5 de noviembre de 2019

Remember, remember, the fifth of November



Entrada dedicada a la persona que me enseñó esta canción y su origen. 
Pienso en ti. Todos los días.


El Castillo de Windsor desde el patio inferior el 5 de noviembre (1776), 
de Paul Sandby.


Recuerda, recuerda el cinco de noviembre
La traición de la pólvora y la conspiración
No veo razón
para que deba olvidarse
esa gran traición

Ese tipo, Guy Fawkes, ese fue su intento
Hacer reventar al Rey y al Parlamento
Tres veintenas de barriles fue a colocar
en su afán de la Vieja Inglaterra destronar

Por la gracia de Dios, fue capturado
con una cerilla encendida y un farol tapado
Muchachos, muchachos, doblan las campanas
Muchachos, muchachos, Dios al Rey salva

Y con él, ¿qué haremos?
¡LO QUEMAREMOS!


Aunque por su contenido no lo parezca, este pequeño poema es una rima infantil, y los niños y niñas de Inglaterra la aprenden y cantan desde hace siglos. Alude a un hecho histórico ocurrido, en efecto, en la madrugada del 4 al 5 de noviembre de 1605: el descubrimiento del intento de asesinato del rey Jacobo I, en la víspera de la apertura de la segunda sesión del primer Parlamento de su reinado, por parte de un grupo de extremistas católicos. Este atentado fallido se conoce como la conspiración, la traición o el complot de la pólvora, ya que el plan de los terroristas consistía en volar todo el edificio del Parlamento con barriles repletos de este explosivo.

Los fracasados regicidas estaban liderados por Robert Catesby, y su pretensión a largo plazo era convertir al catolicismo a Isabel, la hija de Jacobo I, que naturalmente sucedería a su padre en el trono. Unos días antes, sin embargo, un noble católico invitado a la apertura del Parlamento recibió una carta anónima que le advertía del peligro que le supondría asistir. Este hombre dio la voz de alarma a los allegados del rey, y la noche del 4 de noviembre, el conde de Salisbury ordenó registrar el edificio del Parlamento. Guy Fawkes, uno de los conspiradores, fue hallado en los sótanos, con una antorcha y una linterna velada, dando una última revisión a una pila de leña y a treinta y seis barriles de pólvora (no sesenta; la canción exagera a ese respecto) que haría estallar al día siguiente. Londres celebró el fracaso del complot encendiendo hogueras durante toda la noche del 5 de noviembre.

Hay prolijos recuentos de las avanzadas técnicas de persuasión a las que fue sometido Fawkes hasta que reveló los nombres de los demás conjurados. Algunos, como el propio líder Robert Catesby, lograron huir de Londres, pero en poco tiempo todos fueron capturados, larga y minuciosamente torturados, y ejecutados públicamente como traidores; sus cabezas terminaron clavadas en picas y sus restos en pedazos fueron arrojados a los cuervos. Los leales súbditos del rey pagaron entrada para el espectáculo.

La ejecución de Guy Fawkes (1606), de Claes Jansz. Visscher.

Estos acontecimientos dieron lugar a dos tradiciones que llegan hasta nuestros días: el inspeccionar el sótano del edificio del Parlamento la noche del cuatro de noviembre, por si acaso, y el encender fogatas la noche siguiente, tanto para celebrar el fracaso de los terroristas como para quemar en ellas maniquíes (llamados genéricamente guys) que representan al malogrado incendiario, en la llamada “noche de hogueras”, “noche de fuegos artificiales” o simplemente “noche de Guy Fawkes”. Hasta bien entrado el siglo XX existía también la costumbre de que los niños fueran paseando su muñeco y pidiendo un penique puerta a puerta (“penny for the guy”), para gastárselo en dulces y comérselos cuando lo quemaran. Paulatinamente se ha ido perdiendo este aspecto de la tradición, absorbido por Halloween, pero no ha desaparecido del todo. En cuanto a la canción que abre este artículo, es una versión acortada de un poema más extenso, del cual a su vez existen varias versiones. La más antigua parece remontarse a 1742.

Procession of a guy (1864). Artista desconocido.

¿Qué relación tienen estos hechos, convertidos en tan cuestionable coplilla infantil, con los libros de Alicia? El Ratón del País de las Maravillas era, como recordaremos, aficionado a la historia de Inglaterra, pero no es él quien hace alusión al desdichado Fawkes. En A través del espejo es la propia Alicia quien le cuenta al pequeño Kitty, uno de los gatitos de Dinah, que ya se está preparando la pira.

