18 de noviembre de 2020

René Bour (1909- 1934)

 


Autorretrato, sin fecha.


René Bour fue un artista francés de principios del s. XX, especializado en dibujo en trazo continuo. Murió muy joven, dejando unos pocos libros ilustrados que se publicaron póstumamente. El primero de ellos que vio la luz, unos años después de su muerte, fue su versión de Alicia en el País de las Maravillas (1937), que también había traducido él mismo. Una década más tarde se publicarían Contes de Perrault (1950), Les travaus [sic] de Heracles (1951), y el libro de poemas Les Metamorphoses (1953). La traductóloga Justine Houyaux señala en un twit que también ilustró la Biblia, pero no he encontrado reproducciones de ningún dibujo para tal obra. 


Ilustración del León de Nemea para Les travaus de Heracles.


No he podido averiguar nada sobre su corta vida, salvo lo que mencionan Justine Houyaux y Gilles Baud, hijo del ceramista André Baud, quien era a su vez un pariente del artista. Por Houyaux conocemos la anécdota de que René Bour construyó manualmente una guillotina que colocó cerca de su cama. Por Gilles Baud sabemos las ilustraciones que acompañaban al poema "Les tendres souhaits", de Charles-Henri Ribouté, incluido en Les Metamorphoses, fueron grabadas en platos de cerámica blanca por André Baud. 


Uno de los dibujos de Bour con una estrofa manuscrita, 
y su reproducción en cerámica por André Baud.

La primera edición de Alicia de Bour se publicó en París en 1937, por la editorial Desclée de Brouwer. Constaba de un prefacio del periodista y escritor Pierre Mille, y el frontispicio era un autorretrato de Bour. 



La traducción se considera "escrupulosa" (una edición portuguesa de 1951, que lleva sus ilustraciones, se tradujo desde esta versión) e incluso "la primera que logró reproducir en francés el ingenio de Carroll", y las ilustraciones son extremadamente minimalistas. Todas están realizados en un trazo sobre un fondo completamente blanco.


El Conejo Blanco y los animales de la Carrera Loca.

Alicia se pregunta qué ocurriría si atravesara la Tierra.

Alicia con el Grifo y la Tortuga.

La Merienda Loca.

La Alicia de Bour se reeditó en 1949, con una portada amarilla muy llamativa, un prólogo de Dominique Aury, destacada traductora y escritora (y, bajo pseudónimo, autora de la popular novela pornográfica Historia de O), y con la anterior presentación de Pierre Mille en el posfacio. Esta edición "amarilla" es la que en 1951 fue traducida al portugués por Henrique Marques Júnior, conservando las ilustraciones de Bour, y la que es - relativamente - más fácil de encontrar en la actualidad.



El trazo continuo escogido por Bour para todas sus ilustraciones recuerda inmediatamente al que quizá sea el máximo artista en este estilo, Pablo Ruiz Picasso (1881- 1973), que realizó cientos de dibujos de este modo (como las muchas versiones de su celebérrima "Paloma de la Paz") entre 1919 y 1924. Dada la enorme influencia que tuvo Picasso en la pintura francesa, es posible que Bour conociera algunos de estos dibujos. 


Una de las muchas representaciones de bailarinas de Picasso.

En la actualidad, cultivan este estilo el también francés Christophe Louis "Quibe" y la pareja formada por Emma y Stéphane, que se hacen llamar "Differantly" o "DFT", y han realizado diseños para marcas como Google, Nike, Adidas, Apple, Hermès o Nissan. 


Algunas copias de la Alicia de Bour, así como de sus otras obras, se pueden encontrar en librerías de segunda mano en Internet, con precios variables. No me consta que haya ediciones modernas. El autor no vivió lo bastante como para construir una carrera sólida, pero creo que sería interesante una edición integral de todas sus obras, por lo menos por el interés artístico e histórico de sus dibujos minimalistas. 




Fuentes: 


Alice: 150 Years and Counting..., exposición virtual de la Universidad de Maryland.

