2 de agosto de 2025

Curious Alice de Dave Dixon (1971)

 




AVISO: En esta reseña se habla de drogas y su consumo.


Curious Alice ("Alicia la curiosa") es un cortometraje estadounidense de 1971, escrito y - presumiblemente - dirigido por Dave Dixon. Fue producido por el Departamento Estadounidense de Salud, Educación y Bienestar (U.S. Department of Health, Education and Welfare) como una película de propaganda antidroga pensada para niños, con el fin de ser proyectada y trabajada en escuelas. Combina imagen real, animación tradicional y animación con recortes. Dura 11 minutos.


No hay mucha información sobre los creadores de esta película, ya que los créditos iniciales solo se refieren a los organismos gubernamentales que la produjeron, y no hay créditos finales en que se indique siquiera la dirección. En Internet Movie DataBase constan solamente el nombre de Elizabeth Jones, la niña actriz, de unos once o doce años, que hace de Alicia, y de Sparky, el gato o gata que hace de Dinah. Es muy probable que la misma Elizabeth Jones haga la voz de Alicia, pero no se acredita la voz del narrador ni de ninguno de los otros actores de doblaje. Tampoco aparecen los animadores.





El guionista y posible director, Dave Dixon, pudo comenzar su andadura artística colaborando en la letra de la canción "I Dig Rock and Roll Music" del grupo folk Peter, Paul y Mary en 1967. Entre 1968 y 1971 escribió los guiones de tres cortometrajes: Normal Norman, de dibujos animados, y dirigido por Alex Lovy, en 1968; Short Subject, también conocida como Mickey Mouse en Vietnam, una animación sin licencia de Disney en que Mickey Mouse se alista para la guerra y cae con un tiro en la cabeza apenas llegar a Vietnam, en 1969; y el que nos ocupa, Curious Alice, en 1971. También fue guionista de la película Los jóvenes graduados (The Young Graduates, 1971), una road movie en que una joven hippie introduce a su respetable y casado profesor en el mundo de la contracultura, la marihuana y el sexo libre. Durante los primeros años 70 presentó un programa nocturno de televisión en Miami. En 1982 escribió el guion del documental infantil Dinosaurs: Fun, Fact and Fantasy, y en 1992 puso su voz a un locutor de radio en la película de terror Hellmaster



La película comienza con una secuencia en imagen real en que Alicia está sentada sobre la hierba de un bosque o jardín, sola con su gata Dinah, a la que acaricia mientras abre un libro colocado sobre sus piernas. El libro es, evidentemente, Alicia en el País de las Maravillas, con ilustraciones de Tenniel. Una voz en off comienza a narrar: "Había una vez, en una famosa historia, una niña llamada Alicia, que tuvo mucha curiosidad al ver pasar a un conejito blanco. Lo siguió, y pronto se encontró cayendo por un agujero muy profundo hacia un sitio extraño, llamado País de las Maravillas". Mientras se muestra una animación de la caída por la madriguera, se oyen las voces del Conejo, que dice "¡Llego tarde, llego tarde!", y la de Alicia, que le pide que la espere. El narrador prosigue: "Hoy en día, también hay niñas y niños cuya curiosidad los conduce a sitios extraños".




Alicia llega al fondo del agujero, a tiempo de ver cómo el Conejo desaparece. Se encuentra con cuatro armaritos: uno contiene aspirinas, de las que le da su madre cuando está enferma, otro contiene medicamentos con receta, que solo puede mandar el doctor, y otros dos contienen respectivamente cigarrillos y alcohol, que no son buenos para niños. Pero Alicia se pregunta si los cigarrillos y el alcohol no vienen a ser lo mismo que los medicamentos, ya que todos causan un efecto en la salud y hacen que te sientas diferente. 


Tras mirar por el ojo de la cerradura, Alicia decide abrir una puerta, y se adentra en un camino cuajado de jeringuillas y cachimbas, diciéndose que su madre y el doctor no querrían que tocara nada de eso, ya que son cosas que pueden hacerle daño. Encuentra un agujero en la pared que da a un jardín, y supone que es por ahí que se ha ido el Conejo, pero ella no cabe, y desea poder cambiar de tamaño.



Encuentra la botella "Bébeme", y vacila unos momentos, pero se la bebe de un trago, se reduce de tamaño, y puede pasar por el agujero a un colorido jardín. Alicia salta y baila entre las flores, sintiéndose diferente, como si no fuera ella misma. 






Saluda y se presenta a varios animales que ve en el jardín, pero ninguno le responde ni se queda más de un segundo. Decepcionada, la niña se pregunta si están ahí de verdad, y si ella misma lo está, pero cobra energías y decide quedarse en ese lugar hasta que averigüe qué es. El Conejo vuelve a pasar corriendo, lamentándose de que llega tarde, y Alicia intenta seguirlo, pero vuelve a perderlo de vista. Sin embargo, en su carrera, al Conejo se le ha caído un frasco de pastillas. 





Alicia se dice a sí misma que en ese mundo no parece pasar nada a menos que se coma o se beba algo, así que recoge el frasco, y está a punto de tragarse un puñado de pastillas cuando oye carraspear al Gato de Cheshire, que está en la rama de un árbol cercano. 



