AVISO: En esta reseña se habla de drogas y su consumo.
Curious Alice ("Alicia la curiosa") es un cortometraje estadounidense de 1971, escrito y - presumiblemente - dirigido por Dave Dixon. Fue producido por el Departamento Estadounidense de Salud, Educación y Bienestar (U.S. Department of Health, Education and Welfare) como una película de propaganda antidroga pensada para niños, con el fin de ser proyectada y trabajada en escuelas. Combina imagen real, animación tradicional y animación con recortes. Dura 11 minutos.
No hay mucha información sobre los creadores de esta película, ya que los créditos iniciales solo se refieren a los organismos gubernamentales que la produjeron, y no hay créditos finales en que se indique siquiera la dirección. En Internet Movie DataBase constan solamente el nombre de Elizabeth Jones, la niña actriz, de unos once o doce años, que hace de Alicia, y de Sparky, el gato o gata que hace de Dinah. Es muy probable que la misma Elizabeth Jones haga la voz de Alicia, pero no se acredita la voz del narrador ni de ninguno de los otros actores de doblaje. Tampoco aparecen los animadores.
El guionista y posible director, Dave Dixon, pudo comenzar su andadura artística colaborando en la letra de la canción "I Dig Rock and Roll Music" del grupo folk Peter, Paul y Mary en 1967. Entre 1968 y 1971 escribió los guiones de tres cortometrajes: Normal Norman, de dibujos animados, y dirigido por Alex Lovy, en 1968; Short Subject, también conocida como Mickey Mouse en Vietnam, una animación sin licencia de Disney en que Mickey Mouse se alista para la guerra y cae con un tiro en la cabeza apenas llegar a Vietnam, en 1969; y el que nos ocupa, Curious Alice, en 1971. También fue guionista de la película Los jóvenes graduados (The Young Graduates, 1971), una road movie en que una joven hippie introduce a su respetable y casado profesor en el mundo de la contracultura, la marihuana y el sexo libre. Durante los primeros años 70 presentó un programa nocturno de televisión en Miami. En 1982 escribió el guion del documental infantil Dinosaurs: Fun, Fact and Fantasy, y en 1992 puso su voz a un locutor de radio en la película de terror Hellmaster.
La película comienza con una secuencia en imagen real en que Alicia está sentada sobre la hierba de un bosque o jardín, sola con su gata Dinah, a la que acaricia mientras abre un libro colocado sobre sus piernas. El libro es, evidentemente, Alicia en el País de las Maravillas, con ilustraciones de Tenniel. Una voz en off comienza a narrar: "Había una vez, en una famosa historia, una niña llamada Alicia, que tuvo mucha curiosidad al ver pasar a un conejito blanco. Lo siguió, y pronto se encontró cayendo por un agujero muy profundo hacia un sitio extraño, llamado País de las Maravillas". Mientras se muestra una animación de la caída por la madriguera, se oyen las voces del Conejo, que dice "¡Llego tarde, llego tarde!", y la de Alicia, que le pide que la espere. El narrador prosigue: "Hoy en día, también hay niñas y niños cuya curiosidad los conduce a sitios extraños".
Alicia llega al fondo del agujero, a tiempo de ver cómo el Conejo desaparece. Se encuentra con cuatro armaritos: uno contiene aspirinas, de las que le da su madre cuando está enferma, otro contiene medicamentos con receta, que solo puede mandar el doctor, y otros dos contienen respectivamente cigarrillos y alcohol, que no son buenos para niños. Pero Alicia se pregunta si los cigarrillos y el alcohol no vienen a ser lo mismo que los medicamentos, ya que todos causan un efecto en la salud y hacen que te sientas diferente.
Tras mirar por el ojo de la cerradura, Alicia decide abrir una puerta, y se adentra en un camino cuajado de jeringuillas y cachimbas, diciéndose que su madre y el doctor no querrían que tocara nada de eso, ya que son cosas que pueden hacerle daño. Encuentra un agujero en la pared que da a un jardín, y supone que es por ahí que se ha ido el Conejo, pero ella no cabe, y desea poder cambiar de tamaño.
