24 de abril de 2022

A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado (tercera parte)

 


Ilustraciones de Chris Riddell (2021).


Personajes (hasta el Rey Rojo).


Esta es la tercera parte de un artículo dividido en cinco. La primera trata de la concepción del libro; la segunda, del argumento y el problema de ajedrez que plantea; esta parte y la cuarta, de  los personajes, y la quinta, de su influencia y adaptaciones. 




Los personajes de Alicia en el País de las Maravillas proceden en su totalidad de la imaginación de Carroll, y a pesar de que ninguno tenga nombre propio, las características únicas del Conejo Blanco, el Sombrerero o la Reina de Corazones los hacen inolvidables. En A través del espejo, Carroll repitió el proceso de dar vida y personalidad a las figuras genéricas de un juego, en este caso, como sabemos, el ajedrez. Pero también hizo algo novedoso respecto a su primer libro: introducir en el sueño de Alicia a varios personajes de canciones infantiles populares, y hacer no solo que la niña los reconozca, sino que se comporten como en el texto del que proceden. Tweedledee y Tweedledum, Humpty Dumpty y el León y el Unicornio eran conocidos para cualquier niño victoriano, y fue gracias a este libro que, especialmente la pareja de gemelos y el huevo sesudo, fueran conocidos también fuera de los países anglófonos. 


Humpty Dumpty, 
por Leslie Leonard Brooke (circa 1897).

Habría un tercer grupo, formado por los personajes del Mundo del Espejo que no son ni piezas de ajedrez ni protagonistas de rimas infantiles (las flores parlantes, el reloj con cara de anciano, los pasajeros y el revisor del tren, la Morsa y el Carpintero, el Mosquito, el Cervatillo, y por supuesto el Jabberwock) e incluso un cuarto grupo, el formado por los mensajeros anglosajones del rey blanco, los cuales podrían considerarse invitados especiales del País de las Maravillas. 


Abejas-elefante, por John Vernon Lord (2011).

Mientras que los personajes del primer libro de Alicia son fácilmente reconocibles en la cultura popular, debido en gran parte a las icónicas ilustraciones de Tenniel, y a las numerosas adaptaciones cinematográficas en que aparecen, los habitantes del Mundo del Espejo sufren una suerte desigual. Fuera del Reino Unido, en que ambos libros gozan de idéntica popularidad, A través del espejo es menos conocido que su predecesor, y se han hecho menos versiones del texto íntegro. Como resultado, lo habitual es que en las adaptaciones al cine o a dibujos animados de Alicia en el País de las Maravillas se intercalen pasajes con los personajes más representativos del Mundo del Espejo, que en general son el Jabberwock, Tweedledee y Tweedledum (puede que con la Morsa y el Carpintero, según reciten o no el poema), las Flores Vivas, Humpty Dumpty y el Caballero Blanco. Las figuras de ajedrez (salvo el Caballero) quedan relegadas a las pocas adaptaciones exclusivas del segundo libro, así como el León y el Unicornio o los viajeros y el revisor del tren. Otros personajes, como el Mosquito, el Cervatillo o la Oveja - álter ego de la Reina Blanca - están ausentes, incluso, de la mayoría de películas que han adaptado A través del espejo, por lo que resultas desconocidos incluso para aquellos que han visto alguna versión. 


Studio Minalima, 2021.

En el primer capítulo, "La casa del espejo", una de las primeras cosas que observa Alicia es que el reloj de la repisa de la chimenea tiene la cara de un anciano, que la mira "con una pícara sonrisa", y que las figuras de los cuadros se mueven. Pero enseguida centra su atención en las piezas de ajedrez, que charlan y se pasean, y no interactúa con el reloj ni los cuadros. Para las piezas de ajedrez es totalmente invisible, y puede escuchar sus conversaciones. En un momento dado oye llorar a un peón blanco, Lily (Lilí o Lirio en algunas traducciones), que se ha alejado demasiado, y coge a su madre, la Reina Blanca, para llevarla a su lado, lo que hace que la Reina se vea de repente volando por los aires hasta posarse mágicamente al lado de su hija. La Reina, aunque abraza a su hijita para consolarla, ha perdido el aliento del susto, y cuando lo recupera avisa a su marido de que tenga "cuidado con el volcán". Alicia reúne al Rey con su esposa e hija, y tiene mucho más cuidado al trasladarlo, además de advertirle de que "el Caballero Blanco se desliza por el badil y su equilibrio es muy inestable" (lo que ciertamente se confirmará cuando, varios episodios más tarde, Alicia se encuentre con el Caballero a tamaño de persona). Alicia se aparta momentáneamente de las figuras para leer un libro con uno de los poemas más memorables de Carroll, "Jabberwocky". Aunque en las adaptaciones suelen enfrentar a Alicia con la criatura de la que habla este poema en algún momento, conviene recordar que el Jabberwock es un personaje de ese libro, posiblemente ficcional hasta dentro del Mundo del Espejo, y que Alicia nunca se encuentra con él. 



