7 de febrero de 2021

Alice Liddell (1852 - 1934). Primera parte.

 

Alice Liddell a los siete años, 
fotografiada por Charles Dodgson (1860).




Este es un artículo divido en tres partes. En esta primera, hablamos sobre la infancia y la adolescencia de Alice, hasta sus dieciocho años; en la segunda, sobre su juventud y madurez; y en la tercera, sobre su ancianidad y los últimos años de su vida. 

 

Primera parte: La niña. 

 

Alice Pleasance Liddell (Hargreaves a partir de su matrimonio) fue, durante su infancia y con sus hermanas Lorina y Edith, una de las amigas y modelos de fotografía del reverendo Dodgson, quien en una famosa ocasión improvisó un cuento que la tenía como protagonista y, tras redactar un primer manuscrito para regalárselo, decidió desarrollar hasta convertirlo en Alicia en el País de las Maravillas


Henry y Lorina Liddell a mediados de la década de 1860.
Fotógrafo desconocido, posiblemente Thomas Edge.



Alice nació en Westminster, un distrito del centro de Londres, el 4 de mayo de 1852, hija de Henry George Liddell (1811- 1898) y de Lorina Hanna Liddell (de soltera Reeve, 1826- 1910). Aunque solamente Alice y dos de sus hermanas, Lorina y Edith, así como sus padres, suelen aparecer en las obras documentales o semificcionales que hablan de la génesis de Alicia en el País de las Maravillas, la familia Liddell era mucho más extensa: Alice era la cuarta de diez hermanos. Fue precedida por Harry, Lorina y Arthur (que murió a los tres años); y seguida por otros seis hermanos y hermanas: Edith, Rhoda, Albert (que murió con pocas semanas de vida), Violet, Frederick y Lionel. Rhoda y Violet aparecerían como la Rosa y la Violeta en A través del espejo



Fotografía de la recepción de la reina Alexandra (en el centro, de blanco), junio de 1863.
La mujer con la niña en brazos en Lorina Liddell (madre); la niña es Rhoda Liddell.
El hombre sentado a la derecha de la foto es Henry Liddell.



Cuando nació Alice, Henry Liddell era director de la Westminster School, pero pocos años más tarde fue nombrado decano de Christ Church, con lo que la familia se trasladó de manera permanente a Oxford a principios de 1856, el mismo año en que Charles Dodgson se inició en la fotografía. El matrimonio Liddell y sus dos hijos mayores (Harry y Lorina) se encontraron por primera vez con Dodgson el 25 de febrero de ese año, viendo una carrera de botes. Un poco más tarde, en la primera semana de marzo, Dodgson señala en su diario que traba amistad con Harry, y unos días más tarde con Lorina. El 25 de abril tuvo ocasión de conocer a la familia completa, mientras fotografiaba la catedral por primera vez (aunque él mismo admite que esas fotografías primerizas fueron un fracaso) y los Liddell paseaban por los alrededores. 

 

 
Henry Liddell (1847- 1911). 
Fotografía de Charles Dodgson, verano de 1859.


El reverendo se convirtió en un amigo muy cercano a la familia – aunque no siempre compartía las teorías académicas del decano Liddell – y era un visitante frecuente en su casa; del mismo modo, las hermanas Lorina, Alice y Edith, que siempre iban juntas, solían visitar sus aposentos y su estudio de fotografía. Aunque no suele mencionarse en los apuntes biográficos de Carroll por no tener relación directa con los libros de Alicia, había un mutuo aprecio entre Charles Dodgson y el primogénito de los Liddell, Harry, quien posó para las primeras fotografías de Dodgson (pero tenía dificultades para permanecer quieto mucho tiempo) y asistió a algunas excursiones con sus hermanas; el reverendo le enseñaba matemáticas y lo llevaba consigo a remar en bote y a exposiciones de arte. 


De izquierda a derecha: Alice, Lorina, Harry y Edith.
Fotografía de Charles Dodgson, primavera de 1860.

