11 de abril de 2022

A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado (segunda parte)



Ilustración de G.R. Ratcliff (1955).

Argumento y problema de ajedrez.


Esta es la segunda parte de un artículo dividido en cinco. La primera trata de la concepción del libro; la tercera y la cuarta, de sus personajes; y la quinta, de su influencia y adaptaciones.



La principal diferencia entre A través del espejo y su predecesora es que, como es bien conocido, Alicia en el País de las Maravillas nació de una improvisación. Fue un cuento inventado sobre la marcha que salió especialmente bien, fue desarrollado, corregido y aumentado, y mantuvo en su versión final gran parte de lo que a Carroll se le había ocurrido sin pensar. Su secuela, por el contrario, fue cuidadosamente planificada años después, y el autor fue eligiendo motivos y símbolos para que desde el principio continuaran y contrastaran con lo establecido en el primer libro. La segunda parte debía tener en común con su predecesora el número de ilustraciones y de capítulos, aunque en esto Carroll acabó cediendo un poco: aunque al principio pidió cuarenta y dos dibujos a Tenniel, la cantidad fue aumentando hasta llegar a cincuenta; y para que se alcanzaran los doce capítulos del original, uno debió de consistir en apenas media docena de líneas, y el siguiente, en una sola.



Ilustración de Blanche McManus (1899).


El primer capítulo, "La casa del espejo", se abre en una noche fría y nevada de otoño, presumiblemente la del 4 de noviembre, como explico en este artículo. Alicia se encuentra sola en una sala de estar, acomodada en un gran sillón, y jugando con los gatitos que ha tenido Dinah, Kitty y Snowdrop (Copito o Bolita de Nieve en algunas traducciones). Han pasado seis meses desde el sueño de Alicia en el País de las Maravillas, y, como le dirá más adelante a Humpty Dumpty, Alicia tiene siete años y medio. Mientras Dinah acicala al gatito blanco, Alicia riñe cariñosamente a Kitty por sus trastadas, lo levanta frente al espejo, y se pregunta cómo será la habitación al otro lado. Al ver que la superficie del espejo comienza a ondular, deja al gatito, se acerca y la atraviesa, yendo a parar a un cuarto como aquel en el que estaba hace unos segundos, pero en el que las piezas de ajedrez hablan, y los libros están escritos al revés. A Alicia le resulta todo muy curioso, pero desea explorar el jardín y el resto de la casa antes de regresar, y pronto está saliendo por la puerta principal. 


Ilustración de Helen Oxenbury (2005).

En el segundo capítulo, "Un jardín de flores vivas", Alicia sigue enfrentándose a la particular física del Mundo del Espejo: cuando intenta acercarse a un sitio, acaba encontrándose en el punto de partida, y tiene que volver sobre sus pasos para llegar adonde pretende. Conoce a algunas de las criaturas del jardín, como las flores parlantes, y a la Reina Roja de ajedrez, que le muestra que el mundo está marcado como una cuadrícula de ajedrez, y le propone ser un peón blanco en la partida, ya que la hija de la Reina Blanca a la que corresponde ese cargo es aún demasiado pequeña para jugar. Le habla de los personajes con los que se encontrará en las sucesivas casillas, y le promete que al alcanzar la octava se convertirá en reina y celebrarán una fiesta en su honor. Tras estas explicaciones, la Reina Roja desaparece, y Alicia sigue avanzando por su cuenta. 


Ilustración de Ralph Steadman (1972).

En el tercer capítulo, "Los insectos del espejo", los acontecimientos se suceden rápidamente (ya que, como la propia Reina Roja ha apuntado, un peón puede avanzar dos casillas en su primer movimiento): Alicia viaja en tren, con unos compañeros de compartimento algo irritantes, pero al dar el vagón un salto, se ve de repente bajo un árbol, en compañía de un Mosquito que le habla de los particulares insectos de ese mundo, y le advierte de un tramo del bosque en el que la gente se olvida de su nombre y pierde sus recuerdos. Al marcharse el insecto, Alicia se adentra en el bosque, y en efecto se olvida de quién es, como también le ha pasado a un Cervatillo que se acerca a ella. Los dos recorren juntos un trecho hasta que, al salir a un campo abierto, el Cervatillo recuerda quién es, y que debe temer a los seres humanos, por lo que sale huyendo. Alicia se entristece al perder a tan dulce compañero, pero ella también ha recuperado su memoria y su plan de avanzar en el tablero para convertirse en reina, y sigue por el bosque. Pasa por varias bifurcaciones en que siempre hay un camino con dos señales que indican "a la casa de Tweedledee" y "a la casa de Tweedledum", lo que hace pensar a la niña que ambos viven en el mismo sitio, pero antes de llegar a ninguna vivienda se encuentra con ellos de sopetón. 


