Alicia a través del espejo (Alice Through the Looking-Glass) es una película australiano- americana para televisión, realizada con animación tradicional. Fue dirigida por Andrea Bresciani y Richard Slapczynski y producida por Burbank Films Australia, que un año más tarde también realizaría una versión de Alicia en el País de las Maravillas. Se emitió por primera vez el 15 de mayo de 1987 y tiene una duración de 73 minutos.
Como director, Andrea Bresciani solo tiene esta película en su haber, pero su carrera en la animación se extiende de 1972 hasta 1998. Fue animador y diseñador en varios episodios de Las nuevas aventuras de Scooby-Doo (1972-73), y después trabajaría en muchas de las adaptaciones de obras literarias que Burbank realizó para televisión en los 80 y los 90. Participaría asimismo como supervisor de diseños y storyboard en la mencionada película de Alicia que se haría en 1988. El polaco Richard Slapczynski, por su parte, tiene una carrera de diseñador y animador más extensa: comenzó animando cortometrajes de su país en 1960; en los 70 trabajó en adaptaciones a dibujos animados de clásicos literarios; en los 80 y los 90 fue miembro del equipo en series como Pac-Man (1983), Teen Wolf (1986), Las nuevas aventuras de Winnie the Pooh (1990), Los osos Gummi (1990- 91) o El Pato Darkwing (1991). Entre 1991 y 2001, animaría sobre todo adaptaciones de cuentos y novelas, como Pocahontas (1995), El jorobado de Notre-Dame, La Bella y la Bestia (ambas de 1996), El Príncipe del Nilo (1998) o Ana y el Rey (2000), entre muchos otros. Desde sus primeros cortos hasta el final de su carrera, dirigió una veintena de estas adaptaciones.
Los principales actores de doblaje eran muy conocidos en su época, y algunos de ellos siguen trabajando en la actualidad. La voz de Alicia y de la Reina Roja fue Janet Waldo, que interpretó cientos de personajes en su larga carrera, y es sobre todo recordada por su papeles de Lucero Sónico/ Judy Jetson en la popular serie Los Supersónicos (The Jetsons, 1962-63, y luego 1985-97) y Penélope Glamour/ Penelope Pitstop ("la chica que no se despeina a doscientos kilómetros por hora") en Los autos locos (Wacky Races, 1968-70). El papel de Alicia no le era ajeno: en 1966 ya la había interpretado en la particular versión de Hanna-Barbera.
Janet Waldo como Alicia y la Reina Roja.
La voz de Tom Fool, un personaje original de esta película, la puso Coleman Townsend, un actor de doblaje con una extensa carrera que llega hasta nuestros días: entre docenas de papeles, fue la voz del Sargento Capamán/ Caporal Capeman en El Inspector Gadget (Inspector Gadget, 1985), Michaelangelo en Las Tortugas Ninja (Teenage Mutant Ninja Turtles, 1987- 1996), Scratch en Spacecats (1991), y Morrie y otros personajes secundarios en la mayoría de versiones y películas de animación de la franquicia de Batman. Recientemente ha proporcionado varias voces a los videojuegos de Mass Effect (2021).
Coleman Townsend como el Bufón.
Phillys Diller, la voz de la Reina Blanca, puede sonarnos de sus papeles más recientes, como Thelma Griffin en Padre de Familia (Family Guy) entre 2006 y 2007, y la señora Claus en el especial de Navidad de 2005 de Robot Chicken. Y no podemos pasar por alto que el personaje del Jabberwock fue nada menos que Mr. T, que ya tenía experiencia como actor de doblaje por haberse interpretado a sí mismo en su propia serie de animación, Mr. T (1983- 85).
Phyllis Diller como la Reina Blanca
y Mr. T como el Jabberwock.
Jameson Brewer adaptó el guion sobre el texto de Carroll (muy libremente, como vamos a ver) y Todd Hayden, en uno de sus primeros trabajos, escribió la banda sonora; más tarde compondría la música para las dos últimas temporadas de Charles in Charge (1985- 90) y varios episodios de la serie de animación de Batman (1992-95).