Encuentra la botella "Bébeme", y vacila unos momentos, pero se la bebe de un trago, se reduce de tamaño, y puede pasar por el agujero a un colorido jardín. Alicia salta y baila entre las flores, sintiéndose diferente, como si no fuera ella misma.
Saluda y se presenta a varios animales que ve en el jardín, pero ninguno le responde ni se queda más de un segundo. Decepcionada, la niña se pregunta si están ahí de verdad, y si ella misma lo está, pero cobra energías y decide quedarse en ese lugar hasta que averigüe qué es. El Conejo vuelve a pasar corriendo, lamentándose de que llega tarde, y Alicia intenta seguirlo, pero vuelve a perderlo de vista. Sin embargo, en su carrera, al Conejo se le ha caído un frasco de pastillas.
Alicia se dice a sí misma que en ese mundo no parece pasar nada a menos que se coma o se beba algo, así que recoge el frasco, y está a punto de tragarse un puñado de pastillas cuando oye carraspear al Gato de Cheshire, que está en la rama de un árbol cercano.
"¿Sabes qué son esas pastillas?", le pregunta sin rodeos el Gato. Alicia le contesta: "No, pero se le cayeron al Conejo Blanco y...". "Bien, ¿y sabes quién es él?", la interrumpe el Gato. "No... supongo que no", admite Alicia.
Alicia le pregunta al Gato dónde puede ir, ya que no sabe dónde está, pero necesita llegar a alguna parte. El Gato le indica las direcciones del Sombrerero y la Liebre de Marzo, pero le advierte que ambos están locos. Alicia decide ir a la casa de la Liebre de Marzo. Por el camino, que está lleno de setas de todos los tamaños y colores, se encuentra una Oruga que fuma en un narguile y tose mucho.
Alicia la saluda e intenta entablar conversación, pero la tos no deja responder a la Oruga. Alicia le pregunta qué está fumando: "¿Es marihuana? ¿Chocolate? ¿Hierba?". La Oruga por fin le pregunta quién es, y Alicia le contesta que ya no lo sabe, porque ha cambiado mucho y "eso es marihuana, ¿verdad?".
La Oruga le dice que pronto se acostumbrará a los cambios, pero Alicia dice se gusta tal como es y prefiere no cambiar, y que ahora mismo no sabe cómo de alta es. "Oh, ¿así que quieres volverte alta?", le pregunta maliciosamente la Oruga. "Sí... pero no de ese tipo de alta", contesta Alicia (es un juego de palabras de difícil traducción con los dos significados de high: "alto", y "colocado"). Alicia le pregunta a la Oruga por qué él quiere estar colocado; la Oruga se turba, le dice que vaya unas preguntas hace para ser solo una niña, y se baja de la seta. Alicia insiste, diciéndole que precisamente por ser una niña hace muchas preguntas: "¿Por qué te has enfadado? ¿Es porque no sabes por qué fumas marihuana?", y la Oruga se limita a alejarse mientras repite "No estoy enfadado, no estoy enfadado...". Alicia se lamenta de que no haya contestado a sus preguntas, y sigue caminando por el bosque, pensando que en casa estarán preocupados por ella, pero confía en poder quedarse un poco más y volver a tiempo.
Vuelve a pasar corriendo el Conejo Blanco, que exclama "¡Es demasiado tarde, demasiado tarde!", y aparece de nuevo el Gato de Cheshire, que le pregunta a Alicia cómo le está yendo. Alicia confiesa que le está yendo fatal, y señala al Rey y la Reina de Corazones, que acaban de aparecer: el Rey lleva una enorme jeringuilla. Mientras las cartas de la baraja acuden a la pareja real, Alicia le pregunta al Gato qué significa "H", a lo que el Gato responde "Puede ser heroína, o puede ser un hábito"; relacionando ambos conceptos, Alicia comenta "Puede ser difícil (hard) de romper". La Reina da la voz de alarma: la Sota de Corazones está intentando escapar, y llevarse a otros consigo. Alicia intenta preguntarle al Gato qué sucede, pero este solo le dice que mire.