El Rey Blanco, por John Tenniel (1871).

En el capítulo 2, "Un jardín de flores vivas", Alicia sale de la casa y tiene una breve conversación con una Rosa, una Margarita, un Lirio Atigrado y una Violeta (Carroll introdujo aquí los nombres de las otras dos hermanas de Alice Liddell, aparte de Lorina y Edith: Rhoda como la Rosa, y Violet como la Violeta). A pesar de su corta presencia en el libro, las flores vivas aparecen habitualmente en versiones cinematográficas, por su colorido, sus diferentes personalidades y lo ágil de su diálogo. Sin embargo, el principal personaje de este episodio es la Reina Roja, severa, mandona y muy rápida, que presenta a Alicia las características del mundo del Espejo y le muestra cómo todo el campo ante ellas es un gigante tablero de ajedrez. Le indica también que puede jugar como peón sustituyendo a Lily, que es aún muy pequeña, y hasta convertirse en Reina, si llega hasta la octava casilla. La Reina Roja no volverá a aparecer hasta la coronación de Alicia. 


Bessie Gutmann, 1909.

En el tercer episodio, "Los insectos del espejo", encontramos a muchos de los personajes menos populares del libro. Alicia, después de despedirse de la Reina Roja, marcha a campo traviesa, y se entretiene mirando unos insectos que, a lo lejos, están libando de unas flores como si fueran abejas, pero que son claramente elefantes. Algunos autores han sugerido, muy inteligentemente, que en el ajedrez de los s. XI y XII el movimiento del alfil se representaba con la figura de un elefante (que es, de hecho, lo que significa la palabra "alfil" en persa). Esta breve aparición de elefantes sería una manera solapada de mencionar al alfil, que de otra manera está ausente en la partida de ajedrez (recordemos que esta pieza se llama en inglés bishop, "obispo", y Carroll consideraría irreverente introducir una figura religiosa en un cuento fantástico). De golpe se encuentra dentro de un tren, compartiendo el vagón con un Caballo, una Cabra, un Escarabajo y un hombre vestido con papel blanco. El Revisor se asoma y exige que Alicia le entregue su billete, a lo que la niña responde que no había ninguna ventanilla para comprarlos del sitio de donde ella viene. Los demás pasajeros tienen algo que comentar, primero a coro y luego por turnos, cada vez que Alicia o el Revisor hablan, lo que, sumado a una vocecilla misteriosa que no para de susurrar a su oído acaba resultando irritante para la nueva viajera. En un salto que da el vagón, Alicia se agarra instintivamente a lo que tiene más cerca, que es la barba de la Cabra, y de repente está bajo un árbol en el bosque, acompañada de un Mosquito, que era quien le había estado hablando al oído. 




El Mosquito (ahora del tamaño de una gallina) le habla de algunos otros insectos que viven en el bosque, como el Caballito Mecedora, la Luciérnaga de Postre, o la Mariposa Merienda. También le advierte de que en el bosque uno acaba olvidándose de quién es y cómo se llama. A pesar de su amabilidad, el Mosquito es dado a los chistes malos, y Alicia no se corta para reprochárselo. El Mosquito, entristecido, suspira tanto que acaba desapareciendo, y Alicia sigue avanzando por el bosque. Pronto, en efecto, olvida su propio nombre, y se siente desamparada hasta que encuentra un Cervatillo, a quien le ha ocurrido lo mismo. Caminan juntos un trecho, sintiéndose más seguros juntos, pero al llegar a un claro y recordar súbitamente quiénes son, el Cervatillo recuerda que ha de temer a los humanos, y sale corriendo. Alicia se apena un poco, pero recuerda su propósito de convertirse en Reina, y sigue avanzando por el bosque hasta encontrarse con Tweedledee y Tweedledum. 


