23 de marzo de 2019

Alicia de William Sterling (1972)



Alice's Adventures in Wonderland es una producción musical británica de 1972, dirigida por el australiano William Sterling, cuyos trabajos anteriores habían sido las series Sherlock Holmes (1964) y la menos conocida Counterstrike (1969). Esta película fue su primer y último trabajo para la gran pantalla. Alicia fue interpretada por Fiona Fullerton, que  entonces tenía quince años, y más tarde sería chica Bond en Panorama para matar (1985). El cantante Michael Crawford, que hacía de Conejo Blanco, se convertiría entre 1984 y 1990 en el primer y más celebrado Erik del musical de Andrew Lloyd Webber El Fantasma de la Ópera.

La banda sonora estuvo a cargo del letrista Don Black y el compositor John Barry, también músico habitual en las películas del agente 007. Los actores interpretan ellos mismos las canciones, pero existe cierta confusión en el caso de Alicia: unas fuentes aseguran que fue la propia actriz, Fiona Fullerton, quien cantaba las canciones, pero otras sugieren nombres diferentes que no aparecieron en los créditos, como Maegan Moore o Natalie Farmer.

La película recibió dos premios BAFTA en 1973: al mejor vestuario (Anthony Medleson) y mejor fotografía (Geoffrey Unsworth).

Probablemente, lo más destacado de esta versión es su comienzo, que nos muestra la historia de Alicia no desde el principio del libro, sino desde la génesis del mismo. Tras los créditos de apertura, aparecen remando por el Támesis Lewis Carroll (Michael Jayston) y el Rev. Duckworth (Hywel Bennet), con las hermanas Liddel, Lorina (Victoria Shellard), Alicia (Fiona Fullerton) y Edith (Pippa Wickers). 


Desembarcan, preparan una abundante merienda y se tienden en la hierba, mientras la voz en off de Carroll va relatando los acontecimientos de la "tarde dorada", y comienza a improvisar el cuento. Alicia lo escucha al principio, pero se va adormilando al ver cómo Lorina levanta ante ella un castillo de cartas y Edith balancea unas margaritas ante sus ojos. 


De pronto, un conejo blanco choca contra el castillo de cartas, que salen volando a una altura antinatural, el entorno se vuelve rojizo, y el Conejo Blanco (el ya mencionado Michael Crawford) pisa la carta de la Reina de Corazones, la cual suelta un quejido y hace que Alicia despierte de su ensimismamiento. Alicia está ahora sola entre unas plantas altísimas. Sigue al Conejo Blanco a su madriguera y a partir de este momento la película ya inicia la sucesión de escenas canónicas de Alicia en el País de las Maravillas, con una canción escrita a propósito para cada secuencia. Hay un solo elemento de A través del espejo en la aparición de Tweedledee y Tweedledum.


Así, Alicia, tras caer por la madriguera, encuentra la puertecita que da al jardín, encoge al beber la poción y crece al comer el pastelito, llora amargamente pensando que está atrapada para siempre, encoge de nuevo al abanicarse, y nada en el lago de sus propias lágrimas. Sigue al Ratón (Davy Kaye) y a los otros animales a tierra firme, donde primero el Ratón intenta secarlos con una historia aburrida, pero al ver que no funciona, el Dodo (William Ellis) propone la Carrera Loca. Una vez todos secos, y con unos improvisados premios que Alicia encuentra de casualidad en sus bolsillos, todos se sientan a escuchar un cuento de Alicia, pero ella los espanta accidentalmente al mencionarles lo buena cazadora que es su gata Dinah.

Alicia se ha quedado sola, pero no tarda en encontrarse de nuevo con el Conejo, quien la confunde con su criada Mary Ann y la manda a su casa a por sus guantes y su abanico, cantándole una canción sobre cómo él nunca se equivoca en nada. Alicia obedece, y al beber de una botellita en casa del Conejo vuelve a crecer a un tamaño descomunal, y se queda atascada en la casita. El Conejo y el Jardinero intentan obligar al Lagarto Bill (Julian Chagrin) a que saque él mismo a Alicia de la casa (lo que, como es sabido, tiene funestas consecuencias para Bill), y al ver que no funciona, comienzan a tirarle guijarros a Alicia a través de la ventana. Las piedrecitas se transforman en pasteles, Alicia come uno y vuelve a disminuir de tamaño; tanto, que puede salir y esconderse de animales que aún discuten qué hacer con ella.