La película comienza en invierno, al igual que el libro. Alicia está en su casa, en medio del campo; es una jovencita de unos doce años con cortos cabellos rubios y ojos marrones, y va vestida con unos vaqueros y una blusa blanca con una camiseta de tirantes roja por encima. Está cayendo una fuerte tormenta de nieve, y Alicia, aburrida en su cuarto, le pregunta a su gato Cinder cómo podrían pasar el tiempo. Las paredes de su habitación están cubiertas por pósters de diferentes países del mundo; Alicia mira uno de Egipto, dice que jugará a ser la reina Cleopatra, y comienza a pensar en todo lo que les mandará a sus súbditos... pero entonces se acuerda de que ya jugó a eso el día anterior.
Entra entonces su padre (Alan Dinehart), que es médico y ha de salir urgentemente a atender un parto. Alicia quiere acompañarlo, pero su padre le dice que el estado de las carreteras es peligroso a causa de la tormenta, y que ella deberá quedarse en casa, pero se compromete a estar de regreso a la noche para jugar con ella su partida diaria de ajedrez.
Sola de nuevo, Alicia sigue fantaseando en lo divertido que sería ser una reina, y de repente se da cuenta de que su espejo de pie muestra la imagen de un maravilloso jardín primaveral, que obviamente no refleja nada de lo que hay su cuarto.
Cuando se acerca, comienzan a salir rayos de luz de la superficie, y la niña se ve arrastrada en un torbellino al otro lado del espejo, que de inmediato vuelve a la normalidad. Cinder intenta seguirla, pero se choca contra el espejo.
Alicia, lejos de asustarse por lo ocurrido, está extasiada de verse en medio de un campo repleto de mariposas y flores, y mientras corretea y salta se pone a bailar y a cantar lo maravillosa que es la Tierra del Espejo. Un poco más calmada, sigue paseando y se pregunta en voz alta si habrá otras personas en este mundo. Aparece una bola de fuego que lanza rayos y se convierte en un tornado (lo que tampoco asusta a Alicia, que le pregunta si es la versión de los pájaros de ese lugar), y que al final acaba transformándose en un individuo de mediana edad que se presenta como Tom Fool, bufón y mago de la corte de la Reina Blanca. Le cuenta a Alicia que está patrullando los alrededores en busca de espías, y la lleva a lo alto de una colina para que vea cómo son los dominios de su señora.
Alicia exclama que la tierra parece un tablero de ajedrez, y que no le importaría ser un peón, pero que preferiría ser reina. Tom le dice que ya es un peón, y que podrá convertirse en reina si llega a la octava casilla del territorio, pero que para eso debe pedir permiso a la Reina Blanca, de modo que van a su castillo a hablar con ella. La Reina está aburrida en el salón del trono, ya que su consorte el Rey Blanco (también Alan Dinehart) pasa tanto tiempo dormido que ella duda a ratos de si está vivo o muerto.
Le pide a Tom que haga algo para divertirla, pero no le gustan las piruetas ni los malabares, y tampoco encuentra ingeniosas sus imitaciones (Tom se transforma sucesivamente en Ed Sullivan y los tres hermanos Marx, doblados por Hal Rayle). Le pregunta entonces quién es el muchacho que lo acompaña, porque, por su pelo corto y su forma de vestir, no se ha dado cuenta de que es una niña. Sus pantalones le parecen "repugnantes", pues ella, a su edad, llevaba largos cabellos con un lazo y vestidos con encajes y enaguas, pero Alicia le hace un poco la pelota y enseguida se gana su simpatía y el permiso de recorrer libremente sus dominios. La Reina le explica a cómo debe atravesar el tablero para llegar a la octava casilla, y a quiénes se encontrará en el camino, y le advierte, además, de que la Reina Roja y sus secuaces intentarán detenerla.
