Gary Costello), que recitan en un teatrillo el poema de "La Morsa y el Carpintero" (interpretados a su vez, respectivamente, por Tucker McGrady, o McCrady, y John Dietzmann), y después se pelean por su carraca rota. 







A continuación, ve a Humpty Dumpty (George Muschamp) sentado en su muro. Cuando este se cae, llega el Caballero Blanco (Stephen Boe), que acompaña a Alicia en su camino a través del bosque con la intención de protegerla, aunque más bien es la niña quien debe auxiliarlo en sus frecuentes caídas del caballo. 



Tras la despedida del Caballero, la historia vuelve al País de las Maravillas: Alicia sigue buscando al Conejo Blanco, y de pronto se encuentra a los Jardineros-Carta (Matthew Dudley, Dean Hawthorne y James Rutland) que están pintando de rojo las rosas blancas. Llega la comitiva real, formada por el Rey (Oliver Ostenberg), la Reina (Julee Cruise) y la Sota (Michael DeLeon). La Reina ordena unas cuantas decapitaciones, e invita a Alicia a su partida de croquet. 



El juego se desarrolla con las incidencias que cabe esperar; Alicia se entretiene charlando con el Gato de Cheshire, e intenta defenderlo cuando la Reina lo manda decapitar, pero la desaparición de su cuerpo y su cuello dificulta la tarea del verdugo. El Conejo Blanco llega, horrorizado, porque además del cuerpo del Gato también han desaparecido las tartas de la Reina. La Reina manda enseguida celebrar un juicio, al que Alicia marcha escoltada por los Soldados-Carta. 



La Sala de Juicios está bastante concurrida, ya que se presentan todos los personajes con los que Alicia se ha ido encontrando: la Oruga, los Lacayos Pez y Rana, la Duquesa, el Caballero, Tweedledee y Tweedledum, la Morsa y el Carpintero... incluso Humpty Dumpty, que aparece con la cabeza vendada y una pierna escayolada. El Rey hace algunos chistes terribles acerca del trabajo que han hecho sus hombres al recomponerlo, afirmando que tiene un aspecto "eggcelente" pero un poco "revuelto". Desde el principio del juicio se obvia el hecho patente de que la Sota se está comiendo las tartaletas robadas delante de toda la corte.



Llaman los Reyes a sus testigos: el Sombrerero, la Liebre y el Lirón (que llega dentro de su tetera) y comienza un infructuoso interrogatorio. Siguen la Duquesa y la Cocinera, que arman un gran escándalo, y a continuación el Conejo trae una carta que parece ser una prueba determinante: curiosamente, no es la confesión anónima que aparece en este capítulo del texto original, sino "El cuento del Ratón", el poema en forma de caligrama con el que el Ratón, en un momento anterior del libro, pretendía explicar su aversión a los gatos y los perros. El Conejo lo lee en voz alta, causando el aburrimiento y el sueño de todos los presentes. Cuando se despiertan, el Rey decide ir terminando y pide al jurado que dicte su veredicto; Alicia se opone porque todo el proceso ha sido un disparate. La Reina ordena cortarle la cabeza, pero Alicia se encara con ella y le dice que se calle, para volverse enseguida al resto de la corte y gritarles que no son más que una baraja de cartas. 



Repite esta frase varias veces mientras se despierta, y de pronto se ve en el regazo de su hermana. Se incorpora muy sobresaltada y se pone a contarle a gritos su extraño sueño. Edith la interrumpe y le recuerda que todavía tiene algunas tareas que hacer antes de cenar; entre ellas, sacarle brillo al espejo de mano, en el que había visto reflejado por primera vez al Conejo Blanco. Como es de esperar, Alicia vuelve a mirar el espejo, y de nuevo ve al Conejo, con el que pronto se reúnen todos los demás personajes, que se vuelven hacia ella y le hacen un breve gesto de despedida. El último es el Caballero Blanco, que le sopla un beso y se marcha lentamente. Alicia se acerca cuando ya todos se han perdido de vista, y recoge algo que ha quedado en el suelo: una carta con el as de corazones. 