Las tres hermanas Liddell eran en modelos frecuentes y entusiastas del principiante fotógrafo Dodgson, quien les sacó docenas de fotografías, de las que solo unas pocas pasaron sus exigentes estándares de calidad y han llegado hasta nuestros días. Aunque entonces el proceso de tomar una sola fotografía podría llevar veinte minutos en los cuales el modelo debía permanecer completamente inmóvil, Alice Liddell escribiría en su edad adulta que les encantaba posar para el reverendo, especialmente cuando este fue adquiriendo habilidad y las hacía disfrazarse y representar escenas para fotografías más complejas. 


"Abre la boca y cierra los ojos". 
Edith (sentada), Lorina (centro) y Alice Liddell (derecha). 
Fotografía de Charles Dodgson, julio de 1860.


En diciembre de 1860, la familia Liddell organizó una fastuosa recepción para una invitada de gran categoría: la reina Victoria, que había acudido a Oxford para visitar a su hijo, el príncipe Eduardo, que estudiaba allí desde el año anterior. Las niñas Liddell tuvieron ocasión de lucir sus mejores galas y repartir ramilletes de flores a los asistentes. Entre ellos estaba Dodgson, que vio por primera vez a Su Majestad, y se sintió decepcionado al ver que era "baja, regordeta y de aspecto común". Alice, con ocho años entonces, no debió de quedarse mucho tiempo en la fiesta, y no sabemos lo que pensaría de la reina Victoria, pero años más tarde tuvo una relación muy cercana (algunos especulan que un amor imposible) con otro de los hijos de la monarca.


En la Inglaterra victoriana, las mujeres no tenían acceso a ningún tipo de formación académica, y solo estaba tolerado que trabajaran aquellas de clase social baja: las pertenecientes a una posición social superior, como el caso de las hermanas Liddell, no tenían otra salida que casarse con un hombre adinerado, o quedarse solteras y depender económicamente del padre, un hermano u otro familiar. Por tanto,  a pesar de vivir desde su infancia en el corazón de la universidad de Oxford, la educación que recibió Alice fue superficial. No fue a la escuela como sus hermanos, ya que hasta la década de 1870 no se abrieron escuelas para niñas (e incluso entonces se consideraba que eran propias de la clase baja), de modo que estudiaba en un cuarto habilitado como aula en las dependencias del decano. Una institutriz le daba lecciones de cultura general, sobre todo lengua, literatura, historia del Reino Unido y nociones de álgebra, mientras que tutores especializados le enseñaban latín y francés. La frase que Alicia le dice al Ratón en el Charco de Lágrimas, "Oú est ma chatte?" y que según ella es la primera de su libro de francés, corresponde en efecto a un libro de texto real, La bagatelle, publicado en 1804 y dirigido a niños de tres o cuatro años, por lo que es posible que ya lo hubieran utilizado ella y Lorina, y en 1862 lo estuviera estudiando Edith. Su formación se complementaba con salidas a museos y excursiones al campo "para observar la naturaleza", aunque era evidente que el propósito de estas actividades era sobre todo lúdico. Tratándose de niñas, todo conocimiento académico se consideraba sobrante, y las institutrices ponían el mayor empeño en los modales y el decoro, las labores de aguja e hilo y la economía doméstica.



Litografía de My Mother's Picture Book
publicado por George Routledge and Sons (1878).

El reverendo Dodgson, que además de ser ingenioso estaba dotado de una gran capacidad de improvisación, solía contar cuentos sobre la marcha para entretener a las niñas durante las excursiones en barca por el Támesis. Para deleite de las oyentes, hacía que ellas fueran las protagonistas, y que aparecieran miembros de la familia, profesores de Oxford y otras figuras conocidas en su entorno como personajes de esas historias. En 1862, en una de sus salidas  - la del 4 de julio - Dodgson contó un cuento en que Alice se caía por una madriguera persiguiendo a un conejo blanco, y debió de estar tan inspirado que, por primera vez, Alice le insistió en que la pusiera por escrito. El resultado fue una versión manuscrita del cuento improvisado, Las aventuras de Alicia bajo tierra, y una reescritura ampliada y sin duda mejorada, Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.


