25 de diciembre de 2020

Segundo cumpleaños de Estudios Carrollianos

 



Hemos pasado otro año investigando el legado de Lewis Carroll, y seguimos teniendo la sensación de que no hemos hecho más que empezar. Cada lectura, reseña y descubrimiento nos lleva a otros textos, a otras obras, a otros artistas. No parece que se acabe nunca, y no queremos que se acabe. Para nada. Queremos seguir sorprendiéndonos con todo lo que Lewis Carroll creó a lo largo de su vida, y con todo lo que ha sido creado más tarde gracias a él.


De nuevo gracias, queridos lectores, por la compañía y el apoyo, y por las ganas de aprender y asombrarnos que compartimos. 


                                                                                     Irene Martínez   

21 de diciembre de 2020

Trini Tinturé (1938- )

 

 

Trini Tinturé en 2010. 
Fotografía de Guillem Medina, cortesía de Wikimedia
 
 
 

La artista catalana Trinidad Tinturé Navarro (Lleida, 1938), que suele firmar como Trini Tinturé, es una historietista e ilustradora de series para niñas y adolescentes, muchas de ellas publicadas en el mercado exterior. 


Portada del número 66 de la revista Piluchi (1959)

Trini Tinturé nació en plena Guerra Civil Española.​ Su familia de seis miembros vivía de los ingresos de su padre, carpintero de oficio. Desde muy pequeña garabateaba en el reverso de "facturas de la luz, hojas de calendario y cartillas de racionamiento". Cuando tuvo edad para ayudar en casa, decidió tomar los recados para su padre mientras él estaba trabajando fuera, y se entretenía en el taller haciendo dibujos con sus lápices de carpintero en pedazos de madera descartados.

 

Cómic en la revista June and School Friend (1971)


Su madre solía sentarse a dibujar con ella en sus ratos libres, pero, a ojos de su familia, su afición  era "tan encantadora como inútil". A pesar de que en 1955 fue galardonada con la 1ª medalla de dibujo artístico del Círculo de Bellas Artes de su ciudad natal, le costó obtener permiso de sus padres para, dos años más tarde, irse a Barcelona a vivir con una tía abuela e intentar ganarse la vida como ilustradora. No le fue tan difícil, una vez allí, encontrar trabajo como historietista en pequeñas editoriales (Gráficas Soriano, Indedi), ya que las adaptaciones en cómic de cuentos de hadas estaban en boga. También probó con la publicidad, y aunque no le fue mal, prefirió continuar con los cómics para un público femenino. En 1960 consiguió entrar en Bruguera, donde dibujó historias cortas para revistas como Blanca, Celia y Sissi, y desde ahí dio el salto al mercado exterior a través de su agencia Creaciones Editoriales. Sus cómics se publicaron en revistas de Alemania, Austria y el Reino Unido. Algunas de sus series favoritas fueron "Oh, Tinker!", para la revista June and School Friend, sobre una pequeña hada (en España se publicó como "El hada Violeta"), y "Curly", para la revista Twinkle, sobre una niña y su corderito (también publicada en España). 



A partir de 1981, con Andreu Martín y Francisco Pérez Navarro como guionistas,  desarrolló su serie más popular en España: "Emma es encantadora", sobre una bruja adolescente, para la revista Lily. Siguió trabajando en esta serie hasta el cierre de la editorial Bruguera en 1986. 



Durante cinco años trabajó para la editorial alemana Bastei, concretamente en la revista Biggi. Su colaboración más longeva fue con la revista holandesa Penny, para la que dibujó durante quince años "Liefde in de lucht" ("Amor en el aire"), una historia sobre tres adolescentes y su madre, divorciada, que heredaban de forma inesperada una granja  de caballos y debían aprender a cuidarlos, al tiempo que vivían románticas aventuras con los nuevos vecinos. 


Ilustración para Penny (s/f). 

En 2015, el 33 Salón Internacional del Cómic realizó una exposición titulada "Autoras del cómic femenino en el franquismo (1940/1970)", en la que se incluyeron sus trabajos. Más recientemente, en abril de 2019, se le entregó el premio honorífico 2018 del Colectivo de Autoras de Cómic. 



