Un acercamiento a la vida y la obra de Lewis Carroll
21 de diciembre de 2020
Trini Tinturé (1938- )
Trini Tinturé en 2010.
Fotografía de Guillem Medina, cortesía de Wikimedia.
La artista catalana Trinidad Tinturé Navarro (Lleida, 1938), que suele firmar como Trini Tinturé, es una historietista e ilustradora de series para niñas y adolescentes, muchas de ellas publicadas en el mercado exterior.
Portada del número 66 de la revista Piluchi (1959)
Trini Tinturé nació en plena Guerra Civil Española. Su familia de seis miembros vivía de los ingresos de su padre, carpintero de oficio. Desde muy pequeña garabateaba en el reverso de "facturas de la luz, hojas de calendario y cartillas de racionamiento". Cuando tuvo edad para ayudar en casa, decidió tomar los recados para su padre mientras él estaba trabajando fuera, y se entretenía en el taller haciendo dibujos con sus lápices de carpintero en pedazos de madera descartados.
Cómic en la revista June and School Friend (1971)
Su madre solía sentarse a dibujar con ella en sus ratos libres, pero, a ojos de su familia, su afición era "tan encantadora como inútil". A pesar de que en 1955 fue galardonada con la 1ª medalla de dibujo artístico del Círculo de Bellas Artes de su ciudad natal, le costó obtener permiso de sus padres para, dos años más tarde, irse a Barcelona a vivir con una tía abuela e intentar ganarse la vida como ilustradora. No le fue tan difícil, una vez allí, encontrar trabajo como historietista en pequeñas editoriales (Gráficas Soriano, Indedi), ya que las adaptaciones en cómic de cuentos de hadas estaban en boga. También probó con la publicidad, y aunque no le fue mal, prefirió continuar con los cómics para un público femenino. En 1960 consiguió entrar en Bruguera, donde dibujó historias cortas para revistas como Blanca, Celia y Sissi, y desde ahí dio el salto al mercado exterior a través de su agencia Creaciones Editoriales. Sus cómics se publicaron en revistas de Alemania, Austria y el Reino Unido. Algunas de sus series favoritas fueron "Oh, Tinker!", para la revista June and School Friend, sobre una pequeña hada (en España se publicó como "El hada Violeta"), y "Curly", para la revista Twinkle, sobre una niña y su corderito (también publicada en España).
A partir de 1981, con Andreu Martín y Francisco Pérez Navarro como guionistas, desarrolló su serie más popular en España: "Emma es encantadora", sobre una bruja adolescente, para la revista Lily. Siguió trabajando en esta serie hasta el cierre de la editorial Bruguera en 1986.
Durante cinco años trabajó para la editorial alemana Bastei, concretamente en la revista Biggi. Su colaboración más longeva fue con la revista holandesa Penny, para la que dibujó durante quince años "Liefde in de lucht" ("Amor en el aire"), una historia sobre tres adolescentes y su madre, divorciada, que heredaban de forma inesperada una granja de caballos y debían aprender a cuidarlos, al tiempo que vivían románticas aventuras con los nuevos vecinos.
Ilustración para Penny (s/f).
En 2015, el 33 Salón Internacional del Cómic realizó una exposición titulada "Autoras del cómic femenino en el franquismo (1940/1970)", en la que se incluyeron sus trabajos. Más recientemente, en abril de 2019, se le entregó el premio honorífico 2018 del Colectivo de Autoras de Cómic.
Trini Tinturé realizó en 1973 una adaptación en cómic de Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a Través del Espejo, para la colección "Joyas Literarias Juveniles" de la editorial Bruguera. La adaptación de los textos para el cómic - muy simplificada y con un lenguaje infantil contemporáneo - estuvo a cargo de José Antonio Vidal Sales, "Cassarel". El libro se publicó con portada de la propia Trini Tinturé y un precio de 20 pesetas, y tuvo una segunda edición en 1978, esta vez con un sustancial aumento de precio (pasó a valer 30 pesetas).
En 1986 se incluyó en la colección "Historias Color", con la portada de Antonio Bosch Penalva, y con el apellido de la autora "castellanizado" a "Tintoré". Esta versión tuvo también varias reediciones. Posteriormente, tras la compra de los derechos por Ediciones B, ha aparecido en la colección "Grandes Aventuras" de El Periódico y en otras publicaciones.