Ilustración de Philip Mendoza (1966).

Los cuatro siguientes capítulos están centrados en uno o varios personajes, principalmente piezas de ajedrez y personajes de canciones infantiles, aunque también hay otros habitantes del Mundo del Espejo, e incluso algunos que podrían venir del País de las Maravillas. "Tweeledee y Tweedledum" se centra en estos hermanos gemelos, e incluye también el poema original "La Morsa y el Carpintero"; "Agua y Lana", en la Reina Blanca, que se transforma en Oveja; "Humpty Dumpty", en el hombre-huevo protagonista de otra canción infantil; "El León y el Unicornio", en el Rey Blanco, sus mensajeros Hatta y Heigha, y los susodichos animales, los últimos personajes de una canción popular que aparecen en el libro; y "Es de mi propia invención", en el Caballero Blanco. 


Ilustración de Maria Kirk (1905).

Existe un boceto de lo que habría sido un episodio situado entre los que son el octavo y el noveno de la edición final, y que convencionalmente se ha titulado "La Avispa con peluca"; el suprimir este capítulo fue, probablemente, una de las causas por las que hay dos episodios que no suman diez líneas en total. 


Ilustración de S. Michelle Wiggins (1986).

En el episodio noveno, "Reina Alicia", Alicia se ha convertido efectivamente en reina, y las reinas Roja y Blanca la someten a un absurdo examen para probar su valía como soberana, pero al cabo de un rato se quedan dormidas, y la niña va sola a su fiesta de coronación. Sin embargo, cuando llega al banquete, las otras Reinas y los invitados ya van por el plato principal. Desafortunadamente para la niña, la comida del Mundo del Espejo tiene sintiencia y buenos modales, y la nueva Reina comete su primera ruptura de protocolo al cortar y servir un trozo del Pudín, quien se queja con razón de la descortesía. A partir de ese momento, el banquete degenera rápidamente en una situación demencial, y Alicia acaba dando un tirón del mantel, arrastrando todo lo que hay encima. 


Ilustración de John Vernon Lord (2011).

En el capítulo décimo, "Sacudiendo", que consta solo de unas líneas, Alicia coge entre las manos a la Reina Roja - quien ha empequeñecido hasta el tamaño de una muñeca - y la sacude hacia delante y hacia atrás, puesto que la considera culpable del caos en que se ha convertido su fiesta de coronación. El capítulo undécimo, "Despertando", tiene solo una línea, en la que se explica que Alicia despierta de su sueño para descubrir que tiene entre sus manos al gatito negro, Kitty. En el último capítulo, "¿Quién lo soñó?", Alicia identifica a los dos gatitos como las reinas Roja y Blanca de su sueño, y se pregunta cuál de los personajes que había conocido sería Dinah, y si ella era realmente quien estaba soñando, o era uno de los gatos quien soñaba todo lo que había ocurrido. 


Ilustración de Peter Newell (1902).