Trini Tinturé realizó en 1973 una adaptación en cómic de Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a Través del Espejo, para la colección "Joyas Literarias Juveniles" de la editorial Bruguera. La adaptación de los textos para el cómic - muy simplificada y con un lenguaje infantil contemporáneo - estuvo a cargo de José Antonio Vidal Sales, "Cassarel". El libro se publicó con portada de la propia Trini Tinturé y un precio de 20 pesetas, y tuvo una segunda edición en 1978, esta vez con un sustancial aumento de precio (pasó a valer 30 pesetas). 



En 1986 se incluyó en la colección "Historias Color", con la portada de Antonio Bosch Penalva, y con el apellido de la autora "castellanizado" a "Tintoré". Esta versión tuvo también varias reediciones. Posteriormente, tras la compra de los derechos por Ediciones B, ha aparecido en la colección "Grandes Aventuras" de El Periódico y en otras publicaciones. 



Siendo como era ya una especialista en dibujar adolescentes y mujeres jóvenes, no es de extrañar que la Alicia de Trini Tinturé sea una niña de proporciones realistas y un aspecto vivo y alegre.




Sin embargo, merced a un entintado de pésima calidad, el Conejo Blanco es naranja, Alicia es pelirroja en la mayoría de la historia pero rubia en algunas viñetas (y del color del fondo en muchas otras), y tiene los ojos azules de vez en cuando, pero sin colorear en la mayoría de ocasiones. 


"¡Caramba!" se queda corto.


La interpretación de Trini Tinturé de los conocidos personajes carrollianos difiere, a veces, del canon: la Liebre y la Tortuga Falsa son de sexo femenino; el León y el Unicornio son piezas de ajedrez; el Sombrerero y algunos personajes humanoides como la Oruga y los Jardineros tienen orejas puntiagudas; y, notablemente, la Duquesa fea es la más hermosa de cuantas he visto. Las orejas del Sombrerero, por lo menos, pueden tener su origen en la infame traducción de Maricel Lagresa Colom, quien, en el texto al que este cómic acompaña, no tiene ningún empacho en llamar "Duende" y "Gnomo" al Sombrerero.



La rara fiesta del té.


Una máxima tan hermosa como quien la dice.


Trini Tinturé es también uno de los pocos ilustradores que, en el Mundo del Espejo, ha dibujado un Caballero Blanco joven y apuesto: en ningún momento del texto se menciona su edad, pero la gran mayoría de versiones sigue al anciano de cabellos blancos de Tenniel. Aquí, a pesar de montar un incómodo caballo de ajedrez, es un gentil doncel medieval. 




A pesar del terrible coloreado, que a veces impide apreciar las ilustraciones en lo que valen, los dibujos de Trini Tinturé son muy adecuados para narrar las aventuras de Alicia: los gestos de la niña son variados y expresivos, el movimiento está muy bien conseguido y los fondos dan una gran vida al mundo por el que se mueven los personajes.




El texto, como comentábamos anteriormente, está muy abreviado, simplificado y adecuado a un lenguaje juvenil, lleno de onomatopeyas y expresiones coloquiales. Aun así, no está exento de frases algo más elaboradas y un vocabulario que hoy dejaría perplejo a un lector de la edad recomendada, desde "equidad" a "sugestivas", pasando por "inusitadamente" y "liza", además del exquisito "pérfido y alevoso" con que uno de los animales de la Carrera Loca califica al gato que menciona Alicia. 



Las versiones dobles - en texto y en cómic -  eran habituales en los libros juveniles de los sesenta a los ochenta. Las colecciones mencionadas como "Joyas literarias juveniles", "Historias color" o "Grandes Aventuras Color" incluían siempre una versión en viñetas paralela al texto, fuera para añadir diversidad y color a una lectura que, para niños de nueve u once años, podría ser todavía demasiado extensa, o para entretener a niños de menor edad. La de Trini Tinturé no fue la primera: ya había versiones en cómic de Alicia por la también catalana María Barrera (1959) y el aragonés Adolfo Buylla (1963). Sin embargo, Trini Tinturé es la primera que adapta también las aventuras de la niña al otro lado del espejo, y que proporciona movimiento y animación a los personajes, que en otras versiones parecen figuras recortables. 