Esta versión es decente, bonita incluso, con una destacable fidelidad al texto de Carroll, y unas interpretaciones, por lo general, bastante correctas (hay algunas muy mediocres, como la de John McLean, la Oruga, que parece estar leyendo su papel en un apuntador óptico). La banda sonora, orquestada, es muy agradable, y la combinación de actores disfrazados con marionetas (el Gato de Cheshire, o el caballo del Caballero Blanco) funciona bien. Los decorados están muy bien hechos, y en algunos momentos crean una hermosa atmósfera. Sin embargo, Annie Enneking es una de las peores Alicias que he visto nunca. Grita cada vez que abre la boca, y en algunos momentos es especialmente estridente; fuerza cada frase, exagera los gestos, sobreactúa. No es un problema exclusivo de esta actriz (la que hace de su hermana se comporta igual, así como otros personajes), pero al estar lógicamente presente en toda la obra, y tener la mayor carga de diálogo, se hace agotador escucharla vociferar continuamente. 



Es una lástima que la protagonista se haga tan cargante, porque el conjunto, con sus defectos, no es terrible de por sí. Tampoco ayuda el hecho de que solo se ha editado una vez en vídeo, y la grabación se ha ido deteriorando por el tiempo: puede verse en YouTube, pero la calidad no es nada buena. La imagen es borrosa, y en los últimos minutos se producen interferencias en el sonido que estropean la delicada banda sonora. A pesar de todos estos problemas, la versión de Donahue y Driver es un montaje bastante competente que podría tomarse como referencia para producciones actuales, siempre que se eligieran a mejores actores. 


Fuentes:


Alice in Wonderland en YouTube, en el canal PlaysForAllAges: primera, segunda, tercera y cuarta parte. 


"Alice in Wonderland - 1970 and 1982", en Children's Theatre Company (CTC) and School of Minneapolis Alumni Archive, 28 de febrero de 2011.


COMBS, Marianne. "Innocence Lost: A culture of Abuse", en MPR News, 7 de octubre de 2019.


3 de octubre de 2021

Alicia de Efrem Pruzhanskiy (1981)

 



Alisa v strane chudes (Алиса в Стране чудес, Alisa en el País de los Milagros) es una miniserie de dibujos animados basada en el libro de Carroll. Consta de tres episodios de unos diez minutos que emitieron por la televisión ucraniana en 1981.


El director de esta adaptación, así como de su continuación Alicia a través del espejo, fue Efrem Pruzhanskiy (1930- 1995). Nacido en Kiev, en la Ucrania entonces perteneciente a la Unión Soviética, Pruzhanskiy cursó estudios de Ingeniería y Obra Civil, y en 1955 se graduó como arquitecto. En 1964, su antiguo compañero de carrera David Cherkassky lo introdujo en el estudio de animación Kyivnauchfilm, el "Estudio de Kiev de Películas Científicas Populares". Dicho estudio se había fundado en los 40 para producir pequeños documentales y cortos de divulgación científica y cultural, con temas tan diversos como el lenguaje de los animales, la explicación de los poderes de yoguis y faquires, la física del deporte o la dinámica de fluidos, pero a partir de 1961 había comenzado también a crear dibujos animados infantiles. En 1968, Pruzhaskiy se convertiría en director del estudio, cargo que desempeñaría hasta su muerte.



Así pues, en los siguientes treinta años, Pruzhanskiy fue un creador destacado y prolífico en los estudios Kyivnauchfilm: participó como animador en más de treinta cortometrajes, escribió el guion de cuatro, y dirigió personalmente otros veinticinco. Muchas de estas animaciones eran adaptaciones de cuentos de autor, como "El hombre que podía hacer milagros" de H.G. Wells (1969), "El misterio del país de las fresas silvestres" de Radiy Polonskiy (1973), "Los libros de Grishka", sobre el poema "Libro de libros" de Samuel Marshak (1979), o "Sampo de Laponia" de Zacharias Topelius (1985). Otras eran animaciones infantiles más comunes con personajes animales, o pequeñas series protagonizadas por un grupo de cosacos, o tres hermanos de pocas luces que causan problemas en el vecindario. 