Tiene a continuación un encuentro con la Oruga (Ralph Richardson), quien, tras una discusión existencial, le ofrece coger trozos de la seta donde está sentada para poder crecer y disminuir a voluntad. Tras seguir paseando un rato por el bosque y cantar una canción, se encuentra con Tweedledee y Tweedledum (los gemelos Frank y Fred Cox, respectivamente) y les ayuda a pertrecharse para su enfrentamiento a vida o muerte. Son interrumpidos por el Cuervo, y Alicia vuelve a quedarse sola (y canta otra canción).


Llega a una casita en medio del bosque, y observa a cierta distancia el diálogo (cantado y bailado) entre el Lacayo-Pez (Peter O’Farrell) y el Lacayo-Rana (Ian Trigger). Alarmada por el estrépito proveniente de la casa, y tras un infructuoso diálogo con el Lacayo-Rana, Alicia entra en la ruidosa cocina de la Duquesa (un actor travestido, Peter Bull) y ve al Gato de Cheshire (Roy Kinnear) y a la Cocinera (Patsy Rowlands). Al ver el horrible trato que la Duquesa da al bebé, y dado que aquélla se lo pone literalmente en los brazos, Alicia sale de la casa y se pregunta qué hacer con la criatura, hasta que se convierte en cerdito y lo deja corretear.


Tiene lugar a continuación la Loca Fiesta del Té, con el Sombrerero (Robert Heltman), la Liebre de Marzo (Peter Sellers) y el Lirón (Dudley Moore). Alicia intenta tomar el té y disfrutar de la conversación, pero sus compañeros de mesa resultan demasiado absurdos para ella y acaba dejándolos.


Al entrar por una puerta en el tronco de un árbol, Alicia regresa al pasillo en al que cayó a través de la madriguera, y esta vez, con ayuda de los trozos de seta, logra por fin hacer las cosas en orden y llegar al precioso jardín del palacio real. Encuentra a los Jardineros-Carta que intentan pintar las rosas de rojo, y presencia el desfile de Cartas. Vuelve a ver al Conejo Blanco, y conoce al Rey (Dennis Price), la Reina (Flora Robson) y la Sota de Corazones (Rodney Bewes), y se une a la partida de croquet. La cabeza del Gato de Cheshire aparece y se insolenta con el Rey, quien corre a dar aviso a su magna esposa para que ordene una decapitación sumaria. Mientras tanto, la Duquesa se lleva a dar un paseo a Alicia, pero cuando llega la Reina, parece tener más deseos de ejecutar a la Duquesa que al Gato, por lo que la Duquesa se despide precipitadamente. La Reina le presenta a Alicia al Grifo (Spike Milligan), y lo deja con él mientras va a ver cómo andan las decapitaciones que ha ordenado.

El Grifo, a su vez, lleva a Alicia a ver a la Tortuga Falsa (Michael Hordern), y ambos le enseñan a bailar la Cuadrilla de las Langostas. Alicia se divierte mucho con estos personajes, pero pronto vuelve el Conejo Blanco y los convoca a los tres al juicio de la Sota de Corazones.



Alicia tiene un asiento privilegiado en el centro de la corte, y el juicio, aunque intenta ser legal y serio, se desarrolla con la improvisación y el caos propios del País de las Maravillas, con gran mareo de entradas y salidas de testigos, declaraciones a gritos y constantes murmullos del público. Por si fuera poco, Alicia se da cuenta de que está creciendo de modo incontrolado, y pronto su cabeza toca el techo. El Rey intenta obligarla a abandonar la sala, Alicia se niega, y el juicio continúa con la lectura de una carta anónima, que el Conejo Blanco lee cantando y animando el cotarro. La Reina considera que es prueba suficiente para dictar sentencia, Alicia se opone, y toda la corte comienza a pedir su cabeza a voces. Asustada, Alicia les grita: “¡No sois más que una baraja de cartas!”, y se cubre la cara… para despertarse en el regazo de Lorina. Dice a sus compañeros de excursión: “¡He tenido un sueño curiosísimo!”, a lo que Carroll contesta: “Ha debido de ser realmente curioso… pero ya es hora de irnos. Se está haciendo tarde”. La película termina con Alicia mirando plácidamente a su alrededor, con una suave sonrisa, mientras la barca deshace el camino por el Támesis.