Ya en el exterior, Tom dice que la acompañará hasta la puerta de la tercera casilla. Primero ven unas "abejas" que están libando las flores (son elefantes de colores, pero Tom insiste en que así son las abejas de este mundo) y llegan a un campo lleno de unicornios y centauros, a los que piden si pueden usarlos como transporte durante un trecho. Pero Alicia ofende a su Centauro (Booker Bradshaw) al decirle "¡Arre!" cuando monta en él, y Tom se cae de su unicornio y lo transforma en un conejo, con lo que el Centauro se enfada aún más y hace que Alicia se baje, porque no piensa llevarlos a los dos. Tom usa su bastón y el grito de Tarzán para llamar a un pegaso, que los lleva volando hasta la entrada de la tercera casilla. Allí se separan, pero Tom se compromete a reunirse con ella más tarde.
Alicia sube, por los pelos, al tren que la llevará a través de esa casilla, y se sienta en un compartimento con un Caballo (Hal Smith), un Chivo (Clive Revill) y un Hombre de Periódico (Will Ryan). El Chivo se presenta como el presidente de la compañía ferroviaria; el Caballo, como C. Biscuit (Alicia entiende al principio "Seabiscuit", y cree por un momento que es el famoso caballo de carreras de los años 30); y el Hombre de Periódico como Post Gazette (y al principio, está bastante molesto con Alicia porque piensa que lo está leyendo, cosa que le parece de mala educación). Todos le dan algo de conversación a la niña, y, como el tren no se detiene en la estación del Hombre de Periódico, este se transforma en un periódico normal y le pide a Alicia que lo arroje por la ventana.
El tren continúa su trayecto volando, y atraviesa un río por el fondo; cuando Alicia le pregunta al Chivo por qué no construyen túneles y puentes, el Chivo las considera "ideas interesantes". Un rato más tarde el tren se detiene y el Revisor les pide que bajen a empujar, lo que hacen C. Biscuit y Alicia, que parecen ser los únicos pasajeros después de que el Chivo diga que continuará a pie. El tren llega al final de la vía (C. Biscuit ha desaparecido sin dejar rastro, y Alicia no parece haberlo notado), y el Revisor (Hal Smith) le dice a Alicia que para llegar a la cuarta casilla debe coger un ferry y cruzar un "río" completamente seco. Alicia embarca en el ferry, que "navega" sin problema alguno por el cauce vacío hasta el otro muelle. Alicia se baja y sigue caminando hasta un vertedero de basuras y escombros, donde busca alguna indicación para llegar a la quinta casilla, pero las señales no tienen nada escrito.
Llegan al trote Tweedledee y Tweedledum (ambos doblados por Jonathan Winters), que están haciendo ejercicio, y discuten constantemente sobre quién lleva el ritmo mejor. Son muy bajitos en comparación con Alicia, pero al ver que está buscando la siguiente casilla, se ofrecen a acompañarla, mientras vaya haciendo jogging como ellos. Así, llegan hasta la salida del vertedero, le indican a Alicia que siga un poco más hasta encontrar la puerta de la quinta casilla, y se marchan de nuevo al trote.
Alicia, en efecto, encuentra enseguida la puerta, que está en medio de la nada. La niña no sabe muy bien qué hacer con una puerta que aparentemente no lleva a ninguna parte, pero, tras golpear accidentalmente la aldaba, oye una voz que la invita a entrar. Así lo hace, y se encuentra que ha pasado a un bonito jardín rodeado por un muro, donde sigue la voz hasta encontrar... a Humpty Dumpty (George Gobel).
Alicia lo reconoce de los cuentos, pero le dice que tiene un aspecto diferente al que ella se esperaba, porque pensaba que sería un hombre-huevo, y Humpty Dumpty, que se muestra muy agradable y amistoso, replica que eso es imposible, dado que las personas no ponen huevos. Le explica que él es un huevo de dinosaurio, y que, cuando comenzó a eclosionar, se quedó a medio camino y la cáscara no se rompió del todo. Para demostrárselo, salta del muro sin hacerse el menor daño, y le muestra que tiene también una fuerte cola. Cuando Alicia le dice que, de haber salido del todo, habría sido muy grande y habría dado mucho miedo, Humpty Dumpty le contesta que tal vez eso habría sido divertido, pero que cada uno tiene que conformarse con lo que es.
