3 de agosto de 2020

The Secret World of Lewis Carroll (BBC, 2015)







The Secret World of Lewis Carroll ("El mundo secreto de Lewis Carroll"; no existe doblaje al español) es un programa documental producido por la cadena británica BBC, de 56 minutos de duración, emitido originalmente por la BBC Two el 31 de enero de 2015. Posteriormente se emitiría en Finlandia el 19 de septiembre de 2016. Fue presentado por Martha Kearney, y dirigido por Clare Beavan. 



La presentadora dublinesa Martha Kearney. 


El documental, que se publicitó como una conmemoración de los 150 años de la publicación de Alicia en el País de las Maravillas (de 1865), generó un gran malestar entre los expertos en Lewis Carroll por dedicar la mitad del metraje a debatir la atracción sexual del autor hacia niñas pequeñas, y especialmente por mostrar la fotografía de un desnudo frontal de una jovencita y cuestionar si podría haberla realizado el reverendo Dodgson. El tono de la segunda mitad del programa y el uso de la fotografía, cuyo modelo y autor siguen siendo desconocidos a fecha de hoy, hizo que algunos de los propios entrevistados denunciaran a la BBC por malas prácticas. 


El documental incluye los testimonios de, entre otros expertos, los biógrafos Morton N. Cohen, Jenny Woolf y Edward Wakeling; los escritores oriundos de Oxford Philip Pullman (La Materia Oscura) y Will Self (Mi idea de la diversión); el destacado historiador de Oxford Mark Davies; la tatarasobrina de Lewis Carroll, Caroline Luke; y la bisnieta de Alice Liddell, Vanessa Tait.


"Es posible que mi personaje de Lyra sea una suerte 
de descendiente de Alicia", Philip Pullman. 


La primera media hora del documental no tiene nada de particular: ofrece los datos, fechas y explicaciones que cabría esperar sobre un personaje famoso y su obra más destacada. Comienza con unas vistas de la celebración del 4 de julio en Oxford, con una multitud de personas de diferentes edades y nacionalidades disfrazadas como los personajes de Alicia, hablando sobre el libro y lo mucho que significa para ellas. A continuación, Martha Kearney se da un baño de saludable auto-bombo al rememorar que ella misma, a los once años, interpretó a Alicia en una función escolar, y muestra descuidadamente algunas reseñas muy favorables que los periódicos locales hicieron de su actuación; huelga decir que este pasaje no aporta nada al mundo secreto de Lewis Carroll, pero probablemente hizo que la presentadora se sintiera muy bien. 


Tras esto, el documental se centra en la historia del libro: trata primero sobre la personalidad del reverendo Dodgson, que insistía en mantenerse separado de su alter-ego literario (los conserjes de Christ Church tenían instrucciones de devolver al remitente todo el correo dirigido a Lewis Carroll); sus primeros encuentros con Alice Liddell cuando ella tenía cuatro años y llegó a Christ Church con su familia; la famosa "tarde dorada" en que se gestó la historia; y el manuscrito de Las aventuras de Alicia bajo tierra que el reverendo preparó como regalo para la niña. La presentadora examina el libro original, así como los bocetos y las referencias que el autor tomó para sus ilustraciones, y comenta la atención al detalle y el perfeccionismo tan propios del reverendo Dodgson. Finalmente, la versión final se publicaría en 1865, siendo contemporánea de Grandes esperanzas (1861) y Los niños del agua (1863). 



"Fue el momento en que la literatura victoriana encontró al niño, 
el momento en que el niño se puso en el centro de atención", Hugh Haughton. 


Tras comentar cómo Alicia fue la primera heroína femenina de las novelas infantiles (lo que no es cierto, de hecho, como explico al principio de esta otra entrada), el documental vuelve a centrarse en la figura del reverendo Dodgson. Explica que en su muy numerosa familia eran solo cuatro hermanos por siete hermanas, y que cuando dejó la casa de sus padres para vivir de modo independiente en Christ Church, retuvo consigo su experiencia de crecer en un hogar lleno de niñas. Según comenta Jenny Woolf: "Se supone que dijo que[los niños]eran tres cuartas partes de su vida... y yo creo, de alguna manera, los veía como una especie de refugio contra el mundo de los adultos". Y es en este momento cuando la presentadora se pregunta: "Pero, ¿qué pasaba, exactamente, con la relación de Lewis Carroll con los niños? Y, ¿cuál era la naturaleza de su relación con Alice Liddell?". A partir de aquí, el programa pone toda su atención en las fotografías de niñas que realizó el reverendo Dodgson, las posibles causas de su ruptura temporal con la familia Liddell, y la "controversia" de la fotografía del desnudo frontal de una jovencita. 


