Mabel Lucie Attwell, circa 1924.
Fotógrafo desconocido.
Mabel Lucie Attwell fue una ilustradora británica de libros, revistas y tarjetas de felicitación, muy popular por sus dibujos de niños redonditos y con rojas mejillas. Su trabajo fue muy admirado en su época y tuvo un gran éxito comercial. En la actualidad, su estilo es de los más reconocidos y queridos, y sus libros ilustrados de Alicia en el País de las Maravillas, los cuentos de Grimm y Hans Christian Andersen, Peter Pan y Los niños del agua siguen reeditándose año tras año.
"La huida de Tom". Ilustración de 1915 para Los niños del agua.
Mabel Lucie nació el 4 de junio de 1879 en el barrio de East End de Londres, en el seno de una familia numerosa; ella era la sexta hija. Su padre, carnicero de profesión, pensador progresista y homeópata (se hacía traer agua de mar para bañarse) era un hombre excéntrico y estricto, que educaba a sus hijos con firmeza y aspiraba a la perfección. Aunque recibió una educación esmerada y no sufrió carencias materiales, Mabel Lucie notaría una falta de calor familiar en su infancia y, a lo largo de su vida, sus cientos de ilustraciones de niños jugando, abrazándose, riendo, acariciando a un animal o estrechando un peluche, reflejarían esa fundamental importancia del afecto en la infancia.
Estudió en las escuelas privadas de Cooper's Company School y Regent Street School, y más tarde en las academias de arte Heatherley's y St. Martin School of Arts, que abandonó, descontenta con su tradición de naturalezas muertas y temas clásicos. Con solo dieciséis años comenzó a vender sus primeras obras a las revistas Tatler y Bystander, ganando lo suficiente para financiar ella misma sus estudios. Sus primeros trabajos estaban influidos por artistas como Hilda Cowman, Jessie Willcox Smith, John Hassal y los hermanos Heath Robinson. Alrededor del año 1900 comenzó a recibir encargos para ilustrar libros, principalmente de las editoriales W&R Chambers y la Biblioteca de Libros de Regalo Raphael House. Uno de sus primeros trabajos consistió en cuatro ilustraciones para That Little Limb de Mary Baldwin, en 1905, que reflejan la pérdida de la inocencia de los niños al convertirse en adultos.
"¿Para qué abandonaste a tu príncipe?", ilustración en That Little Limb, 1905.
En 1908 se casó con Harold Cecil Earnshaw, también artista e ilustrador, a quien había conocido en St. Martin. La pareja se mudó a una casa de campo en Surrey en 1910, donde Mabel Lucie produciría incontables ilustraciones, lejos de la vida agitada de la gran ciudad. El matrimonio tuvo una hija (llamada Marjorie pero apodada "Peggy") y dos hijos (Max y Brian). Mabel Lucie perdió prematuramente a uno de sus hijos, Brian, en 1935, y a su marido dos años después. Marjorie comenzó a ayudar a su madre con los diseños de postales alrededor de 1950. En la actualidad, el nieto de Marjorie, Webster Wickham, es el titular de los derechos de la obra de su bisabuela.
En la década de 1910 realizó varios carteles publicitarios para el metro de Londres, en que se promocionaba el uso de este transporte para llevar a los niños a obras de teatro, ferias y otros eventos.
"Vamos a la pantomima, ¿os venís también?".
Cartel publicitario para el metro de Londres. Fecha desconocida.
Ilustró muchos libros infantiles, entre ellos Mamá Ganso (1910), Alicia en el País de las Maravillas (1910 o 1911), Cuentos de Hadas de Hans Christian Andersen (1914), Los niños del agua (1915) o Peter Pan (1921). Al parecer, los editores de J.M. Barrie contactaron con ella para ilustrar este libro a petición del propio autor, que había quedado encantado al ver sus obras anteriores.
"Puede que te duela un poquito".
Wendy cose la sombra de Peter Pan (1921).
También creó unos personales originales, los "Boo- boos", pequeños duendes vestidos de verde, con caritas de bebé y mejillas regordetas, que vivían aventuras con la niña Bunty y su perrito Mops. Protagonizaron un total de seis libros, publicados entre 1919 y 1921 por Valentine & Sons.
Sus ilustraciones atrajeron el interés de la reina Marie de Rumanía, la cual escribía cuentos y novelas para niños en inglés, y le pidió que ilustrara una de sus historias, Peeping Pansy, que publicó Hodder and Stoughton en 1919.
Peeping Pansy, 1919.
El resultado agradó tanto a la reina, que Mabel Lucie fue invitada a pasar una larga estancia en el palacio real de Bucarest. "Pobrecita de mí, tan tímida, colocada justo en medio de una familia real. Completa con ceremonia y vestuario", dijo Mabel Lucie a propósito de su visita. La reina cubrió de atenciones a su huésped, y las dos mujeres, que compartían su amor por los niños, desarrollaron pronto una gran amistad. La ilustradora, que había viajado sola a Rumanía y echaba de menos a su familia, regresó a Inglaterra tras unas semanas, pero mantuvo el contacto con la reina Marie, y dos años más tarde ilustró otro de sus libros, The Lost Princess.
The Lost Princess, 1924.