BAUD, Guilles. "René Bour", en André Baud, un céramiste du XXème siècle

HOUYAUX, Justine. Twit sobre las ilustraciones de René Bour para Alicia, 3 de noviembre de 2020.


8 de noviembre de 2020

David Hall (1905- 1964)

 


David Hall (con el megáfono) con el equipo de rodaje 
de My Fair Lady ©️Warner Brothers, 1963.


David Samuel Hall fue un ilustrador y director artístico que tuvo una muy breve, pero muy fructífera, colaboración con los estudios Disney, donde realizó arte conceptual y storyboards para, entre otras, dos películas que no se completarían hasta una década más tarde: Alicia en el País de las Maravillas (1951) y Peter Pan (1953). No es mucho lo que se sabe de este autor, del que no parecen haberse publicado más fotografías que la que encabeza este artículo. 


Hall nació en Cork, Irlanda del Norte, en 1905. Unos años más tarde su familia emigró a Estados Unidos y se instaló en Los Ángeles, donde Hall cursó sus estudios de dibujo; no he logrado averiguar en qué institución. El primer trabajo del que se tiene constancia es el diseño de decorados en Rey de Reyes (Cecil B. DeMille, 1927). Siguió contribuyendo en la dirección artística de numerosas películas como Un marido afortunado (Hot for Paris, Raoul Walsh, 1929), La máscara de hierro (Allan Dwan, 1929), The Dancers (Chandler Sprague, 1930), ¡Vaya mujeres! (Women of all nations, Raoul Walsh, 1931), La mascota del regimiento (Wee Willie Winkie, John Ford, 1937, por la que fue nominado al Oscar a la mejor dirección artística) y  Los Tres Mosqueteros (Allan Dwan, 1939). 

 

   
Diseño de decorado para La mascota del regimiento (1937).


Hall comenzó a trabajar en los estudios Disney el primero de marzo de 1939 como artista conceptual en el departamento de storyboards, y realizó un trabajo ingente en los diez meses que estuvo allí: solo para Alicia presentó más de cuatrocientos bocetos a lápiz, ilustraciones en tinta y acuarelas. Con el guion de Al Perkins, que ya en 1938 había realizado una adaptación de los libros en 160 páginas, y canciones de Frank Churchill, llegó a filmarse un carrete Leica con el storyboard. Aunque Walt Disney en persona estaba entusiasmado por el elaborado y personal estilo de Hall, finalmente lo descartó por ser demasiado siniestro y hasta terrorífico para un público infantil, y muy difícil de animar. Además, factores externos (las restricciones económicas impuestas a los estudios debido a la Segunda Guerra Mundial) detuvieron el desarrollo de la película. 


Arte conceptual para Bambi (1939).

Hacia finales de 1939, Hall realizó también unas preciosas acuarelas para Bambi (1942) y Peter Pan (1953). Es posible que también colaborara en las partes animadas de la película documental El dragón chiflado (1941), pero no se ha conservado ningún boceto. Hay un guiño al autor, eso sí, en la parte de imagen real de la película, en que se pueden ver algunos de sus modelos para Peter Pan en las paredes del estudio que visitan los personajes.


Arte conceptual para Peter Pan (1939).

Hall dejó los estudios Disney en enero de 1940, y siguió trabajando como director artístico en el mundo del cine. Participó en docenas de películas, de las que cabe destacar Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951), Ben-Hur (William Wyler, 1959), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Vincente Minelli, 1962) o My Fair Lady (George Cuckor, 1964). A principios de 1960, también colaboró con el diseño de mapas y decoraciones de Freedomland, un parque temático dedicado a la historia estadounidense, ubicado cerca de Nueva York, en Baychester. 


David Hall falleció en 1964 a causa de un ataque cardíaco. No llegó a ver el estreno de la última película para la que trabajó, La historia más grande jamás contada (George Stevens, 1965). Aunque nunca consiguió un Oscar por su aportación artística, George Cuckor sí compartió con él, que había sido su ayudante de dirección, el que recibió como director por My Fair Lady


Arte de producción para La historia más grande jamás contada.


