17 de septiembre de 2023

Josep Ubia (1949 - )

 

Josep Ubia frente a su cuadro de la Casa Milà de Barcelona, circa 2010.


Josep Ubia del Amo, ilustrador, pintor, docente y escenógrafo, nació en 1949 en Sabadell, provincia de Barcelona. Comenzó a trabajar muy joven, en el año 1965, en la imprenta Busquets Gruart, como litógrafo y tipógrafo. Al año siguiente entró a trabajar en el estudio de la imprenta Sallent Hermanos (más tarde Educa Sallent, y a partir de 2001, tras su compra por Borrás Plana, grupo Educa-Borrás), en el cual realizó las ilustraciones del primer juego Educa producido en España, "El Lince". Realizó asimismo otras ilustraciones para empresas jugueteras hoy desaparecidas, como Tajuma.



Juego de pista y personajes de circo, de la empresa Tajuma.
Principios de los 70.

Desde 1967 hasta 1973 estudió en la reputada Escuela Massana de Barcelona, y se formó asimismo en Círculo Artístico de San Lucas, asociación de pintores de raíces modernistas y novecentistas.


En 1968 empezó a trabajar para la editorial Salvat, donde realizó ilustraciones para obras didácticas y divulgativas, principalmente para la colección Fauna ibérica del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. En 1971 volvería a ilustrar cajas y tableros de juego, esta vez para la compañía Diset- diseño técnico, que se había fundado en Barcelona solo un año antes. Como ilustrador de libros infantiles y juveniles, en las décadas de los 70 y los 80  trabajaría para diferentes editoriales de la época, como
 Cavall Fort, Editorial Salvat, Editorial Roma o Edicions Combel.



Libros recortables de muñecas y edificios, 
originalmente publicados a principios de los 80 
para la editorial Combel.

Tras terminar sus estudios, hacia 1974, se especializó en ilustración anatómica y científica. A partir de ese mismo año, trabajó como director de arte, ilustrador anatómico y responsable en España de diseño y producción gráfica para las multinacionales farmacéuticas Solvay Farma (de 1974 hasta 2009) y Abott Laboratories (de 2010 a 2011). Para estas empresas, además de los dibujos de carácter médico o anatómico, realizó también retratos, caricaturas y litografías de ciudades, así como viñetas humorísticas.


Paralelamente a su trabajo de ilustrador, Josep Ubia ha desarrollado una larga carrera docente: desde 1975 hasta 1981 fue profesor de diseño y dibujo en el CEI (Centro de Enseñanzas de la Imagen) en Madrid y Barcelona; de 1981 a 1998 fue director de estudios de los cursos de diseño gráfico e ilustración en la IDEP (Institución de Estudios Politécnicos) de Barcelona; en 1987 y 1989 dio clases de ilustración en la facultad de Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, y también impartió varios seminarios de ilustración, especialmente de aerografía, en la escuela Lonja de Barcelona. 


En 1997 se diplomó en diseño de escenografías en el Instituto del Teatro de Barcelona, y a partir de entonces ha realizado la escenografía y los carteles publicitarios de varias obras teatrales, tanto infantiles como para un público adulto. 



Una escena de la obra musical Els tres porquets: uneix-te a l'aventura
con escenografia de Ubia, estrenada en 2013. 
Fotografía de Magda Calvet.



La adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Josep Ubia forma parte de una colección de libros en relieve publicados por la barcelonesa Editorial Roma en 1985. Aparentemente, solo se publicaron tres títulos, los tres ilustrados por Ubia: Pinocho, Alicia y El mago de Oz. Cada uno tenía cinco ilustraciones - portada y cuatro interiores - más la contraportada, que era común a los tres volúmenes. 




La portada muestra a Alicia corriendo tras el Conejo Blanco, que a su vez corre sin despegar los ojos de su reloj. Veremos que hay algunas diferencias en los diseños de estos personajes respecto al aspecto que tendrán en las ilustraciones interiores. En la portada, Alicia lleva en el pelo una cinta con un lacito, y un vestido de manga corta, mientras que en las demás ilustraciones lleva una diadema de flores y un vestido de manga larga. El Conejo Blanco presenta más cambios: en la portada es efectivamente blanco, lleva una levita roja sin mangas con librea amarilla, y tiene algo que parece un peluquín entre las orejas; en el dibujo interior, es de color amarillo, lleva una levita azul con una gorguera también azulada, no tiene nada sobre la cabeza, y sus orejas son notablemente más cortas. 



En esta adaptación, muy resumida y con cambios significativos, Alicia se queda dormida bajo un árbol después de merendar, y la despiertan las voces del Conejo Blanco, que llega tarde a la fiesta de la "Liebre Loca". Alicia lo sigue, no por su madriguera, sino por el hueco en el tronco de un árbol. Llegan a una casa pequeñita, y Alicia va reduciéndose de tamaño conforme se acerca a ella, pero el Conejo entra solo un momento, se pone sus guantes y vuelve a salir disparado. 




Alicia lo sigue de nuevo, pero lo pierde de vista enseguida: como ahora es tan pequeña, los tallos de las plantas campestres le impiden ver el camino. Se echa a llorar, pero unas flores le indican por dónde ir a la fiesta de no-cumpleaños de la Liebre Loca. 