Uno de los elementos fundamentales de esta segunda obra es el juego de ajedrez, que, desde el capítulo segundo, proporciona a Alicia un objetivo claro y preciso para recorrer el Mundo del Espejo, y convierte en habitantes a casi todas sus piezas (una ausencia justificada es la del alfil: en inglés, esta pieza se llama bishop, "obispo", y el muy devoto Carroll consideraba irreverente introducir una figura religiosa en un libro de fantasía). A diferencia de los personajes basados en cartas de la baraja, que solo aparecían en Alicia en el País de las Maravillas a partir del capítulo VIII, el juego de ajedrez ya se menciona incluso antes de que Alicia se quede dormida, y su primer encuentro tras atravesar el espejo es con las piezas rojas y blancas, que se pasean cerca de la chimenea e incluso entre las cenizas calientes. Todo el libro, de hecho, está planteado como un problema de ajedrez: al principio del libro, Carroll presenta un tablero e indica que Alicia, como peón blanco, gana en once movimientos, que a continuación detalla, con las correspondientes jugadas del color contrario. En las primeras ediciones también incluiría una lista de los personajes y su equivalencia como piezas de la partida. Sin embargo, tras la legítima confusión que generó su problema de ajedrez, en sucesivas ediciones retiró la lista y colocó en su lugar un prefacio en el que "explicaba" algunos de los puntos que más protestas habían suscitado, además de aclarar la pronunciación de algunas palabras del poema "Jabberwock". 



¿Qué controversias había causado su planteamiento del problema? Analizar esta cuestión requeriría de una o varias entradas adicionales, de modo que en esta me limitaré a resumir las principales pegas que los lectores ajedrecistas pusieron a las jugadas de Carroll, y a citar los artículos en los que se examina el problema mucho mejor de lo que podré hacer yo. De momento, estas son, solo por citar algunas, las irregularidades que no tardaron en señalar los primeros lectores de A través del espejo


- Carroll menciona al principio jugadas que después no se producen en el libro.

- Las figuras blancas realizan muchos más movimientos que las rojas.

- Las reinas se "enrocan", un movimiento que es exclusivo del rey.

- En general, las piezas blancas ignoran varios momentos de la partida en que podrían haber realizado jaque mate antes de que Alicia llegara al otro extremo del tablero. 



Carroll no pareció tomarse muy bien las quejas de sus contemporáneos, pero tampoco logró acallarlas: en el prefacio antes mencionado solo dice que "la alternancia de jugadas no es tan regular como cabría desear", y que con el término "enrocar" no se refiere a un enroque legítimo, sino simplemente al hecho de que las reinas entran en el castillo. Insiste en que el resto de jugadas son completamente ortodoxas, y que así lo podrá ver cualquiera que "se tome la molestia" de comprobarlas sobre un tablero. Cosa que naturalmente ya habían hecho los ajedrecistas, y han seguido haciendo hasta nuestros días. 



Ilustración de John Tenniel (1871).


Los estudiosos han señalado en ocasiones que prácticamente ninguna jugada en esa partida tiene sentido; otros han sugerido que no se trata del ajedrez convencional sino de un tipo de ajedrez de fantasía (es decir, cualquier variante del ajedrez en que se modifique la forma del tablero, las piezas y/o sus movimientos y atributos, o las reglas en general). Otros, más optimistas, comentan que, para ser un sueño disparatado, Alicia nunca habla con ninguna pieza que no esté literalmente junto a ella en el tablero, y que incluso se insinúa que Alicia podría haber sido capturada "al paso" por el Rey Rojo, y que solo la salva el que este se encuentre dormido. De modo que, entre los que asumen que las irregularidades se deben a que todo sucede dentro de un sueño (el sueño de una niña que todavía está aprendiendo a jugar), y los que creen que Carroll no permitiría que la partida tuviera un solo fallo técnico, en la actualidad el problema sigue generando interés. 


En el siguiente artículo observaremos más de cerca las figuras de ajedrez y los otros habitantes del Mundo del Espejo con los que Alicia se encuentra de camino a su coronación.


Fuentes:



"Alice through the looking glass... some chess visual imagination", por el usuario Introuble2, en Chess.com, 14 de julio de 2021.

CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.


CARROLL, Lewis; GONZÁLEZ ÁLVARO, Juan (int.), Ana-Emilia (trad. prosa), PASCUAL, Emilio (trad.verso). A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado, Ediciones Gaviota, Madrid, 1990.


GARZÓN, José A. "El juego doble del espejo y el tablero. A vueltas con un enigma ajedrecístico de Lewis Carroll". 


John Vernon Lord, blog personal del artista.


Ralph Steadman Art Collection


STAMP, Jimmy. "The 64-Square Grid Design of ‘Through the Looking Glass’", en Smithsonian Magazine, 17 de abril de 2013. 

UK Comics Wiki




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