Las ilustraciones de David Hall son, como hemos mencionado, considerablemente siniestras. Walt Disney, que ya en 1931 había comprado los derechos de los dibujos de John Tenniel, le pidió que se ciñera a ellos lo máximo posible, y Hall respetó al autor original, pero añadiendo dimensiones, movilidad y fluidez a unos dibujos que posteriormente debían ser animados. Hall es el responsable de la imagen de Alicia que para muchos es canónica: sumó unos pocos años a la niña, convirtiéndola en una muchachita alta y ágil, y le proporcionó la melena rubia, el vestido azul celeste y el delantal blanco que ya harían historia.



Dotó de vida y expresión a muchos objetos secundarios, muy al estilo de las Alice Comedies con las que Disney había comenzado a demostrar su interés por la obra de Carroll. Uno de ellos fue la botella "bébeme", que en un principio iba a ser el primer personaje con el que Alicia hablaría en el País de las Maravillas.




Hall también rescató y diseñó a algunos personajes que en el libro original solo se mencionan, como Mary Anne, la criada del Conejo Blanco, o un Mono que no aparece en el libro pero Tenniel sí incluyó en una de sus ilustraciones.



Sin embargo, su originalidad e innovación hicieron también que el sueño de Alicia resultara amenazante, macabro, y mucho más violento que en el texto original. 




Ya durante su caída por la madriguera, unos murciélagos advierten a Alicia de que la Reina de Corazones la matará si llega abajo, pero, de hecho, prácticamente todo aquello que encuentra la intenta matar. El Sombrerero y la Liebre, que ya dan bastante miedo de por sí, untan mermelada de fresa o frambuesa sobre la cara y los ojos del Conejo Blanco (y no es que sea casualidad que parezca sangre) y luego pretenden cortarle las piernas a Alicia con un par de tijeras y un enorme cuchillo.



En otra escena, cuando el cuello de Alicia se estira desmesuradamente al comer la seta de la Oruga, su cabeza llega hasta un nido donde unos pájaros de aspecto totalmente inocente - con trajecitos de marinero y todo - están metiéndose con uno más pequeño. Cuando Alicia intenta defender al pajarillo, los demás se le echan encima, y su aspecto inofensivo contrasta con la expresión de pánico de la niña. 



Detalles como la sonrisa del Gato de Cheshire, el cual aparece más tarde para "salvar" a Alicia del Perrito, que huye aterrorizado; que en la partida de croquet haya flamencos tendidos en el suelo, claramente muertos; o que broten ojos sueltos en objetos que no deberían tenerlos, como puertas o teteras, resultan espeluznantes.




Sin duda, la parte más morbosa de este primer borrador de la película tiene lugar tras el juicio a la Sota de Corazones, cuando los residentes del País de las Maravillas también juzgan y condenan a Alicia a morir guillotinada. Intenta escapar, pero la capturan y la obligan a subir una larga escalera de caracol hacia el cadalso, en una imagen con una composición impresionante. En la torre hay varias figuras encapuchadas con túnicas negras que tocan tambores, puede que para acompañar a los condenados, o puede que para marcar el ritmo de los esclavos que giran un torno para subir la hoja de la guillotina, uno de los cuales está siendo azotado con un látigo de nueve colas.



No ayuda mucho que, en un boceto, aparezca el gato de Cheshire ahorcado de una de las torres. 



La aterrorizada Alicia es conducida al patíbulo, y atada bajo la guillotina, de modo que vea caer la hoja.




Y justo cuando la guillotina se precipita hacia su cuello, todo el entorno desaparece convertido en cartas, y Alicia despierta de su sueño, junto a Dinah.



