Tercera parte. Diseño de personajes.
Esta es la tercera parte de un artículo, dividido en cinco, sobre la Alicia de Walt Disney. La primera trata sobre sus orígenes, la segunda sobre la adaptación de los textos originales, la cuarta sobre la banda sonora y la quinta sobre su recepción y legado.
Los personajes de Disney pasan muy rápidamente a la imaginación colectiva popular, hasta el punto en que muchos niños de antes y de hoy identifican al protagonista de un cuento tradicional a través de su versión de Disney (o directamente creen que el cuento lo inventó Disney y no son conscientes de que pertenece al folclore). La película de Alicia, como tantas otras antes y después, fijó la caracterización de los personajes que aparecen en ella. Desde entonces, y en la actualidad, todos los dibujos presuntamente "originales" reciben claras influencias o de las ilustraciones de Tenniel o del arte de Disney. Aquellos que intentan escapar a la imitación de esas fuentes tienden a representar al personaje de Alicia como la "auténtica" Alice Liddell (con pelo corto y negro en vez de melena larga de tonos claros), pero deben vencer muchos años de asimilación de los personajes de Disney para que el Gato de Cheshire o la Oruga parezcan más originales.
Alicia de Mary Blair.©Disney, 1951.
Como hemos comentado en un artículo anterior, las ilustraciones de David Hall partieron de las de Tenniel, pero Disney las rechazó por ser demasiado detalladas, siniestras y difíciles de animar. Las de Mary Blair ya no recibían tanta influencia del dibujante de Punch; aun así, ya se había establecido el modelo de Alicia como uno similar a la de las placas originales: cabello largo y claro, una diadema y vestido con delantal. En principio las medias iban a ser a rayas, también como en las ilustraciones originales, pero tuvieron que dejarse lisas porque no daban buen resultado en Technicolor. Mary Blair no olvidó añadir enaguas y pololos, indispensables en la vestimenta femenina de la época, y que se verían en más de una ocasión con el constante movimiento de Alicia.
Kathryn Beaumont con el animador Marc Davis.
Para
su voz y animación, Disney eligió en primer lugar a Margaret O'Brien,
de catorce años, una actriz con gran experiencia que siete
años años había ganado un Oscar infantil por su papel de Tootey en Cita en San Luis
(Vincente Minnelli, 1944). Disney llegó a anunciar públicamente que
O'Brien sería la voz de Alicia, pero la madre de la joven no estuvo de
acuerdo con la parte económica y renunció al contrato. Apenas unos días
después, fue seleccionada Kathryn Beaumont, londinense de trece años,
que tenía el acento perfecto para interpretar a una muchachita
británica: más tarde sería también Wendy en Peter Pan (1953).
Se
conservan muchas fotografías, hechas públicas por los archivos de
Disney, en que se muestra cómo Beaumont no fue solamente la voz de
Alicia sino su modelo de animación. La joven tuvo que agacharse para
hablar con personajes más pequeños, sentarse a tomar el té, ponerse
bocabajo y hasta meterse en una botella para que los animadores captaran
sus movimientos y los vaivenes de su melena y su ropa.
Los demás personajes humanos (y algunos de los animales, como la Morsa) también debieron mucho a sus actores de doblaje. Posiblemente el más característico fuera Ed Wynn, el comediante que dio su voz, sus ademanes y una buena cantidad de diálogo al Sombrerero; años más tarde interpretaría al impagable Tío Albert en Mary Poppins (1964). Durante una prueba de sonido de la escena de la Merienda Loca, Ed Wynn comenzó a parlotear e improvisar de tal manera que el propio Walt Disney, entusiasmado, ordenó que no se grabara una "toma buena", sino que se empleara directamente el ensayo. Los ingenieros replicaron que, al ser una prueba, había ruido de fondo, pero Disney estaba convencido de que la interpretación de Ed Wynn no podría quedar tan bien si la repetía, de modo que los técnicos tuvieron que apañárselas para dejar el sonido limpio y pasarlo a la versión final.
Verna Felton, la irascible Reina de Corazones, también posó para los animadores, volteando sus faldas y jugando al croquet con un bastón y una pelota de trapo. Los guionistas incorporaron a su diálogo algunas frases de la Reina Roja de A través del espejo (la parte de: "mírame a los ojos, habla con respeto, ¡deja en paz las manos!"); y también se apropia de algunas líneas de su consorte durante el juicio. Por supuesto, su característica frase "¡Que le corten la cabeza!" proviene de los textos originales, pero la formidable interpretación de Verna Felton (en otras ocasiones la cariñosa madre Jumbo o la dulce Hada Madrina) ha contribuido mucho a que pase a la historia.
