Alice's Adventures Under Ground es el título que Lewis Carroll puso al cuento que improvisó
una tarde de 1862, y luego fue escribiendo e ilustrando para ofrecérselo como
regalo a Alice Liddell en la Navidad de 1864. Es la primera versión, más corta
y con menos personajes, de Alicia en el
País de las Maravillas.
La génesis de la historia se puede
encontrar en esta entrada. Carroll estaba una tarde
de excursión con el Rev. Ducksworth y las hermanas Liddell, y sobre la marcha
se fue inventando un cuento en que aparecían las propias hermanas Liddell, y
amigos y otros miembros de la familia, como solía hacer. En esa ocasión, fue la
hermana mediana, Alice, la que protagonizó la historia. Aquella tarde estaba Carroll tan inspirado y gustó tanto su cuento a la joven heroína, que ésta le rogó que
lo pusiera por escrito: “Al día siguiente comencé a pedirle insistentemente que
me escribiera el cuento, cosa que no había hecho nunca antes”, recordaría
Alice. Carroll escribió el texto a mano y le añadió sus propias ilustraciones,
pensando únicamente, como diría más tarde “en complacer a una niña a la que
amaba”.
Pero, aun cuando el libro no estaba
escrito todavía, su historia comenzó a conocerse. Carroll la contaba a otros
niños, y tenía tanto éxito que comenzó a pensar en reescribirla para su
publicación. El autor eliminó algunas de las bromas que aludían a familiares y
amigos de su entorno, suprimió o modificó algunos pasajes, y añadió otros,
pasando de las 15.500 palabras originales a 27.500. Muchos críticos especulan que
hubo un primer borrador del cuento, que Carroll escribió “en sucio” para no
olvidarlo, y que era el que leía y contaba a otros niños, antes de la copia
ilustrada y bellamente encuadernada que le regaló a Alice en la Navidad de
1864. Ese primer borrador se habría perdido o habría sido destruido a propósito
por Carroll una vez redactada la versión nueva y realizada la copia “en limpio”
para la niña.
Aunque Carroll había sido desde su
infancia muy aficionado a acompañar con dibujos sus poemas y cuentos, tenía muy
mala opinión de sí mismo como ilustrador (decía que sus dibujos eran “horrendos”),
de modo que para la versión renovada de Alicia
solicitó los servicios de John Tenniel, ya por entonces un famoso ilustrador de
la revista Punch. Sin embargo, el
manuscrito que entregó a Alice tenía nada menos que treinta y seis
ilustraciones de Carroll... treinta y siete, ya que había una, un pequeño
retrato de Alice, oculta bajo una fotografía: Carroll había quedado
insatisfecho con su dibujo, y lo tapó con la fotografía que había tomado como
referencia. El dibujo original no se descubrió hasta 1977, cuando se retiró la
fotografía durante unos trabajos de mantenimiento del manuscrito.
Las aventuras de Alicia bajo tierra – también conocida como Las aventuras subterráneas de Alicia – consta de cuatro capítulos,
frente a los doce de la versión final. Los
capítulos originales se dividieron en dos o tres partes para dar lugar a los
nuevos, y algunos fueron inventados posteriormente, como el de la Duquesa o el
de la Merienda Loca. También a diferencia del texto que conocemos, los
capítulos no están titulados.
El primer episodio se corresponde
casi palabra por palabra con los dos primeros del País de las Maravillas. Cuenta cómo Alicia sigue al Conejo Blanco,
cae lentamente por la madriguera, y come y bebe lo que encuentra en el
Vestíbulo de las Muchas Puertas para intentar pasar al jardín. Termina cuando Alicia conoce al Ratón en el
Charco de Lágrimas, y, viendo que cada vez hay más animales a su alrededor,
nadan todos juntos hasta la orilla. Tiene ocho ilustraciones, entre las que
podemos destacar la del Dodo (que Carroll tenía muy visto, ya que uno de los
pocos ejemplares de este animal se conserva en el Museo de Historia Natural de
Oxford desde su época), y una del Conejo Blanco, que lleva un ramillete de
flores (en la versión final, sería sustituido por un abanico).
El capítulo segundo abarca desde la
reunión de Alicia con el Ratón, el Dodo, el Loro y otros animales, hasta que
Alicia se escapa de la casa del Conejo Blanco; en la versión final, comprende
aproximadamente los capítulos tercero y cuarto. La principal diferencia entre
las dos versiones es que, en Bajo Tierra,
Alicia y los animales van a secarse a una casita de campo del Dodo, después de
que la aburrida lección de historia del Ratón no les funcione. Es en esa
casita, junto al fuego y bien envueltos en mantas, cuando escuchan la “historia
con cola” del Ratón, y se produce el malentendido que hace que el Ratón se
marche ofendido. Alicia menciona entonces a Dinah, y se produce la desbandada.