Peter Newell (1902).

Hay varios motivos por los que este episodio suele ignorarse en las adaptaciones del libro, y sus personajes no son ilustrados tan a menudo como los demás. Tanto el pasaje del tren como el de la conversación de Alicia y el Mosquito en el bosque están plagados de juegos de palabras difícilmente traducibles a otros idiomas y contienen referencias a la sociedad estrictamente contemporánea de Carroll: una expresión que repiten a coro los viajeros "¡Vale a mil libras cada...!" todavía no se había identificado bien entrado el siglo XX (se cree que parodia un eslogan publicitario); el hombre que viste de papel blanco parece estar caricaturizando a Benjamin Disraeli, un destacado político en la segunda mitad de la era victoriana. El Cervatillo, que según la lista de personajes de Carroll también es un peón blanco, parece estar puesto solo porque sería a la vez Pawn y Fawn. Incluso en su lengua original, el episodio es precipitado y confuso, con dos cambios de escenario injustificados, que solo se deben a la necesidad de que Alicia avance rápidamente (moviendo dos casillas en su primera jugada como peón) y no tiene ninguna trascendencia en el resto de la historia. 




En el episodio cuarto, "Tweedledum y Tweedledee", Alicia se encuentra con estos hombrecillos, a los que reconoce de una canción infantil: decidieron luchar porque Tweedledum acusó a Tweedledee de estropear su sonajero (o carraca), pero entonces apareció un cuervo tan negro como el alquitrán, que asustó tanto a los "héroes" que olvidaron su disputa. 



Los nombres "Tweedledee y Tweedledum", que se usaban para representar a dos personas que se imitaban la una a la otra, procedían originalmente de un poema del siglo XVII, escrito por John Byrom (1692 - 1763). Era una epigrama que satirizaba la rivalidad entre los músicos George Frederich Haëndel y Giovanni Bononcini; tenía menos versos y poco que ver con la canción infantil que se publicaría en 1805 en una colección titulada Original Ditties for the Nursery. Estos personajes, además de confundir a Alicia parafraseando las intervenciones del otro y moviéndose como reflejos exactos, le recitan otro de los grandes poemas del libro, "La Morsa y el Carpintero", y le presentan al Rey Rojo, que está dormido y roncando sonoramente. 


Svetlana Rumak, circa 2014.

En una de las paradojas más comentadas del libro, los Tweedles le dicen a Alicia que ella no es más que un sueño del Rey Rojo, y que si este despierta, ella desaparecerá. Además de que, ciertamente, un rey de ajedrez suele "dormir" (permanecer inmóvil, especialmente si se produce un enroque) durante gran parte de la partida, los lectores son conscientes de que es Alicia la que está soñando. Si sueña con un rey que la está soñando a ella, que a su vez sueña con un rey que la sueña a ella, la situación se multiplica hasta el infinito... como un espejo reflejado en otro. Alicia encuentra el caso ridículo, al mismo tiempo que llora de miedo de que el rey despierte. El hallazgo de la carraca rota lleva a unos minuciosos preparativos para el combate entre los hermanos, que, como era predecible, se cancela con la aparición del cuervo, que también hace huir a Alicia. El Rey Rojo seguirá durmiendo durante todo el libro, hasta que es puesto en jaque en el último movimiento de Alicia, ya coronada reina, lo que pone fin a la partida. 



En el siguiente artículo examinaremos los personajes con los que se sigue encontrando Alicia en el resto de su aventura, como el peculiar Humpty Dumpty o el entrañable Caballero Blanco. 


Fuentes:


BASRANI, Chintan. "The Historical Origins of Humpty Dumpty", en International Inside, 19 de mayo de 2020. 


CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.


CARROLL, Lewis; GONZÁLEZ ÁLVARO, Juan (int.), Ana-Emilia (trad. prosa), PASCUAL, Emilio (trad.verso). A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado, Ediciones Gaviota, Madrid, 1990.



John Vernon Lord, blog personal del artista. 


Rumak, página oficial de la artista.



Studio Minalima, página oficial de los ilustradores Miraphora Mina y Eduardo Lima.




The Internet Archive, para las ilustraciones de dominio público.

Wikimedia Commons, para las ilustraciones de dominio público.