Alicia llega a la fiesta, donde conoce a la Liebre Loca y al Gato Burlón, y a otros amigos que traen regalos y felicitan a la Liebre. Aunque no se menciona en el texto, en la fiesta también está un personaje que debe de ser el Sombrerero, y que por algún motivo lleva en la mano una bomba con la mecha encendida. Pero, en lo mejor de la fiesta, se oyen un clarín y un redoble de tambor. 




Se presenta ante ellos un heraldo (no se dice que sea el Conejo Blanco) y transmite las órdenes de la Reina de Corazones: toda casa, animal y flor de su pueblo debe pintarse de rojo. Alicia replica que prefiere pintarse de azul, y la Reina, que la oye de refilón, ordena que la arrojen a un calabozo, y no le den ni chocolate ni pasteles. Los Soldados-Carta intentan capturar a Alicia, pero esta se defiende "a bofetada limpia". 




A pesar de su arrojo, Alicia se ve en apuros ante la superioridad numérica de los Soldados-Carta, pero la Liebre Loca y el Gato Burlón la ayudan derramando chocolate caliente sobre el ejército real. "Remojadas y pegajosas", las cartas no pueden seguirla cuando se escapa. Alicia, ya a salvo, piensa en buscar de nuevo al Conejo Blanco, pero entonces se despierta bajo el árbol y comprende que su aventura ha sido un sueño. Está tan contenta, sin embargo, que desea soñar lo mismo alguna vez más. 



Como sucede en otras ediciones infantiles de los años 80, hay discrepancias de bulto entre el texto y lo que muestran las imágenes: en esta versión, las que más destacan son que las Flores Parlantes parecen enfadadas en el dibujo, mientras que en el texto tratan amablemente a Alicia; y que en el dibujo aparece el Sombrerero (sosteniendo, incomprensiblemente, una bomba encendida), el cual no se menciona en el texto. La adaptación incorpora, sin mucha eficiencia, algunas de las frases más características del cuento original, como "Para ir a alguna parte, lo primero que hay que hacer es ponerse a caminar" o "¡Sólo sois unas cartas, y yo soy una niña!". El texto no da mucho más de sí, aunque es curioso el detalle de que la Reina matice que a Alicia no han de darle pasteles ni chocolate mientras esté en el calabozo por insurrecta. 



Las ilustraciones de Ubia, en fin, son muy sencillas y coloridas, de líneas limpias, con profusión de motivos repetidos (hojas, flores, espirales) y degradados y sombreados en el color. Alicia, de melena rubia y vestido azul como es tradicional, presenta sin embargo un detalle extraordinario: su delantal tiene un estampado de cerezas. Es la única versión de Alicia que he visto hasta la fecha en que lleve un delantal que no sea completamente liso. 



Los otros personajes que presenta Ubia muestran un semblante sonriente y agradable, excepto las Flores y la Reina, y en general dan la impresión de un País de las Maravillas bastante amistoso; cuando Alicia llora por haberse perdido, hay una mariposa y un pajarillo que se acercan a ella como para acompañarla. En este sentido, echo de menos que la brevedad del cuento no permita más interacción entre Alicia y los demás personajes, y que no haya un dibujo de cuerpo completo de la Reina de Corazones. 



En cuanto a por qué el Sombrero, tan elegante con su traje de raya diplomática y pajarita, lleva una bomba encendida en la mano, mi suposición es que había una ilustración posterior en que la "bomba" estalla en fuegos artificiales, flores o una sorpresa similar para la Liebre Loca, pero que no llegó a incluirse. El que este personaje ni siquiera aparezca en el texto hace pensar que alguna página hubo de recortarse: siendo un libro en relieve, el coste de producción sería mucho mayor que el de un cuento normal. 


Dentro de las numerosas adaptaciones infantiles de Alicia en el País de las Maravillas que se publicaron en los años 80, y teniendo en cuenta que la historia se resume hasta quedar en poco más que una anécdota, esta edición destaca por los amables dibujos de Ubia, con unos personajes simpáticos y unos bellos fondos llenos de flores. Por desgracia, parece algo difícil de encontrar hoy en día. A juzgar por el número de ejemplares de segunda mano que he encontrado tanto en tiendas físicas como en línea, los tres libros panorámicos de 1985 debieron de tener una tirada menor que otra colección en relieve que la misma editorial había sacado más de diez años antes (con el triple de números, e ilustrados por el gran Carlos Busquets), además de que los libros en relieve, por su misma constitución, son más propensos a roturas que los de páginas normales. Con un poco de suerte, esta Alicia se puede encontrar, en aceptable estado de conservación y con un precio razonable, en alguna tienda de coleccionismo y segunda mano en línea.


Datos bibliográficos: 

Texto adaptado, a partir de Lewis Carroll.

Ilustraciones de Josep Ubia.

Publicado en 1985.

ISBN: 84-356-0381-4.

Editorial Roma.

4 páginas.




Fuentes:


Cadena Ser


Josep Ubia, página personal del artista.


Josep Ubia, dibuixant i pintor. Entrevista al autor en el canal de YouTube de F. Xavier Soler.

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