Disney comentó en el artículo "How I cartooned Alice" que para diseñar los animales y los habitantes humanos del País de las Maravillas se tomaron más libertades que con Alicia, lo que dio lugar a las extravagantes secuencias de animación y efectos de Tweedledee y Tweedledum, la Morsa y el Carpintero, los anillos de humo de la Oruga y, especialmente, las apariciones y desapariciones del Gato de Cheshire.
El diseño de este personaje, con las franjas magenta y púrpura de su pelo, sus ojos amarillos y su extravagante personalidad, lo hicieron una de las figuras más fácilmente reconocibles del País de las Maravillas. Fue doblado por Sterling Holloway, quien ya tenía cierta experiencia con la obra de Carroll, al haber interpretado al Lacayo-Rana en la producción de Paramount de 1933. Su interpretación del Gato de Cheshire, a veces adormilado, a veces risueño y a veces tremendamente malicioso, fue uno de sus papeles más recordados de Disney, junto al de la boa Kaa en El libro de la selva (1967) y el oso Winnie en los cortos de 1977.
Como mencioné en el artículo anterior, y por las razones que explicaba Disney en "How I cartooned Alice", muchos personajes hubieron de eliminarse. El Jabberwock no parecía demasiado terrorífico en los conceptos de Mary Blair ni en los celuloides; sus formas redondeadas, su mata de pelo impropia de un reptil, y sobre todo su jersey de cuello alto le daban un aspecto de dragón doméstico más que de terrible plaga. Se incluyó muy brevemente en algunos cuentos, descrito simplemente como "una criatura de ojos que llameaban en la noche", pero no tuvo más desarrollo.
De
un modo similar, el concepto de Humpty Dumpty se utilizó en un cómic de
1951 dibujado por Al Hubbard: tras caerse del muro, el rey acudía a su
rescate, pero sus caballeros y sus soldados no conseguían devolverlo a
lo alto del muro... hasta que lo hacía la Reina, propulsándolo de un
soberbio puñetazo.
El Caballero Blanco debía estar diseñado a imagen del propio Walt Disney, pero, si llegaron a realizarse bocetos, no han sido publicados. También se suprimió toda la secuencia de la casa de la Duquesa, que llegó a tener diseños de David Hall pero no de Mary Blair. No podemos evitar preguntarnos cómo habrían sido todos estos personajes, y cómo habrían perdurado, si hubieran llegado a la versión final.
Como suele recogerse en las listas de "curiosidades", "secretos" o "cosas que no sabías" de esta película, hubo un personaje que Disney aportó de modo original: el Picaporte. En principio, iba a ser la botella "Bébeme" quien entablara una conversación con Alicia, para evitar los largos monólogos desde el inicio de la película hasta la escena del Charco de Lágrimas, pero luego se inventó este personaje, que muy apropiadamente actúa como portero oficial del País de las Maravillas y tiene un concepto muy claro de quién puede entrar o quién es impasable. Los diseños originales fueron de Mary Blair, y la voz la proporcionó Joseph Kearns (el Sr. Wilson en la serie de imagen real Daniel el travieso).
Es significativo que, tratándose de uno de los repartos de personajes más extensos de las películas Disney, tantos de ellos hayan acabado fijándose en la imaginación popular. Lewis Carroll apenas proporcionó ninguna pista sobre el aspecto de sus personajes, y la imagen que muchas generaciones de lectores tuvieron durante años fue la de las ilustraciones de Tenniel, hasta que las de los artistas de Disney tomaron el relevo, y sus dibujos, en la actualidad, constituyen para muchos el aspecto canónico del mundo de Alicia. Los ilustradores modernos de Carroll se cuentan por docenas, pero todos los que han dibujado sus dos libros más famosos a partir de los años 50 se han enfrentado al difícil reto de que sus diseños sean personales y distintivos, sabiendo que inevitablemente se van a comparar a los del ominipresente Disney.
Fuentes:
Lo que comentas al principio, sobre que mucha gente cree que las historias contadas en las películas clásicas de Disney las inventó Disney, lo he visto con frecuencia en tiendas y mercadillos. Personas que te encuentras observando la carátula de un DVD, un libro de cuentos o una toalla de playa ilustrada con personajes de esos cuentos, y al final no la compran alegando que “no es la de verdad”. Y por “no es la de verdad” quieren decir “no es la de Disney”.
ResponderEliminarPero son las versiones que han calado en la gente, y cualquier ilustrador que pretenda ser original y mostrar su propia versión de un personaje, se arriesga al rechazo inmediato.