24 de abril de 2022

A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado (tercera parte)

 


Ilustraciones de Chris Riddell (2021).


Personajes (hasta el Rey Rojo).


Esta es la tercera parte de un artículo dividido en cinco. La primera trata de la concepción del libro; la segunda, del argumento y el problema de ajedrez que plantea; esta parte y la cuarta, de  los personajes, y la quinta, de su influencia y adaptaciones. 




Los personajes de Alicia en el País de las Maravillas proceden en su totalidad de la imaginación de Carroll, y a pesar de que ninguno tenga nombre propio, las características únicas del Conejo Blanco, el Sombrerero o la Reina de Corazones los hacen inolvidables. En A través del espejo, Carroll repitió el proceso de dar vida y personalidad a las figuras genéricas de un juego, en este caso, como sabemos, el ajedrez. Pero también hizo algo novedoso respecto a su primer libro: introducir en el sueño de Alicia a varios personajes de canciones infantiles populares, y hacer no solo que la niña los reconozca, sino que se comporten como en el texto del que proceden. Tweedledee y Tweedledum, Humpty Dumpty y el León y el Unicornio eran conocidos para cualquier niño victoriano, y fue gracias a este libro que, especialmente la pareja de gemelos y el huevo sesudo, fueran conocidos también fuera de los países anglófonos. 


Humpty Dumpty, 
por Leslie Leonard Brooke (circa 1897).

Habría un tercer grupo, formado por los personajes del Mundo del Espejo que no son ni piezas de ajedrez ni protagonistas de rimas infantiles (las flores parlantes, el reloj con cara de anciano, los pasajeros y el revisor del tren, la Morsa y el Carpintero, el Mosquito, el Cervatillo, y por supuesto el Jabberwock) e incluso un cuarto grupo, el formado por los mensajeros anglosajones del rey blanco, los cuales podrían considerarse invitados especiales del País de las Maravillas. 


Abejas-elefante, por John Vernon Lord (2011).

Mientras que los personajes del primer libro de Alicia son fácilmente reconocibles en la cultura popular, debido en gran parte a las icónicas ilustraciones de Tenniel, y a las numerosas adaptaciones cinematográficas en que aparecen, los habitantes del Mundo del Espejo sufren una suerte desigual. Fuera del Reino Unido, en que ambos libros gozan de idéntica popularidad, A través del espejo es menos conocido que su predecesor, y se han hecho menos versiones del texto íntegro. Como resultado, lo habitual es que en las adaptaciones al cine o a dibujos animados de Alicia en el País de las Maravillas se intercalen pasajes con los personajes más representativos del Mundo del Espejo, que en general son el Jabberwock, Tweedledee y Tweedledum (puede que con la Morsa y el Carpintero, según reciten o no el poema), las Flores Vivas, Humpty Dumpty y el Caballero Blanco. Las figuras de ajedrez (salvo el Caballero) quedan relegadas a las pocas adaptaciones exclusivas del segundo libro, así como el León y el Unicornio o los viajeros y el revisor del tren. Otros personajes, como el Mosquito, el Cervatillo o la Oveja - álter ego de la Reina Blanca - están ausentes, incluso, de la mayoría de películas que han adaptado A través del espejo, por lo que resultas desconocidos incluso para aquellos que han visto alguna versión. 


Studio Minalima, 2021.

En el primer capítulo, "La casa del espejo", una de las primeras cosas que observa Alicia es que el reloj de la repisa de la chimenea tiene la cara de un anciano, que la mira "con una pícara sonrisa", y que las figuras de los cuadros se mueven. Pero enseguida centra su atención en las piezas de ajedrez, que charlan y se pasean, y no interactúa con el reloj ni los cuadros. Para las piezas de ajedrez es totalmente invisible, y puede escuchar sus conversaciones. En un momento dado oye llorar a un peón blanco, Lily (Lilí o Lirio en algunas traducciones), que se ha alejado demasiado, y coge a su madre, la Reina Blanca, para llevarla a su lado, lo que hace que la Reina se vea de repente volando por los aires hasta posarse mágicamente al lado de su hija. La Reina, aunque abraza a su hijita para consolarla, ha perdido el aliento del susto, y cuando lo recupera avisa a su marido de que tenga "cuidado con el volcán". Alicia reúne al Rey con su esposa e hija, y tiene mucho más cuidado al trasladarlo, además de advertirle de que "el Caballero Blanco se desliza por el badil y su equilibrio es muy inestable" (lo que ciertamente se confirmará cuando, varios episodios más tarde, Alicia se encuentre con el Caballero a tamaño de persona). Alicia se aparta momentáneamente de las figuras para leer un libro con uno de los poemas más memorables de Carroll, "Jabberwocky". Aunque en las adaptaciones suelen enfrentar a Alicia con la criatura de la que habla este poema en algún momento, conviene recordar que el Jabberwock es un personaje de ese libro, posiblemente ficcional hasta dentro del Mundo del Espejo, y que Alicia nunca se encuentra con él. 