Enarbolando la jeringuilla, el Rey se dirige a las Cartas llamándolos amigos, y les dice que son libres para irse cuando quieran... pero necesitarán la heroína, y de hecho la necesitan ahora: "¿Verdad que la queréis?". Todos vuelven con el rey para conseguir su dosis, y cuando se dan la vuelta, su reverso es igual. Alicia se horroriza: "¿Por qué vuelven? ¿Por qué lo obedecen? Cuando siguen al Rey, no puedes distinguir a uno de otro. ¡Terrible! ¡Espantoso! ¡¡Espantoso!!". Alicia se abre camino entre las cartas y echa a correr por el bosque, aterrada y jadeante. Acaba llegando a la casa de la Liebre de Marzo, que está sentada a una mesa llena de diferentes drogas. La Liebre le presenta a sus amigos el Lirón, que está durmiendo a base de barbitúricos, y al Sombrero, que está de viaje con LSD; la propia Liebre está atiborrada de metanfetaminas.
Alicia le pide permiso para sentarse un poco a descansar. La Liebre enseguida le ofrece de lo suyo: "Tendrías que tomarte algunas ruedas. ¡Bennies! ¡Anfetas! ¡Speed! ¡Hacen que te sientas a tope!", pero de repente se marea mientras repite: "A tope...". Alicia le replica: "¿Tú te sientes bien ahora?", a lo que la Liebre contesta: "Bueno, a veces te da el bajón... te pones malo... y se te rompe todo por dentro... da miedo".
El Lirón y el Sombrerero se despiertan y se dirigen a Alicia, pero sus palabras son incoherentes; el reloj da las seis, y todos se toman una nueva dosis de pastillas o de terrones de azúcar empapados en LSD. En voz baja, la Liebre le dice al Sombrerero que esconda el matute, porque la niña no sabe lo que está pasando allí. Indignada, Alicia exclama que sí lo sabe, y que todos ellos viven en un mundo tan hermoso que podría ser el País de las Maravillas, pero lo único que hacen es tomar droga. Los tres personajes, más la Oruga y el Rey, le ofrecen a Alicia las respectivas sustancias que consumen, diciéndole que le despejarán la cabeza, que se sentirá genial... Ella les grita que paren, pero siguen animándola a que se una a su "baile".
Entre la cacofonía de voces se impone la del Gato de Cheshire, que serenamente le dice a Alicia: "¿Sabes ya dónde estás? Vete a casa". El Conejo Blanco dice: "Ya es demasiado tarde, demasiado tarde...", pero la propia Alicia grita "¡No! ¡No es demasiado tarde!". Mientras el Gato la conmina a que vaya a casa, Alicia despierta poco a poco, hasta encontrarse tendida en la hierba, con Dinah cerca de ella. La niña se incorpora, recoge el libro y acaricia a su gata, pero no dice nada.
Prácticamente todas las reseñas y comentarios que he leído se mofan sin piedad de esta película. Todas coinciden en que traiciona su objectivo al presentar las drogas como algo atractivo y molón en vez de algo peligroso que se debe evitar, y los comentaristas dan por hecho que los autores y productores estaban más colocados que sus personajes si creyeron que iba a ser un efecto disuasorio sobre los niños. "Lejos de desincentivar la experimentación con los estupefacientes, más bien invitaba a disfrutarlos de forma lúdica", dice Eduardo Bravo en el magacine digital Agente Provocador; "Los tipos que hicieron esto habían tomado drogas como para hacer enrojecer a Hunter Thompson", apostilla D. Ash en la ficha de la película en Mubi; "Si quieres un argumento serio contra las drogas, será mejor que no le enseñes esto a tus hijos, porque despues de verlo la mayoría querrá liarse un porro", aconseja Michael Elliot en IMDb. El propio Consejo Coordinador Nacional sobre el Abuso de Drogas (National Advisory Council on Drug Abuse) la criticó por "confusa" y "potencialmente contraproducente" al presentar un colorido mundo de fantasía que podía despertar interés y curiosidad más que rechazo, lo que culminó con la retirada de la película de las aulas en 1972.