Como adaptación de la obra de Carroll, esta versión es prácticamente perfecta. Sigue en orden los capítulos del libro (salvo el añadido de Tweedledee y Tweedledum, y algunas escenas suprimidas como la del Perrito o la Paloma) y conserva íntegros los diálogos, poemas y juegos de palabras originales. Es de lamentar, sin embargo, que no incluya una de las escenas más recordadas y queridas: la primera conversación entre Alicia y el Gato de Cheshire, justo después de la transformación del bebé-cerdito. Aparentemente, la secuencia llegó a filmarse, pero no se incluyó en el montaje final por el excesivo metraje. Personalmente considero que, si era forzoso elegir, habría sido más coherente con el resto de la película suprimir el pasaje de Tweedledee y Tweedeledum, y haber incluido el del Gato de Cheshire, con lo que se habría relatado íntegra la historia de Alicia en el País de las Maravillas.

La estética reproduce con fidelidad las ilustraciones de John Tenniel, y los colores del vestuario y los fondos son bastante acertados, vivos sin ser ridículos. Los disfraces, por el contrario, no están siempre muy bien logrados. El Conejo Blanco sobresalta en su primera aparición, el Gato de Cheshire resulta inquietante, y la Tortuga Falsa, en algunos planos, llega a ser terrorífica. No ayuda que su máscara, que debería ser de ternera (ya que la sopa falsa de tortuga se hacía con carne de vacuno), parezca más de un cerdo en muy malas condiciones. Además, al no aplicar efectos visuales a ningún personaje salvo Alicia, todos tienen el mismo tamaño, y rechina un poco ver al Lirón (que se supone que ha de caber en una tetera) sentado a la mesa junto a la Liebre y el Sombrerero.

Encuentro que la banda sonora es el apartado más cuestionable de esta versión. Hay muchas, muchas canciones. Quizá demasiadas. Algunas son muy cortas, de dos o tres versos apenas, lo que hace que en algunas escenas se canten varias (en la Loca Fiesta del Té hay tres). Y suenan todas muy parecidas. Salvo algunas excepciones como “La última palabra es mía”, con la que el Conejo Blanco se impone cuando Alicia le intenta explicar que ella no es Mary Ann, y “La canción de los juegos de palabras”, que anima la fiesta de la Liebre de Marzo, las canciones son baladas monotonales con las que Alicia reflexiona sobre su viaje y la gente que encuentra en él. El letrista Don Black no aprovecha el fantástico material que le ofrece Carroll: solamente las canciones “El baile de Dum y Dee” y “La nana de la Duquesa” proceden del texto original, y la primera, de hecho, es la canción infantil de la que provienen Tweedledee y Tweedledum. Todas las demás letras son de Black, y aunque son correctas para una película familiar, desde luego no mejoran el material del libro. Muchas canciones simplemente sobran… ¡hay hasta una para el momento en que Bill sale disparado por la chimenea!

Se trata, en definitiva, de una de las películas más fieles al libro filmadas hasta la fecha, con la encantadora innovación de presentarnos a Charles Dodgson, el Rev. Ducksworth y la hermana pequeña, Edith, antes y después del sueño de Alicia. Sería aún mejor si hubiera mantenido la impagable conversación entre Alicia y el Gato de Cheshire, si las canciones fueran menos y mejores, y si algunos disfraces no dieran escalofríos. Pero para cuando queramos ver una película “lo más parecida al libro” posible, esta adaptación es indiscutiblemente de las primeras de la lista. 


Fuentes:







2 comentarios:

  1. He pensado que esta versión es el equivalente en Alicia a "El mago de Oz", tienen características similares en cuanto al visual de los mundos. Me gusta bastante.

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  2. Hola Wow La Escena Que me Gusta y que me hubiera encantado ver mas de cerca es Cuando Alicia se Enoja por que el Sombrerero Loco le dijo Algo que la Hizo enojar ya que ella estaba Eh,Bueno Frustrada de las Locuras de los 3 y ella se aleja de ellos y se voltea y los ve a ellos Muy Seria y como me hubiera gustado ver el rostro de Alicia asi enojada y se aleja de ellos me encanta esta escena Alicia tiene su lado Rudo

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