15 de marzo de 2020

Alicia de Dallas Bower (1949)



Alice au Pays des Merveilles (Alicia en el País de las Maravillas) es una producción francesa de 1949, dirigida por el británico Dallas Bower. Es la sexta adaptación a la gran pantalla de los libros de Carroll, tras la de Cecil Hepworth (1903), la atribuida a Edwin S.Porter (1910), la de W.W. Young (1915), la de Bud Pollard (1931) y la de Norman Z. McLeod (1933). Es también la primera y más destacada adaptación francesa de la obra, aunque en realidad se trata de una macedonia de nacionalidades: el productor era un ruso emigrado a Estados Unidos y posteriormente exiliado a Francia; el reparto era íntegramente británico; y la película tiene partes filmadas dos veces, una en inglés y otra en francés.
 



Esta adaptación, asimismo, se caracteriza por ser la primera que está realizada casi íntegramente por animación en volumen. Hay una introducción y una conclusión rodadas en imagen real, pero la totalidad del viaje por el País de las Maravillas consiste en una actriz interactuando con muñecos de plastilina. Los actores del "mundo real" proporcionaron sus voces a los personajes animados. 

La producción fue accidentada desde el comienzo. A  principios de los 40, Lou Bunin, animador y marionetista de origen ruso emigrado a Estados Unidos, y alumno del pintor mejicano Diego Rivera, trabajaba en la Metro-Goldwyn-Mayer, para la cual creó el prólogo de la película Ziegfeld Follies. Fue despedido y tuvo que exiliarse a Francia como consecuencia de la "caza de brujas" del senador McCarthy. En 1946, el guionista M. Aisner le propuso realizar una versión de Alicia en el País de las Maravillas con una actriz real que viajara por un mundo animado. Bunin aceptó, y la película se rodó entre Francia (la parte animada) y Oxford (la parte de acción real), con un reparto británico. Los pasajes en imagen real se filmaron dos veces: Dallas Bower dirigió las escenas en inglés y Marc Maurette en francés, y existen diferencias de entre ambas. 

Paralelamente, en Estados Unidos, Walt Disney estaba realizando su propia versión en dibujos animados, e interpuso una denuncia contra Bunin, temiendo que la película francesa eclipsara a la suya si se estrenaban en fechas cercanas. Si bien no logró prohibir ni detener la producción, ya que la obra de Carroll estaba libre de derechos de autor y no se podía "plagiar" de nadie, sí consiguió retrasar la fecha de estreno en Estados Unidos...haciéndola coincidir (¿ironía del destino o justicia poética?) con la de su propia película. La versión de Lou Bunin se estrenó en Francia en 1949, y en Estados Unidos en 1951, la misma semana que la de Disney. Los temores de que la eclipsara resultaron infundados: ambas fueron un fracaso. 

Sin embargo, el magnate de orejas de ratón se había apuntado dos tantos. Si no pudo tener los derechos sobre el texto de Carroll, sí consiguió la exclusividad del uso de Technicolor, lo que obligó a Bunin a usar Ansocolor, un procedimiento de inferior calidad. Además, presionó a las salas de cine, muchas de las cuales se negaron a proyectar la película de Bunin para no perder como cliente a la gran compañía. Como consecuencia, la película francesa apenas tuvo repercusión entre el público estadounidense y, mientras la versión de Disney se revalorizó con el tiempo, la de Bunin sigue siendo prácticamente desconocida.

El filme tampoco fue profeta en su tierra, ya que su estreno en el Reino Unido fue prohibido por el Consejo Británico de Censores de Películas, al considerar que tanto las escenas del mundo real como el personaje de la Reina de Corazones hacían un retrato desfavorable de la Reina Victoria. No se estrenó hasta nada menos que 1985, y ni siquiera entonces suscitó mucho interés, tal vez porque el mismo año y al siguiente se emitieron por televisión otras dos versiones de Alicia (la de Harry Aldous, por Anglia Television, y la de Barry Letts, por la BBC).





La película comienza con un texto que presenta la obra de Lewis Carroll y explica que éste se basó en amistades y conocidos de Oxford para crear a los personajes del País de las Maravillas. A continuación vemos al propio Rev. Dodgson (Stephen Murray) que está sacando una fotografía de Alicia (Carol Marsh) y sus hermanas Lorina (Elizabeth Henson) y Edith (Joan Dale), vestidas con trajes "tradicionales" chinos (una fotografía similar fue tomada en realidad en 1858, aunque solo aparecían Alicia y Lorina). Las jovencitas dejan de posar para ir a reunirse con su padre, el decano Liddell (Felix Aylmer). Liddell y Carroll conversan sobre la vida en Oxford y la próxima visita de la Reina Victoria (Pamela Brown) y el príncipe consorte (David Reed). Alicia está disgustada porque no permiten a los niños asistir a la recepción; solo pueden mirar por la ventana. Carroll va a consolarla llevándole una tartaleta que ha "robado" de la mesa de los aperitivos.




Después del evento, el reverendo se lleva a las tres hermanas a un paseo en barca. Mientras navegan perezosamente por el Támesis, Carroll improvisa un cuento en el que Alicia es la protagonista. 


Las "niñas" Liddell.

