9 de enero de 2019

Alicia de Tim Burton (2010)


El 5 de mayo de 2010 se estrenó la muy esperada versión de imágenes reales y animación por ordenador de Alicia en el País de las Maravillas de la factoría Disney. Fue dirigida por el popular Tim Burton, y contaba en el reparto a actores también conocidos como Johnny Depp y Helena Bonham- Carter. La banda sonora, bastante apreciable, estuvo a cargo de Danny Elfman. La película superó todas las expectativas de taquilla, recaudando más de ciento diez millones de dólares en su primer fin de semana, y desbancando así, por mucho, el récord establecido en diciembre del año anterior por Avatar, de James Cameron, que había conseguido unos setenta y siete millones. Posteriormente recibiría dos Oscars, por el diseño de vestuario (Colleen Atwood) y la dirección artística (Robert Stromberg).

Como es habitual en las adaptaciones cinematográficas de la obra de Carroll, la nueva versión de Disney combinaba elementos de Alicia en el País de las Maravillas y A través del Espejo, además de introducir personajes y conceptos originales. Prometía ser no una interpretación, sino una continuación de la novela de Carroll: el retorno de Alicia al País de las Maravillas.

La protagonista de esta versión se llama Alice Kingsleigh, y es una adolescente de clase media-alta, huérfana de un padre comerciante que soñaba con nuevas rutas marítimas, con una hermana mayor ya casada, y una madre que espera que acepte un matrimonio ventajoso con un joven al que no ama. La familia del joven, con la connivencia de la madre de Alice, le tiende una encerrona en una fiesta, y Alice recibe la petición de matrimonio ante docenas de familiares y amigos. No sabiendo cómo rechazarla sin romper la rígida etiqueta victoriana, Alice huye literalmente del lugar, siguiendo al Conejo Blanco, al que ya ha visto antes, y acabando en su madriguera.



A partir de entonces se suceden algunas escenas que siguen el desarrollo del libro original: Alice ha de conseguir la llave para salir del vestíbulo, come y bebe los productos que se le aparecen, cambia varias veces de tamaño, y abre por fin la puerta y llega al jardín, convencida, todo el tiempo, de que se trata de un sueño, y muy poco emocionada al respecto. 



Pronto aparecen los personajes más destacados de la obra original, muchos de los cuales tienen ahora nombres y personalidades diferentes: el Conejo Blanco "Nivens McTwisp" (voz de Michael Sheen); el Lirón hembra "Mallymkun" (voz de Barbara Windsor); el Dodo "Uilleam" (voz de Michael Gough) y Tweedledee y Tweedledum (voz de Matt Lucas). Estos personajes le explican a Alice que la han atraído a propósito a su mundo (que ahora se llama País de Abajo, Underland) porque dice una profecía que ella es la única capaz de matar al Jabberwock. Ésta es una criatura similar a un dragón que obedece a la malvada Reina Roja "Iracebeth" (Helena Bonham- Carter), la cual se ha servido del poder del Jabberwock y de un ejército de cartas para conquistar el país a sangre y fuego.



Tras consultar con el profeta, que es la Oruga "Absolem" (voz de Alan Rickman), y ver el mismísimo pergamino de la profecía, Alice ni se inmuta porque sigue convencida de que está soñando y se va a despertar el cualquier momento. Ello hace que viva todas las aventuras siguientes sin pestañear, aburrida y sin ninguna noción de peligro incluso cuando resulta herida.

Alice va viajando de manera accidentada y accidental por el País de Abajo y encontrando diferentes personajes: partidarios de Iracebeth como la Sota de Corazones "Ilosevic Stayne" (Crispin Glover) y la criatura Bandersnatch, y potenciales aliados como el perro Bayard (voz de Timothy Spall), el Gato de Cheshire "Chessur" (voz de Stephen Fry) o el Sombrerero "Tarrant  Hightopp" (Johnny Depp), el cual explica, por cierto, que se volvió loco cuando la Reina de Corazones masacró a su familia. Con la ayuda de estos rebeldes, Alice se infiltra en el Palacio de la Reina de Corazones, donde descubre que la espada vorpalina es la única arma capaz de matar al Jabberwock.


Alice consigue hacerse con la espada y va a entregársela a la Reina Blanca (Anne Hathaway), que es hermana y rival de la Reina de Corazones. Tras preparar y hacerle beber a Alice una poción que incluye dedos humanos y su propia saliva, la Reina Blanca le explica que su hermana le arrebató el poder hace tiempo, pero que, como ella hizo un voto de "no causar daño a ninguna criatura viviente", tiene que ser Alice, la heroína de la profecía, quien lidere su ejército, empuñe la espada y decapite al dragón en su nombre. Alice lleva toda la película diciendo que no piensa matar a nadie y que ella tiene el control sobre todo lo que pasa en su sueño, pero al día siguiente se presenta en el campo de batalla con la espada y una armadura, muy dispuesta a encabezar un baño de sangre.


En medio de la lucha entre el ejército blanco y rojo, Alice logra cortar la cabeza del dragón, con lo que los soldados de la Reina de Corazones entran en pánico y abandonan el combate. La Reina Blanca y sus aliados celebran la victoria, y la Reina de Corazones y la Sota de Corazones son encadenados el uno al otro y obligados a partir al destierro. A continuación, la Reina Blanca recoge en una copa la sangre que sigue manando del cuello cercenado del Jabberwock, y se la entrega a Alice, diciéndole que si la bebe se transportará donde ella quiera. Tras despedirse de sus amigos, y posiblemente creyendo todavía que está en un sueño, Alice se bebe la sangre y vuelve al mundo real, donde no ha pasado el tiempo.