"¿Sabes qué son esas pastillas?", le pregunta sin rodeos el Gato. Alicia le contesta: "No, pero se le cayeron al Conejo Blanco y...". "Bien, ¿y sabes quién es él?", la interrumpe el Gato. "No... supongo que no", admite Alicia. 






Alicia le pregunta al Gato dónde puede ir, ya que no sabe dónde está, pero necesita llegar a alguna parte. El Gato le indica las direcciones del Sombrerero y la Liebre de Marzo, pero le advierte que ambos están locos. Alicia decide ir a la casa de la Liebre de Marzo. Por el camino, que está lleno de setas de todos los tamaños y colores, se encuentra una Oruga que fuma en un narguile y tose mucho. 



Alicia la saluda e intenta entablar conversación, pero la tos no deja responder a la Oruga. Alicia le pregunta qué está fumando: "¿Es marihuana? ¿Chocolate? ¿Hierba?". La Oruga por fin le pregunta quién es, y Alicia le contesta que ya no lo sabe, porque ha cambiado mucho y "eso es marihuana, ¿verdad?". 






La Oruga le dice que pronto se acostumbrará a los cambios, pero Alicia dice se gusta tal como es y prefiere no cambiar, y que ahora mismo no sabe cómo de alta es. "Oh, ¿así que quieres volverte alta?", le pregunta maliciosamente la Oruga. "Sí... pero no de ese tipo de alta", contesta Alicia (es un juego de palabras de difícil traducción con los dos significados de high: "alto", y "colocado"). Alicia le pregunta a la Oruga por qué él quiere estar colocado; la Oruga se turba, le dice que vaya unas preguntas hace para ser solo una niña, y se baja de la seta. Alicia insiste, diciéndole que precisamente por ser una niña hace muchas preguntas: "¿Por qué te has enfadado? ¿Es porque no sabes por qué fumas marihuana?", y la Oruga se limita a alejarse mientras repite "No estoy enfadado, no estoy enfadado...". Alicia se lamenta de que no haya contestado a sus preguntas, y sigue caminando por el bosque, pensando que en casa estarán preocupados por ella, pero confía en poder quedarse un poco más y volver a tiempo. 




Vuelve a pasar corriendo el Conejo Blanco, que exclama "¡Es demasiado tarde, demasiado tarde!", y aparece de nuevo el Gato de Cheshire, que le pregunta a Alicia cómo le está yendo. Alicia confiesa que le está yendo fatal, y señala al Rey y la Reina de Corazones, que acaban de aparecer: el Rey lleva una enorme jeringuilla. Mientras las cartas de la baraja acuden a la pareja real, Alicia le pregunta al Gato qué significa "H", a lo que el Gato responde "Puede ser heroína, o puede ser un hábito"; relacionando ambos conceptos, Alicia comenta "Puede ser difícil (hard) de romper". La Reina da la voz de alarma: la Sota de Corazones está intentando escapar, y llevarse a otros consigo. Alicia intenta preguntarle al Gato qué sucede, pero este solo le dice que mire. 





Enarbolando la jeringuilla, el Rey se dirige a las Cartas llamándolos amigos, y les dice que son libres para irse cuando quieran... pero necesitarán la heroína, y de hecho la necesitan ahora: "¿Verdad que la queréis?". Todos vuelven con el rey para conseguir su dosis, y cuando se dan la vuelta, su reverso es igual. Alicia se horroriza: "¿Por qué vuelven? ¿Por qué lo obedecen? Cuando siguen al Rey, no puedes distinguir a uno de otro. ¡Terrible! ¡Espantoso! ¡¡Espantoso!!". Alicia se abre camino entre las cartas y echa a correr por el bosque, aterrada y jadeante. Acaba llegando a la casa de la Liebre de Marzo, que está sentada a una mesa llena de diferentes drogas. La Liebre le presenta a sus amigos el Lirón, que está durmiendo a base de barbitúricos, y al Sombrero, que está de viaje con LSD; la propia Liebre está atiborrada de metanfetaminas. 






Alicia le pide permiso para sentarse un poco a descansar. La Liebre enseguida le ofrece de lo suyo: "Tendrías que tomarte algunas ruedas. ¡Bennies! ¡Anfetas! ¡Speed! ¡Hacen que te sientas a tope!", pero de repente se marea mientras repite: "A tope...". Alicia le replica: "¿Tú te sientes bien ahora?", a lo que la Liebre contesta: "Bueno, a veces te da el bajón... te pones malo... y se te rompe todo por dentro... da miedo". 





El Lirón y el Sombrerero se despiertan y se dirigen a Alicia, pero sus palabras son incoherentes; el reloj da las seis, y todos se toman una nueva dosis de pastillas o de terrones de azúcar empapados en LSD. En voz baja, la Liebre le dice al Sombrerero que esconda el matute, porque la niña no sabe lo que está pasando allí. Indignada, Alicia exclama que sí lo sabe, y que todos ellos viven en un mundo tan hermoso que podría ser el País de las Maravillas, pero lo único que hacen es tomar droga. Los tres personajes, más la Oruga y el Rey, le ofrecen a Alicia las respectivas sustancias que consumen, diciéndole que le despejarán la cabeza, que se sentirá genial... Ella les grita que paren, pero siguen animándola a que se una a su "baile". 