Alicia comienza a adormecerse. A partir de ese momento y hasta el epílogo, todo el sueño transcurre en un mundo de animación con plastilina, con Alicia como el único personaje "real". Así, Alicia sigue al Conejo Blanco (Ernest Milton) a su madriguera...



...cae, llega al Vestíbulo de las Muchas Puertas...


...come, bebe, crece, llora, se encoge...


...visita la casa del Conejo...


...y la de la Duquesa...



...habla con la Oruga...



...y con la Tortuga Falsa...



...y acaba enfrentándose a los Soldados-Carta durante el juicio a la Sota de Corazones.

  


El epílogo vuelve al mundo real. Alicia se despierta en la barca, entre sus hermanas, y Carroll le pregunta si ha tenido un bonito sueño. A Alicia se le ha pasado el enfado por no haber podido ver de cerca a la reina Victoria, y le responde con una gran sonrisa.


Aunque es cierto que esta producción fue injustamente maltratada a ambos lados del Atlántico, también presenta problemas propios. Carol Marsh tenía veintitrés años durante el rodaje, lo que la hace la segunda actriz de mayor edad que ha interpretado a Alicia hasta la fecha (la primera es Kate Burton, que tenía veintiséis años en la versión de Kirk Browning). Su actuación es buena y consistente, pero carece de la ingenuidad y la capacidad de sorprenderse que tendría una niña. Incluso cuando dice que todo es muy extraño o que ella ha cambiado mucho desde la mañana, lo hace con tranquilidad y aplomo, y en algunas escenas simplemente se queda mirando a las criaturas del País de las Maravillas sin preocuparse por nada. Asimismo, en las escenas de imagen real, choca bastante que los "adultos" les digan a Alicia y sus hermanas que las "niñas" no pueden asistir a la recepción, y las traten con condescendencia. Se debe reconocer que Marsh no intenta forzar su actuación fingiendo que es una niña pequeña, pero el resto de los personajes sí se comporta como si lo fuera.

La animación de Lou Bunin es el elemento más destacado de la película (no se haría otra versión de una actriz en un mundo de animación en volumen hasta la de Jan Švankmajer de 1988), pero no está exenta de defectos.  Como ya he mencionado, el coloreado en Ansocolor es técnicamente inferior a Technicolor y no resiste bien el paso del tiempo, con lo que el resultado es oscuro y opaco, poco atractivo. Los escenarios de cartulina, de líneas netas y minimalistas, y la animación de los personajes fueron pioneros en su época, hace setenta años, pero hoy en día pueden resultar toscos o incluso grotescos.


"Don't take offence at my innuendo..."


No se trata, en definitiva, de una película para niños. La introducción en imagen real es innecesariamente larga, y contiene diálogos aburridos sobre la etiqueta y la vida en Oxford; los personajes del País de las Maravillas no son lo que se dice bonitos y graciosos; y los números musicales, aunque no tan insufribles como en otras versiones, no tienen el tono alegre ni la ejecución vistosa que podrían encandilar a un público infantil. Por el contrario, los aficionados a la animación en plastilina, sobre todo aquellos interesados en su historia, encontrarán aquí una mina de oro.





Con su escaso éxito y las trabas en sus estrenos fuera de Francia, la película ha tenido una difusión dificultosa. En 1953, Castle Films presentó una versión muy abreviada, en blanco y negro, que no aportó mucho a la producción original.




Ya en el siglo XXI se han realizado algunas ediciones en DVD, pero son transferencias de cintas de VHS procedentes, a su vez, de copias deterioradas, con lo que la calidad tiende a ser entre horrible y espantosa. Vision Video, en Estados Unidos, sacó la primera en 2006.



En 2014, Apprehensive Films, una compañía independiente especializada en películas de serie B de fantasía o terror y de temática alternativa, sacó una edición sin bloqueo regional, con una portada, como poco, interesante.


                                       


Estas dos primeras ediciones presentaban una calidad de imagen bastante mala. Hasta 2016 no aparecería la edición digitalmente remasterizada de American Pop Classic.




En Europa, el DVD más fácil de encontrar es el de Delta Music, editado en Alemania en 2012. Es la versión inglesa con subtítulos en alemán; la calidad de la imagen no es nada buena.




Para poder comparar las diferencias de escenas y diálogos del "mundo real", lo mejor es recurrir al duro trabajo de los aficionados. Movie Central y Phantomwise han publicado las versiones en inglés y francés respectivamente, con la mejor calidad de la que se puede disponer en la actualidad. 


Pido disculpas por las irregularidades en el formato de esta entrada. Estoy trabajando con recursos limitados, e iré corrigiendo detalles en cuanto se resuelvan los problemas técnicos.




Fuentes:
 
"Disney Sued over Alice in Wonderland?", en el blog Magic Ears Dudebro, 28 de diciembre de 2017.


MASLIN, Janet. "At the movies", The New York Times, 19 de abril de 1985. 

1 comentario:

  1. Sin duda es la adaptación más oscura y extraña de Alicia en muchos sentidos (al menos para mí).La acabo de ver por YouTube y es toda una rareza por la difícil y escasa que ha sido su distribución y lo pobre de su producción.Me produce tristeza la actriz Carol Marsh ya que hace un papel bello y hermoso para Alice pero que nunca consiguió despegar como actriz y paso sola el resto de su vida.

    Supongo que por eso me resulta fascinante esta adaptación 🙂

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