Las opiniones de los expertos son un poco contradictorias acerca de la relación entre Dodgson y Alice Liddell: Edward Wakeling sostiene que las cartas y los recuerdos que se intercambiaban habrían sido pruebas de amor romántico entre dos adultos, pero no pasan de ser muestras de afecto inocente entre una niña y un adulto; Morton N. Cohen afirma que había una implicación emocional por parte del reverendo, muy distinta a un amor paternal; y Vanessa Tait declara que ella cree que Dodgson estaba enamorado de Alice, aunque él mismo no llegara a admitirlo. Will Self dice francamente que lo que hace de Alicia en el País de las Maravillas un libro tan especial no es otra cosa que la "atracción reprimida" del reverendo Dodgson por la pequeña Alicia. 


Como ejemplo de esa "atracción", se muestra una fotografía de Alice Liddell en la que la niña aparece disfrazada de mendiga, descalza y con los hombros y parte del pecho descubiertos. La fotografía fue tomada en 1858, cuando Alice tenía seis años, y su tema fue muy probablemente inspirado por el poema "La doncella mendiga" de Lord Alfred Tennyson, escrito en 1842. 


Alice Liddell como "doncella mendiga", 
Charles Dodgson, 1858.


La presentadora comenta que la fotografía es "ambigua", y el profesor Robert Douglas-Fairhurst incluso admite que hay un "destello de sexualidad". Sin embargo, cuando Martha Kearney le pregunta si esa fotografía resultaría tan perturbadora en su momento como lo es ahora, el profesor recuerda que el sacar fotografías de niños con todo tipo de disfraces era el "estándar absoluto" para las familias victorianas de clase media, dado lo novedoso del arte fotográfico. El documental omite decir que los propios padres de Alice Liddell hicieron colorear a mano esa fotografía y la tenían enmarcada, lo que evidentemente no habrían hecho si les hubiera parecido que presentaba de forma erótica a su hija.


A continuación se habla de la ruptura de la familia Liddell con el reverendo Dodgson, que tuvo lugar en junio de 1863, cuando se le prohibió que volviera a la casa del deán y que tuviera contacto con las niñas. La presentadora comenta que las páginas del diario del reverendo que habrían abarcado este incidente fueron cortadas con una cuchilla por las sobrinas de Dodgson tras la muerte de éste. Hasta diciembre del mismo año, Dodgson no vuelve a mencionar a las hermanas Liddell, a las que vio con su madre en una velada teatral, pero se mantuvo a distancia como, según sus propias palabras, había estado haciendo los últimos meses. A partir de entonces se reanudaron las relaciones, pero se volvieron estrictamente formales.



Se especula sobre las razones que pudieron llevar a los señores Liddell a alejar al reverendo: Vanessa Tait está convencida de que la madre de Alice, una "espantosa esnob" que aspiraba a casar a sus hijas con príncipes, se sintió ofendida en su orgullo por el afecto que el reverendo Dodgson prodigaba a Alice, y quemó en una papelera todas las cartas que le habría escrito a la niña, para prohibirle después que tuviera contacto con ella. Sin embargo, había otros rumores en aquella época, según los cuales Dodgson aspiraba a una relación con la hermana mayor de Alice, Lorina "Ina" Liddell, o con la institutriz de las niñas, la señorita Prickett. Por algún motivo, las sobrinas que censuraron el diario dejaron en su lugar un fragmento de papel con un resumen de lo que decían las páginas que habían cortado, y en él se corroboran esas teorías de que Dodgson estaría cortejando a Lorina, o bien utilizando a las niñas para acercarse a Mary Prickett. 