Es fácil entender por qué Walt Disney pensó que el público se asustaría con la historia de Perkins y las ilustraciones de Hall (pocos años más tarde, los niños llorarían a mares en las salas de cine por la muerte de la madre de Bambi, que ni siquiera se muestra en la pantalla, por lo que la prudencia de Disney estaba justificada). Pero, como hemos comentado, sus ilustraciones le gustaban demasiado como para renunciar totalmente a ellas. La imagen de Alicia, con la melena rubia, el vestido azul y el delantal blanco, pasó sin modificaciones a la ilustradora Mary Blair, y aunque Disney tuvo que aplazar indefinidamente la película, no tardó mucho en dar a conocer los diseños de Hall. La primera vez que vieron la luz sus dibujos  fue en 1944, en el libro de gran formato Walt Disney's Surprise Package, que contenía borradores e ilustraciones descartadas de varias películas y cortometrajes, seleccionadas personalmente por Disney. 




Después de esto, no volvieron a publicarse hasta 1986, en Alice's Adventures in Wonderland, una edición de Simon&Shuster dedicada íntegramente  a este autor. 




La edición de la película en LaserDisc, de 1995, a la que ya me referí en esta entrada, incluía una reconstrucción, incompleta, del carrete Leica con el primer borrador. Como curiosidad, la copia física ya no es propiedad de Disney, sino que está en manos de coleccionistas particulares. La última vez fue vendido en subasta a finales de 2014 junto con otro correspondiente a Fantasia. 

 

 

John Canemaker, ilustrador, animador e historiador de Disney, ha publicado algunos libros dedicados a los primeros artistas de la compañía. En Before the Animation Begins (Hyperion, 1996) y Paper Dreams (Hyperion, 1999) se incluye la obra de David Hall, entre la de muchos otros ilustradores desterrados por el paso del tiempo. El reconocimiento más reciente al trabajo de este autor está en el segundo tomo de la colección They Drew as They Pleased: The Hidden Art of Disney's Musical Years (Chronicle Books, 2016), por Didier Ghez.



El que, en apenas diez meses, David Hall creara tan ingente y variada cantidad de dibujos para tres películas diferentes demuestra que poseía una imaginación y una capacidad de trabajo prodigiosas. Si bien su influencia ya es notable es los ilustradores posteriores, una película de Alicia realizada al cien por cien sobre sus dibujos habría sido algo realmente digno de verse. Teniendo en cuenta que Hall no volvió nunca a ilustrar para dibujos animados, los dibujos que hizo para Disney, y en especial los cientos que salieron de sus manos para Alicia, constituyen un legado especial y único, un momento irrepetible en que el padre del ratón más famoso del mundo y el hombre que creó decorados a la altura de un Rey cruzaron sus caminos y trabajaron juntos, aunque luego no volvieran a encontrarse. 

 

 


Fuentes: 


"Alice Boards", en Michael Sporn Animation, 1 de julio de 2013.


Alice in Wonderland (1939 Leica Reel), en Lost Media Archive


Alice in Wonderland 1939 storyboard, vídeo del carrete Leica en YouTube, subido por The Mad Kiwi.


Art Directors Guild.


CANEMAKER, John. Before the Animation Begings: the Art and Lives of Disney Inspirational Artists, Hyperion, Nueva York, 1997.


FAROOKHI, Luke. "David Hall and Alice in Wonderland", en The Garden of Unearthly Delights, 23 de agosto de 2008. 


GHEZ, Didier. They Drew as They Pleased vol. 2: The Hidden Art of Disney Musical Years (the 1940s - part one), Chronicle Books, San Francisco, 2016. 

 

Internet Movie Database.