La acompaña también a la siguiente casilla, para lo que salen del jardín, atraviesan de nuevo una zona casi desértica, y llegan a otra especie de campo primaveral que está lleno de enormes huevos de Pascua. Humpty Dumpty le explica que todos ellos son huevos de dinosaurio a la espera de eclosionar, y que él los ha ido pintando para pasar el tiempo. Le indica a Alicia el camino hasta la sexta casilla y se despide para volver a su muro.
Alicia debe atravesar un largo puente colgante de madera, lo que le da miedo y le hace desear que Tom Fool se reúna pronto con ella. Cuando está por la mitad, una especie de trolls aparecen y comienzan a sacudir el puente para hacer que caiga.
Alicia comienza a gritar y a llorar llamando a Tom, pero quien aparece en su ayuda es el Caballero Blanco (Alan Young), quien prestamente ahuyenta a las criaturas. Alicia llega sana y salva al otro extremo y le cuenta al Caballero que desea llegar a la octava casilla para convertirse en reina.
El Caballero se ofrece a acompañarla, si Alicia le da un pañuelo de encaje como prenda; aunque Alicia solo tiene Kleenex, la acompaña igualmente. Sin embargo, aunque se ha enfrentado valerosamente a los trolls, el Caballero parece tener pánico a las criaturas aladas, y cuando Alicia y él son atacados por una banda de harpías en un desfiladero, tiene que ser la niña quien coja la espada y dé unos mandobles para espantarlas mientras el Caballero se esconde bajo su montura.
Pasado el peligro, el Caballero monta de nuevo, le pide a Alicia que le devuelva su espada, y regresa por donde han venido. La niña sigue avanzando como puede, y al poco se ve atrapada entre unos ogros que le lanzan rocas desde la parte superior del desfiladero, y una especie de salamandras gigantes que la acechan desde abajo. En medio de la lluvia de rocas, Tom Fool aparece mágicamente, y usa su bastón para devolver las piedras a los ogros.
Coge a Alicia de la mano, y ambos salen del desfiladero; Tom anuncia que han llegado a la casilla séptima y, ante la alegría de Alicia, que ya se ve reina, le advierte de que están en el territorio del Jabberwock. Entran en una caverna, donde hay un pantano, y Tom Fool, que ahora está asustado, insiste en que el Jabberwock es muy peligroso y espera que no se dé cuenta de su presencia.
Por primera vez la cámara se separa de Alicia, y es para mostrar al Jabberwock (Mr. T), que está con la Reina Roja (Janet Waldo), una especie de cocodrilo con dos piernas y seis brazos que se supone que es el Bandersnatch (Hal Smith) y una criatura pequeña, peluda, azul y muy lamentable que resulta ser nada menos que el Snark (Clive Revill).
La Reina les ordena detener a Alicia y se marcha, y el Bandersnatch y el Jabberwock se ponen a cantar sobre lo malos y poderosos que son, mientras el Snark intenta patéticamente colarse y demostrar que él también es un monstruo terrible.
Tom ve desde lejos el resplandor del fuego del Bandersnatch, y sospecha que quieren acorralarlos en un pantano lleno de cocodrilos... de modo que simplemente usa su magia, y Alicia y él se teleportan fuera de allí. Los monstruos se quedan pasmados de ver cómo su presas se han evaporado sin más.
Alicia y Tom aparecen sin el menor rasguño en las cercanías del castillo de la Reina Roja, que constituye la octava casilla: solo les queda entrar en él, y la Reina Roja se verá obligada a coronar a Alicia. La Reina, que los ve desde una muralla, ordena a toda prisa que suban el puente levadizo, pero Tom usa su magia para teleportarse al interior. Unos guardias armados intentan cortarles el paso, pero... sí: Tom usa su magia, les rompe las armas y armaduras, y los deja en paños menores.