23 de abril de 2022

Día del Libro 2022

 

Cromolitografía de finales del s. XIX.
Autor y fecha desconocidos.


Feliz Día del Libro a lectores, bibliófilos, ratones de biblioteca y Alicias de todo el mundo.

 

17 de abril de 2022

Domingo de Pascua 2022

 


©Disney Imagineering, 2017.



Feliz Domingo de Resurrección, Aleluyas y/o búsqueda de huevos de chocolate. ¡A disfrutar mucho de cualquiera que sea vuestro plan!





11 de abril de 2022

A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado (segunda parte)



Ilustración de G.R. Ratcliff (1955).

Argumento y problema de ajedrez.


Esta es la segunda parte de un artículo dividido en cinco. La primera trata de la concepción del libro; la tercera y la cuarta, de sus personajes; y la quinta, de su influencia y adaptaciones.



La principal diferencia entre A través del espejo y su predecesora es que, como es bien conocido, Alicia en el País de las Maravillas nació de una improvisación. Fue un cuento inventado sobre la marcha que salió especialmente bien, fue desarrollado, corregido y aumentado, y mantuvo en su versión final gran parte de lo que a Carroll se le había ocurrido sin pensar. Su secuela, por el contrario, fue cuidadosamente planificada años después, y el autor fue eligiendo motivos y símbolos para que desde el principio continuaran y contrastaran con lo establecido en el primer libro. La segunda parte debía tener en común con su predecesora el número de ilustraciones y de capítulos, aunque en esto Carroll acabó cediendo un poco: aunque al principio pidió cuarenta y dos dibujos a Tenniel, la cantidad fue aumentando hasta llegar a cincuenta; y para que se alcanzaran los doce capítulos del original, uno debió de consistir en apenas media docena de líneas, y el siguiente, en una sola.



Ilustración de Blanche McManus (1899).


El primer capítulo, "La casa del espejo", se abre en una noche fría y nevada de otoño, presumiblemente la del 4 de noviembre, como explico en este artículo. Alicia se encuentra sola en una sala de estar, acomodada en un gran sillón, y jugando con los gatitos que ha tenido Dinah, Kitty y Snowdrop (Copito o Bolita de Nieve en algunas traducciones). Han pasado seis meses desde el sueño de Alicia en el País de las Maravillas, y, como le dirá más adelante a Humpty Dumpty, Alicia tiene siete años y medio. Mientras Dinah acicala al gatito blanco, Alicia riñe cariñosamente a Kitty por sus trastadas, lo levanta frente al espejo, y se pregunta cómo será la habitación al otro lado. Al ver que la superficie del espejo comienza a ondular, deja al gatito, se acerca y la atraviesa, yendo a parar a un cuarto como aquel en el que estaba hace unos segundos, pero en el que las piezas de ajedrez hablan, y los libros están escritos al revés. A Alicia le resulta todo muy curioso, pero desea explorar el jardín y el resto de la casa antes de regresar, y pronto está saliendo por la puerta principal. 


Ilustración de Helen Oxenbury (2005).

En el segundo capítulo, "Un jardín de flores vivas", Alicia sigue enfrentándose a la particular física del Mundo del Espejo: cuando intenta acercarse a un sitio, acaba encontrándose en el punto de partida, y tiene que volver sobre sus pasos para llegar adonde pretende. Conoce a algunas de las criaturas del jardín, como las flores parlantes, y a la Reina Roja de ajedrez, que le muestra que el mundo está marcado como una cuadrícula de ajedrez, y le propone ser un peón blanco en la partida, ya que la hija de la Reina Blanca a la que corresponde ese cargo es aún demasiado pequeña para jugar. Le habla de los personajes con los que se encontrará en las sucesivas casillas, y le promete que al alcanzar la octava se convertirá en reina y celebrarán una fiesta en su honor. Tras estas explicaciones, la Reina Roja desaparece, y Alicia sigue avanzando por su cuenta. 


Ilustración de Ralph Steadman (1972).