Les grands artistes Disney: David Hall, en The Art of Disney



1 de noviembre de 2020

Alicia de Yasuo Ishikawa (1993)





Hello Kitty en "Alicia en el País de las Maravillas" (ハローキティの不思議の国のアリス, Hello Kitty no Fushigi no Kuni no Arisu) es un cortometraje de animación tradicional, producido y emitido por TV Tokyo, que adapta Alicia en el País de las Maravillas y está protagonizado por la popular gatita. Forma parte de la serie "Hello Kitty y amigos", que estuvo en antena entre 1991 y 1995. Este episodio fue dirigido por Yasuo Ishikawa y se emitió el 21 de noviembre de 1993. Dura unos 33 minutos, aunque, como veremos, ciertos detalles revelan que originariamente era más largo, y que debió de cortarse para reducir su extensión y/o por adecuación a un público de corta edad. 


El guion fue escrito por Hiroyuki Hoshiyama, colaborador de series para adolescentes tan populares como Urutsei Yatsura (1981- 84), City Hunter (1987- 88) o Transformers (1988- 89); además de varias series de robots gigantes, especialmente Gundam, hasta pocos años antes de su fallecimiento en 2007. La banda sonora estuvo a cargo de Saburou Makino, y la dirección artística correspondió a Yukio Abe. A Hello Kitty le dio la voz la popular actriz de doblaje Megumi Hayashibara, conocida por su interpretación en múltiples series de éxito de los años 90: fue la versión femenina de Ranma en Ranma 1/2 (1989); Ai Amano en Video Girl Ai (1992); Rei Ayanami, Yui Ikari y Penpen en Neon Genesis Evangelion (1995); Lina Inverse en Slayers (1995) y sus continuaciones; Faye Valentine en Cowboy BeBop (1999); y Musashi/ Jessie y muchas, muchas criaturas, desde la primera serie de Pocket Monsters (1999), solo por citar algunos de sus cientos de papeles. Volvió a interpretar a Hello Kitty en La fantasía del bosque de las manzanas (2006), y sigue trabajando incansablemente en la actualidad, siendo Takashi Shimamura en Ghost in The Shell: SAC 2045 (2020), y hasta en el futuro, interpretando a Anna Kyoyama en Shaman King (2021).   





La adaptación del cuento es canónica, bastante fiel al libro. Una narradora nos presenta a Alicia, "que vive en un bonito vecindario, cerca de un hermoso parque" y que a menudo va con su hermana a pasar el día. Alicia- Kitty está bajo un árbol a la orilla del río, aburrida y somnolienta, y le pregunta a su hermana cómo puede leer un libro sin dibujos ni grabados. 




Está pensando en dar un paseo para quitarse la modorra, cuando ve pasar al Conejo Blanco, y sale corriendo tras él. 

 

 

 

A diferencia de la historia original, y de todas las adaptaciones que he visto, Alicia no se mete en la madriguera, sino que el agujero se abre súbitamente bajo sus pies, y cae a través de él sin poder decidirlo ni evitarlo (recuerda un poco a la Alicia de Lima y Rodrigues, en que la madriguera era también un simple agujero en el suelo, pero en ese caso la niña se lo pensaba bien antes de tirarse).



Alicia cae sin hacerse daño al Vestíbulo de las Muchas Puertas. Las va probando, pero todas resultan estar cerradas. De pronto ve una mesita que no estaba allí antes, y encuentra la llave que abre la puerta más pequeña, pero no puede pasar por ella. Entonces descubre la botellita "bébeme", la bebe y se reduce de tamaño. Mientras vuelve corriendo hacia la puerta, encuentra unos guantes y un abanico que imagina que deben habérsele caído al Conejo, y se los guarda en un bolsillo del delantal para dárselos cuando lo vea. Pero la puerta se ha cerrado sola, y se ha dejado la llave sobre la mesa. Alicia se echa a llorar al pensar que está atrapada. En esta versión se omite la galleta "cómeme", así que, curiosamente, el Charco de Lágrimas se forma con el llanto de Alicia mientras es diminuta.