Entre la cacofonía de voces se impone la del Gato de Cheshire, que serenamente le dice a Alicia: "¿Sabes ya dónde estás? Vete a casa".  El Conejo Blanco dice: "Ya es demasiado tarde, demasiado tarde...", pero la propia Alicia grita "¡No! ¡No es demasiado tarde!". Mientras el Gato la conmina a que vaya a casa, Alicia despierta poco a poco, hasta encontrarse tendida en la hierba, con Dinah cerca de ella. La niña se incorpora, recoge el libro y acaricia a su gata, pero no dice nada. 





Prácticamente todas las reseñas y comentarios que he leído se mofan sin piedad de esta película. Todas coinciden en que traiciona su objectivo al presentar las drogas como algo atractivo y molón en vez de algo peligroso que se debe evitar, y los comentaristas dan por hecho que los autores y productores estaban más colocados que sus personajes si creyeron que iba a ser un efecto disuasorio sobre los niños. "Lejos de desincentivar la experimentación con los estupefacientes, más bien invitaba a disfrutarlos de forma lúdica", dice Eduardo Bravo en el magacine digital Agente Provocador; "Los tipos que hicieron esto habían tomado drogas como para hacer enrojecer a Hunter Thompson", apostilla D. Ash en la ficha de la película en Mubi; "Si quieres un argumento serio contra las drogas, será mejor que no le enseñes esto a tus hijos, porque despues de verlo la mayoría querrá liarse un porro", aconseja Michael Elliot en IMDb. El propio Consejo Coordinador Nacional sobre el Abuso de Drogas (National Advisory Council on Drug Abuse) la criticó por "confusa" y "potencialmente contraproducente" al presentar un colorido mundo de fantasía que podía despertar interés y curiosidad más que rechazo, lo que culminó con la retirada de la película de las aulas en 1972.


Personalmente, y ya muy lejos de los ocho o diez años para los que esta película se hizo, no creo que esté tan mal hecha como para incentivar el consumo de drogas. Al principio, Alicia curiosea en los armarios de medicamentos y productos "que no son buenos para niños"; desea cambiar, ser diferente; toma sin apenas recelo la poción "Bébeme", y está dispuesta a tragar pastillas de un frasco que se le ha caído a alguien. Tiene que ser el Gato de Cheshire quien se lo impida, y no con una prohibición tajante, sino haciéndole reflexionar en lo insensato que es consumir productos que no se sabe qué son, y que provienen de desconocidos. Más tarde, Alicia se dará cuenta de que se gusta tal como es, y lamentará que la Oruga se marche sin contestar a sus preguntas. Creo que ahí está precisamente el mensaje de la película: Alicia siente curiosidad por las drogas, pero nadie contesta a sus preguntas ni aclara sus dudas. Su madre y el doctor, cuya autoridad aparentemente respeta, no están allí con ella, y sus explicaciones sobre las drogas, el tabaco y el alcohol no parecen haber pasado de "no toques eso", "no es bueno para niños". Sin la protección y la guía de un adulto, Alicia toma decisiones precipitadas, y al principio se siente bien, feliz, eufórica: quería entrar en el jardín y lo ha conseguido. Pero los animales con los que quiere hablar no le contestan, sino que se alejan de ella. El jardín luminoso cambia a un bosque mucho más oscuro. Después de que el Gato le impida tomar las pastillas, Alicia ve el efecto de las drogas en los demás: la Oruga apenas coordina sus pensamientos, las Cartas pierden su identidad, la Liebre está frenética, el Lirón medio en coma, el Sombrerero en otro mundo. La parte "atractiva" del consumo de drogas dura solo el tiempo que Alicia está en el jardín: en el resto de la película se muestra decepcionada, y progresivamente asustada, al ver el efecto que causa en los demás. 


Por eso creo que la película puede ser efectiva siempre que los niños la vieran con sus padres, o con sus profesores, como se hizo en 1971. Ahora bien, lo que irremediablemente la condena al fracaso es el material de trabajo en el aula que la acompañaba. En efecto, en 1972 se imprimió y distribuyó un cuadernillo de actividades y pasatiempos para trabajarlos en el aula después de ver el corto. 




Las primeras páginas son los típicos ejercicios de conocimientos previos, comprensión y recapitulación del material visionado: "¿De cuáles de estas drogas has oído hablar?", "¿Qué efectos causaban en los personajes las sustancias que consumían?", "Indica si hacer lo siguiente es beneficioso o perjudicial: leer las etiquetas, coger cosas de los armarios sin permiso...". Después hay preguntas de verdadero o falso, y de relacionar vocabulario con su significado. Hasta ahí, parece un cuaderno de trabajo normal, y de hecho bastante competente. Pero luego vienen los pasatiempos: crucigramas, une los puntos, y dibujos para colorear. 

Pinta y colorea al Rey con su chute...

...y a la Liebre de bajón.