Esta versión en viñetas, si bien adolece de algunos defectos no achacables a la ilustradora - el texto original está demasiado resumido, y el trabajo de coloreado es penoso - constituye una muestra significativa de lo que durante muchos años fue el tebeo "para niñas" en nuestro país, y posiblemente sea el mejor ejemplo de adaptación en cómic del clásico de Carroll. Me gustaría que ésta y otras versiones de Trini Tinturé de novelas y cuentos juveniles se reeditaran, con un nuevo coloreado que les hiciera justicia. Sin embargo, en vista de que Glénat dejó a medias una reedición de la obra más popular de la autora, "Emma es encantadora", dejando frustrados a fans y nostálgicos, es poco probable que obras sueltas como ésta vean alguna vez de nuevo la luz. Pero yo me guardo, para futuros usos, una viñeta en la que me veo a mí misma cada vez que descubro una nueva y espantosa versión cinematográfica de Alicia, y pienso que tarde o temprano la tendré que reseñar.





 

Fuentes: 


La biblioteca de la marmota, blog de Marta Mata, en el que puede leerse otra reseña de esta adaptación.


La memoria frívola, blog de Alejandro Capelo, en el que se puede leer el cómic completo.


Trini Tinturé, página oficial de la autora.

 

Trini Tinturé en Lambiek Comiclopedia.

 

Trini Tinturé en Tebeosfera, cultura gŕafica.

 
 
 
 

 

1 de diciembre de 2020

Alicia encuentra el jardín de flores vivas (1951)

 




Little Golden Books es una colección de libros infantiles fundada en 1942 por Georges Duplaix, de Simon & Schuster. Se trata de libritos de pequeño formato, tapa dura y un lomo cubierto con una característica etiqueta dorada, que contienen tanto cuentos originales como historias basadas en personajes de películas y series populares. Duplaix pretendía sacar una línea de cuentos infantiles que fueran atractivos, coloridos y duraderos, pero también económicos: se vendían a 25 centavos, y su precio se mantuvo así hasta 1962, en que Western Publishing, que había adquirido los derechos de la colección unos años antes, subió el precio a 29. 


Primera edición de Three Little Kittens.


Los doce primeros títulos de la colección se lanzaron simultáneamente. El primer libro se tituló Three Little Kittens, y fue escrito por Marie Simchow Stern. El octavo de la colección, The Poky Little Puppy, de Janette Sebring Lowrey, es el libro infantil más vendido de la historia, y un ejemplar de la primera edición se considera un valioso artículo de coleccionista. Cada libro tiene un autor distinto, tanto si escribe un cuento original como si recurre a personajes de otras licencias. Muchos autores que comenzaron escribiendo o ilustrando estos cuentos en los años 40 alcanzaron posteriormente gran relevancia en la literatura infantil, como Corinne Malvern, Tibor Gergely, Gustaf Tenggren, Feodor Rojankovsky, Richard Scarry, Eloise Wilkin o Garth Williams. 


Primera edición de The Poky Little Puppy.


La temática de los Little Golden Books es variada, desde cuentos de hadas y canciones tradicionales hasta historias de la Biblia; e incluye cuentos educativos, como los que tratan sobre el desarrollo emocional del niño, enseñan los números, colores o formas, o instruyen en aspectos de naturaleza, ciencia o tecnología. Las franquicias de cine, televisión y juguetes que han aparecido en los libros a lo largo de los años son muy numerosas: hay cuentos con personajes de Barrio Sésamo, los Teleñecos, Thomas la Locomotora, Rin Tin Tin, Lassie o Barbie; más recientemente, hay también de Power Rangers, Marvel, La Guerra de las Galaxias o Parque Jurásico. A lo largo de los años, se han ido introduciendo novedades, como los Big Golden Books, para niños mayores de cinco años, o los Melody Golden Books, que contenían un chip de música que tocaba canciones tradicionales o de series y películas, según el cuento correspondiente. Sin embargo, los Little Golden Books originales han mantenido su formato y apariencia, de modo que una ejemplar actual es idéntico a las primeras impresiones, y continuamente se reeditan en cajas de coleccionista, por años o temática. 


Una edición conmemorativa del 75 aniversario, 
con doce cuentos escogidos entre los más populares.