En el tercer capítulo, "Los insectos del espejo", los acontecimientos se suceden rápidamente (ya que, como la propia Reina Roja ha apuntado, un peón puede avanzar dos casillas en su primer movimiento): Alicia viaja en tren, con unos compañeros de compartimento algo irritantes, pero al dar el vagón un salto, se ve de repente bajo un árbol, en compañía de un Mosquito que le habla de los particulares insectos de ese mundo, y le advierte de un tramo del bosque en el que la gente se olvida de su nombre y pierde sus recuerdos. Al marcharse el insecto, Alicia se adentra en el bosque, y en efecto se olvida de quién es, como también le ha pasado a un Cervatillo que se acerca a ella. Los dos recorren juntos un trecho hasta que, al salir a un campo abierto, el Cervatillo recuerda quién es, y que debe temer a los seres humanos, por lo que sale huyendo. Alicia se entristece al perder a tan dulce compañero, pero ella también ha recuperado su memoria y su plan de avanzar en el tablero para convertirse en reina, y sigue por el bosque. Pasa por varias bifurcaciones en que siempre hay un camino con dos señales que indican "a la casa de Tweedledee" y "a la casa de Tweedledum", lo que hace pensar a la niña que ambos viven en el mismo sitio, pero antes de llegar a ninguna vivienda se encuentra con ellos de sopetón. 


Ilustración de Philip Mendoza (1966).

Los cuatro siguientes capítulos están centrados en uno o varios personajes, principalmente piezas de ajedrez y personajes de canciones infantiles, aunque también hay otros habitantes del Mundo del Espejo, e incluso algunos que podrían venir del País de las Maravillas. "Tweeledee y Tweedledum" se centra en estos hermanos gemelos, e incluye también el poema original "La Morsa y el Carpintero"; "Agua y Lana", en la Reina Blanca, que se transforma en Oveja; "Humpty Dumpty", en el hombre-huevo protagonista de otra canción infantil; "El León y el Unicornio", en el Rey Blanco, sus mensajeros Hatta y Heigha, y los susodichos animales, los últimos personajes de una canción popular que aparecen en el libro; y "Es de mi propia invención", en el Caballero Blanco. 


Ilustración de Maria Kirk (1905).

Existe un boceto de lo que habría sido un episodio situado entre los que son el octavo y el noveno de la edición final, y que convencionalmente se ha titulado "La Avispa con peluca"; el suprimir este capítulo fue, probablemente, una de las causas por las que hay dos episodios que no suman diez líneas en total. 


Ilustración de S. Michelle Wiggins (1986).

En el episodio noveno, "Reina Alicia", Alicia se ha convertido efectivamente en reina, y las reinas Roja y Blanca la someten a un absurdo examen para probar su valía como soberana, pero al cabo de un rato se quedan dormidas, y la niña va sola a su fiesta de coronación. Sin embargo, cuando llega al banquete, las otras Reinas y los invitados ya van por el plato principal. Desafortunadamente para la niña, la comida del Mundo del Espejo tiene sintiencia y buenos modales, y la nueva Reina comete su primera ruptura de protocolo al cortar y servir un trozo del Pudín, quien se queja con razón de la descortesía. A partir de ese momento, el banquete degenera rápidamente en una situación demencial, y Alicia acaba dando un tirón del mantel, arrastrando todo lo que hay encima. 


Ilustración de John Vernon Lord (2011).

En el capítulo décimo, "Sacudiendo", que consta solo de unas líneas, Alicia coge entre las manos a la Reina Roja - quien ha empequeñecido hasta el tamaño de una muñeca - y la sacude hacia delante y hacia atrás, puesto que la considera culpable del caos en que se ha convertido su fiesta de coronación. El capítulo undécimo, "Despertando", tiene solo una línea, en la que se explica que Alicia despierta de su sueño para descubrir que tiene entre sus manos al gatito negro, Kitty. En el último capítulo, "¿Quién lo soñó?", Alicia identifica a los dos gatitos como las reinas Roja y Blanca de su sueño, y se pregunta cuál de los personajes que había conocido sería Dinah, y si ella era realmente quien estaba soñando, o era uno de los gatos quien soñaba todo lo que había ocurrido. 


Ilustración de Peter Newell (1902).