Es esta parte la que a mí me parece totalmente inadecuada. Si los niños con los que trabajas son tan pequeños  - o tan mentalmente limitados - como para divertirse coloreando o con un une los puntos, también lo son para hablarles sobre drogas. ¿Cuál es el valor didáctico de estas actividades en concreto? ¿Qué aprenden los alumnos? ¿Qué enseñanzas sacan de pintar una máquina de cigarillos, o los ojos alucinados de la Liebre? ¿Y otra de las actividades propuestas, en que cada niño debe representar un personaje haciendo algo que aparece en la película, lo que por supuesto incluye hacer como que consume las drogas e imitar los efectos del colocón que lleva encima?





Al final, el cuadernillo incluye una hoja de valoración para el docente, en el que debe indicar el tipo de escuela en que trabaja, la edad de sus alumnos, su familiaridad con Alicia en el País de las Maravillas, y la impresión que le ha causado el corto como material educativo: si a los alumnos les ha resultado fácil, difícil o imposible de comprender, y si al docente le ha parecido entretenido, innecesario para ese grupo de edad, extraño, inapropiado, útil... La hoja debía devolverse al Departamento Estadounidense de Salud, Educación y Bienestar para que pudieran juzgar la calidad y el resultado de su película de propaganda. No sabemos si los profesores observaron que los resultados no eran los deseados, y sus valoraciones contribuyeron a la retirada de la película. 





El cuadernillo de pasatiempos sobre estupefacientes me ha traído recuerdos de haber pasado por una experiencia similar. En 1994 o 1995 tuvimos en mi instituto las entonces habituales visitas de extoxicómanos que venían a darnos charlas sobre la drogas y sus consecuencias. Eran los años del sida, y los exdrogadictos que vinieron a vernos eran ambos seropositivos, y por supuesto nos hablaron de lo que ello suponía. La profesora de Ética nos mandó un proyecto sobre el tema que consistía, precisamente, en elaborar nosotros mismos un cuadernillo didáctico con lo que habíamos aprendido, ya no sobre las drogas, sino sobre el sida. Y recuerdo que insistió en que no solo copiáramos la información que sacáramos de los folletos que nos repartían, sino que creáramos pasatiempos a partir de ellos. No sé si conservo el trabajo que hice; sí recuerdo claramente que en la portada tenía una señal de stop (porque debíamos ponerle un título que fuera un eslogan: "di no al sida", "alto al sida", etc.), y que tuve que hacer un crucigrama con términos relativos a la enfermedad y sus modos de contagio. Y recuerdo muy bien lo abochornada que me sentí al hacerlo. Nos habían traído a propósito a dos hombres que habían arruinado su vida por compartir jeringuillas, y como reflexión sobre ello nos mandaban inventar pasatiempos y un eslogan con gancho, y hacer un dibujito en la portada. En pocas palabras, no creo que la mejor manera de educar sobre las drogas sea convirtiéndolas en una actividad simpática e inofensiva como unir los puntos o colorear.


Técnicamente, la película es muy interesante por la combinación de diferentes tipos de animación y el uso de surrealismo y psicodelia - era 1971, y varios trabajos anteriores del guionista estaban relacionados con la cultura hippie - y tiene un trabajo de doblaje más que notable. Que fuera un material educativo sólido y efectivo, quedó descartado en poco más de un año; que fuera una fumada total, ya queda a la opinión del espectador.


Este cortometraje se puede ver en la página oficial de los Archivos Nacionales de Estados Unidos; al estar libre de derechos, la mayoría de páginas que la comentan lo incluyen para su visualización. El cuaderno de actividades completo se puede descargar aquí.


Fuentes:


AMIDON, Aubrey. The Curious Case of Curious Alice, en The Unwritten Record, 13 de julio de 2013.
                            -   Preserving Curious Alice, en The Unwritten Record, 1 de agosto de 2013.
                            -   A Curious Alice Coloring Book, en The Unwritten Record, 7 de octubre de 2014.

BRAVO, Eduardo. «Pregúntale a Alicia» y «Curious Alice»: iniciativas antidroga que salieron regular, en Agente Provocador, 6 de abril de 2020.

Curious Alice, en US National Archives.





24 de julio de 2025

Talita Riberi (1992- )

 



Talita Lilia Riberi, conocida como "Talita", "Talita Talita" o "Talita Lily" es una ilustradora nacida en la localidad piamontesa de Cuneo. Comenzó sus estudios superiores en el Liceo Artistico Ego Bianchi, de esta ciudad. Al principio estudiaba Música y detestaba el estilo de dibujo manga, pero tuvo una revelación - según sus propias palabras, "encontró a Dios" - al ver un episodio del anime Naruto Shippuden, y se matriculó en Arte para estudiar el estilo manga. Tras graduarse en 2012, realizó un curso de perfeccionamiento en Tokio, en la escuela Yoyogi Animation Gakuin. Se ha diplomado también en la Escuela Europea de Manga. Vive alternativamente entre Cuneo y Milán, e imparte clases dominicales de dibujo en Turín.


En 2021 publicó en la editorial italiana Shockdom el primer tomo de un cómic estilo manga de temática distópica, ambientado en la pandemia de Covid-19, titulado Zara X2; la misma editorial ya había publicado dos capítulos de este tomo en una revista dedicada al manga nacional, Manga Vibe. De momento no parece haber más entregas. 



