21 de julio de 2022

Alicia de George Schaefer (1955)

 




Alice in Wonderland es una película estadounidense para televisión, perteneciente a la serie Hallmark Hall of Fame, que se emitió por la cadena NBC el 23 de octubre de 1955. Tiene la particularidad de haber sido uno de los primeros programas de la serie que se emitió en color; sin embargo, solo se grabó en blanco y negro, y únicamente existen unos pocos minutos a color que se grabaron entre bastidores con una cámara doméstica y no llegaron a emitirse. Dura 90 minutos.


Hallmark Hall of Fame es una serie de programas antológicos (de diferentes estilos y temáticas, como adaptaciones de novelas o documentales biográficos) que nació en 1951, patrocinado por la conocida marca de tarjetas de felicitación Hallmark Cards, y que sigue en antena en la actualidad. Es uno de los pocos programas de televisión estadounidense que hoy en día conserva en su título el nombre del patrocinador, y tiene el honor de ser el que más años se ha mantenido ininterrumpidamente en horario de máxima audiencia. Dado que una gran parte de las entregas consistía en obras de teatro adaptadas a la televisión, muchos actores repetían los papeles que habían interpretado en escena: Richard Burton, Laurence Olivier o Peter Ustinov fueron vistos en la pequeña pantalla gracias a esta serie, lo que en la época era muy poco habitual. 


Esta producción de Alicia estuvo basada en una obra de teatro sobre los dos libros de Carroll, producida en Broadway en 1932 y escrita por las actrices Florida Friebus y Eva Le Galienne; la propia Friebus realizó la adaptación al guion televisivo, y Le Galienne actuó como la Reina Blanca. Esa misma obra de teatro sería la base de otra versión para televisión en 1983. Al igual que en la obra original, la adaptación televisiva incluye elementos del País de las Maravillas y del Mundo del Espejo, y los personajes están representados en ocasiones por actores disfrazados, y otras veces por marionetas. 



El director, George Schaefer, era a la sazón uno de los productores de Hallmark Hall of Fame. A principios de los años 50 había dirigido las primeras emisiones en directo de representaciones de Ricardo III y Hamlet, y desde 1954 hasta 1996 (solo un año antes de su muerte) dirigiría más de un centenar de programas. Escogió para Alicia a la actriz británica de catorce años Gillian Barber (no confundir con la actriz británico-canadiense del mismo nombre, nacida en 1958), en el que debió de ser su primer y único papel protagonista; después solo actuaría en episodios sueltos de las miniseries británicas Heidi Grows Up, de Joy Harington (1954) y Ask for King Billy, de Tony Halfpenny (1959), que en la actualidad se considera perdida.

 

Gillian Barber como Alicia.


Las limitaciones de presupuesto de las primeras producciones de Hallmark (que muy probablemente invertían la mayor parte en emitir en color) obligaron a que los efectos especiales en postproducción fueran mínimos, lo que causó a su vez que se realizaran muchos cambios y se suprimieran los pasajes más exigentes, como la caída de Alicia por la madriguera o su desmesurado crecimiento en la casa del Conejo Blanco. Por el contrario, los decorados, el vestuario y el maquillaje (a cargo, respectivamente, de Mildred Freed Alberg, Noel Taylor y Dick Smith) recrean con acierto las ilustraciones de John Tenniel (algo que Friebus y Le Gallienne mantuvieron de su montaje original), y la música de Richard Addinsell proporciona una ambientación adecuada a los cambios de escena y los sucesivos encuentros con personajes. El manejo y las voces de las marionetas estuvieron a cargo de Burr Tillstrom, que también se puso un disfraz completo para el papel de Tortuga Falsa.




Así, la obra comienza con Alicia sentada en un sillón en su casa, jugando con el gatito Kitty y trasteando con unas piezas de ajedrez, cuando ve pasar al Conejo Blanco (Martyn Green) y lo sigue cruzando el espejo, hacia un vestíbulo donde hay una puertecita por la que no puede entrar. 