Personalmente, y ya muy lejos de los ocho o diez años para los que esta película se hizo, no creo que esté tan mal hecha como para incentivar el consumo de drogas. Al principio, Alicia curiosea en los armarios de medicamentos y productos "que no son buenos para niños"; desea cambiar, ser diferente; toma sin apenas recelo la poción "Bébeme", y está dispuesta a tragar pastillas de un frasco que se le ha caído a alguien. Tiene que ser el Gato de Cheshire quien se lo impida, y no con una prohibición tajante, sino haciéndole reflexionar en lo insensato que es consumir productos que no se sabe qué son, y que provienen de desconocidos. Más tarde, Alicia se dará cuenta de que se gusta tal como es, y lamentará que la Oruga se marche sin contestar a sus preguntas. Creo que ahí está precisamente el mensaje de la película: Alicia siente curiosidad por las drogas, pero nadie contesta a sus preguntas ni aclara sus dudas. Su madre y el doctor, cuya autoridad aparentemente respeta, no están allí con ella, y sus explicaciones sobre las drogas, el tabaco y el alcohol no parecen haber pasado de "no toques eso", "no es bueno para niños". Sin la protección y la guía de un adulto, Alicia toma decisiones precipitadas, y al principio se siente bien, feliz, eufórica: quería entrar en el jardín y lo ha conseguido. Pero los animales con los que quiere hablar no le contestan, sino que se alejan de ella. El jardín luminoso cambia a un bosque mucho más oscuro. Después de que el Gato le impida tomar las pastillas, Alicia ve el efecto de las drogas en los demás: la Oruga apenas coordina sus pensamientos, las Cartas pierden su identidad, la Liebre está frenética, el Lirón medio en coma, el Sombrerero en otro mundo. La parte "atractiva" del consumo de drogas dura solo el tiempo que Alicia está en el jardín: en el resto de la película se muestra decepcionada, y progresivamente asustada, al ver el efecto que causa en los demás.
Por eso creo que la película puede ser efectiva siempre que los niños la vieran con sus padres, o con sus profesores, como se hizo en 1971. Ahora bien, lo que irremediablemente la condena al fracaso es el material de trabajo en el aula que la acompañaba. En efecto, en 1972 se imprimió y distribuyó un cuadernillo de actividades y pasatiempos para trabajarlos en el aula después de ver el corto.
Las primeras páginas son los típicos ejercicios de conocimientos previos, comprensión y recapitulación del material visionado: "¿De cuáles de estas drogas has oído hablar?", "¿Qué efectos causaban en los personajes las sustancias que consumían?", "Indica si hacer lo siguiente es beneficioso o perjudicial: leer las etiquetas, coger cosas de los armarios sin permiso...". Después hay preguntas de verdadero o falso, y de relacionar vocabulario con su significado. Hasta ahí, parece un cuaderno de trabajo normal, y de hecho bastante competente. Pero luego vienen los pasatiempos: crucigramas, une los puntos, y dibujos para colorear.
...y a la Liebre de bajón.
Es esta parte la que a mí me parece totalmente inadecuada. Si los niños con los que trabajas son tan pequeños - o tan mentalmente limitados - como para divertirse coloreando o con un une los puntos, también lo son para hablarles sobre drogas. ¿Cuál es el valor didáctico de estas actividades en concreto? ¿Qué aprenden los alumnos? ¿Qué enseñanzas sacan de pintar una máquina de cigarillos, o los ojos alucinados de la Liebre? ¿Y otra de las actividades propuestas, en que cada niño debe representar un personaje haciendo algo que aparece en la película, lo que por supuesto incluye hacer como que consume las drogas e imitar los efectos del colocón que lleva encima?