Entre 2022 y 2023, para la editorial francesa Hachette, dibujó en cómic varios clásicos de la literatura inglesa, muy resumidos y adaptados para un público infantil. Se trata de una serie en formato bilingüe, pensada para la enseñanza de inglés a hablantes de otras lenguas, y cuenta con títulos como Drácula, Romeo y Julieta (estos dos dibujados por Talita), Oliver TwistPeter Pan o Rebelión en la granja. La versión de Alicia en el País de las Maravillas que nos ocupa es uno de estos libros. La adaptación del texto inglés fue realizada por Christopher James, graduado en Oxford y director de obras de teatro, y la traducción al castellano (y al catalán, en el tomo bilingüe inglés- catalán) estuvo a cargo de Margarita Gómez Borrás.
 



En un afán de acercar la obra al público objetivo, la Alicia de Talita no es una niña victoriana, sino una adolescente moderna que escucha música con unos cascos y enseña el ombligo, mientras su hermana lee su libro en un soporte digital, y sale corriendo tras un Conejo Blanco que lleva un reloj de pulsera. 



En esa misma línea, la casa del Conejo Blanco y la de la Duquesa son viviendas modernas, y sobre todo, todos los personajes son jóvenes y guapos. Eso incluye al Sombrerero - que en la sobrecubierta del libro aparece destacado como un "personaje principal", aunque su papel es tan limitado como el de todos los demás - la Reina de Corazones, y, muy especialmente, la Duquesa. En el libro original se insiste en varias ocasiones en lo fea que es y lo desagradable que le resulta a Alicia tenerla cerca; aquí, o bien la ilustradora no leyó el libro, o bien el adaptador buscó la corrección política, porque la han dibujado muy guapa. El Sombrerero, a su vez, está inspirado en el de la versión de Tim Burton, con el pelo rizado y las uñas pintadas (más un extraño tatuaje en la mejilla), y el Gato de Cheshire tiene uno de los diseños menos esforzados que he visto, blanco con unas rayas en la cabeza.


¿Duquesa fea o grácil princesa?



Y tú llevas una cruz invertida tatuada en la jeta.


Pero nunca abro los ojos, porque vería lo anodino que soy. 

El texto, como en los demás libros de la serie, está resumido al mínimo imprescindible para contar la historia. Se suprimen los poemas, se eliminan pasajes y se reducen los conflictos. Hay algunos errores de bulto, tanto en la adaptación como en la colocación de los textos. En este cómic, Alicia llega a la merienda loca siguiendo un cartel que señala "La casa del Sombrerero"; en el libro, la merienda se celebra en la casa de la Liebre de Marzo, y la del Sombrerero no aparece para nada. En la parte con el texto inglés, ese mismo cartel dice "The Hater's House". "Hater" significa "persona que odia". La palabra para "Sombrerero" sería Hatter, que está correctamente en los demás bocadillos. 


La casa del odio.

Siendo un libro educativo, la edición incluye pasatiempos, recetas y curiosidades sobre Inglaterra: habla del sistema imperial, del croquet, de la hora del té... Estas páginas recurren a imágenes de archivo, y solo hay una ilustrada por Talita: la que enseña a los lectores a dibujar la cara de Alicia. 



Esta adaptación es adecuada para la edad del público objetivo (ocho o nueve años) y el propósito de enseñar el idioma y la cultura; incluye también un código QR con el audiolibro en inglés. Como versión del texto de Carroll, no tiene ningún interés. El texto está tan simplificado que pierde cualquier rastro de ingenio y nonsense, y los dibujos estilo manga, que han modernizado personajes y ambientes para que los niños no se asusten al ver algo antiguo, son simples, aburridos, y carentes por completo de encanto y originalidad. La recomendaría solamente dentro de una clase de inglés, por el audio y las actividades (y con un profesor que explique la diferencia entre odiar y hacer sombreros), pero tampoco creo que sirva ni siquiera como primera aproximación al clásico de Carroll.


Datos bibliográficos: 

Texto de Lewis Carroll, adaptado del inglés por Christopher James, y traducido al castellano por Margarita Gómez Borrás.

Dibujo de Talita Riberi, "Talita".

Publicado en España el 25 de marzo de 2023.

ISBN: 9788419316530.

Editorial Hachette.

96 páginas.

Se pueden leer las primeras páginas de la edición bilingüe inglés-francés aquí.


Fuentes: 

Entrevista en Rights Chain.

Ficha de la autora en Accademia Manga

23 de julio de 2025

Alicia de James McTaggart (1973).

 


Alice Through the Looking Glass es una adaptación británica para televisión de A través del espejo, y lo que Alicia encontró allí. Fue producida por la BBC, y escrita y dirigida por James MacTaggart, en uno de sus últimos trabajos. Se emitió una única vez el 25 de diciembre de 1973. Dura 74 minutos. 


James MacTaggart (1928- 1974) fue productor, guionista y director de televisión en el Reino Unido. Tras una breve carrera como actor de tres películas y un episodio de una serie (entre 1955 y 1958), se centró en la producción y dirección televisiva. Entre muchos otros trabajos, produjo especialmente adaptaciones para televisión de obras literarias, como en BBC Sunday Night Play (1962-63, dos episodios), The Wednesday Play (1965-66, treinta y cinco episodios) y BBC Play of the Month (1968- 74, cinco episodios). El guion y la dirección del episodio de Robinson Crusoe constituyeron su último trabajo, y se emitió póstumamente. 