Alicia toma la botella "Bébeme" y se reduce de tamaño, pero entonces ya puede cruzar la puertecita sin ningún problema: no crece al comer el pastelito, no llora, y no hay laguna de lágrimas ni carrera loca. 




Nada más atravesar la puerta, el Conejo Blanco la confunde con su criada y la manda a su casa a buscarle el abanico y los guantes. Alicia no le hace caso y se pasea un poco por el bosque, y enseguida se encuentra con la Oruga (Noel Leslie), que le hace recitar "Eres viejo, padre William" (interpretado por dos actores, que sin duda hacen otros papeles en la obra, pero no aparecen acreditados). 



La Oruga le dice que puede cambiar de tamaño comiendo los dos costados de la seta, y Alicia coge unos trozos de cada lado, pero, antes de que pueda comprobar qué hace cada uno, ve pasar al Lacayo-Pez (Michael Enserro) y decide seguirlo. Este se acerca a una casa cercana y llama a la puerta; al abrirse, se oyen gritos y llantos, y sale el Lacayo-Rana (Gilbert Mack) para recoger la invitación que le trae. Alicia logra entrar en la ruidosa casa, y se encuentra con la Duquesa (un actor, Bobby Clark, travestido), la Cocinera (Bernard Tone, ídem), el bebé (una marioneta) y el Gato de Cheshire (una marioneta, con voz de Burr Tillstrom). 



Tras la cuestionable nana que la Duquesa y la Cocinera cantan al bebé, la Duquesa se lo pasa a Alicia y se dirige a la partida de croquet de la Reina, seguida por la Cocinera. Como el bebé se ha convertido en un cerdito, Alicia lo deja en la puerta y se queda en la cocina, donde charla con el Gato de Cheshire, quien le indica las casas del Sombrerero y la Liebre y vaticina que se verán en la partida de croquet de la Reina. 




Alicia sale de la casa y se encuentra con Tweedledee (Don Hanmer) y Tweedledum (Ian Martin). Le recitan el poema de "La Morsa y el Carpintero" (respectivamente Marc Breaux y Lenny Claret, con voces de las Ostras por Burr Tillstrom). Los hermanos también le indican que ella no es más que el sueño del Rey Rojo (Don Somers), que está allí tumbado bajo un árbol, y que desaparecerá si se despierta. 







Cuando se marchan, y cuidando de no despertar al Rey, Alicia decide ir a casa de la Liebre de Marzo, donde encuentra a la Liebre (Robert Casper), el Lirón (Alice Pierce) y el Sombrerero (Mort Marshall), que están sentados a una larga mesa tomando el té. 



Tras pasar un rato con ellos, Alicia se marcha y se encuentra de golpe en el jardín de la Reina de Corazones, donde un Jardinero-Carta (Skedge Miller) y otros compañeros se dedican afanosamente a pintar de rojo las rosas blancas que plantaron por error. Apenas le han explicado la cuestión a Alicia cuando aparecen el Rey (Hiram Sherman), la Reina (Ronald Long, travestido) y la Sota de Corazones (Tom Bosley), con su comitiva. 



La Reina ordena las decapitaciones de los jardineros, y se indigna al principio con la descortesía de Alicia, pero cuando el Rey le recuerda que es solo una niña, se calma un poco y la invita a su partida de croquet. Alicia juega un rato, y vuelve a ver a la Duquesa, quien le da la lata insistiendo en que todo en la vida tiene una moraleja. Después de que la Reina invite amablemente a la Duquesa a poner tierra de por medio, ella misma acompaña a Alicia a ver a la Tortuga Falsa. Mientras tanto, el Rey perdona todas las decapitaciones. 




La Reina y Alicia se tropiezan con el Grifo (J. Pat O'Malley, quien unos años antes había hecho las voces de los hermanos Tweedle en la versión de Walt Disney), que está durmiendo en la playa, y la Reina lo despierta a patadas y le ordena que lleve a la niña con la Tortuga Falsa (Burr Tillstrom). Esta, tras contarle a Alicia la triste historia de sus días de colegio, canta la "Cuadrilla de Langostas" y "Hermosa sopa". 