Uno de los elementos fundamentales de esta segunda obra es el juego de ajedrez, que, desde el capítulo segundo, proporciona a Alicia un objetivo claro y preciso para recorrer el Mundo del Espejo, y convierte en habitantes a casi todas sus piezas (una ausencia justificada es la del alfil: en inglés, esta pieza se llama bishop, "obispo", y el muy devoto Carroll consideraba irreverente introducir una figura religiosa en un libro de fantasía). A diferencia de los personajes basados en cartas de la baraja, que solo aparecían en Alicia en el País de las Maravillas a partir del capítulo VIII, el juego de ajedrez ya se menciona incluso antes de que Alicia se quede dormida, y su primer encuentro tras atravesar el espejo es con las piezas rojas y blancas, que se pasean cerca de la chimenea e incluso entre las cenizas calientes. Todo el libro, de hecho, está planteado como un problema de ajedrez: al principio del libro, Carroll presenta un tablero e indica que Alicia, como peón blanco, gana en once movimientos, que a continuación detalla, con las correspondientes jugadas del color contrario. En las primeras ediciones también incluiría una lista de los personajes y su equivalencia como piezas de la partida. Sin embargo, tras la legítima confusión que generó su problema de ajedrez, en sucesivas ediciones retiró la lista y colocó en su lugar un prefacio en el que "explicaba" algunos de los puntos que más protestas habían suscitado, además de aclarar la pronunciación de algunas palabras del poema "Jabberwock". 



¿Qué controversias había causado su planteamiento del problema? Analizar esta cuestión requeriría de una o varias entradas adicionales, de modo que en esta me limitaré a resumir las principales pegas que los lectores ajedrecistas pusieron a las jugadas de Carroll, y a citar los artículos en los que se examina el problema mucho mejor de lo que podré hacer yo. De momento, estas son, solo por citar algunas, las irregularidades que no tardaron en señalar los primeros lectores de A través del espejo


- Carroll menciona al principio jugadas que después no se producen en el libro.

- Las figuras blancas realizan muchos más movimientos que las rojas.

- Las reinas se "enrocan", un movimiento que es exclusivo del rey.

- En general, las piezas blancas ignoran varios momentos de la partida en que podrían haber realizado jaque mate antes de que Alicia llegara al otro extremo del tablero. 



Carroll no pareció tomarse muy bien las quejas de sus contemporáneos, pero tampoco logró acallarlas: en el prefacio antes mencionado solo dice que "la alternancia de jugadas no es tan regular como cabría desear", y que con el término "enrocar" no se refiere a un enroque legítimo, sino simplemente al hecho de que las reinas entran en el castillo. Insiste en que el resto de jugadas son completamente ortodoxas, y que así lo podrá ver cualquiera que "se tome la molestia" de comprobarlas sobre un tablero. Cosa que naturalmente ya habían hecho los ajedrecistas, y han seguido haciendo hasta nuestros días. 



Ilustración de John Tenniel (1871).


Los estudiosos han señalado en ocasiones que prácticamente ninguna jugada en esa partida tiene sentido; otros han sugerido que no se trata del ajedrez convencional sino de un tipo de ajedrez de fantasía (es decir, cualquier variante del ajedrez en que se modifique la forma del tablero, las piezas y/o sus movimientos y atributos, o las reglas en general). Otros, más optimistas, comentan que, para ser un sueño disparatado, Alicia nunca habla con ninguna pieza que no esté literalmente junto a ella en el tablero, y que incluso se insinúa que Alicia podría haber sido capturada "al paso" por el Rey Rojo, y que solo la salva el que este se encuentre dormido. De modo que, entre los que asumen que las irregularidades se deben a que todo sucede dentro de un sueño (el sueño de una niña que todavía está aprendiendo a jugar), y los que creen que Carroll no permitiría que la partida tuviera un solo fallo técnico, en la actualidad el problema sigue generando interés. 


En el siguiente artículo observaremos más de cerca las figuras de ajedrez y los otros habitantes del Mundo del Espejo con los que Alicia se encuentra de camino a su coronación.


Fuentes:



"Alice through the looking glass... some chess visual imagination", por el usuario Introuble2, en Chess.com, 14 de julio de 2021.

CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.


CARROLL, Lewis; GONZÁLEZ ÁLVARO, Juan (int.), Ana-Emilia (trad. prosa), PASCUAL, Emilio (trad.verso). A través del espejo, y lo que Alicia encontró al otro lado, Ediciones Gaviota, Madrid, 1990.


GARZÓN, José A. "El juego doble del espejo y el tablero. A vueltas con un enigma ajedrecístico de Lewis Carroll". 


John Vernon Lord, blog personal del artista.


Ralph Steadman Art Collection


STAMP, Jimmy. "The 64-Square Grid Design of ‘Through the Looking Glass’", en Smithsonian Magazine, 17 de abril de 2013. 

UK Comics Wiki




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