El reparto de esta versión de A través del espejo provino del teatro, y contó con algunos de los actores más reconocidos del momento. La niña protagonista, Sarah Sutton, era, por el contrario, una desconocida que solo había hecho dos pequeños papeles en sendos episodios de series. Con once años fue, en el Reino Unido, la actriz más joven que nunca había interpretado a Alicia (aunque Marie- Véronique Maurin, de diez años, ya lo había hecho en 1970 en la versión de Jean Averty). Después siguió apareciendo en episodios sueltos de series, hasta que logró reconocimiento con el papel de Nyssa en las temporadas cuarta y quinta de Doctor Who, apareciendo en un total de 48 episodios (de 1981 a 1983), y más tarde en apariciones especiales y programas de podcast


Sarah Sutton como Alicia.

Uno de los aspectos técnicos más llamativos de esta versión es que, de modo similar a la ya mencionada de Jean Averty, se grabó exclusivamente sobre pantallas azules (cromas), salvo en las escenas del principio y el final, dentro de la casa, en que se usan también decorados. 



La película comienza en el interior de un confortable salón, enfocando una ventana tras la cual cae la nieve, y recorriendo los muebles y la decoración de la repisa de la chimenea. Alicia, vestida de amarillo y con medias a franjas blancas y negras, está jugando en un sillón con Kitty, el gatito negro de Dinah. 



Se levanta para acercarse al tablero de ajedrez, que tiene algunas piezas blancas y rojas, y luego al espejo sobre la repisa de la chimenea. Se pregunta cómo sería la casa del espejo y, tras dejar al gatito en el suelo, acerca una silla, se sube a la repisa de la chimenea, y casi sin darse cuenta pasa al otro lado del espejo. 




Baja suavemente al suelo, como flotando, y observa que el reloj, las figuras del cuadro y las piezas de ajedrez tienen vida, pero ella les resulta invisible. Ayuda a los Reyes Blancos (Brenda Bruce y Richard Pearson) a reunirse con su hija, el peón Lily, y comienza a leer el poema "Jabberwocky" sosteniendo el libro ante un espejo, pero no entiende gran cosa. Decide entonces visitar el resto de la casa y el jardín antes de volver a su lado del espejo. El jardín le resulta frustrante porque, tome la dirección que tome, siempre acaba volviendo a la puerta de la casa. Unas flores le echan una mano: el Lirio Atigrado (June Watson) y la Rosa (Vivienne Moore) le explican que, si quiere ir a un sitio determinado, debe caminar en la dirección contraria. 



Alicia ve entonces a la Reina Roja (Judy Parfitt) e intenta ir a hablarle; viendo que, cuanto más camina hacia ella, más lejos se encuentra, hace caso al consejo de las flores y camina en dirección contraria, con lo que acaba encontrándose frente a frente. 



La Reina Roja le muestra un prado con grandes cuadros que conforman un tablero de ajedrez, y le explica que Lily es aún demasiado pequeña para jugar como peón, así que Alicia puede ocupar su lugar, y convertirse en Reina si llega a la octava fila. La Reina se despide y desaparece, y Alicia se pone en marcha, apareciendo súbitamente dentro de un tren, en que unos pasajeros muy pesados hablan a coro, mientras una vocecita le susurra en la oreja. 



Alicia se siente aliviada cuando se ve fuera del tren tan rápidamente como había entrado. Se sienta bajo un árbol a descansar, y en una rama ve a un Jején (Ian Trigger), que era quien le había estado hablando al oído. 



Alicia le pregunta por otros insectos del Mundo del Espejo, y el Jején le habla del Caballito Mecedora, la Luciérnaga de Postre, o la Mariposa Merienda. Va intercalando algunos juegos de palabras poco inspirados y, cuando Alicia le dice que a ella no le gustaría hacer chistes tan malos, se echa a llorar y desaparece. Alicia se levanta y sigue caminando por el bosque, buscando la siguiente casilla del tablero. 



Ve postes indicadores de la casa de Tweedledee y Tweedledum, y decide ir a preguntarles cómo salir del bosque. Cuando se los encuentra, los gemelos (Raymond Mason y Anthony Collin) se empeñan en recitarle el poema de la Morsa y el Carpintero, que aparece representado en su integridad (siendo Bruce Purchase la Morsa y Stanley Labor el Carpintero). Terminado el poema, Alicia oye una especie de rugido, y les pregunta si hay tigres en el bosque, pero los hermanos le muestran que es solo el Rey Rojo (John Scott Martin), que duerme y está roncando. Intentan asustar a Alicia diciéndole que ella es solo un sueño del Rey Rojo, y que si de despierta ella desaparecerá, pero Alicia no se lo cree demasiado, y les pregunta de nuevo cómo se sale del bosque. 