En 1944, Walt Disney en persona firmó un acuerdo con Simon & Shuster para que usara sus personajes y sus películas en los Little Golden Books. En una época en que los libros infantiles ya eran un lujo, los editados por Disney eran aún más exclusivos, y los precios económicos de esos libritos pondrían a Disney al alcance de todo el público. El estudio no escatimó recursos para hacer que se vendieran, y encargó a sus propios artistas las ilustraciones de muchos de esos libritos: Bill Peet, Mary Blair, Al Dempster, John Hench, Bill Justice, Ron Dias y Reta Scott Worcester, entre otros, trabajaron en los Little Golden Books, aunque los libros no indican el nombre del ilustrador. El primer título de Disney en la colección se publicó en septiembre de 1944 y fue Through the Picture Frame, una adaptación del cuento "Ole Lukoie" ("Pegaojos") de Hans Christian Andersen, escrito por Robert Edmunds. Los primeros títulos de Disney formaban parte de una colección separada de los Little Golden Books llamada "Walt Disney's Little Library" y, aunque el tamaño y formato eran idénticos, no tenían la banda dorada cubriendo el lomo. 




En 1951, el mismo año en que Disney estrenó su Alicia en el País de las Maravillas, publicó en los Little Golden Books tres libros que seleccionaban algunas de las escenas de la película: Alice Finds the Garden of Live FlowersAlice Meets the White Rabbit, y Mad Hatter's Tea Party; y uno que resumía la película completa, Alice in Wonderland, todos con textos adaptados por Jane Werner. Estos libros ya tenían en la portada "A Little Golden Book" en lugar de "Walt Disney's Little Library" y lucían orgullosamente su lomo dorado. 



La primera página de Alicia encuentra el jardín de flores vivas introduce a los lectores en la historia de esta manera: "Érase una vez, había una niñita llamada Alicia, una agradable niñita más o menos de tu tamaño. Pero un día se encontró con que medía tres pulgadas: no tan grande como tu mano. ¡Imagínate su sorpresa!". Al principio, a Alicia le parece divertido ser tan pequeña, porque puede usar una hoja como sombrilla y sentarse en una caja de cerillas como si fuera un banquito. 




Pero enseguida se aburre, porque no hay niños tan pequeños como ella, y sale a buscar a alguien con quien jugar. Camina y camina a través de la hierba, y acaba oyendo voces, así que se apresura al lugar de donde proceden, pero solo encuentra un jardín de hermosas flores. 



Al ver unos extraños insectos alrededor, se pregunta en voz alta qué pueden ser, y una voz le contesta que son mariposas panqué y un caballito mecedora. Alicia dice que le gustaría saber quién le habla, y se presentan las flores parlantes, como la Rosa, el Iris, la Gloria de Levantarse por la Mañana, y el Narciso Confuso, que además le muestran otras criaturas del jardín como las perriorugas y gatiorugas. A Alicia le encantan las amables Flores y los graciosos insectos, y decide quedarse un buen rato con ellos. 



Pero pronto las Flores comienzan a preguntarle por su jardín de procedencia, y al enterarse de que Alicia no es una flor, dan por hecho que es una mala hierba. Todas comienzan a gritar que no quieren malas hierbas allí; las perriorugas comienzan a ladrar y las gatiorugas a bufar, y el Diente de León le ruge. Asustada, Alicia sale corriendo, y desea poder recuperar su tamaño normal. 



Mientras descansa sentada sobre una pequeña seta, oye que alguien le pregunta "¿Quién eres tú?" y descubre que hay una gran Oruga sobre un hongo, fumando en una pipa de agua. Le explica su problema, y se lamenta de que tres pulgadas es una estatura miserable, pero la Oruga, que mide exactamente eso, se ofende terriblemente, se pone a fumar con tanta fuerza que los anillos de humo lo envuelven, y acaba desapareciendo entre ellos. Viendo que solo han quedado su pipa y sus babuchas, Alicia piensa que ya no podrá ayudarle, pero entonces descubre que se ha convertido en Mariposa y está revoloteando a su alrededor. La Mariposa le recomienda que coma un trozo de seta. Alicia piensa que cualquier cosa puede ocurrir en el País de las Maravillas (cabe señalar que ninguno de los personajes le ha dicho en ningún momento que está en el País de las Maravillas), y come un trocito de seta, lo que la hace crecer y crecer hasta que alcanza, de nuevo, "más o menos tu tamaño". 