En cualquier caso, la relación entre Dodgson y los Liddell se enfrió, y el reverendo comenzó a hacer muchas otras amigas de corta edad a partir de entonces, lo que Hugh Haughton llama "coleccionismo de niñas". Según el profesor, este modo de vida "ciertamente haría levantar cejas ahora, por parte de los servicios sociales y los padres, y también hizo levantar cejas en su momento". La tatarasobrina de Dodgson, Caroline Luke, insiste en que no se debe juzgar un comportamiento de hace ciento cincuenta años con la moral de hoy en día, y el profesor Nicholas Shrimpton añade que entonces era mucho más reprensible que un hombre soltero pasara su tiempo con mujeres ya sexualmente maduras, que con niñas prepúberes. Hay incluso indicios de que el primer biógrafo de Dodgson, su sobrino Stuart Collingwood, pudo haber reducido a propósito las edades de esas amigas- niñas para disipar cualquier duda de que el interés del reverendo pudiera centrarse en adolescentes y mujeres jóvenes, lo que tuvo "muy extrañas consecuencias". 


"No hay absolutamente ninguna prueba de que las cosas 
[entre Dodgson y las niñas] fueran inapropiadas", Caroline Luke.


Acerca de las fotografías de niñas desnudas, los expertos están de acuerdo en que era algo habitual en la época victoriana entre fotógrafos y artistas, tolerado y alabado por los padres y la sociedad en general. "Como mucha gente, [Carroll] creía que la forma suprema  de la belleza era el cuerpo humano", señala Shrimpton, "Y que la máxima forma de suprema belleza del cuerpo humano era el cuerpo humano femenino antes de alcanzar la pubertad". Frente a Will Self, quien está seguro de que Dodgson era un "pedófilo reprimido", Edward Wakeling dice claramente que quien malinterprete las intenciones del reverendo al fotografiar niñas desnudas "no ha hecho sus deberes". Jenny Woolf insiste en que era algo muy común en la época, correspondiente al culto victoriano por la pureza y la inocencia de los niños, y cita a la fotógrafa Julia Margaret Cameron, contemporánea de Dodgson, como otra especialista en los desnudos de niñas. "Las fotografías de niños desnudos aparecían a veces en postales y tarjetas de cumpleaños, y los dibujos de desnudos, hechos con habilidad, eran alabados como estudios artísticos", había dicho en un artículo de 2010. "Los victorianos veían la infancia como un estado de gracia: incluso las fotografías de niños desnudos se consideraban fotografías de la propia inocencia". La presentadora, no muy convencida, se pregunta en voz alta si aquellos que insisten en que no deben imponerse valores del siglo XXI al período victoriano no están intentando simplemente "proteger a un autor cuya obra amamos".


El último cuarto de hora del documental se centra en la "polémica" fotografía atribuida a Dodgson, en la que se ve un desnudo frontal de una muchachita de unos catorce años (el documental, muy pudorosamente, solo muestra la cabeza). Se trata de una fotografía que  se encontró en Marsella, en el Musée Cantini, con la inscripción “Lorina Liddell, Carroll, Col, MC”. Su legitimidad es muy dudosa desde el momento en que se apunta como autor a "Carroll", quien nunca utilizó su pseudónimo literario para sus trabajos fotográficos, o se usan las siglas "MC" como si correspondieran a Musée Cantini, cuando el propio museo no marca así sus materiales. Como admite la presentadora, Edward Wakeling ya desmintió en 1993 que la modelo pudiera ser Lorina o el fotógrafo Dodgson, comparándola con fotografías verificadas, pero el documental insiste en realizar pruebas forenses por si pudieran demostrar lo contrario. Recurre primero a Nicholas Burnett, especialista en fotografías del s. XIX, quien certifica que la fotografía se hizo realmente en la segunda mitad de ese siglo y no se trata de una falsificación moderna. Tras dar su opinión científica sobre la autenticidad de la fotografía como pieza del s. XIX, Burnett dice que "su instinto" le hace pensar que es de Dodgson. Un segundo experto, David Anley, compara nuevamente a la muchacha de la foto con otras fotos de Lorina y asegura que son la misma. 


