Hace unos meses encontré,
en una librería de segunda mano de mi localidad, una edición conjunta de Alicia
en el País de las Maravillas y A través del espejo, con el
título de Las aventuras de Alicia, que me llamó la atención por
varios motivos. Publicada en 1977 en una colaboración entre la editorial
vallisoletana Edival y la valenciana Alfredo Ortells, se trata de una edición
íntegra de ambas obras, ilustrada en blanco y negro con los dibujos de John
Tenniel, y con láminas a todo color a página completa.
El ejemplar en sí no es
ninguna rareza. Edival y Alfredo Ortells eran dos de las muchas editoriales
que, como Bruguera, Susaeta o la muy longeva Juventud, entre los años 60 y 80 lanzaron
colecciones ilustradas de cuentos clásicos y novelas de aventuras, y sus libros
estaban presentes en todos los hogares, siendo típicos regalos de cumpleaños y
comuniones. En la actualidad es fácil encontrarlos en librerías de
segunda mano y tiendas de coleccionismo, a un precio más que asequible.
Además de este libro de Alicia, hay en la misma serie otros
títulos habituales, como Miguel Strogoff, Los
hijos del capitán Grant, 20000 leguas de viaje submarino, Moby
Dick o Las aventuras de Pinocho.
Son varios los motivos los que hacen de este libro una curiosidad entre otros similares. La edición tiene
dos traductores, una tal Ana- Emilia para el texto en prosa y Emilio Pascual
para las partes en verso; cuenta con todos los poemas y el episodio perdido “La Avispa con peluca”. Además, incluye una introducción sobre la vida y la obra
de Lewis Carroll, firmada por un tal José- Félix, y un aparato crítico –
considerable, para lo que solía aparecer en un libro juvenil de la época – que
intenta explicar los chistes intraducibles, comenta los acrósticos, y cita los
poemas victorianos que eran parodiados en los versos de Carroll. Ahora bien:
aunque las traducciones y los comentarios al texto original son bastante
correctos (Emilio Pascual es, de hecho, uno de los mejores traductores
del poema “Jabberwocky”), no se puede decir lo mismo de la semblanza
biográfica realizada por José- Félix. Contiene varias faltas de ortografía en
palabras inglesas (por ejemplo, “nursey” en lugar de nursery,
“snack” en vez de snark o “tamgled” por tangled),
y, lo que es más sorprendente, errores graves en hechos contrastables. Dice,
por ejemplo, que el libro de Carroll Fantasmagoría fue
ilustrado por Florence Montgomery, lo cual es una barbaridad. Por una parte,
Montgomery era una escritora de libros infantiles (Carroll admiraba su novela Misunderstood, de 1869), pero para nada una ilustradora.
Por otra parte, el libro de Carroll propiamente titulado Fantasmagoría (Phantasmagoria
and other poems, 1869) se publicó por primera vez sin ilustraciones; posteriormente, y con el
título de ¿Rima? y ¿Razón? (Rhyme? And Reason?, 1883), ya sería ilustrado por Arthur Frost. José-Félix también indica la fecha de la
muerte de Lewis Carroll como el 14 de noviembre de 1898, prolongando su vida
varios meses, ya que había fallecido el día 14, pero de enero.
Con todo, el problema más
serio de esta edición es que omite por completo el autor de las ilustraciones a
color. Indica el nombre de los dos traductores, el del autor de la introducción,
y hasta el de la fábrica del papel en que se ha impreso el libro, pero no el de
los ilustradores. En el caso de los dibujos en blanco y negro, muy obviamente
se trata de los de Tenniel. El autor de las ilustraciones a color, sin embargo,
es un completo misterio.
El libro contiene un
total de ocho láminas a color (cuatro para Alicia en el País de las Maravillas
y otras tantas para A través del espejo). Una de ellas, la
correspondiente al episodio “El León y el Unicornio” de A través del espejo,
aparece cortada por la mitad en el interior del libro, pero constituye,
completa, la ilustración de las cubiertas.
Se trata de ilustraciones verdaderamente
hermosas, muy realistas tanto en personajes humanos como animales, con un bellísimo
tratamiento del color y una gran complejidad. La primera, sin ir más lejos, es
un extraordinario modelo de composición, en que se ve a una empequeñecida
Alicia desde arriba, a través del cristal transparente de la mesita donde estaba
la botella “Bébeme”, con medio cuerpo aumentado por el efecto lupa del cristal,
y con el efecto rugoso de la superficie moteada de la mesa; todo ello reflejado
en un espejo que, adivinamos, está en una pared del Vestíbulo de Muchas Puertas.
Todas las ilustraciones están cuajadas de detalles y texturas; se pueden contar
los cabellos, los pliegues de la ropa, las plumas de los animales, los hilos de
la labor de punto de la Oveja. Y a pesar de ello, no he logrado encontrar en ninguno de los dibujos una firma, unas iniciales o un monograma que permitan identificar al autor.
Observando las portadas
de otros libros de la colección, parece probable que el ilustrador sea el mismo
en varios de ellos; desgraciadamente, que no se indique su nombre en este libro
sugiere que tampoco aparecerá en los demás. No obstante, es algo que deseo
comprobar cuando tenga la oportunidad de consultar otros ejemplares.
Fuentes:
CARROLL, Lewis; Ana-Emilia (trad.); Emilio Pascual (trad.). Las aventuras de Alicia, Edival-Alfredo Ortells,
Valladolid-Valencia, 1977.
LÓPEZ GUIX, Gabriel, “Doce versiones del «Jabberwocky» de Lewis Carroll: una propuesta de valoración poética”, Ediciones
Complutense, Madrid, 2017.
Las láminas a color son realmente preciosas. Una lástima que en esa época (y aún más habitualmente en libros "infantiles" como los de Alicia o Sandokan)se omitieran frecuentemente cosas como los ilustradores. Y más aun en este, en el que se combinan ilustraciones de dos autores diferentes en el mismo volumen, algo bastante inusual.
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