Alicia está satisfecha con haber vuelto a su tamaño: le parece bien que las flores y los insectos sean pequeños, pero ella prefiere ser ella misma. 



El cuento está pensado para niños, como diría el propio Carroll, "de ninguno a cinco años". Las grandes y coloridas ilustraciones ocupan la mayor parte de las catorce páginas del libro, y el texto, claro y simple, remite a los dibujos y se dirige también a los pequeños oyentes. Y es también, como hemos mencionado anteriormente, un pequeño artículo de lujo. Los dibujos son hermosos, con unos contornos apenas visibles y unos colores vivos pero no chillones. La impresión es de calidad; tiene tapas duras, hojas gruesas, y un ex libris en la cara interior de la portada donde aquellos que comienzan a escribir pueden trazar las letras de su nombre. Los juguetes y los libros son las primeras posesiones que un niño puede identificar como suyas, y para los niños que nacieron justo después de una guerra, en una época en la que un libro infantil como Ginger Pye, publicado también en 1951, costaba dos dólares y medio (unos $25 en la actualidad), los pequeños libros dorados debieron de significar oro de verdad.




Fuentes:


Little Golden Books 


LUE, Alex. "Disney Golden Books That Made a Childhood Magical", en Inside the Magic, 24 de septiembre de 2020.


The Disney Wiki 


Wikipedia 


YOSHINARA, Craig. "The Disney Era of Little Golden Books", en Disneynerds, 28 de febrero de 2017.



18 de noviembre de 2020

René Bour (1909- 1934)

 


Autorretrato, sin fecha.


René Bour fue un artista francés de principios del s. XX, especializado en dibujo en trazo continuo. Murió muy joven, dejando unos pocos libros ilustrados que se publicaron póstumamente. El primero de ellos que vio la luz, unos años después de su muerte, fue su versión de Alicia en el País de las Maravillas (1937), que también había traducido él mismo. Una década más tarde se publicarían Contes de Perrault (1950), Les travaus [sic] de Heracles (1951), y el libro de poemas Les Metamorphoses (1953). La traductóloga Justine Houyaux señala en un twit que también ilustró la Biblia, pero no he encontrado reproducciones de ningún dibujo para tal obra. 


Ilustración del León de Nemea para Les travaus de Heracles.


No he podido averiguar nada sobre su corta vida, salvo lo que mencionan Justine Houyaux y Gilles Baud, hijo del ceramista André Baud, quien era a su vez un pariente del artista. Por Houyaux conocemos la anécdota de que René Bour construyó manualmente una guillotina que colocó cerca de su cama. Por Gilles Baud sabemos las ilustraciones que acompañaban al poema "Les tendres souhaits", de Charles-Henri Ribouté, incluido en Les Metamorphoses, fueron grabadas en platos de cerámica blanca por André Baud. 


Uno de los dibujos de Bour con una estrofa manuscrita, 
y su reproducción en cerámica por André Baud.

La primera edición de Alicia de Bour se publicó en París en 1937, por la editorial Desclée de Brouwer. Constaba de un prefacio del periodista y escritor Pierre Mille, y el frontispicio era un autorretrato de Bour. 



La traducción se considera "escrupulosa" (una edición portuguesa de 1951, que lleva sus ilustraciones, se tradujo desde esta versión) e incluso "la primera que logró reproducir en francés el ingenio de Carroll", y las ilustraciones son extremadamente minimalistas. Todas están realizados en un trazo sobre un fondo completamente blanco.


El Conejo Blanco y los animales de la Carrera Loca.

Alicia se pregunta qué ocurriría si atravesara la Tierra.

Alicia con el Grifo y la Tortuga.

La Merienda Loca.

La Alicia de Bour se reeditó en 1949, con una portada amarilla muy llamativa, un prólogo de Dominique Aury, destacada traductora y escritora (y, bajo pseudónimo, autora de la popular novela pornográfica Historia de O), y con la anterior presentación de Pierre Mille en el posfacio. Esta edición "amarilla" es la que en 1951 fue traducida al portugués por Henrique Marques Júnior, conservando las ilustraciones de Bour, y la que es - relativamente - más fácil de encontrar en la actualidad.