Tweedledum encuentra su carraca, que está rota pese a que la compró el día anterior, y por supuesto da por hecho que ha sido Tweedledee quien se la ha roto, y lo reta a un combate. Alicia los ayuda a pertrecharse, pero apenas han empezado cuando se oye graznar a un cuervo, y salen huyendo. Alicia se esconde tras un árbol, pero lo único que aparece es un chal blanco que atrapa al vuelo. Tras el chal llega la Reina Blanca, con aspecto desarreglado y vulnerable, que ofrece a Alicia ser su asistenta personal a cambio de "mermelada ayer y mañana, pero no hoy". También le explica que en el Mundo del Espejo uno siente dolor y se queja antes de hacerse daño. El viento vuelve a llevarse su chal, pero esta vez lo atrapa ella misma, y a los pocos segundos se convierte en una Oveja, y se ven las dos en su tienda. 



Alicia mira por los estantes para ver si le interesa comprar algo, pero los artículos cambian de sitio y desaparecen continuamente. La Oveja le ofrece dos agujas de tejer y le pregunta si sabe remar; en el momento en que Alicia las coge, se encuentran de pronto remando por el río en una barquita. La Oveja se dirige a Alicia usando expresiones propias del remo, que la niña no entiende e interpreta literalmente (al decirle que ha "cogido un cangrejo", que significa que el remo ha quedado atascado, Alicia contesta que no ha visto ningún cangrejo). Al poco, vuelven a aparecer en la tienda. Alicia decide comprar un huevo, y la Oveja le informa de que dos son más baratos que uno solo, pero si compra dos, debe comerse ambos. Alicia no cree que vaya a comerse dos, y pide solo uno. Tras pagarle, la Oveja coge un huevo de la cesta, lo deja en una estantería y le dice a Alicia que vaya a cogerlo. Diciéndose a sí misma que es la tienda más rara en la que nunca ha estado, Alicia va a coger el huevo, y otra vez se encuentra en el bosque. El estante con el huevo se ha convertido en un muro sobre el que está Humpty Dumpty (Freddie Jones). 



Alicia y Humpty Dumpty discuten sobre cuestiones de semántica, y Alicia le recita el "Jabberwocky" (que es interpretado por Richard Speight como el Niño Radioroso y Jonathan Cecil como su padre), para que le explique las palabras que no conoce. 



Humpty Dumpty le recita a la vez el poema "El mensaje a los peces", pero se interrumpe bruscamente y se despide de ella. Alicia se marcha pensando en lo insatisfactorio que ha sido, cuando oye que se cae del muro, y de inmediato vienen los hombres y los caballeros del rey para intentar recomponerlo. Alicia vuelve a ver al Rey Blanco, ahora a tamaño natural, y conoce a sus mensajeros Hatta (también Jonathan Cecil) y Haigha (Stephen Moore). 



Le hablan del largo combate que están teniendo el León (Robin Wentworth) y el Unicornio (Nicholas Jones) y van a verlos y a decir que pueden dejar de pelear por hoy. Las criaturas discuten la realidad de Alicia y la llaman "monstruo", ya que siempre habían tenido a las "niñas" como seres de fantasía, pero acaban creyendo en ella e invitándola a compartir su merienda. 



Sin embargo, un fuerte y repentino redoble de tambor hace que salgan todos corriendo en direcciones opuestas. Alicia pasa a otra casilla y se tapa los oídos. Cuando cesa el estruendo, calcula que ya se encuentra en la séptima casilla, y por tanto solo le falta una para ser reina. Se interna en el bosque, y al poco llega hasta ella el Caballero Blanco (Geoffrey Bayldon), que se cae de su montura nada más entrar en escena. Se ofrece a acompañar a Alicia hasta la octava casilla mientras le habla de sus inventos y artilugios y se cae del caballo unas cuantas veces más. Al despedirse, le recita el poema
"Ojos de bacalao", en que el Anciano Viejo Viejo es interpretado por Douglas Milvain. 



Alicia alcanza por fin la octava casilla, y una corona de reina se materializa sobre su cabeza. Pero aparecen también las Reinas Blanca y Roja y le dicen que no es tan fácil como eso: debe pasar un examen de diversas materias para demostrar que es digna de ser reina. Le hacen preguntas confusas y capciosas, y acaban durmiéndose, apoyadas en sus hombros. 



Sin embargo, desaparecen tan súbitamente como habían aparecido, y un castillo aparece cerca de Alicia. Esta se acerca a la puerta, y oye desde el interior una canción que le da la bienvenida, pero no sabe cómo llamar, porque los timbres están marcados como "visitas" y "servidumbre", y no hay ninguno que diga "reinas". Llama a ambos tumbres y aporrea la puerta con su cetro, y le pide ayuda a un Lacayo-Rana (Jeffrey Segal), quien le dice que nunca conseguirá abrir la puerta golpeándola, sino que debe dejarla en paz para que le deje entrar. 



En efecto, tras la conversación la puerta se abre sola, y Alicia se apresura a entrar al palacio, donde encuentra una larga mesa en la que le esperan todos los personajes que ha conocido hasta entonces. Habiendo terminado la canción de bienvenida, están todos en completo silencio. Alicia rodea la mesa y se sienta entre la Reina Blanca y la Reina Roja. Alicia comienza a decir que se alegra de que ya estén todos los asistentes allí, porque ella no habría sabido a quién invitar, pero la Reina Roja le corta para decirle que se ha perdido los dos entrantes, y que ahora llega el plato principal. Un camarero trae una Pierna de Cordero; la Reina Roja se la presenta a Alicia, y la Pierna hace una reverencia para saludar. 