En el gran salón, la Reina Roja está sentada a la mesa con algunos invitados, y se congratula de que "esa chica" haya quedado fuera del castillo y nunca vaya a ser reina. Alicia y Tom irrumpen, y le exigen que corone reina a Alicia; la Reina Roja se niega, pero Tom usa su... no, le recuerda que son las normas. La Reina Roja le cuchichea al mago de la corte (Alan Dinehart) que haga algo para impedirlo, y este le contesta que les siga la corriente y corone reina a Alicia mientras él piensa algún plan. La Reina Roja hace a regañadientes el nombramiento, y una corona aparece sobre la cabeza de Alicia.
Tom Fool declara su lealtad a la nueva reina, y los invitados se levantan y brindan por ella. El mago hace que las llamas de los candelabros que hay sobre la mesa se transformen en nubes de fuego, pero Tom usa su magia y las apaga. A continuación hace que los platos y los cubiertos comiencen a volar en todas direcciones, y que el pollo asado vuelva a la vida, pero Tom usa su magia, y hace que la cabeza de la Reina Roja esté en la bandeja en lugar del pollo. Cuando el Mago la devuelve a la normalidad, La Reina llama a gritos a los guardias (los invitados, entretanto, han desaparecido sin dejar rastro) y ordena que detengan a Alicia y Tom. Estos salen corriendo, huyen por las murallas, y Tom pelea físicamente con los guardias usando su bastón como arma (por lo visto, ya ha gastado todos sus MP).
En uno de los golpes, su bastón se parte por la mitad, y al parecer queda aún algo de magia dentro para hacer que las espadas de los guardias se doblen como si fueran de goma, y para... sí, para teleportarlo a él y a Alicia fuera del castillo. Tom confirma que ya no le queda nada de magia (va a necesitar una poción, o dormir en una posada) y Alicia se lamenta de que ha perdido su corona, pero Tom le asegura que para él sigue siendo su reina. Pero los monstruos del pantano por un lado, y el ejército de la Reina Roja por otro, salen tras ellos, y, ya que Tom no tiene más magia, deben volver a pie al espejo por donde entró Alicia para que pueda volver a su casa. Así que, perseguidos por los monstruos y los soldados (y, progresivamente, por más criaturas enemigas), sin magia y sin dejar de correr, vuelven por el camino inverso (el pantano, el desfiladero, el muro de Humpty Dumpty, el vertedero, las vías del tren...) y llegan al campo de flores, donde los elefantes-abeja les prestan alguna ayuda al arrojar agua con sus trompas a los monstruos que van tras ellos.
Tras pasar por el jardín de la Reina Blanca, encuentran por fin el espejo, y Tom insta a Alicia a que pase inmediatamente, ya que las criaturas se acercan, pero Alicia le ruega que vaya con ella a su mundo. Tom le dice que, como ella se marcha, él tiene que seguir sirviendo a la Reina Blanca. Se prometen el uno al otro que nunca se olvidarán, y Alicia intenta atravesar el espejo, pero no puede cruzarlo hasta que Tom le dice que lo haga de espaldas. Cuando Alicia está a punto de desaparecer al otro lado, Tom la besa en la mejilla, y Alicia se despierta porque Cinder le está lamiendo la cara.
Se incorpora de un salto, exclamando que el Jabberwock está allí, y entra su padre, que acaba de volver. Alicia comienza a hablarle de su sueño muy excitada, y el padre se quita el abrigo, se sienta con ella en el banco a los pies de la cama, y le pide que se lo cuente desde el principio. Alicia dice: "Bueno, todo comenzó cuando atravesé el espejo..." y entonces mira al espectador y añade: "Me pregunto... ¿fue realmente un sueño?".
