1 de agosto de 2019

Jabberwocky (primera parte)


Primera parte. Orígenes.

El Jabberwock de John Tenniel (1871)


Ésta es la primera parte de un artículo dividido en cuatro. La segunda trata sobre la interpretación del poema; la tercera, sobre su recepción y legado; y la cuarta, sobre la traducción y las versiones en castellano.

“Jabberwocky” (traducido al castellano como “Galimatazo”, “Fablistanón”, “Dragobán”, “Guirigayero” o “Jerigóndor”, entre muchos otros) es un poema absurdo de Lewis Carroll que forma parte del libro A través del Espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado, de 1871. Por sus excepcionales características, sin embargo, es habitual que el texto se reproduzca, se estudie y se traduzca de manera independiente respecto al resto de la novela.

Aunque en las traducciones ambos nombres suelen coincidir, tengamos en cuenta, respecto al texto original, que “Jabberwocky” es el título del poema, mientras que el Jabberwock es la criatura monstruosa que en él aparece.

El texto se encuentra al final del primer capítulo del libro, llamado “La casa del espejo”. Alicia ha cruzado el espejo que cuelga sobre la chimenea de la sala de estar y se encuentra en una habitación en la que los cuadros parecen vivos y las piezas de ajedrez hablan y pasean cogidas del brazo. Hay un libro encima de la mesa, y Alicia lo hojea, creyendo al principio que está escrito en un idioma incomprensible; pronto se da cuenta de que la escritura está invertida, y que debe colocarlo enfrente de un espejo para leerlo con comodidad. El texto, que ofrezco aquí en la traducción de Emilio Pascual de 1977, es el siguiente: 


EL FABLISTANÓN

Asurraba. Los viscovivos toves
tadralando en las váparas ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.

¡Cuidado, hijo, con el Fablistanón!
¡Con sus dientes y garras muerde, apresa!
¡Cuidado con el pájaro Sonsón
y rehúye al frumioso Magnapresa!

Blandiendo su montante vorpalino,
al monstruo largo tiempo persiguió…
Bajo el árbol Tumtum luego se vino
y un rato cavilando se quedó.

Y estando en su aviesal cavilación
llegó el Fablistanón, ojo flagrante,
tufando por el bosque fosfuscón,
y se acercó veloz y burbujante.

¡Un, dos! De parte a parte le atraviesa
varias veces el vorpalino acero.
Y, muerto el monstruo, izando su cabeza,
regresó galofando muy ligero.

¿De verdad al Fablistanón has muerto?
¡Ven que te abrace, niño radioroso!
¡Hurra, hurra! ¡Qué día ristolerto!,
risotó carcajante y jubiloso.

Asurraba. Los viscovivos toves
tadralando en las váparas ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.

Después de leerlo, Alicia considera que es “muy bonito”, pero realmente no ha entendido nada:  lo único que le ha quedado claro es que “alguien ha matado a algo”. Por suerte para ella y para todos los lectores, unos capítulos más tarde Humpty Dumpty arrojará algo de luz sobre el texto, explicándole el significado de las “palabras difíciles” de la primera estrofa. 

La idea original de “Jabberwocky” es muy anterior a A través del espejo. En 1855, cuando aún no utilizaba el pseudónimo Lewis Carroll, Charles Dodgson fue a pasar unas vacaciones en casa de su padre en Croft-on-Tees, y escribió algunos poemas paródicos y humorísticos para la que sería la última de las revistas familiares con las que, desde su infancia, solía entretener a sus hermanos menores: Mischmasch (Cajón de sastre). Entre estos poemas se encontraba una estrofa titulada “Cuarteto de poesía anglosajona” que efectivamente imitaba un poema épico con estilo arcaizante (como utilizar ye en lugar de the).  Esta fue la primera estrofa del que años más tarde extendería hasta convertir en el poema “Jabberwocky”.  

Twas bryllig, and ye slithy toves
did gyre and gymble in ye wabe:
all mimsy were ye borogoves;
and ye mome raths outgrabe.

La estrofa incluye una explicación de las once palabras-maleta que aparecen en ella. Curiosamente, Carroll cambiaría algunas de estas explicaciones en el capítulo de Humpty Dumpty: cuando completó el poema, mantuvo igual la primera estrofa (solamente retiró el arcaico ye), pero alteró el significado de varias palabras. Por ejemplo: tanto en Cajón de Sastre como en A través del espejo se indica que bryllig viene de broil (“cocer, hervir”), y que se refiere a esa hora de la tarde en que uno comienza a preparar la cena; Humpty Dumpty concreta que son las cuatro de la tarde. Del mismo modo, en ambos textos se dice que slithy es una mezcla de lithe (“pequeño, ligero”) y slimy (“viscoso”). Por el contrario, en Cajón de Sastre se dice que el verbo gyre proviene de giaour, una difícil palabra que, en la religión islámica, significa “infiel, hereje” y también “perro” como insulto; Dodgson cogió el significado de “perro” literalmente para definir el verbo como “escarbar la tierra como un perro hace con las patas”. Humpty Dumpty, sin embargo, simplifica la etimología diciendo que viene de gyroscope (“giroscopio”) y significa “dar vueltas, girar”.

En varias ocasiones, Carroll ofrecería algunas notas sobre el significado y pronunciación de algunas palabras-maleta de resto del poema. En el mismo prefacio de A través del espejo ya explicaba cómo debían leerse las “nuevas palabras” slithy, gyre, gimble y rath. En el prólogo a La caza del snark, en 1876, comentaba el adjetivo frumious, e indicaba la correcta pronunciación de slithy, toves y borogoves. En una carta dirigida a su niña-amiga Maud Standen, en 1877, explicaría las palabras uffish y burble.  Y en 1883, respondiendo a la solicitud de unas estudiantes de latín de Boston que le pidieron permiso para llamar The Jabberwock a la revista de su colegio, habló del origen del nombre del monstruo. Pero nunca elaboraría una lista completa de todos los significados de las palabras-maleta, dejando sus posibles interpretaciones para el goce y disfrute de lingüistas y lectores de todas las generaciones por venir. 

En la siguiente parte veremos algunos análisis críticos del contenido del poema.

Fuentes: 

CARROLL, Lewis. Through the Looking Glass, and what Alice found there. Puffin Books, Londres, 1984.

CARROLL, Lewis; GONZÁLEZ ÁLVARO, Juan (trad.). A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado. Ediciones Gaviota, Madrid, 1990.

CARROLL, Lewis; SÁNCHEZ-RODRIGO, Carlos Miguel (trad. y ed.). El paraguas de la rectoría. Cajón de sastre. Ediciones del Cotal S.A., Barcelona, 1980. 

COLLINGWOOD, Stuart Dodgson. “Before Alice: The Boyhood of Lewis Carroll”, en The Strand Magazine, Londres, 1899, p. 616. 
                                       -  The life and letters of Lewis Carroll, T. Fisher Unwin, Londres, 1898.




2 comentarios:

  1. ¡Pobre Flabistanón, tan inocente!
    Su cabeza fue segada blandamente
    ¡Desgavoso asunto el nacer monstruo!
    No falta heroniaco que tu testa reclama
    Para con ella impremorar a una dama
    Que en lejanas tierras vanaguarda.

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  2. Mas el Fablistanón, de escamas duro,
    su cuerpo esconlizó entre la maleza,
    y cuando el cielo fue silentescuro...
    ¡cual hidra alzobrotó nueva cabeza!

    Su mirada en la fronda exubosante
    a toda criatura fierotea:
    ya retorna el soberano clamante
    que en la isla al albor reiseñorea.

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