Alicia se ofrece a cortarle una porción a la Reina, pero esta le dice que es de mala educación cortar un trozo de alguien a quien acaban de presentarle, y manda que se lleven la Pierna de Cordero, con un gemido de frustración de los comensales. A continuación traen el Pudín, y aunque Alicia pide que no se lo presenten, para que pueda comer un poco, la Reina Roja se lo presenta igualmente, y manda que se lo lleven. Alicia hace valer su autoridad, ordena que lo traigan de nuevo, y le clava un tenedor, lo que hace que el Pudín proteste vivamente. Alicia empieza a disculparse, pero de nuevo la Reina Roja la interrumpe para pedir un brindis a su salud. Alicia empieza a dar un discurso de agradecimiento, pero entonces la cena se desmadra por completo: platos y cubiertos comienzan a volar, el Jején pasa una y otra vez por encima de la mesa, algunos invitados caminan sobre ella, la Reina Blanca empequeñece y se mete en una tetera... 




Harta, Alicia saca el mantel de un tirón, y agarra entre las manos a una también empequeñecida Reina Roja, a la que considera culpable del caos. Comienza a sacudirla, amenazándola con convertirla en un gatito, y entonces se despierta y ve que ha estado sacudiendo a Kitty. 


Se acerca de nuevo al tablero de ajedrez, y piensa que Kitty era la Reina Roja de su sueño, y del mismo modo Bolita de Nieve, el gatito blanco, era la Reina Blanca. Coge la pieza de la Reina Roja, se acerca al espejo con ella, y le pregunta a su reflejo cuál de las dos ha soñado que pasaba al otro lado. Su reflejo le contesta: "¡Pues claramente fuiste tú, tonta! Vamos, te espero en el jardín", y sale corriendo. 



Confusa, Alicia toca con la mano la superfice del espejo, pero es sólida. Se dice a sí misma "Oh, bueno" y se aparta del espejo, presumiblemente para salir al jardín ella también. Tras los créditos de los personajes principales, va pasando en pantalla el poema "Una barca bajo el cielo soleado", acróstico que forma el nombre Alice Pleasance Liddell, y que aparece como postfacio en A través del espejo



Esta es la segunda de las tres adaptaciones para televisión que existen de A través del espejo (siendo la primera la estadounidense dirigida por Albert Simmons en 1966, y la tercera otra británica, la de John Henderson, en 1998), y, con diferencia, la más fiel al libro. Incluye casi todos los episodios y escenas, dejando solo fuera a los elefantes-abeja, el bosque que hace olvidar el nombre y al Cervatillo (el episodio perdido de la Avispa con Peluca no se encontraría hasta un año después, por lo que, lógicamente, tampoco está incluido). No añade personajes nuevos ni modifica el marco narrativo; por lo demás, están todos los personajes y todos los poemas, y los decorados pintados sobre el fondo azul, así como el vestuario de los personajes, imitan los dibujos de Tenniel. Con solo algunos cambios y omisiones, esta versión es una lectura casi lineal de la obra de Carroll. Las actuaciones son bastante sólidas, en general, aunque se echa de menos que Alicia recite sus líneas sin emoción, de un modo correcto, pero sin manifestar nunca la menor alegría, sorpresa o curiosidad por el extraño mundo en el que ha entrado.


Ahora bien, la elección de filmar sobre cromas es un gran lastre en toda la película. Los personajes caminan por paisajes que permanecen estáticos; algunos de los objetos con los que interactúan se salen de los bordes pintados; manos y pies quedan cortados en ocasiones. La caracterización de los personajes no siempre da buenos resultados: no se identifican muy bien la Oveja y ni el Lacayo-Rana, y las caras de Humpty Dumpty y del Pudín simplemente se proyectan sobre un dibujo. La escena del Pudín apenas dura unos segundos, pero en el caso de Humpty Dumpty, que es uno de los personajes más importantes, no se consigue la impresión de que Alicia le esté hablando a un ser animado y no a un dibujo. 



Esta versión se emitió una sola vez por televisión; como he dicho anteriormente, el día de Navidad de 1973. Tras una recepción más bien tibia - James McTaggart fue nominado a un premio BAFTA por el guion, pero no lo ganó; y la diseñadora de vestuario Eileen Diss lo ganó compartido con otros tres programas -, quedaría olvidada durante nada menos que cuarenta años, hasta que la BBC decidió editarla en DVD en marzo de 2013. Tiene una portada extremadamente engañosa, no solo por mostrar animación digital - que obviamente está del todo ausente en la película - como por modificar el vestido de Alicia para que sea azul y no amarillo. Es posible que la BBC intentara sacar partido del tirón que la película de Tim Burton había dado al interés por Alicia en el País de las Maravillas unos años antes, y quisiera que la carátula diera la impresión de ser una obra moderna. 


Tampoco debieron de sacar muchas copias, porque en la actualidad es un DVD muy difícil de conseguir. Dado que ni la propia BBC pone esta película en sus servicios de streaming, la mejor manera de verla es buscarla en servicios de vídeo como YouTube o DailyMotion, aunque la calidad de imagen es bastante deficiente.


Fuentes:





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