Al final, el cuadernillo incluye una hoja de valoración para el docente, en el que debe indicar el tipo de escuela en que trabaja, la edad de sus alumnos, su familiaridad con Alicia en el País de las Maravillas, y la impresión que le ha causado el corto como material educativo: si a los alumnos les ha resultado fácil, difícil o imposible de comprender, y si al docente le ha parecido entretenido, innecesario para ese grupo de edad, extraño, inapropiado, útil... La hoja debía devolverse al Departamento Estadounidense de Salud, Educación y Bienestar para que pudieran juzgar la calidad y el resultado de su película de propaganda. No sabemos si los profesores observaron que los resultados no eran los deseados, y sus valoraciones contribuyeron a la retirada de la película.
El cuadernillo de pasatiempos sobre estupefacientes me ha traído recuerdos de haber pasado por una experiencia similar. En 1994 o 1995 tuvimos en mi instituto las entonces habituales visitas de extoxicómanos que venían a darnos charlas sobre la drogas y sus consecuencias. Eran los años del sida, y los exdrogadictos que vinieron a vernos eran ambos seropositivos, y por supuesto nos hablaron de lo que ello suponía. La profesora de Ética nos mandó un proyecto sobre el tema que consistía, precisamente, en elaborar nosotros mismos un cuadernillo didáctico con lo que habíamos aprendido, ya no sobre las drogas, sino sobre el sida. Y recuerdo que insistió en que no solo copiáramos la información que sacáramos de los folletos que nos repartían, sino que creáramos pasatiempos a partir de ellos. No sé si conservo el trabajo que hice; sí recuerdo claramente que en la portada tenía una señal de stop (porque debíamos ponerle un título que fuera un eslogan: "di no al sida", "alto al sida", etc.), y que tuve que hacer un crucigrama con términos relativos a la enfermedad y sus modos de contagio. Y recuerdo muy bien lo abochornada que me sentí al hacerlo. Nos habían traído a propósito a dos hombres que habían arruinado su vida por compartir jeringuillas, y como reflexión sobre ello nos mandaban inventar pasatiempos y un eslogan con gancho, y hacer un dibujito en la portada. En pocas palabras, no creo que la mejor manera de educar sobre las drogas sea convirtiéndolas en una actividad simpática e inofensiva como unir los puntos o colorear.
Técnicamente, la película es muy interesante por la combinación de diferentes tipos de animación y el uso de surrealismo y psicodelia - era 1971, y varios trabajos anteriores del guionista estaban relacionados con la cultura hippie - y tiene un trabajo de doblaje más que notable. Que fuera un material educativo sólido y efectivo, quedó descartado en poco más de un año; que fuera una fumada total, ya queda a la opinión del espectador.
Este cortometraje se puede ver en la página oficial de los Archivos Nacionales de Estados Unidos; al estar libre de derechos, la mayoría de páginas que la comentan lo incluyen para su visualización. El cuaderno de actividades completo se puede descargar aquí.
Fuentes:
AMIDON, Aubrey. The Curious Case of Curious Alice, en The Unwritten Record, 13 de julio de 2013.
- Preserving Curious Alice, en The Unwritten Record, 1 de agosto de 2013.
- A Curious Alice Coloring Book, en The Unwritten Record, 7 de octubre de 2014.
BRAVO, Eduardo. «Pregúntale a Alicia» y «Curious Alice»: iniciativas antidroga que salieron regular, en Agente Provocador, 6 de abril de 2020.
Curious Alice, en US National Archives.
ELLINGER, Kate. "The Curious Tale of Psychedelic Alice: Alice in Acidland (1969) and Curious Alice (1971)", en Senses of Cinema, marzo de 2018.