El trazo continuo escogido por Bour para todas sus ilustraciones recuerda inmediatamente al que quizá sea el máximo artista en este estilo, Pablo Ruiz Picasso (1881- 1973), que realizó cientos de dibujos de este modo (como las muchas versiones de su celebérrima "Paloma de la Paz") entre 1919 y 1924. Dada la enorme influencia que tuvo Picasso en la pintura francesa, es posible que Bour conociera algunos de estos dibujos. 


Una de las muchas representaciones de bailarinas de Picasso.

En la actualidad, cultivan este estilo el también francés Christophe Louis "Quibe" y la pareja formada por Emma y Stéphane, que se hacen llamar "Differantly" o "DFT", y han realizado diseños para marcas como Google, Nike, Adidas, Apple, Hermès o Nissan. 


Algunas copias de la Alicia de Bour, así como de sus otras obras, se pueden encontrar en librerías de segunda mano en Internet, con precios variables. No me consta que haya ediciones modernas. El autor no vivió lo bastante como para construir una carrera sólida, pero creo que sería interesante una edición integral de todas sus obras, por lo menos por el interés artístico e histórico de sus dibujos minimalistas. 




Fuentes: 


Alice: 150 Years and Counting..., exposición virtual de la Universidad de Maryland.

BAUD, Guilles. "René Bour", en André Baud, un céramiste du XXème siècle

HOUYAUX, Justine. Twit sobre las ilustraciones de René Bour para Alicia, 3 de noviembre de 2020.


8 de noviembre de 2020

David Hall (1905- 1964)

 


David Hall (con el megáfono) con el equipo de rodaje 
de My Fair Lady ©️Warner Brothers, 1963.


David Samuel Hall fue un ilustrador y director artístico que tuvo una muy breve, pero muy fructífera, colaboración con los estudios Disney, donde realizó arte conceptual y storyboards para, entre otras, dos películas que no se completarían hasta una década más tarde: Alicia en el País de las Maravillas (1951) y Peter Pan (1953). No es mucho lo que se sabe de este autor, del que no parecen haberse publicado más fotografías que la que encabeza este artículo. 


Hall nació en Cork, Irlanda del Norte, en 1905. Unos años más tarde su familia emigró a Estados Unidos y se instaló en Los Ángeles, donde Hall cursó sus estudios de dibujo; no he logrado averiguar en qué institución. El primer trabajo del que se tiene constancia es el diseño de decorados en Rey de Reyes (Cecil B. DeMille, 1927). Siguió contribuyendo en la dirección artística de numerosas películas como Un marido afortunado (Hot for Paris, Raoul Walsh, 1929), La máscara de hierro (Allan Dwan, 1929), The Dancers (Chandler Sprague, 1930), ¡Vaya mujeres! (Women of all nations, Raoul Walsh, 1931), La mascota del regimiento (Wee Willie Winkie, John Ford, 1937, por la que fue nominado al Oscar a la mejor dirección artística) y  Los Tres Mosqueteros (Allan Dwan, 1939). 

 

   
Diseño de decorado para La mascota del regimiento (1937).


Hall comenzó a trabajar en los estudios Disney el primero de marzo de 1939 como artista conceptual en el departamento de storyboards, y realizó un trabajo ingente en los diez meses que estuvo allí: solo para Alicia presentó más de cuatrocientos bocetos a lápiz, ilustraciones en tinta y acuarelas. Con el guion de Al Perkins, que ya en 1938 había realizado una adaptación de los libros en 160 páginas, y canciones de Frank Churchill, llegó a filmarse un carrete Leica con el storyboard. Aunque Walt Disney en persona estaba entusiasmado por el elaborado y personal estilo de Hall, finalmente lo descartó por ser demasiado siniestro y hasta terrorífico para un público infantil, y muy difícil de animar. Además, factores externos (las restricciones económicas impuestas a los estudios debido a la Segunda Guerra Mundial) detuvieron el desarrollo de la película. 


Arte conceptual para Bambi (1939).

Hacia finales de 1939, Hall realizó también unas preciosas acuarelas para Bambi (1942) y Peter Pan (1953). Es posible que también colaborara en las partes animadas de la película documental El dragón chiflado (1941), pero no se ha conservado ningún boceto. Hay un guiño al autor, eso sí, en la parte de imagen real de la película, en que se pueden ver algunos de sus modelos para Peter Pan en las paredes del estudio que visitan los personajes.