Alice vuelve a la fiesta, declina de modo bastante grosero la propuesta de matrimonio, dirige una frase áspera a varios miembros de su familia (y sin embargo no le dice a su hermana que su marido la engaña, hecho que ella misma ha presenciado con anterioridad), y le propone al padre del joven cuya mano acaba de rechazar convertirse en su socia de negocios, lo que al comerciante le parece una idea de lo más adecuada en ese momento y lugar. La película concluye con la imagen de Alice a bordo de un barco a Hong Kong, una de las rutas que había visionado su padre (con la desafortunada implicación de que posiblemente se dispone a traficar con opio). Una mariposa azul se posa en su hombro, y Alice reconoce en ella a Absolem. 

El punto fuerte de la película es el concepto visual. Tim Burton incorpora su habitual imaginería surrealista, dislocada y siniestra, sin escatimar detalles macabros (Mallymkun le arranca un ojo a la criatura Bandersnatch, el foso que rodea el castillo de la Reina de Corazones está saturado de cabezas cortadas hinchadas y pálidas, Alice decapita sin contemplaciones al Jabberwock) ni fetichistas (Ilosevic Stayne empuja contra la pared a Alice, que en ese momento mide unos dos metros y medio, y le susurra que le atraen las mujeres grandes). Las criaturas monstruosas son espectaculares, el entorno muy colorido y detallado, los trajes extravagantes y los efectos impecables. Sin embargo, el hecho de que prácticamente no se utilizaran decorados ni utilería, y que el incluso el vestuario que usaban los actores reales, como el traje de la Reina de Corazones y la armadura de Stayne, fuera "mejorado" por ordenador, hace que el aspecto general del País de Abajo, aunque deslumbrante, sea artificial. Las plantas son hermosas, pero parecen de plástico; los castillos de las Reinas son impresionantes, pero parecen de un parque de atracciones. Es un mundo que está bien hecho pero no tiene vida.

La narrativa y la actuación, por su lado, son deplorables. Alice es una heroína increíblemente apática. Con la justificación de que todo es un sueño que no va a tener consecuencias, no manifiesta ninguna emoción en toda su aventura por la Tierra de Abajo. No se cree nada de lo que le dicen ni parece importarle lo que le pase, y, tanto cuando se deja arrastrar en los enfrentamientos que la rodean, como cuando decide tomar la iniciativa y dar órdenes a los demás, tiene la expresión aburrida de quien ha de terminar por obligación una tarea tediosa. La Reina Blanca es muy similar en ese sentido: como ha hecho un voto de no atacar a nadie, no siente ni padece por nada; simplemente ordena a los demás que realicen las masacres por ella, y no se inmuta ante ninguna atrocidad, lo que se traduce en una interpretación insulsa. Los demás personajes, como el histriónico Tarrant Hightopp o la histérica Mallymkun, intentan compensar la falta de espíritu de sus compañeros de lucha sobreactuando de un modo penoso.

Hay, con todo, un solo motivo por el que la película fracasa como adaptación de la obra de Carroll: destruye todo lo que la hacía maravillosa. No hay adivinanzas, poesías, juegos de palabras, diálogos ingeniosos; no hay situaciones absurdas, interrogatorios con trampa o carreras locas. La inocente chifladura del Sombrerero se ha convertido en un caso grave de estrés postraumático, y el soñoliento Lirón parece ahora atiborrado de metanfetamina. Han eliminado todo lo que de aleatorio y de espontáneo tenía el viaje de Alicia por el País de las Maravillas para darle una razón y un argumento a esta segunda visita... lo que no debería necesariamente ser malo, si el argumento no fuera el más trillado de la historia. Un personaje normal y corriente descubre que es el único que puede derrotar a un enemigo que amenaza un mundo que probablemente ni siquiera es el suyo. El retorno de una Alicia adulta a un País de las Maravillas que ya no recuerda supone una idea fantástica con un potencial ilimitado, y sin embargo la desperdician en la más ramplona de las películas de aventuras.

Fuentes: 


Alice in Wonderland: an illustrated journey through time, de Mark Salisbury. Disney Editions, Nueva York, 2016.

Designing Costumes for Tim Burton's 'Alice in Wonderland', por Amanda FitzSimons.



3 comentarios:

  1. Recuerdo haber visto un par de veces la versión de Alicia del 51 siendo niño, y a día de hoy, más de treinta años después, guardo una imagen muy clara de ella, incluso podría citar varios de sus diálogos. En cambio esta otra versión de comentas la vi hace solo tres años, y el único recuerdo que guardo de ella es que la Reina de Corazones era cabezona y que Alicia quedaba ridícula con su armadura, como una especie de Juana de Arco de serie B. Creo que no hace falta decir mucho más. Cuando una película (o libro, o persona) te cala hondo y a otra la olvidas, por algo será.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es fácil olvidar una película cuando, por buenos que sean sus efectos visuales, adolece de una historia completamente anodina. Intentaron "renovar", "actualizar" o "modernizar" un mundo y unos personajes que no lo necesitaban para nada. Un Sombrerero que está genuinamente trastornado, una Reina de Corazones que sí decapita a sus enemigos, una Alicia que mata a un dragón y bebe su sangre... Pasado el valor de impacto, resulta que la película ya no tiene otro valor.

      Eliminar
  2. La empecé a ver en su momento pero me quedé dormida nada más regresar Alicia al País de las Maravillas y es una película que no me apetece nada ver. La segunda parte tampoco.
    Tim Burton tiene películas buenas (Batman vuelve) y bonitas (La novia cadáver), pero creo que no siempre acierta. Miedo me da la de "Dumbo" que está por estrenar...

    ResponderEliminar

Artículos más leídos