Su adaptación de Alicia en el País de las Maravillas fue un encargo del Comité Estatal de Radiotelevisión de la Unión Soviética. El guion se basó en la primera traducción oficial al ruso que se había hecho del libro, en 1967, a cargo de la filóloga Nina Demurova (para la prosa) y los poetas Samuel Marshak y Dina Orlovskaya (para los poemas y canciones). El texto fue adaptado por Yevgeni Zagdansky; Demurova colaboró como consultora, y probablemente fue ella quien sugirió comenzar el primer episodio con un retrato y una breve semblanza biográfica de Lewis Carroll. La música estuvo a cargo de Eugene Ptichkin, y también incluye fragmentos de piezas de Ottorino Respighi y Luigi Boccherini (el famoso minué de este último se oye repetidamente en el fondo). Asimismo, y aunque no se hizo constar en los créditos, se utilizó música del compositor polaco Andrzej Kozinski, extraída de la banda sonora de la película de Andrzej Wajda El hombre de mármol (1977) e interpretada por el grupo ARP Life.



En esta versión, que selecciona solo algunas escenas  del libro pero reproduce los textos al pie de la letra, hay un narrador (Rostislav Plyatt) que va contando los encuentros de Alisa (Marina Neyolova) con los diversos habitantes del País de las Maravillas. Salvo por la ausencia de la hermana mayor, el comienzo es canónico. Alisa está leyendo un libro bajo un árbol cuando se adormece... 



...ve pasar al Conejo Blanco (Vyacheslav Nevinny)... 



...lo sigue a su madriguera...



...cae durante mucho rato por un profundo túnel vertical...



...y aterriza sin hacerse daño, pero aún tiene que perseguir mucho rato al Conejo por largos pasillos llenos de columnas hasta llegar al Vestíbulo de Muchas Puertas.



Alisa examina las puertas hasta que encuentra la llave que abre la más pequeña. Toma la poción "bébeme" y el pastelito "cómeme" y se reduce de tamaño al abanicarse con el abanico del Conejo. Pero, a diferencia del libro y de la mayoría de versiones, no llora cuando su tamaño es enorme, del modo que al reducirse no hay ningún charco de lágrimas, y simplemente sale andando del vestíbulo y se introduce en un bosque. 



Por las experiencias anteriores, Alisa ya se imagina que para cambiar de tamaño debería comer o beber, y va buscando por el bosque algo que pueda servir a tal propósito. Su repentino encuentro con la Oruga marca el fin del primer capítulo.




El segundo episodio ya prescinde de la presentación de Lewis Carroll, y comienza con Alisa junto a la seta de la Oruga, mientras el narrador comenta que la niña estaba ya tan acostumbrada a las cosas raras que no se sorprendió lo más mínimo de ver a una oruga fumando en narguile. La niña le explica su crisis de identidad asociada a los cambios de tamaño, y la Oruga (una hembra en esta versión, interpretada por Lyudmila Ignatenko) le aconseja que coma los lados de la seta para crecer o reducirse. Tras experimentar un poco con ellos, Alisa se guarda un trozo de cada lado en los bolsillos del delantal, y sigue su camino por el bosque, manteniéndose pequeña. Se encuentra lo que parece ser un retrato de un gato enmarcado sobre la rama de un árbol, pero resulta ser un gato de verdad.




Dirigiéndose a él como "gatito de Cheshire" (lo que parece un error de la adaptación, ya que es la primera vez que lo ve y nadie antes les ha dicho su nombre), le pregunta el camino para salir del bosque. Su diálogo se reproduce casi en su totalidad, y el Gato (Aleksandr Shirvindt) le indica las direcciones del Sombrerero y la Liebre de Marzo antes de desaparecer, poco a poco, como Alicia le pide.




Alisa no tarda en llegar a la casa de la Liebre, que está en medio de un campo de zanahorias gigantes, y se sienta a la mesa de la merienda con ella (Georgy Kiszk), el Sombrerero (Aleksandr Burmistrov) y el Lirón (Zinaida Naryshkina).