Arte conceptual para Peter Pan (1939).

Hall dejó los estudios Disney en enero de 1940, y siguió trabajando como director artístico en el mundo del cine. Participó en docenas de películas, de las que cabe destacar Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951), Ben-Hur (William Wyler, 1959), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Vincente Minelli, 1962) o My Fair Lady (George Cuckor, 1964). A principios de 1960, también colaboró con el diseño de mapas y decoraciones de Freedomland, un parque temático dedicado a la historia estadounidense, ubicado cerca de Nueva York, en Baychester. 


David Hall falleció en 1964 a causa de un ataque cardíaco. No llegó a ver el estreno de la última película para la que trabajó, La historia más grande jamás contada (George Stevens, 1965). Aunque nunca consiguió un Oscar por su aportación artística, George Cuckor sí compartió con él, que había sido su ayudante de dirección, el que recibió como director por My Fair Lady


Arte de producción para La historia más grande jamás contada.


Las ilustraciones de David Hall son, como hemos mencionado, considerablemente siniestras. Walt Disney, que ya en 1931 había comprado los derechos de los dibujos de John Tenniel, le pidió que se ciñera a ellos lo máximo posible, y Hall respetó al autor original, pero añadiendo dimensiones, movilidad y fluidez a unos dibujos que posteriormente debían ser animados. Hall es el responsable de la imagen de Alicia que para muchos es canónica: sumó unos pocos años a la niña, convirtiéndola en una muchachita alta y ágil, y le proporcionó la melena rubia, el vestido azul celeste y el delantal blanco que ya harían historia.



Dotó de vida y expresión a muchos objetos secundarios, muy al estilo de las Alice Comedies con las que Disney había comenzado a demostrar su interés por la obra de Carroll. Uno de ellos fue la botella "bébeme", que en un principio iba a ser el primer personaje con el que Alicia hablaría en el País de las Maravillas.




Hall también rescató y diseñó a algunos personajes que en el libro original solo se mencionan, como Mary Anne, la criada del Conejo Blanco, o un Mono que no aparece en el libro pero Tenniel sí incluyó en una de sus ilustraciones.



Sin embargo, su originalidad e innovación hicieron también que el sueño de Alicia resultara amenazante, macabro, y mucho más violento que en el texto original. 




Ya durante su caída por la madriguera, unos murciélagos advierten a Alicia de que la Reina de Corazones la matará si llega abajo, pero, de hecho, prácticamente todo aquello que encuentra la intenta matar. El Sombrerero y la Liebre, que ya dan bastante miedo de por sí, untan mermelada de fresa o frambuesa sobre la cara y los ojos del Conejo Blanco (y no es que sea casualidad que parezca sangre) y luego pretenden cortarle las piernas a Alicia con un par de tijeras y un enorme cuchillo.



En otra escena, cuando el cuello de Alicia se estira desmesuradamente al comer la seta de la Oruga, su cabeza llega hasta un nido donde unos pájaros de aspecto totalmente inocente - con trajecitos de marinero y todo - están metiéndose con uno más pequeño. Cuando Alicia intenta defender al pajarillo, los demás se le echan encima, y su aspecto inofensivo contrasta con la expresión de pánico de la niña. 



Detalles como la sonrisa del Gato de Cheshire, el cual aparece más tarde para "salvar" a Alicia del Perrito, que huye aterrorizado; que en la partida de croquet haya flamencos tendidos en el suelo, claramente muertos; o que broten ojos sueltos en objetos que no deberían tenerlos, como puertas o teteras, resultan espeluznantes.




Sin duda, la parte más morbosa de este primer borrador de la película tiene lugar tras el juicio a la Sota de Corazones, cuando los residentes del País de las Maravillas también juzgan y condenan a Alicia a morir guillotinada. Intenta escapar, pero la capturan y la obligan a subir una larga escalera de caracol hacia el cadalso, en una imagen con una composición impresionante. En la torre hay varias figuras encapuchadas con túnicas negras que tocan tambores, puede que para acompañar a los condenados, o puede que para marcar el ritmo de los esclavos que giran un torno para subir la hoja de la guillotina, uno de los cuales está siendo azotado con un látigo de nueve colas.