El Rey Blanco, por John Tenniel (1871).

En el capítulo 2, "Un jardín de flores vivas", Alicia sale de la casa y tiene una breve conversación con una Rosa, una Margarita, un Lirio Atigrado y una Violeta (Carroll introdujo aquí los nombres de las otras dos hermanas de Alice Liddell, aparte de Lorina y Edith: Rhoda como la Rosa, y Violet como la Violeta). A pesar de su corta presencia en el libro, las flores vivas aparecen habitualmente en versiones cinematográficas, por su colorido, sus diferentes personalidades y lo ágil de su diálogo. Sin embargo, el principal personaje de este episodio es la Reina Roja, severa, mandona y muy rápida, que presenta a Alicia las características del mundo del Espejo y le muestra cómo todo el campo ante ellas es un gigante tablero de ajedrez. Le indica también que puede jugar como peón sustituyendo a Lily, que es aún muy pequeña, y hasta convertirse en Reina, si llega hasta la octava casilla. La Reina Roja no volverá a aparecer hasta la coronación de Alicia. 


Bessie Gutmann, 1909.

En el tercer episodio, "Los insectos del espejo", encontramos a muchos de los personajes menos populares del libro. Alicia, después de despedirse de la Reina Roja, marcha a campo traviesa, y se entretiene mirando unos insectos que, a lo lejos, están libando de unas flores como si fueran abejas, pero que son claramente elefantes. Algunos autores han sugerido, muy inteligentemente, que en el ajedrez de los s. XI y XII el movimiento del alfil se representaba con la figura de un elefante (que es, de hecho, lo que significa la palabra "alfil" en persa). Esta breve aparición de elefantes sería una manera solapada de mencionar al alfil, que de otra manera está ausente en la partida de ajedrez (recordemos que esta pieza se llama en inglés bishop, "obispo", y Carroll consideraría irreverente introducir una figura religiosa en un cuento fantástico). De golpe se encuentra dentro de un tren, compartiendo el vagón con un Caballo, una Cabra, un Escarabajo y un hombre vestido con papel blanco. El Revisor se asoma y exige que Alicia le entregue su billete, a lo que la niña responde que no había ninguna ventanilla para comprarlos del sitio de donde ella viene. Los demás pasajeros tienen algo que comentar, primero a coro y luego por turnos, cada vez que Alicia o el Revisor hablan, lo que, sumado a una vocecilla misteriosa que no para de susurrar a su oído acaba resultando irritante para la nueva viajera. En un salto que da el vagón, Alicia se agarra instintivamente a lo que tiene más cerca, que es la barba de la Cabra, y de repente está bajo un árbol en el bosque, acompañada de un Mosquito, que era quien le había estado hablando al oído. 




El Mosquito (ahora del tamaño de una gallina) le habla de algunos otros insectos que viven en el bosque, como el Caballito Mecedora, la Luciérnaga de Postre, o la Mariposa Merienda. También le advierte de que en el bosque uno acaba olvidándose de quién es y cómo se llama. A pesar de su amabilidad, el Mosquito es dado a los chistes malos, y Alicia no se corta para reprochárselo. El Mosquito, entristecido, suspira tanto que acaba desapareciendo, y Alicia sigue avanzando por el bosque. Pronto, en efecto, olvida su propio nombre, y se siente desamparada hasta que encuentra un Cervatillo, a quien le ha ocurrido lo mismo. Caminan juntos un trecho, sintiéndose más seguros juntos, pero al llegar a un claro y recordar súbitamente quiénes son, el Cervatillo recuerda que ha de temer a los humanos, y sale corriendo. Alicia se apena un poco, pero recuerda su propósito de convertirse en Reina, y sigue avanzando por el bosque hasta encontrarse con Tweedledee y Tweedledum. 