En el apartado técnico, esta película es bastante defectuosa, incluso para 1987 (un año que no fue especialmente destacable en cuando a la animación). En particular, la fonomímica es terrible: casi nunca se aprecia coordinación entre la locución y el movimiento de los labios, y hay palabras o hasta frases cortas que se oyen cuando el personaje tiene la boca cerrada. Algo equivalente ocurre con los ojos: muchas veces hay dos personajes que se hablan frente a frente y sus miradas están completamente desviadas el uno del otro. Hay también varios errores de continuidad de bulto, como que el caballo C. Biscuit, que está empujando el tren con Alicia, desaparezca de un plano al otro (sin que Alicia haga la menor alusión a ello, ni parezca darse cuenta en absoluto), o que al final de la película, cuando el padre de Alicia regresa a casa y se dispone a sentarse un rato con ella, se vea cómo empieza a quitarse el abrigo, pero en el plano siguiente ya no tiene abrigo, ni gorro, ni guantes, de los que no se ve el menor rastro.
El contacto visual está sobrevalorado.
En lo que respecta a la parte artística, los diseños de los personajes son corrientes, en el mejor de los casos. Al ser una versión en la época actual, Alicia lleva vaqueros y pelo corto como muchas chicas a finales de los 80, como le dice a la Reina Blanca, y lo que en sí es un cambio poco relevante. Pero hay otros incomprensibles, como que Humpty Dumpty sea un huevo de dinosaurio a medio eclosionar, que además pinta otros huevos gigantes con decoraciones de Pascua. Tampoco encuentro explicación artística o narrativa a que toda la secuencia de Alicia con los hermanos Tweedledee y Tweedledum tenga lugar en un vertedero lleno de escombros, muebles destrozados y basura en general; lo único que se me ocurre es que Burbank tenía los fondos hechos de una película anterior y decidió reutilizarlos (lo que también podría decirse de la isla de huevos de Pascua de dinosaurios). La música y las canciones son bastante olvidables, y los típicos efectos de sonido de los dibujos animados de los 80 (el de correr en el sitio antes de salir disparado, el de golpear la cabeza y que suene a hueco como una olla, el "womp- womp" de trombón cuando alguien falla...) suenan en suficientes ocasiones para hacerse irritantes.
¿Quién querría hacer jogging ahí?
Sin embargo, las peores ideas las reservaron para los monstruos a los que la Reina Roja encarga deshacerse de Alicia: el Jabberwock se modeló a la imagen de su doblador, Mr. T, con un corte de pelo mohicano y varias grandes cadenas de oro; el Bandersnatch, básicamente un cocodrilo con varios pares de "brazos", tiene las pestañas largas y la figura estilizada que tradicionalmente se emplea en los dibujos animados para señalar que un animal es hembra, lo que me hace pensar que en un principio estaba destinado a ser un personaje femenino y lo iba a doblar una mujer; y el Snark, ¡el Snark!, es, deliberadamente, una criatura marginada e inútil que podría ser el primo socialmente inadaptado de alguien de Barrio Sésamo.
Se llaman a sí mismos "señores de la oscuridad".
La narrativa, en fin, acaba siendo lo peor de esta película. Es una de las pocas películas, sea de animación o imagen real, que versionan únicamente A través del espejo sin incorporarlo a Alicia en el País de las Maravillas, pero la adaptación del clásico de Carroll (a quien, por cierto, nombran en los créditos como "Carrol") es muy superficial; solo se toma la idea de una niña que atraviesa el espejo y pasa a un mundo donde algunas cosas suceden al revés, y podrá convertirse en reina de ajedrez si llega a determinado punto. Algunos personajes y detalles (el viaje en tren, los hermanos Tweedle, Humpy Dumpty, el Caballero Blanco, el Jabberwock, y que en el banquete final se muevan los cubiertos y los platos) se han tomado también, pero se han desarrollado al gusto del guionista. No se ha conservado ni una sola línea, ni una sola, del texto original de Carroll; todos los diálogos e intervenciones son nuevas, y frecuentemente repetitivas y aburridas.
Una referencia que entenderá cualquiera.