Un año después de esta excursión se produjo una repentina  ruptura entre Charles Dodgson y los Liddell. Aun no siendo definitiva - las relaciones se reanudarían, algo frías al principio, en diciembre de ese mismo año -  la causa de esta separación sigue siendo un misterio. El diario de Dodgson que abarca estas fechas cuenta muchos encuentros, fotografías y excursiones con las niñas, pero la entrada del 27 de junio de 1863, tras un comienzo sin incidencias, fue mutilada por una de las sobrinas y herederas de Dodgson, que cortó una página entera antes de entregar los diarios para su publicación. Después de ese día desaparecido, Dodgson menciona brevemente, el 30 de junio, que los Liddell han salido de vacaciones, y no vuelve a decir nada sobre ninguno de ellos hasta la entrada del 5 de diciembre, en que dice que vio a la familia en una obra de teatro "pero me mantuve a distancia, como he estado haciendo todo este trimestre".


Durante mucho tiempo se ha especulado qué pasó el 27, 28 o 29 de junio que hiciera que Dodgson se mantuviera "a distancia" durante no solo durante el trimestre académico sino también los tres meses anteriores, que no mencionase para nada a los Liddell en todo ese tiempo, y que alguna de sus herederas considerara tan grave como para arrancarlo literalmente del diario del autor. Para algunos parece evidente que la causa del malestar de los Liddell fue el excesivo afecto que Dodgson prodigaba a Alice; Morton Cohen sugiere incluso que llegó a pedir la mano de la niña, que entonces tenía once años. Cabe aclarar que, en la Inglaterra victoriana, las niñas eran legalmente núbiles a los doce años, y los matrimonios entre hombres adultos y chicas de entre doce y dieciséis años eran socialmente aceptados. Para Cohen y otros biógrafos, el enojo de los Liddell no provendría de la edad de Alice, sino de la posición social del pretendiente, muy por debajo, a juicio de ellos, de la suya propia. Como veremos más adelante, la señora Liddell tenía aspiraciones muy altas para sus hijas - se ganó en Oxford el apodo de "la pescarreyes" - y que un hombre con un cargo medio en la Iglesia le propusiera matrimonio a cualquiera de sus hijas le habría sentado como un guantazo.  

 

En 1996, la investigadora Karoline Leach encontró una nota que arrojó algo de luz sobre el misterio. La misma mano desconocida que mutiló el diario sintió la necesidad de dejar constancia de lo que se contaba en la página cortada, y escribió brevemente: "L.C. se entera por la señora Liddell de que creen que está usando a las niñas para cortejar a la gobernanta - también que cree que [ilegible] cortejando a Ina".

 

Los rumores de que el reverendo podría estar enamorado de la institutriz de las niñas se remontaban a 1857, y el propio Dodgson se reía de ellos en su diario: Mary Prickett, una mujer de tan mal carácter como escaso atractivo, no tenía más interés para Carroll que el de hacer chistes a su costa para diversión de las niñas. El que se mencione un posible cortejo a Ina, por el contrario, fue mucho más revelador. Lorina Liddell tenía catorce años en 1863, y era una jovencita inteligente, amable, alta y hermosa; en abril de ese mismo año, Dodgson ya había observado lo desarrollada que estaba para su edad, y había anotado que, por primera vez, la señora Liddell había insistido en que sus hijas llevaran una carabina cuando salían con él. Su preocupación porque pronto sus padres no permitieran a Lorina acompañar sus hermanas a las excursiones en barca o a visitarlo en sus habitaciones era fundada, al no ser ya una niña sino una muchacha casadera. Es muy razonable pensar que, si en efecto Dodgson hizo una petición de mano, no fue la de Alice sino la de Lorina; y si él mismo nunca propuso un matrimonio, probablemente los padres se sintieran incómodos porque su atractiva hija pudiera pasar mucho tiempo con un hombre soltero al que jamás aceptarían como pretendiente. 


Alice (sentada con el libro), Lorina (de pie) y Edith Liddell (delante).
Fotografía de Thomas Edge, mediados de la década de 1860.