Peter Newell (1902).

Hay varios motivos por los que este episodio suele ignorarse en las adaptaciones del libro, y sus personajes no son ilustrados tan a menudo como los demás. Tanto el pasaje del tren como el de la conversación de Alicia y el Mosquito en el bosque están plagados de juegos de palabras difícilmente traducibles a otros idiomas y contienen referencias a la sociedad estrictamente contemporánea de Carroll: una expresión que repiten a coro los viajeros "¡Vale a mil libras cada...!" todavía no se había identificado bien entrado el siglo XX (se cree que parodia un eslogan publicitario); el hombre que viste de papel blanco parece estar caricaturizando a Benjamin Disraeli, un destacado político en la segunda mitad de la era victoriana. El Cervatillo, que según la lista de personajes de Carroll también es un peón blanco, parece estar puesto solo porque sería a la vez Pawn y Fawn. Incluso en su lengua original, el episodio es precipitado y confuso, con dos cambios de escenario injustificados, que solo se deben a la necesidad de que Alicia avance rápidamente (moviendo dos casillas en su primera jugada como peón) y no tiene ninguna trascendencia en el resto de la historia. 




En el episodio cuarto, "Tweedledum y Tweedledee", Alicia se encuentra con estos hombrecillos, a los que reconoce de una canción infantil: decidieron luchar porque Tweedledum acusó a Tweedledee de estropear su sonajero (o carraca), pero entonces apareció un cuervo tan negro como el alquitrán, que asustó tanto a los "héroes" que olvidaron su disputa. 



Los nombres "Tweedledee y Tweedledum", que se usaban para representar a dos personas que se imitaban la una a la otra, procedían originalmente de un poema del siglo XVII, escrito por John Byrom (1692 - 1763). Era una epigrama que satirizaba la rivalidad entre los músicos George Frederich Haëndel y Giovanni Bononcini; tenía menos versos y poco que ver con la canción infantil que se publicaría en 1805 en una colección titulada Original Ditties for the Nursery. Estos personajes, además de confundir a Alicia parafraseando las intervenciones del otro y moviéndose como reflejos exactos, le recitan otro de los grandes poemas del libro, "La Morsa y el Carpintero", y le presentan al Rey Rojo, que está dormido y roncando sonoramente. 


Svetlana Rumak, circa 2014.

En una de las paradojas más comentadas del libro, los Tweedles le dicen a Alicia que ella no es más que un sueño del Rey Rojo, y que si este despierta, ella desaparecerá. Además de que, ciertamente, un rey de ajedrez suele "dormir" (permanecer inmóvil, especialmente si se produce un enroque) durante gran parte de la partida, los lectores son conscientes de que es Alicia la que está soñando. Si sueña con un rey que la está soñando a ella, que a su vez sueña con un rey que la sueña a ella, la situación se multiplica hasta el infinito... como un espejo reflejado en otro. Alicia encuentra el caso ridículo, al mismo tiempo que llora de miedo de que el rey despierte. El hallazgo de la carraca rota lleva a unos minuciosos preparativos para el combate entre los hermanos, que, como era predecible, se cancela con la aparición del cuervo, que también hace huir a Alicia. El Rey Rojo seguirá durmiendo durante todo el libro, hasta que es puesto en jaque en el último movimiento de Alicia, ya coronada reina, lo que pone fin a la partida. 



En el siguiente artículo examinaremos los personajes con los que se sigue encontrando Alicia en el resto de su aventura, como el peculiar Humpty Dumpty o el entrañable Caballero Blanco. 


Fuentes:


BASRANI, Chintan. "The Historical Origins of Humpty Dumpty", en International Inside, 19 de mayo de 2020. 


CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.


CARROLL, Lewis; GONZÁLEZ ÁLVARO, Juan (int.), Ana-Emilia (trad. prosa), PASCUAL, Emilio (trad.verso). A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado, Ediciones Gaviota, Madrid, 1990.



John Vernon Lord, blog personal del artista. 


Rumak, página oficial de la artista.



Studio Minalima, página oficial de los ilustradores Miraphora Mina y Eduardo Lima.




The Internet Archive, para las ilustraciones de dominio público.

Wikimedia Commons, para las ilustraciones de dominio público.


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