Sus ilustraciones eran ya tan populares que comenzaron a venderse en forma de muñecas, textiles y artículos para bebé. En 1926, la empresa ceramista Shelley Potteries le encargó diseños exclusivos de los "Boo- boos" para juegos de vajilla infantil, siguiendo el éxito que había tenido una línea con dibujos de Hilda Cowman. La colección tuvo tanto éxito que en 1937 comenzaron a producir también figuritas de coleccionista, que siguieron vendiéndose hasta los años 60.
Las ilustraciones de Mabel Lucie Attwell estaban presentes en la vida cotidiana británica. Hizo carteles publicitarios para varias marcas de detergente y otros productos de hogar; promocionó, como ya se ha dicho, el uso del metro de Londres; e ilustró cientos de tarjetas de San Valentín, Pascua y Navidad. De 1922 a 1974 se publicó un anuario de ilustraciones suyas; se pudo continuar realizando durante diez años tras su muerte mediante la reutilización de dibujos. En 1943 creó una tira cómica, titulada Wot A Life, que se publicó en la revista infantil Playbox.
Mabel Lucie Attwell falleció el 5 de noviembre de 1964 en Cornwall. Unos meses antes había escrito: "Mi vida ha sido buena y triste. Según las cartas que he recibido, he proporcionado mucha felicidad a mucha gente durante dos guerras mundiales". Hay varias ilustraciones de los períodos de guerra que hoy podrían resultar controvertidas (como niños en uniformes militares, portando armas, y niñas lamentándose de no haber nacido hombres para poder unirse al ejército), pero la demanda por sus dibujos no decayó en ningún momento durante estos conflictos. Su gran amor por los niños y la vida familiar, y sus propias pérdidas personales, la acercaban a un público adulto que buscaba preservar la ternura e inocencia de los primeros años de sus hijos, y también recordar la de su propia infancia.
Frontispicio de Los niños del agua, dedicado a sus tres hijos,
y a todos los demás "niños de tierra" (1915).
Alicia en el País de las Maravillas fue una de las primeras novelas infantiles que Mabel Lucie Attwell ilustró por encargo. La publicó la editorial Raphael Tuck & Sons, de Londres, en 1910 o 1911 (aunque hoy en día nos resulte insólito, en la primera mitad del siglo XX no era común que la fecha de publicación constara en los libros). Contiene doce láminas en color y numerosas ilustraciones en blanco y negro. Las figuras son notablemente más estilizadas de lo que serían más tarde sus característicos "niños- bebé" pequeñitos y rechonchos. Alicia - que, por primera vez, es pelirroja - está "actualizada" respecto a la época victoriana, con un vestido y un corte de pelo más propios de la era eduardiana, que también llegaba a su fin en 1910.
Mabel Lucie no es original, en el sentido en que elige para ilustrar las escenas más canónicas del libro, siguiendo la tradición de John Tenniel. Los dibujos a color y a página completa muestran el encuentro de Alicia y el Conejo Blanco; el momento en que Alicia crece en el Vestíbulo de las Muchas Puertas; el Charco de Lágrimas y el Cuento del Ratón; Alicia atascada en la casita del Conejo; la conversación de Alicia con la Oruga; la cocina de la Duquesa; Alicia abrazando al bebé-cerdito; la Merienda Loca; la partida de croquet; la Tortuga Falsa; y el juicio a la Sota de Corazones. Multitud de personajes aparecen también en los dibujos en blanco y negro.
La autora sentía un especial cariño por los perritos, que aparecían en incontables ilustraciones y figuritas como compañeros de juegos y travesuras de los niños, y transmitió ese afecto a las criaturas del País de las Maravillas. Todos los animales, independientemente de su tamaño o su actitud hacia Alicia, tienen una expresión muy dulce, que desprende ternura, desde los pequeños animalillos del Charco de Lágrimas hasta el enorme Grifo. Todos los fondos y paisajes transmiten claridad, gracias a los colores suaves y al precioso uso de la acuarela.
También los personajes humanos se caracterizan por ser amables e inofensivos; ni las figuras más amenazantes, como la Duquesa o la Reina de Corazones, llegan a causar ninguna sensación de miedo o peligro, aunque se muestren malhumoradas.
Debido a las grandes tiradas de este libro, las ediciones publicadas en vida de la autora, incluso la princeps, no son difíciles de encontrar en la actualidad en librerías de segunda mano en Internet. Los ejemplares en buen estado tienen un rango de precios entre 100 y 250 libras. Las ediciones modernas, evidentemente, son mucho más accesibles y económicas, aunque la calidad de reproducción de las ilustraciones puede diferir mucho de unas a otras. Personalmente recomiendo la de 2016 de la editorial McMillan, indisociable del nombre de Lewis Carroll. Es una cuidada edición de tapa dura con un muy razonable precio original de quince libras; se puede adquirir por Internet de diferentes vendedores, y con los gastos de envío no debería superar los veinticinco euros.
Fuentes:
Todas las ilustraciones son propiedad de Lucie Attwell Ltd.
CARROLL, Lewis; ATTWELL, Mabel Lucie (il.). Alice in Wonderland, Macmillan Children's Books, Londres, 2016.
Lambiek Comiclopedia.
Mabel, tienda oficial de productos con ilustraciones de la autora.
Mabel Lucie Attwell en el blog Pigtails in Paint.
Wikipedia.
Pues el Gato de Chesire y la Reina tienen una cara de mala ostia...
ResponderEliminarPero, ¿a que no dan miedo?
EliminarEl Gato sí, la Reina tiene un pase...
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