Hay una tendencia por parte del adaptador a hacer alusiones y chistes con personajes que en la actualidad están desfasados, y que difícilmente ningún niño podría recordar: Ed Sullivan o el caballo Seabiscuit (el cual, a pesar de la enorme fama que tuvo en los años 30, no sé hasta qué punto sería reconocido por el el público infantil de 1987), así como la caracterización del Jabberwock como su actor de doblaje, son algunos ejemplos; el grito de Tarzán y los Hermanos Marx, aunque han trascendido mucho a la cultura popular, tampoco son muy partidarios de que un niño en la edad de ver esta película los reconozca a la primera. Detalles como que los Tweedles salgan a correr en pantalones cortos pero con gruesos jerséis de lana de manga larga (lo que tengo entendido que fue una moda pasajera en los ochenta, porque se creía que al sudar más el ejercicio era más eficiente); que Alicia se refiera a los pañuelos de papel como Kleenex (una marca registrada que puede no existir o ser común en todos los países); o que la Reina Blanca llame a su marido "Flash" o "Tiger" pueden resultar algo chocantes en la actualidad.
Además de haber cargado el Mundo del Espejo con personajes genéricos de fantasía (pegasos, centauros, trolls, ogros, salamandras gigantes y un mago de corte, tipo Merlín, que ni siquiera recibe nombre), muchos pasajes parecen estar puesto de relleno, porque no sirven de mucho a la historia. Alicia empuja el tren hasta la estación término, en la que de todas maneras tendría que haberse bajado para coger el ferry; Tom Fool pide a un Centauro y un Unicornio que los lleven a la segunda casilla, y tras dos minutos cambian sus monturas por un Pegaso; el que antes de eso el bufón ya hubiera usado su magia para teleportarse con Alicia hace todo el proceso bastante inane.
El personaje de Tom Fool es un problema en sí mismo. No aparece en la obra original de Carroll (ni en A través del espejo, ni en ninguna otra), y no tiene ningún trasfondo ni papel más que hacerse amigo de Alicia apenas la ve por primera vez, y prácticamente llevarla en volandas a su coronación como reina. Afirma ser leal a la Reina Blanca, y cuando deja a Alicia en la puerta de la tercera casilla, dice que no la acompaña porque ha de seguir patrullando y buscando espías por los dominios de su señora; pero cuando Alicia es coronada, es a ella a quien le jura lealtad; y más tarde, cuando Alicia le pide que vaya con él, de nuevo resulta que es leal a la Reina Blanca. Podríamos pensar que solo le sigue la corriente, sabiendo que Alicia no se quedará allí para ser reina y más pronto que tarde volverá a su mundo, pero incluso así no parece muy sensato que la deje ir por un camino plagado de monstruos solo para satisfacer ese capricho. Su magia presenta también un problema comparable a la cuestión de las águilas en El Señor de los Anillos: ¿por qué, si puede teletransportarse a cualquier lugar sin el menor esfuerzo, permite que Alicia se arriesgue en el puente de los trolls o en las montañas, cuando podría haberla teleportado en un pestañeo al castillo de la Reina Roja? ¿Por qué los dos se meten en el pantano y lo intentan cruzar a pie, y solo se teleportan fuera cuando ven, de lejos, al Jabberwock y las otras criaturas? Podríamos pensar, y sería lo lógico, que solo usa sus poderes cuando la situación es desesperada, pero lo hemos visto usarlos en muchas ocasiones para no tener que caminar, para adoptar el aspecto de diversas celebridades de televisión, para transformar en conejo a un pegaso que le ha caído mal, o para desmontar los bastante inofensivos trucos de magia del Mago-sin-nombre. Los utiliza sin ningún criterio, de una manera tan confusa y aleatoria, que no sabemos si el propio Tom es tan irresponsable que nunca piensa en reservar su magia para cuando realmente haga falta, o si el escritor ha ido improvisando sobre la marcha.
Uno solo es suficiente, gracias.