La habitación se llena de agua tan rápido, que la presión acaba rompiendo la puerta, y Alicia es arrastrada al exterior, junto con otros  animales (dos Ratones, dos Ardillas, un Pato y el Dodo) que se ven sorprendidos al otro lado. Todos están empapados cuando salen del torrente, y Alicia sugiere sentarse al sol, pero uno de los Ratones lo considera aburrido y propone en su lugar una carrera alrededor de un gran árbol. Después de un buen rato de perseguirse en círculo, están todos secos, y Alicia se siente un poco decepcionada de que no haya ganadores. 



Entonces ve que el Conejo se dirige hacia su casa, y sale tras él. Cuando entra, ya no hay rastro del Conejo, pero encuentra otra botellita, con un líquido verde que huele a zumo de manzana, y decide tomar un traguito. Crece desmesuradamente, quedándose atascada en la casa, y se pregunta en voz alta si volverá a reducirse si puede tomar otro sorbo de la botellita. 



En este momento sucede algo extraño: la escena se corta bruscamente, interrumpiendo la frase, y pasa a mostrar a Alicia corriendo muy agitada por el bosque. La narradora dice: "Afortunadamente, Alicia estaba en lo cierto, y logró alcanzar la botellita y volverse pequeña otra vez. Entonces decidió escapar  antes de que volviera el dueño de la casa y se enfadara". La transición es tan forzada y brusca, que da la impresión de que se haya suprimido la escena en que el Conejo y los demás animales intentan sacar a Alicia de la casa, y se haya ajustado la narración para idear un escape alternativo. Es posible que en un principio sí estuviera, pero que se cortara para reducir la duración, o quizá porque se consideró a posteriori que no sería muy apto para un programa infantil mostrar a los animales apedreando a Alicia (aunque sea con guijarros que no le hacen el menor daño), o a la propia Alicia sacando a Bill por la chimenea de un puntapié. 



Así pues, tenemos a Alicia corriendo y jadeando por el bosque, tropezando y cayéndose, hasta que cree que ya se ha alejado lo bastante. Se encuentra entonces con la Oruga, quien, después de escuchar sus preocupaciones sobre los cambios de tamaño y sus deseos de volver a casa, le aconseja que tome unos trozos de la seta.



Alicia lo prueba, y su cuello crece desmesuradamente, asustando a una Paloma que comienza a picotearle la cara. Alicia logra comer otro trozo y que su cuello vuelva a tener la longitud normal, aunque sigue teniendo el mismo tamaño que antes. Se va un poco molesta por lo poco que la ha ayudado la Oruga, quien a su vez le critica su falta de sentido del humor. 



Se encuentra a continuación con el Gato de Cheshire, quien, mientras aparece y desaparece, le asegura que conseguirá todo lo que quiera mientras ponga todo su empeño, y le indica dónde puede encontrar al Sombrerero y la Liebre de Marzo, que probablemente la ayuden. 



Llega a la merienda en el claro del bosque, algo preocupada por presentarse allí con las manos vacías. A diferencia de la Loca Fiesta del Té del libro, en esta versión la mesa de la merienda es muy pequeña y tiene solo tres servicios, uno para cada ocupante, aunque uno está sin usar porque el Lirón está dormido. Aparte de las tres tazas y sus correspondientes platillos, en la mesa solo hay una tetera y un cestillo de pan que parece ya vacío. Alicia muestra los guantes y el abanico que recogió en el Vestíbulo de las Muchas Puertas y les pregunta al Sombrerero y la Liebre si saben dónde puede encontrar a su dueño. El Sombrerero finge no entender por qué Alicia tiene el abanico y los guantes si no son suyos; la Liebre le trae una silla; y el Sombrerero le ofrece la taza y el plato del Lirón y la invita a tomar un té y unas galletas. Pero le entrega la taza vacía y la cesta de galletas en la que tampoco queda ninguna. Cuando Alicia le hace notar que no le está dando nada, el Sombrerero se enfada y le sugiere que se haga revisar la vista, ya que es incapaz de ver las cosas a su manera. Alicia, molesta, le da las gracias por la no-merienda y se marcha por el bosque. 