No ayuda mucho que, en un boceto, aparezca el gato de Cheshire ahorcado de una de las torres. 



La aterrorizada Alicia es conducida al patíbulo, y atada bajo la guillotina, de modo que vea caer la hoja.




Y justo cuando la guillotina se precipita hacia su cuello, todo el entorno desaparece convertido en cartas, y Alicia despierta de su sueño, junto a Dinah.



Es fácil entender por qué Walt Disney pensó que el público se asustaría con la historia de Perkins y las ilustraciones de Hall (pocos años más tarde, los niños llorarían a mares en las salas de cine por la muerte de la madre de Bambi, que ni siquiera se muestra en la pantalla, por lo que la prudencia de Disney estaba justificada). Pero, como hemos comentado, sus ilustraciones le gustaban demasiado como para renunciar totalmente a ellas. La imagen de Alicia, con la melena rubia, el vestido azul y el delantal blanco, pasó sin modificaciones a la ilustradora Mary Blair, y aunque Disney tuvo que aplazar indefinidamente la película, no tardó mucho en dar a conocer los diseños de Hall. La primera vez que vieron la luz sus dibujos  fue en 1944, en el libro de gran formato Walt Disney's Surprise Package, que contenía borradores e ilustraciones descartadas de varias películas y cortometrajes, seleccionadas personalmente por Disney. 




Después de esto, no volvieron a publicarse hasta 1986, en Alice's Adventures in Wonderland, una edición de Simon&Shuster dedicada íntegramente  a este autor. 




La edición de la película en LaserDisc, de 1995, a la que ya me referí en esta entrada, incluía una reconstrucción, incompleta, del carrete Leica con el primer borrador. Como curiosidad, la copia física ya no es propiedad de Disney, sino que está en manos de coleccionistas particulares. La última vez fue vendido en subasta a finales de 2014 junto con otro correspondiente a Fantasia. 

 

 

John Canemaker, ilustrador, animador e historiador de Disney, ha publicado algunos libros dedicados a los primeros artistas de la compañía. En Before the Animation Begins (Hyperion, 1996) y Paper Dreams (Hyperion, 1999) se incluye la obra de David Hall, entre la de muchos otros ilustradores desterrados por el paso del tiempo. El reconocimiento más reciente al trabajo de este autor está en el segundo tomo de la colección They Drew as They Pleased: The Hidden Art of Disney's Musical Years (Chronicle Books, 2016), por Didier Ghez.



El que, en apenas diez meses, David Hall creara tan ingente y variada cantidad de dibujos para tres películas diferentes demuestra que poseía una imaginación y una capacidad de trabajo prodigiosas. Si bien su influencia ya es notable es los ilustradores posteriores, una película de Alicia realizada al cien por cien sobre sus dibujos habría sido algo realmente digno de verse. Teniendo en cuenta que Hall no volvió nunca a ilustrar para dibujos animados, los dibujos que hizo para Disney, y en especial los cientos que salieron de sus manos para Alicia, constituyen un legado especial y único, un momento irrepetible en que el padre del ratón más famoso del mundo y el hombre que creó decorados a la altura de un Rey cruzaron sus caminos y trabajaron juntos, aunque luego no volvieran a encontrarse. 

 

 


Fuentes: 


"Alice Boards", en Michael Sporn Animation, 1 de julio de 2013.


Alice in Wonderland (1939 Leica Reel), en Lost Media Archive


Alice in Wonderland 1939 storyboard, vídeo del carrete Leica en YouTube, subido por The Mad Kiwi.


Art Directors Guild.


CANEMAKER, John. Before the Animation Begings: the Art and Lives of Disney Inspirational Artists, Hyperion, Nueva York, 1997.


FAROOKHI, Luke. "David Hall and Alice in Wonderland", en The Garden of Unearthly Delights, 23 de agosto de 2008. 


GHEZ, Didier. They Drew as They Pleased vol. 2: The Hidden Art of Disney Musical Years (the 1940s - part one), Chronicle Books, San Francisco, 2016. 

 

Internet Movie Database.


Les grands artistes Disney: David Hall, en The Art of Disney



Artículos más leídos