Oyen entonces la trompeta del Conejo Blanco, que anuncia el proceso a la Sota de Corazones, y el Grifo lleva a Alicia casi a rastras a la sala de juicio. Allí están ya los Reyes de Corazones, el acusado, y todos los personajes que Alicia ha ido encontrando hasta entonces. Tras muchas declaraciones y un par de bailes que no vienen mucho a cuento, Alicia se enfrenta a la Reina por sus injustas sentencias, y la Reina ordena a los Soldados- Carta que la apresen. Alicia huye, y, en vez de despertar de su sueño, como ocurre al final de Alicia en el País de las Maravillas, simplemente corre hacia el bosque hasta comprobar que ya no la persiguen, y se encuentra de sopetón con la Reina Roja (Elsa Lanchester). 




Esta segunda parte de la producción, que contiene varias escenas de A través del espejo, es en general menos elaborada que la primera: aunque la Reina Roja le muestra el tablero de ajedrez, le explica que debe cruzarlo todo para convertirse en Reina, y hasta le indica qué personajes se va a encontrar en cada casilla, en realidad Alicia no se mueve del sitio, sino que los personajes van apareciendo uno tras otro donde ella está. Así, nada más marcharse la Reina Roja, llega por los aires el manto de la Reina Blanca, y después, también por los aires mediante unos cables, la propia Reina (Eva Le Galienne). Esta le habla a Alicia del funcionamiento del tiempo hacia atrás; se venda el dedo y grita antes de pincharse; y se marcha de nuevo corriendo en pos de su chal. 



Alicia se queda sola, pero no por mucho tiempo, porque en un muro al lado de ella está sentado Humpty Dumpty (Karl Swenson, que sería recordado sobre todo como Lars Hanson, el vecino de los Ingalls en La casa de la pradera), y charla un rato con él. 



Pero Humpty Dumpty acaba cayéndose del muro, y el Rey Rojo, que seguía durmiendo bajo el árbol, se despierta bruscamente, tiene un breve intercambio de palabras con Alicia, y va a ver si sus hombres y sus caballeros están ya de camino. 



Llega entonces el Caballero Blanco (Reginald Gardiner), a lomos de un caballo formado por otros dos actores no acreditados. 



Le habla a Alicia de sus inventos, y canta una versión abreviada de "Ojos de Bacalao", tras lo cual sigue su camino, y Alicia se transforma automáticamente en Reina. 





Las Reinas Blanca y Roja aparecen a su lado para hacerle el examen correspondiente, pero tras unas cuantas preguntas se quedan dormidas en los hombros de la niña. Alicia ve entonces al Conejo Blanco, que va muy apresurado como de costumbre, y le pregunta dónde va, a lo que el Conejo le responde que va al banquete de coronación de la propia Alicia.


En la siguiente escena vemos una mesa que ya está completamente ocupada, pero a la que no paran de llegar personajes de toda la producción: están la Oruga, varias Cartas, el Grifo y la Tortuga, la Cocinera (que por algún motivo va dando vueltas en torno a la mesa en patines), Tweedledee y Tweedledum... 






Cuando llega el Conejo Blanco con Alicia, los Lacayos Pez y Rana acercan a la mesa un trono para la nueva Reina, y todos se levantan y brindan por ella. Le piden entonces que dé un discurso, pero apenas ha empezado a hablar cuando la Reina Blanca grita: "¡Preparaos! ¡Algo está a punto de suceder!". Y en efecto, comienza a temblar la tierra y todos se ponen a gritar y dar vueltas. Algunos comensales intentan salvar platos y copas, y las velas de los candelabros explotan. 