Cuando se reanudaron las relaciones entre Dodgson y los Liddell a finales de ese año, fueron cordiales como siempre, pero se volvieron cada vez menos frecuentes. Los encuentros y paseos casi diarios de Dodgson y las niñas se hicieron más y más esporádicos, así como las excursiones y las fotografías: siendo ya Lorina una señorita, Alice pronto estaría también disponible para el matrimonio. En mayo de 1864, Dodgson pidió autorización, sin obtenerla, para llevarse a pasear en barca a Alice, Edith y Rhoda. En noviembre del mismo año, envió a Alice, en lugar de entregárselo en persona, el manuscrito de Las aventuras de Alicia bajo tierra. Aunque el libro ocupaba un lugar destacado en el salón y se enseñaba orgullosamente a los visitantes, no hay constancia de que Alice, que entonces tenía doce años, ni nadie de su familia, escribiera a Dodgson una nota de agradecimiento. Fue el primero de muchos libros con una dedicatoria de su puño y letra que el reverendo envió a los Liddell, y que acabarían constituyendo una valiosa colección. 


Alice Liddell.
Fotografía de Charles Dodgson, 1870.

La última vez que Dodgson fotografió a Alice fue en junio de 1870. La joven tenía ya dieciocho años, y no es demasiado suponer que la búsqueda de marido constituía su única ocupación. No sabemos mucho de los pretendientes que pudiera tener en aquella época, pero sí sabemos que dos años después se encontraría con la gran oportunidad de su vida, que fue la comidilla de Oxford y otorgó a la señora Liddell el apodo de "la pescarreyes": el príncipe Leopoldo, duque de Albany. 


La niña Alice Liddell ha aparecido como personaje en algunos recuentos semificcionales que la tienen a ella o al reverendo Dodgson como protagonistas. En las versiones cinematográficas de Alicia en el País de las Maravillas de Dallas Bower (1949), William Sterling (1972) o Harry Aldous (1985) se muestra la excursión en barca del cuatro de julio; en la primera también se ve una sesión de fotografía de Dodgson y las hermanas Liddell, y la llegada de la reina Victoria. La película para televisión Alice de Dennis Potter (1965), centrada en Dodgson, ofrece una especulación, si bien respetuosa, sobre el interés que tenía el reverendo por la niña; la posterior Dreamchild, del mismo director (1985) cuenta la misma historia desde el punto de vista de la propia Alice, que recuerda su relación con Dodgson siendo ya anciana. Muy similar a esta última película son los libros Alice a los 80 (Alice at 80, 1984), de David R. Slavitt, y  Alice I have been (2009), de Melanie Benjamin: ambas comienzan con una Alice octogenaria que recuerda su infancia y su relación con  Dodgson. La niña también es un personaje central en la novela La casa del espejo (2015) de Vanesa Tait, que tiene como protagonista y narradora a la desagradable señorita Prickett, que es la única en creer los rumores sobre el amor del reverendo por ella.


Es preciso insistir en que las películas y las novelas son obras de ficción que toman como base  - pero también manipulan - acontecimientos reales, para dar la propia interpretación de directores y autores sobre los personajes y su relación entre ellos, por lo que no hay que tomarlas como documentos históricos. Para conocer a las personas y los hechos con la mayor veracidad posible, con datos contrastados y todas las teorías claramente señaladas como tales, remito a las abundantes y serias biografías que se han escrito de Lewis Carroll y los Liddell.



Fuentes:


Fotografías de la National Portrait Gallery, usadas con licencia Creative Commons. 


CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001. 


COHEN, Morton N. Lewis Carroll: A Biography, Random House, Nueva York, 1995.


COLLINGWOOD, Stuart Dodgson. The life and letters of Lewis Carroll, T. Fisher Unwin, Londres, 1898. 

LEACH, Karoline. In the Shadow of the Dreamchild, Peter Owen Publishers, Londres, 2015.

WOOLF, Jenny. The Mystery of Lewis Carroll, St. Martin's Press, Nueva York, 2010.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Artículos más leídos