Se mantiene una buena parte del diálogo original de este capítulo, con alguna línea añadida de modo inteligente (cuando Alisa comenta que la mesa está puesta con muchos cubiertos para solo tres personas, el Sombrerero replica: "¿Sería mejor que hubiera muchas personas para solo tres cubiertos?"). Los numerosos relojes que rodean la mesa resuenan de golpe, haciendo que la Liebre, el Sombrerero y el Lirón se estremezcan, cuando Alisa menciona que marca el tiempo en clase de música. El Sombrerero explica que el Tiempo no soporta que lo marquen, y que se detuvo para siempre a las seis porque él y la Liebre lo hicieron enfadar. 



Alisa se marcha tras esta explicación, y sigue explorando el bosque en busca del jardín que había visto a través de la puertecita. Encuentra una puerta que pone "Ábreme" en el tronco de un árbol; al atravesarla se dirige de nuevo al Vestíbulo, y ya puede abrir la puertecita, reducirse con un trozo de seta, y cruzar el umbral al jardín, en el que enseguida se encuentra con los Jardineros- Carta, que, a diferencia del original y de todas las versiones, están pintando de blanco las rosas rojas. 



Alisa se queda fascinada mirando la magnífica procesión real que precede la llegada de la Reina.







Con muy poca presentación, la Reina ordena decapitar a los Jardineros (a los que Alisa esconde con presteza detrás del rosal) e invita a la niña a jugar al croquet. 



Como es habitual, los mazos son flamencos, las pelotas erizos, y los postes Soldados- Carta arqueados. Otros jugadores son el Grifo y la Tortuga Falsa, que aparecen un momento pero no tienen diálogo. Alisa tiene problemas para controlar a su flamenco y acertarle al erizo, y se asusta de la cantidad de decapitaciones que ordena la  Reina a lo largo de la partida. 



Cuando el Gato de Cheshire se materializa junto a ella, se lo presenta a la Reina de Corazones. El Gato declina el ofrecimiento de la Reina de permitirle besar su mano, y la Reina ordena su inmediata decapitación, pero el Verdugo (quien por cierto hace su hacha con un globo, y luego la afila como si nada) no encuentra la manera de cortar una cabeza sin cuello.




Con la llegada de la abatida Sota de Corazones, que viene encadenada y custodiada por dos Soldados- Carta, la Reina aplaza la ejecución del Gato y manda a todo el mundo a la Corte de Justicia para celebrar el juicio, concluyendo así el capítulo segundo.



El tercer y último capítulo, que es también el más corto, comienza con Alisa siguiendo a los demás animales a la sala de juicios, subiendo por una larga escalinata. El Conejo Blanco anuncia entonces la llegada de la Duquesa, quien baja de su carruaje y se une a Alisa. 





La Duquesa es anciana pero nada fea, y le da a Alisa su charla sobre las moralejas sin que la niña la encuentre pesada. Suben juntas las escaleras, y se sientan en un palco desde el que tienen una buena vista de la sala de juicios, pero, en el momento en que la Reina de Corazones hace acto de presencia, la Duquesa se marcha sin decir palabra.



El juez es aquí uno de los animales de la partida de croquet, y el Conejo Blanco lee la acusación.




Son llamados los testigos: el Sombrerero (que llega dentro de un reloj de carrillón) y la Liebre (a la que traen arrastrando de lo mucho que tiembla). 




Durante sus declaraciones, Alisa se da cuenta de que está creciendo de modo incontrolado, y decide quedarse observando el juicio mientras su tamaño se lo permita, pero, cuando ella misma es llamada a declarar, es ya tan grande que tumba el estrado del jurado al levantarse. 



Alisa es interrogada por la Reina; asegura no saber nada sobre el caso. El Conejo trae una nueva prueba: la carta presuntamente escrita por la Sota de Corazones. La Sota (Evgeniy Papernyiy), que delante de todos se está comiendo las tartaletas que le acusan de haber robado, declara que la carta no es suya, ya que ni es su letra, ni la ha firmado. A lo que la Reina replica que eso demuestra su culpabilidad, ya que, de ser inocente, la habría firmado como cualquier hombre honrado. 