En medio del caos, Alicia se despierta de nuevo en su sillón, con su gatito negro en brazos. A su espalda, un presentador (Lee Vines) se despide de la audiencia y gentilmente se lleva a Alicia cogida de la mano. Como era y sigue siendo costumbre en la televisión estadounidense, mientras ruedan los créditos finales, una voz en off anuncia los contenidos del siguiente programa. 






Como hemos comentado al principio, la producción de Broadway de 1932 de Florida Friebus y Eva Le Galienne fue enormemente popular (la célebre adaptación de Paramount de 1933 se inspira bastante en su estética, aunque no lo acredita), de modo que era cuestión de tiempo que se adaptara a televisión, y Hallmark Hall of Fame era un espacio adecuado. Ya en sus primeros años contaba con un buen índice de audiencia y una reputación positiva en sus adaptaciones de obras literarias: en esta producción reclutó a varios actores británicos, y mantuvo la tradición de la pantomina de que las mujeres adultas fueran interpretadas por hombres. El vestuario que imita los diseños de Tenniel, la interpretación en general (la joven Gillian Barber es una Alicia muy natural y resuelta) y la banda sonora son los elementos más logrados. En su día, visto a todo color en televisión, debió de ser una experiencia memorable, tanto por la gente que había visto la producción teatral como para quien no había tenido esa oportunidad. 



Las alteraciones del texto original, aunque innecesarias, tampoco son problemáticas. Sí resultan algo molestas, por el contrario, las numerosas  expectativas que luego no se producen: el Conejo manda a Alicia a buscarle los guantes a su casa, pero Alicia no va; la niña coge unos pedazos de la seta para aumentar o disminuir de tamaño, pero en ningún momento los come; el Gato de Cheshire menciona la partida de croquet de la Reina y dice a Alicia que se verán allí, pero no estará presente. Quizá lo más llamativo sea la parte del encuentro con la Reina Roja en que, tras mostrar el campo dividido como un tablero de ajedrez, y explicar que Alicia debe recorrerlo para convertirse en Reina, la niña simplemente se queda en el mismo sitio mientras todos los habitantes acuden a ella.



¿Ves este campo? Pues no hace falta que vayas.


Es de lamentar, por otra parte, que este programa mantenga los mismos errores que ya tuvo la mencionada película de Paramount nada menos que veinte años antes: las marionetas y los disfraces. Las primeras no causan una impresión agradable (el Gato de Cheshire, como en otras versiones, resulta terrorífico) y los segundos ocultan por completo el rostro del actor, además de la mayoría de máscaras no mueve los ojos ni la boca, lo que resta mucha credibilidad a las diferentes criaturas. 



¿Marioneta o cadáver momificado?



Tristemente, que esta producción no se grabara a color, y que no se hayan editado en formato doméstico las copias en buen estado de conservación que existen (se han emitido de manera temporal en servicios de streaming, pero no se distribuyen) hace que no se puedan apreciar mejor sus puntos fuertes, ni que se disimulen los débiles. Los pocos minutos de metraje que se conservan en color demuestran el empeño que se puso en los trajes y los escenarios, y la vida que transmiten los personajes. 







En la actualidad, esta versión se puede ver en Amazon Prime (cuando la ponen) y en canales públicos, gracias a la labor incansable de las coleccionistas e investigadoras Curiouser y Phantomwise. 

Fuentes:







2 comentarios:

  1. Con todos estos estudios de series y películas de Alicia que haces, estoy llegando a la conclusión que un requisito indispensable para una buena actriz para interpretar a Alicia debería tener entre 10 y 13 años ya que así se permite hacer cosas infantiles mientras se puede mostrar cierta madurez en el desarrollo historia.

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    1. Yo también creo que es la edad más adecuada. Cuando termine de reseñar todas las adaptaciones que tengo disponibles, voy a ordenarlas según las edades de las actrices protagonistas y comprobar si las películas mejor valoradas coinciden con algún grupo de edad. De momento estoy bastante segura de que las Alicias adultas son terribles (y aún no he llegado a Meryl Streep).

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