Martha Kearney concluye que "si todo esto es verdad", la fotografía arroja una "luz perturbadora" sobre la vida de Lewis Carroll, a la vez que ofrece una posible explicación sobre la "misteriosa separación" del reverendo y la familia Liddell. Se pregunta por qué nadie habría de etiquetar la foto con el nombre de Lorina Liddell si no fuera ella, ya que es una figura secundaria en la vida del autor, y declara que esta "controversia" simplemente refleja la de las otras fotografías del reverendo y su relación con sus amigas-niñas. Termina alabando la atemporalidad de Alicia en el País de las Maravillas y el indiscutible talento de su autor: "El hombre, aunque imperfecto, ha escrito una obra de genio que ha sido redescubierta generación tras generación". 



Viendo que la segunda parte del documental, que había comenzado como una celebración de Alicia en el País de las Maravillas, carga las tintas contra la respetabilidad de su autor, es comprensible que Edward Wakeling y otros entrevistados acusaran a la BBC de mala praxis, ya que en ningún momento les informaron de que sería ése el propósito del programa. La BBC trató de defenderse, muy pobremente, alegando que la decisión de incluir "la polémica fotografía" fue debida a "su descubrimiento" a última hora, lo que es ridículo cuando el propio documental admite que ya se estudió esa fotografía en 1993, y reconociendo su error al no avisar a los colaboradores a tiempo. Edward Wakeling tachó al programa de "terrible y engañoso". Mientras que los espectadores, a juzgar por los comentarios al vídeo y los mensajes a la BBC, apoyan ciegamente la idea de "pedófilo reprimido" y consideran las fotografías "asquerosas y repugnantes", los expertos en Dodgson y estudiosos de su época mantienen que su afición a la compañía de niñas pequeñas y su admiración por sus cuerpos desnudos, si bien eran gustos excéntricos, estaban desprovistos de toda perversión.


Hay biógrafos que van más allá y aseguran que el reverendo Dodgson, que tenía unos deseos sexuales y románticos totalmente sanos, se relacionaba con normalidad con mujeres adultas y habría deseado casarse y formar una familia, pero esto le habría obligado a mudarse a una parroquia propia, lo que chocaba fuertemente con sus intereses. Por una parte, era renuente a abandonar las comodidades de sus habitaciones en Christ Church; por otra, sus numerosas hermanas solteras dependían económicamente de él, y no habría podido seguir mandándoles dinero si hubiera tenido que mantener a su propia esposa e hijos.


Independientemente de las opiniones enfrentadas de los expertos y la voluble crítica de las masas, que tienen a creer la noticia más reciente que han visto sin preocuparse por el trasfondo, que un documental comience con gente disfrazada celebrando en Oxford el 4 de julio, y a la mitad entre de lleno en acusaciones directas de pedofilia, es una decisión ejecutiva más que cuestionable, sobre todo viniendo de una cadena del prestigio de la BBC. Espero que les diera a los productores algo que pensar el darse cuenta de que su elección para conmemorar el 150 aniversario del libro en lengua inglesa más traducido del mundo, después de la obra de Shakespeare, quedara a la altura de una columnilla sensacionalista denostada por los propios entrevistados.





Fuentes: 

Todas los fotogramas son propiedad de la BBC. 



MARCHAL, Louise. "Responding to The Secret World of Lewis Carroll", en the mutability cantos, 3 de marzo de 2015. 

The Secret World of Lewis Carroll, documental completo en Youtube. 

WOOLF, Jenny. "Lewis Carroll shifting reputation", en Smithsonian Magazine, abril de 2010. 


1 comentario:

  1. ¿Así que el sr. Burnett opina que la foto de la discordia sí la hizo Carrol porque "se lo dice su instinto"? Pues aún suerte que este hombre se dedicó a la fotografía en lugar de hacerse juez o cirujano, si basa su decisiones en su instinto independientemente de lo que pueda probar o no.

    En cuanto a la reflexión final de Martha Kearney "El hombre, aunque imperfecto..." como si hubiera alguien perfecto. Está claro que el reportaje no estaba orientado a informar, sino a dirigir al público hacia unas conclusiones y opiniones predeterminadas. Es simple iconoclastia, como cuando se puso de moda decir que en realidad Cleopatra era fea basándose únicamente en que todos los documentos de la época la describían como hermosa.

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