Así, paseando, Alicia llega al castillo de la Reina, y encuentra a los Jardineros-Carta, que están pintando de rojo las rosas blancas. Los Jardineros le explican la situación, y de inmediato llegan los Reyes de Corazones con su séquito. La Reina quiere saber qué hacen allí los cubos y las brochas, y no tarda en descubrir el ardid. 



Alicia intenta proteger a los Jardineros, y cuando la Reina ordena a los Soldados que los capturen, Alicia huye con ellos por todo el jardín, en una persecución a lo Benny Hill. Finalmente, Alicia puede esconder a los Jardineros, y se enfrenta a la Reina para intentar convencerla de que dar gritos y ordenar decapitaciones no es modo de resolver las cosas. La Reina le replica que allí manda ella y las cosas se hacen a su manera, y que si no le gusta, es libre de volverse a su casa. Alicia contesta que le gustaría, pero no sabe cómo, y, sin otra opción, se une a la disparatada partida de croquet de la Reina. Las cosas van de mal en peor, hasta que su flamenco se va volando y la Reina la manda a juicio por haber dejado escapar su mazo favorito. Alicia sale corriendo perseguida por los Soldados- Carta. 




Y aquí vuelve a haber un corte brusco: la siguiente escena es la sala de juicios, y no se está juzgando a Alicia sino a la Sota de Corazones, acusada de haber robado la tarta de cerezas de la Reina. Parece que aquí falte otro pasaje - el del encuentro de Alicia con la Tortuga Falsa y el Grifo - y se haya pasado al juicio sin más. El juez es el Conejo Blanco, y el jurado está compuesto de diversos animales del País de las Maravillas, como los participantes de la Carrera Loca, la Oruga, la Liebre, el Lirón (que sigue dormido) y un par de Conejitos (que podrían ser perfectamente hijos o nietos del Conejo Blanco). 


 


El primer testigo es el Sombrerero, que le hace descaradamente la pelota a la Reina, y asegura que vio a Sota robar la tarta y salir corriendo con ella. La Reina no necesita oír más y da por terminado el juicio; aunque el Conejo le sugiere que deberían dejar al jurado deliberar, la Reina le recuerda que allí no cuentan más decisiones que las suyas. 




Alicia interviene y declara que el Sombrerero no es un testigo fiable, ya que dijo ver té y galletas donde era patente que no había nada. El Sombrerero se enfada, la Reina se enfada, y mientras Alicia insiste en que no hay que ponerse así por una simple tarta de fruta, comienza a crecer sin darse cuenta. El Rey se alarma y le ordena no crecer más que la altura del techo, y afortunadamente su crecimiento se detiene justo antes de tocarlo. Alicia, contenta por haber recuperado su tamaño original, dice que ahora ya puede volver a su casa, promete no pisar a nadie conforme salga, y antes de marcharse anima a los habitantes del País de las Maravillas a no dejarse mangonear por la caprichosa Reina. 



Este comentario termina con la paciencia de la Reina, que ordena a su ejército abalanzarse sobre Alicia. Cuando agita los brazos para quitarse a los Soldados- Cartas de encima, Alicia acaba destrozando la sala de juicios y enviando a todos sus ocupantes por los aires. 




En esta confusa escena del final del sueño nos damos cuenta de que hay personajes que no han salido antes, como conejitos y lagartos, y más notablemente la Tortuga Falsa y una Langosta. Esto nos revela que, en efecto, se llegaron a realizar las escenas en que el Conejo Blanco y otros animales intentan sacar a Alicia de la casa, y el encuentro de la niña con la Tortuga Falsa en la playa, pero que se cortaron y se ajustó el diálogo (por lo menos, en el primer caso) para explicar la transición. 


 


Alicia, que intenta llamar al Conejo Blanco, siente que cae otra vez, y pide ayuda... para despertarse bajo el árbol junto a su preocupada hermana. 