- ¿Sabes qué día es mañana, Kitty? – comenzó Alicia – Lo habrías adivinado si te hubieras asomado a la ventana conmigo… pero Dinah te estaba aseando, así que no has podido. Yo he visto a los muchachos recoger leña para la fogata, ¡y se necesita muchísima leña, Kitty! Pero comenzó a hacer tanto frío y nevar tanto que lo tuvieron que dejar. Pero no te preocupes, Kitty, que mañana iremos a ver la hoguera.

Alice y Kitty (1871), de John Tenniel.


Christ Church, por supuesto, no fruncía el ceño ante la idea de quemar radicales católicos, y cada año conmemoraba la noche de Guy Fawkes encendiendo una gran hoguera en uno de los patios, el Peckwater Quadrangle. No cabe duda de que tanto Charles Dodgson como la familia Liddell asistían a estas celebraciones, y por tanto la Alicia de A través del espejo estaba familiarizada con ellas.

El que la niña mencione que es la noche previa a la fogata constituye el brillante y sutil recurso de Carroll para situarnos en el tiempo del libro. El segundo sueño de Alicia ocurre el 4 de noviembre, cuando el primero, como se revela asimismo en el libro anterior, había tenido lugar el 4 de mayo. Han pasado exactamente seis meses entre ambas aventuras; y como más tarde Alicia le dice a Humpty Dumpty que tiene siete años y medio, se deduce fácilmente que tenía siete en el primer libro. Carroll subrayó este hecho cuando pegó en el manuscrito Las aventuras de Alicia bajo tierra, la primera versión de Alicia en el País de las Maravillas, una fotografía que le había sacado a Alice Liddell cuando tenía siete años, en 1859.

El que A través del espejo transcurra el 4 de noviembre de 1859 no nos proporciona solamente la edad de Alicia, sino que conduce a un retorcido juego matemático con la edad de la Reina Blanca, que implica varios cálculos y desemboca en el número favorito de Lewis Carroll

Después de sus aventuras en el tablero de ajedrez, Alicia no vuelve a acordarse de la fogata; solamente menciona “la mañana siguiente” cuando le habla a Dinah de cómo le recitará durante el desayuno todas las poesías sobre pescado y marisco que oyó en el Mundo del Espejo. Horas más tarde, muy posiblemente, la excitación de la fiesta comunitaria, de admirar la altura de las llamas y de ver arder hasta consumirse a guy, acabará de borrar todos los recuerdos de su sueño.


Como Martin Gardner apunta en su siempre imprescindible Alicia anotada, hay “negacionistas” que sostienen que la fogata que se está preparando no es la de la noche de Guy Fawkes, sino alguna de las que encendieron el 10 de marzo de 1863, en honor a la boda del Príncipe de Gales. Estas teorías se apoyan en que Carroll menciona en sus diarios que llevó a Alice Liddell a dar una vuelta por el campus para ver las hogueras y los fuegos artificiales, y también en el hecho de que la nieve es común en Oxford en la primavera, pero rara a principios de noviembre. En tal caso, sin embargo, no significaría nada que Alicia estableciera su edad con la exactitud de “siete años y medio”, se perdería todo el contraste entre la soleada tarde de primavera a la orilla del río y la nevada noche otoñal en el interior de la casa, y, sobre todo, no existiría ninguna correspondencia numérica entre los sueños, algo que, por descontado, no iba a pasar mientras Carroll estuviera de guardia.

A pesar que históricamente no fue más que el pobre mandao al que pillaron con las manos en la masa, Guy Fawkes es todavía un personaje popular en el Reino Unido, lo suficientemente carismático para que Alan Moore construyera alrededor de su efigie y su historia la monumental novela gráfica V de Vendetta, y se le recuerde y se le queme cada año. Los poemas inspirados en él, así como grabaciones de la canción, se encuentran fácilmente en internet, al ser parte del folklore. Recordad, recordad… que si no dais un penique para el tipo, seréis castigados con una mala suerte extrema, tal vez equivalente a la que sufrió él. Tened cambio a mano, por si acaso.


Fuentes:

CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.

COLLINGWOOD, Stuart Dodgson. The life and letters of Lewis Carroll, T. Fisher Unwin, Londres, 1898.

Poem of the week. Aquí se puede leer una versión del poema de 1870.

SHARPE, James. “Who was Guy Fawkes, the man behind the mask?”, en National Geographic, 3 de noviembre de 2018.

SULLIVAN, Nate. “Guy Fawkes Nigh Poem: Meaning and Analysis”, en Study.com. Contiene la versión de 1742 del poema.

Wikimedia Commons.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Artículos más leídos