En el País de las Maravillas, Carroll
retira el pasaje de la casita de campo y escribe en su lugar la “carrera loca”,
probablemente porque no acababa de cuadrar que hasta el dueño de la casa se
marchara, dejando sola a Alicia, de la que no se dice que haya salido de la
casa cuando de pronto pasa por allí el Conejo Blanco. La parte del episodio que
transcurre en la casa del Conejo, por el contrario, se mantiene en su
integridad.
El capítulo tercero comprende el
encuentro con el Perrito, la Oruga y la Paloma y termina con que Alicia logra
entrar al Jardín, lo que es su principal objetivo durante la mayor parte de su
viaje en el País de las Maravillas.
Este episodio incluye ya el poema que Alicia le recita a la Oruga, “Eres viejo, padre William”, para el que Carroll hizo nada menos que cuatro ilustraciones.
El capítulo cuarto comprende los
cuatro últimos episodios de la versión final, del octavo al duodécimo. Alicia
se pasea por el precioso jardín y ve a los Soldados-Carta que pintan las rosas
de rojo, quienes le explican que la Reina de Corazones los mandará ejecutar si
descubre que se equivocaron de color al plantar el rosal. La presentación de la
Reina y su comitiva corresponde con bastante exactitud con la versión final,
aunque, por supuesto, la Duquesa y el Gato de Cheshire están ausentes en el
manuscrito.
Tiene lugar la partida de croquet con flamencos y erizos, y más
tarde Alicia conoce al Grifo y la Tortuga Falsa; la descripción de la
“cuadrilla de las langostas” y la canción “Hermosa Sopa” están presentes en el
manuscrito. La parte del proceso contra la Sota de Corazones es sumamente
precipitada (Lewis Carroll debía de estar ya agotado en aquel punto de la
improvisación): nada más llegar Alicia al juicio y leerse la acusación, se
produce el enfrentamiento entre Alicia y la Reina, y los Soldados-Carta se
arrojan sobre la niña. Alicia se despierta en el regazo de su hermana y le
cuenta su sueño. El final del libro, en que mientras Alicia corre hacia su
casa, su hermana se queda reflexionando sobre aquel maravilloso sueño, sí
corresponde palabra por palabra con el de la versión final.
Además de todos los
pasajes ampliados y añadidos (como el del Gato de Cheshire, la Duquesa, los
recuerdos de la Tortuga Falsa sobre sus días de colegio, y todo el desarrollo
del juicio), Carroll tuvo oportunidad de coser un agujero argumental: cuando la
Reina ordena decapitar a los Soldados-Carta que pintaban las rosas, éstos
acuden a Alicia en busca de ayuda, y Alicia se los mete en el bolsillo de su
delantal (a pesar de que ahora todos los personajes tienen un tamaño proporcional) para que el verdugo no
los encuentre, y no se los vuelve a mencionar para nada. En la reescritura, los
esconde en “una gran maceta” que hay por allí, y es de suponer que salen y se
escapan cuando la reina y su comitiva se marchan del lugar.
Aunque en 1864 las relaciones entre
el Rev. Dodgson y la familia Liddell ya eran más bien tensas y frías, el
manuscrito regalado a Alice permaneció en un lugar de honor en el salón y era
mostrado con orgullo a las visitas. Alice se lo llevó consigo después de
casarse y lo conservó durante muchos años, hasta que en 1928, viuda y cargada
de deudas, se desprendió de él para conservar su casa. Fue vendido en subasta
en Sotheby’s el 3 de abril, y el comprador fue un tratante de arte americano,
Philip Rosenbach, quien, a su regreso a América, lo vendió al acaudalado
empresario Elridge Johnson. Cuando éste murió a finales de 1945, el manuscrito
salió nuevamente a subasta, y en esta ocasión lo compró un grupo de filántropos
que lo donó al Museo Británico como agradecimiento por el comportamiento de
Inglaterra en la Segunda Mundial. En la actualidad, es una de las piezas más
destacadas de la Biblioteca Británica y se puede consultar virtualmente aquí.
Fuentes:
CARROLL, Lewis; BUCKLEY, Ramón (trad.);
GARRIDO, Ramón (ed.). Alicia en el País de las Maravillas. A través del
espejo, Cátedra, Madrid, 2001.
- SOLANS MUR, Modest (ed.). Aventuras
de Alicia Bajo tierra, Esdrújula Ediciones, Granada, 2015.
Wikimedia Commons
Supongo que el espectáculo de Les Enfants Terribles que comentabas en otra entrada se llamó "Las aventuras de Alicia bajo tierra" por esta primera versión del libro... a parte de por tener lugar realmente bajo tierra, claro.
ResponderEliminarSí, seguramente en referencia a esta primera versión, y también para diferenciarlo del espectáculo infantil que se llamaba "Adventures in Wonderland".
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