Siendo como era ya una especialista en dibujar adolescentes y mujeres jóvenes, no es de extrañar que la Alicia de Trini Tinturé sea una niña de proporciones realistas y un aspecto vivo y alegre.
Sin embargo, merced a un entintado de pésima calidad, el Conejo Blanco es naranja, Alicia es pelirroja en la mayoría de la historia pero rubia en algunas viñetas (y del color del fondo en muchas otras), y tiene los ojos azules de vez en cuando, pero sin colorear en la mayoría de ocasiones.
"¡Caramba!" se queda corto.
La interpretación de Trini Tinturé de los conocidos personajes carrollianos difiere, a veces, del canon: la Liebre y la Tortuga Falsa son de sexo femenino; el León y el Unicornio son piezas de ajedrez; el Sombrerero y algunos personajes humanoides como la Oruga y los Jardineros tienen orejas puntiagudas; y, notablemente, la Duquesa fea es la más hermosa de cuantas he visto. Las orejas del Sombrerero, por lo menos, pueden tener su origen en la infame traducción de Maricel Lagresa Colom, quien, en el texto al que este cómic acompaña, no tiene ningún empacho en llamar "Duende" y "Gnomo" al Sombrerero.
La rara fiesta del té.
Una máxima tan hermosa como quien la dice.
Trini Tinturé es también uno de los pocos ilustradores que, en el Mundo del Espejo, ha dibujado un Caballero Blanco joven y apuesto: en ningún momento del texto se menciona su edad, pero la gran mayoría de versiones sigue al anciano de cabellos blancos de Tenniel. Aquí, a pesar de montar un incómodo caballo de ajedrez, es un gentil doncel medieval.
A pesar del terrible coloreado, que a veces impide apreciar las ilustraciones en lo que valen, los dibujos de Trini Tinturé son muy adecuados para narrar las aventuras de Alicia: los gestos de la niña son variados y expresivos, el movimiento está muy bien conseguido y los fondos dan una gran vida al mundo por el que se mueven los personajes.
El texto, como comentábamos anteriormente, está muy abreviado, simplificado y adecuado a un lenguaje juvenil, lleno de onomatopeyas y expresiones coloquiales. Aun así, no está exento de frases algo más elaboradas y un vocabulario que hoy dejaría perplejo a un lector de la edad recomendada, desde "equidad" a "sugestivas", pasando por "inusitadamente" y "liza", además del exquisito "pérfido y alevoso" con que uno de los animales de la Carrera Loca califica al gato que menciona Alicia.
Las versiones dobles - en texto y en cómic - eran habituales en los libros juveniles de los sesenta a los ochenta. Las colecciones mencionadas como "Joyas literarias juveniles", "Historias color" o "Grandes Aventuras Color" incluían siempre una versión en viñetas paralela al texto, fuera para añadir diversidad y color a una lectura que, para niños de nueve u once años, podría ser todavía demasiado extensa, o para entretener a niños de menor edad. La de Trini Tinturé no fue la primera: ya había versiones en cómic de Alicia por la también catalana María Barrera (1959) y el aragonés Adolfo Buylla (1963). Sin embargo, Trini Tinturé es la primera que adapta también las aventuras de la niña al otro lado del espejo, y que proporciona movimiento y animación a los personajes, que en otras versiones parecen figuras recortables.
Esta versión en viñetas, si bien adolece de algunos defectos no achacables a la ilustradora - el texto original está demasiado resumido, y el trabajo de coloreado es penoso - constituye una muestra significativa de lo que durante muchos años fue el tebeo "para niñas" en nuestro país, y posiblemente sea el mejor ejemplo de adaptación en cómic del clásico de Carroll. Me gustaría que ésta y otras versiones de Trini Tinturé de novelas y cuentos juveniles se reeditaran, con un nuevo coloreado que les hiciera justicia. Sin embargo, en vista de que Glénat dejó a medias una reedición de la obra más popular de la autora, "Emma es encantadora", dejando frustrados a fans y nostálgicos, es poco probable que obras sueltas como ésta vean alguna vez de nuevo la luz. Pero yo me guardo, para futuros usos, una viñeta en la que me veo a mí misma cada vez que descubro una nueva y espantosa versión cinematográfica de Alicia, y pienso que tarde o temprano la tendré que reseñar.
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