Enseguida se da cuenta de que ha tenido un sueño, y su hermana le dice que se lo cuente mientras regresen a casa. Alicia no sabe por dónde empezar a contar, porque algunas partes le dieron miedo, pero otras fueron realmente divertidas. Cuando sale corriendo tras su hermana, no se da cuenta de que deja olvidados bajo el árbol los guantes y el abanico del Conejo Blanco. 





Esta adaptación es sencilla y entretenida, pensada para el público infantil al que están dirigidas las aventuras de Hello Kitty. Se omiten los pasajes del Perrito y la casa de la Duquesa, y parece evidente que se cortaron otros dos después de haberse dibujado y animado. Otras escenas se reducen y modifican de manera notable, como las de la Carrera y la Merienda Loca. Alicia es más "niña buena" que en otras versiones: intenta siempre razonar con los demás y solucionar los conflictos hablando; se preocupa por interrumpir una merienda sin llevar nada; se enfrenta a la Reina después de engañar a los Soldados para que no atrapen a los Jardineros; y sale en defensa de la Sota al considerar que el testigo puede estar mintiendo. Sin embargo, no está idealizada: comete la imprudencia de beber pociones que podrían ser venenosas, se molesta por no ganar un premio después de la Carrera Loca, y se escapa de una casa donde ha causado destrozos en vez de quedarse y asumir las consecuencias. Hello Kitty es un personaje muy querido por los niños que transmite valores positivos, y por tanto su encarnación de Alicia debe ser ejemplar, aunque no desprovista totalmente de pequeños defectos infantiles. 



Como demuestran las numerosas adaptaciones en anime, Alicia en el País de las Maravillas es uno de los cuentos occidentales más populares en Japón, por lo que, inevitablemente, esta primera aparición de la gatita como Alicia no iba a ser la última. Desde entonces ha aparecido caracterizada frecuentemente como este personaje en los incontables productos de su marca, y en 2014 su creadora, Yuko Shimizu, diseñó personalmente un nuevo "mundo de Alicia" para Hello Kitty, que apareció en productos de papelería distribuidos en exclusiva por Kamio Japan. 



Un año más tarde, Hello Kitty se sumó a la conmemoración del 150 aniversario del libro original con una exposición de divulgación científica infantil llamada "El País de las Maravillas de Hello Kitty" celebrada en Tomigusuku, en la prefectura de Okinawa. Además de conocer a la versión "Conejo Blanco" de la gatita, los niños podían sorprenderse con las atracciones basadas en juegos de espejos, ilusiones ópticas y laberintos como los que, en su tiempo, hacían las delicias del propio Lewis Carroll. 


Anuncio de la exposición de Tomigusuku. 

Esta versión de Alicia ha sido traducida a diferentes idiomas y publicada en VHS y DVD, habitualmente con otros cuentos e historias cortas de la serie "Hello Kitty y amigos", en varios países. Las ediciones más recientes en DVD son, en Estados Unidos, la de  A.D. Vision en 2004; en España, la de Selecta Vision en 2010; y en el Reino Unido, la de Delta Leisure Group en 2013. Se puede encontrar en YouTube, con calidad variable, en inglés y en portugués. 


Portada de la edición española de Selecta Visión.

Mientras que en muchos lugares el 1 de noviembre es un día de duelo y recogimiento, esta fecha es también, oficialmente, el cumpleaños de Hello Kitty. Si nuestro ánimo acompaña, siempre podemos ver alguna de sus aventuras para celebrarlo mientras tomamos un té... vigilando que nuestra taza esté llena. 


Sello postal de Hello Kitty- Alicia, 
publicado en 2001 en Guyana.


Fuentes: 


"Hello Kitty's Wonderland comes to Tomiton", noticia de la exposición en Japan Update, 15 de julio de 2015.

"Hello Kitty's Wonderland: Welcome to Science World", noticia de la exposición en Okinawa Island Guide, julio de 2015. 

YASUDA, Anita. Hello Kitty: Forever Cute, Creative and Collectible, Schiffer Publishing Ltd., Atglen, 2006.



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