Esta Alicia, por su parte, es una de las heroínas más blandas que he visto en una adaptación de Carroll. Desde el principio al final, le dicen en todo momento lo que ha de hacer y hacia dónde ha de ir, ahorrándole la reflexión, la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones que implica cualquier viaje de exploración y descubrimiento - la base de una película infantil de aventuras - se parezca o no al libro en el que se inspire. Los únicos momentos en que toma la iniciativa son en el castillo de la Reina Blanca, donde usa la adulación para ganarse su favor, y en el desfiladero, en que el Caballero Blanco se acobarda y debe quitarle la espada y ahuyentar por sí misma a las harpías. En el resto, hace lo que le dicen, va a donde le indican, y siempre encuentra a alguien que la protege y la acompaña. Desde que Tom Fool vuelve para rescatarla, todo va rodado porque el bufón soluciona cualquier problema con sus poderes, hasta el punto en que Alicia le grita en un par de ocasiones "¡Usa tu magia!", cuando él ya ha dicho antes que se ha agotado. Al principio, debido a su aparente interés por viajar a diferentes países, y al entusiasmo con que corretea por el Mundo del Espejo, pensamos que va a ser una Alicia resuelta y dinámica, pero resulta más insípida que el agua de hervir los macarrones.
Ay, ¿sí?
Hay que rascar mucho para encontrar una buena cualidad en una película tan mediocre, y yo la he encontrado en el doblaje, que estuvo a cargo de profesionales y se nota. Coleman Townsend canta aceptablemente bien para lo malas que son sus canciones; Jonathan Winters dobla a los gemelos de un modo bastante creíble; y Phyllis Diller, como una Reina Blanca que mangonea a su soñoliento marido, probablemente sea lo mejor de toda la cinta. Mención aparte merece Mr. T, para algunos un actor y luchador de culto, cuyo personaje está tremendamente desaprovechado. En general, y si obviamos la parte en que la niña Alicia susurra "Oooh... Tom..." en tono extasiado mientras sueña que Tom la besa en la mejilla, la película es mala pero inofensiva, lo suficientemente colorida para entretener a un público infantil sin hacer que piense demasiado, pero sin que se asuste tampoco.
Además de varias ediciones en VHS, la película está editada en DVD en Estados Unidos y Canadá por Good Times en 1998; en el Reino Unido por Prism Pictures en 2002; y en Nueva Zelanda por Video Unlimited en 2004. Existe también una edición conjunta con otra película anterior de Burbank, Sherlock Holmes y la maldición de Baskerville (Eddie Graham, 1983). El que se haya hecho una edición doble con una adaptación de Sherlock Holmes y no con la otra película de Alicia que se realizó al año siguiente es un misterio.
Todas estas ediciones son fáciles de encontrar en tiendas en línea, y seguro que en mercadillos de segunda mano de los respectivos países en que se distribuyó; que yo sepa, nunca llegó a España ni está doblada al español peninsular o latinoamericano. También se puede ver en diversos canales de vídeo de Internet de modo gratuito; no sé bien si es legal. Pero no es lo que se dice necesario. Yo no la volvería a ver más que para retocar o ampliar mi reseña, y tampoco la recomiendo a nadie mayor de seis años, pero cumple su cometido de tener a los niños medio tranquilos durante una hora.
...y al final del arco iris es donde guardo mi continuidad.
Fuentes:
Internet Movie DataBase.
Wikipedia.
Con todas esas referencias a personajes famosos (para un público adulto) que probablemente los niños no reconocerán, da la impresión que el guionista tuviera en mente la versión de Alicia que le gustaría ver concretamente a él, y no una pensada para un publico más amplio y más joven. Es un trabajo muy descuidado, o demasiado personal.
ResponderEliminarPor lo que he leído, el guionista, Jameson Brewer, escribía principalmente para series y programas de adultos (acción o comedia), y solo empezó a trabajar en dibujos animados en los últimos años de su carrera. Habría que ver los episodios de Scooby Doo o La nueva familia Addams que fueron escritos por él, pero parece posible que no conociera muy bien las preferencias de los niños. Que combine personajes populares para un público adulto con seres genéricos de fantasía no tiene mucho sentido ni para una aventura que sucede dentro de un sueño, y da la impresión de que simplemente fue echando cosas que a él le parecían divertidas.
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