2 de junio de 2019

Alice in Wonderland: a curious collection of puzzles





Se trata de la versión, en juego de mesa, del libro de rompecabezas reseñado aquí. Aunque no aparece ningún autor como tal, es el mismo editor del libro original, Carlton Books, y son las mismas ilustraciones y enigmas, por lo que parece evidente que el autor de los textos es también el mismo, R.W. Galland. No me consta que exista versión en castellano.

El juego incluye 120 cartas con los puzles, cuatro divisores para las diferentes categorías de preguntas, veintidós cartas de “cómeme” y “bébeme”, un librito con las reglas y las soluciones, una libretita para llevar las puntuaciones, y pequeño reloj de arena. No se requiere un número determinado de jugadores. El libro de instrucciones sugiere que el grupo ideal es de dos a seis, pero también da propuestas para jugar tanto en solitario como por equipos.


Las 120 cartas de preguntas están divididas en cuatro categorías según su dificultad: “fáciles” (proporcionan 1 punto), “curiosas” (dos puntos), “difíciles” (tres) y “ópticas” (cuatro). Las adivinanzas “ópticas”, que consisten en juegos visuales como encontrar las diferencias o la sombra correcta de una figura, no son de hecho más difíciles que los que dan tres puntos, pero se supone que necesitan más tiempo para resolverse.

El procedimiento es muy sencillo. Antes de empezar, se baraja cada grupo de cartas de preguntas (sin mezclar los diferentes tipos), se reparte a cada jugador una carta de “cómeme” y otra de “bébeme”, se escriben los nombres de los jugadores en las tarjetas de las puntuaciones, y se decide el orden de juego. También se debe llegar a un acuerdo sobre el número de puntos necesarios para ganar (el juego sugiere 20), o decidir que la partida termine cuando se acaben las cartas. En su turno, cada jugador escoge una carta de la categoría que prefiera, la lee en voz alta, y le da la vuelta al reloj. Cuando da su respuesta, el jugador siguiente coge el libro de soluciones y la comprueba. 

Solamente hay una oportunidad para responder. Si se acierta la pregunta, se suma la cantidad de puntos correspondiente; si se falla, no hay penalización. En cualquier caso, la carta se coloca en la caja, y el turno pasa al siguiente jugador.

Las cartas de “cómeme” y “bébeme” se juegan de la siguiente manera. La carta “cómeme” se utiliza cuando un jugador ha sacado y leído su adivinanza. En ese momento, otro jugador puede jugar la carta poniéndola sobre la mesa. Si el jugador falla la adivinanza, los puntos que podría haber ganado se los lleva el que ha usado la carta “cómeme”. Si la acierta, se queda él mismo los puntos, y el jugador que ha usado la carta “cómeme” no obtiene nada. En ambos casos, la carta vuelve a la caja. La carta “bébeme” se usa en el propio turno, antes de coger la carta con la adivinanza. Si se acierta, el jugador recibe el doble de puntos; si se falla, no sucede nada. La carta se retira en ambos casos.

La partida termina cuando un jugador llega al número de puntos preestablecido para ganar, o, alternativamente, cuando se acaban todas las cartas, en cuyo caso gana el jugador con mayor número de puntos.


Debido a su sencillez, es fácil adaptarlo al número o la capacidad de los jugadores, y al tiempo de que se dispone. Por ejemplo, si los jugadores se ponen de acuerdo, se puede retirar toda una categoría de preguntas, o se pueden inventar nuevos usos para las cartas “cómeme” y “bébeme” (por ejemplo, que después de leer una pregunta, otro jugador pueda robarla sin darle al jugador que la ha sacado la oportunidad de responder). También se puede aumentar el tiempo de respuesta para jugar sin nervios. Asimismo, se puede establecer que uno de los jugadores sea al mismo tiempo un árbitro para llevar las puntuaciones y leer las respuestas, o dar a cada jugador su propia hoja de puntuaciones para evitar ir pasándolas de uno a otro (ya que cada tarjeta de puntuación sirve para tres jugadores).


Aunque no he tenido oportunidad de jugar más que en solitario (si se puede llamar “jugar” a leer las adivinanzas y pensar para mí misma si las puedo resolver o no), se trata de un juego estéticamente agradable, con las ilustraciones de Tenniel a todo color, y una anécdota que sitúa cada adivinanza. En estas pequeñas historias vemos lo que bien podría ser la vida diaria del País de las Maravillas, y cómo sus habitantes resuelven sus quebraderos de cabeza cotidianos, habitualmente creando otros mayores. “El tesorero estaba en pie ante la Reina de Corazones, acusado de deshonra, incompetencia, y de llevar los zapatos inadecuados”. Va a ser un largo día en la Corte.


Alice in Wonderland: a curious collection of puzzles. Carlton Books, London, 2016.

No me consta que exista versión en castellano ni se pueda adquirir en tiendas físicas de España. Es relativamente fácil de encontrar online. Yo lo compré aquí.

2 comentarios:

  1. Pues me parece un buen juego y más fácil de que se "use" que el libro. No he mirado la web, ¿la caja es pequeña? Se puede llevar a cualquier sitio, ¿no?

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    1. El juego se puede llevar a cualquier sitio, y más aún si se sacan las cartas y el libro de respuestas de la caja y se meten en una bolsita o un sobre; ocupan la mitad. Pero no he jugado más que conmigo misma (como Alicia, que jugaba al croquet consigo misma y además hacía trampas) porque no he encontrado a nadie que quiera jugar conmigo, no porque cueste de llevar de un lado a otro.

      Por cierto, el enlace al final no es de una tienda online, sino de la tienda de Oxford.

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