Alisa sugiere que la carta sea leída antes de condenar a la Sota, pero la lectura no hace más que reafirmar las acusaciones de la Reina, la cual insiste en dictar sentencia antes de emitir el veredicto. Alisa se opone a semejante despropósito y se enfrenta a la Reina, que ordena que le corten la cabeza. Alisa la desafía y le dice que "no son más que una baraja de cartas", tras lo cual todos los presentes en la sala se transforman en cartas y se le echan encima...



 ...y Alisa se despierta bajo el árbol, apartando las hojas secas que le caen sobre la cabeza.



Mientras se vuelve a casa dando saltitos, el narrador  lee las últimas líneas del libro (en el original, los pensamientos de la hermana de Alicia), sobre la imaginación y la fantasía que la niña conservaría hasta su vida adulta, y harían que todos los niños quisieran escuchar sus historias del País de las Maravillas.



Lo primero que llama la atención de esta Alicia es la especial paleta de colores. La niña tiene la piel tan blanca como su vestido, y los únicos puntos de color son sus cabellos y los detalles de su ropa (el cinturón, las medias). Su melena a franjas y sus grandes ojos de largas pestañas le confieren un aspecto único entre todas las Alicias hasta la fecha. 




Dentro del País de las Maravillas hay un claro predominio de azules, lilas y púrpura, con un hábil manejo de los tornasoles y las sombras; la palidez de todos los personajes humanos contrasta con un color destacado y propio de cada uno, como el naranja del Gato de Cheshire, el rojo de la Reina de Corazones, o el azul del Sombrerero.




Los animadores combinan con gran originalidad un movimiento muy fluido (especialmente notable en la caída de Alisa por la madriguera, o en los continuos cambios y teleportaciones del Gato de Cheshire) con unas secuencias que imitan la animación cuadro por cuadro (como se observa en las fantasías de Alisa o en el recitado de un poema). Hay momentos en el primer capítulo que recuerdan a las animaciones de "recortables" de Terry Gillian en Monty Phyton's Flying Circus.



Por otra parte, y a pesar de haberse realizado ya en los 80, la película no está exenta de cierto punto de animación psicodélica, en el desfile de la Reina de Corazones, que remite inmediatamente a Yellow Submarine y al surrealista ejército de los Malvadillos Azules. 




La originalidad de esta adaptación, que a su vez respeta el texto de Carroll casi palabra por palabra (con la salvedad de que el poema de "El pequeño cocodrilo" se sustituye por la versión rusa de "Esta es la casa que Jack construyó"), la hace en conjunto una versión única, extraordinaria, cuyo único defecto es la limitada selección de escenas debido a su brevedad. Hay muy pocas adaptaciones de Alicia que logren crear un País de las Maravillas que sea tan particular, y que al mismo tiempo encaje con el espíritu de la obra original de un modo tan perfecto. Un largometraje con estas mismas premisas, y que reprodujera al máximo la historia original, habría sido incomparable.



Esta película se puede ver hoy en día sin ninguna dificultad. Está publicada con subtítulos en varios canales de vídeo, y tiene al menos tres ediciones en DVD, también subtituladas, y a menudo con la segunda parte de A través del espejo, que se pueden conseguir sin problemas en internet. Si bien no tiene un ritmo emocionante, ni causa ninguna tensión (Alisa está todo el rato contenta y no experimenta miedo ni angustia en ningún momento), es una obra que recomiendo fehacientemente por su originalidad, fuerza creativa y atención al detalle.



 Fuentes:


Alisa n strane chudes, en el canal Curiouser and Curiouser, con subtítulos opcionales en ruso y en inglés. 


Alisa n strane chudes, en el canal White Slaves of Chinatown 3D, con subtítulos integrados en inglés.


Alisa n strane chudes (en diez fragmentos), en el canal Fire Clips, con subtítulos integrados en español.


DEMUROVA, Nina. "Alice speaks Russian: The Russian translations of Alice's adventures in Wonderland and through the looking-glass", Harvard Library Bulletin 5 (4), invierno de 1994-95, págs.11-29.


Internet Movie DataBase.


Kursivom.


Wikipedia.

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