1 de marzo de 2021

Citas falsas para la posteridad

 







A principios de febrero de este año, The Westminster Collection, una compañía creadora y distribuidora de monedas y sellos conmemorativos, acuñó una colección de cinco monedas de cincuenta peniques, de curso legal en la Isla de Man, con ilustraciones de personajes de Alicia en el País de las Maravillas en el reverso. Los dibujos son obra del caricaturista Stephen Lee y representan a Alicia examinando la botella "bébeme", al Gato de Cheshire en su rama, al Conejo Blanco mirando su reloj a la carrera, al Sombrerero en su mesa de merienda, y a la Reina de Corazones jugando al croquet. Las monedas están disponibles en oro de veintidós quilates, en plata de primera ley con los relieves coloreados, y en aleación de cuproníquel. El precio es el propio de estos productos numismáticos especiales: unos 36€ para la colección en cuproníquel, 374€ para la de plata decorada, y 1436€ para la de oro. Sería una buena adición a las vitrinas de algún afortunado con los bolsillos muy llenos (la serie de plata decorada es especialmente bonita), si no fuera por un detalle que puede resultar banal para los coleccionistas de monedas en general, pero  saca de quicio a los aficionados a Lewis Carroll en particular: las ilustraciones están acompañadas de citas, y dos de las cinco nunca fueron escritas por Carroll.



Las citas, desgraciadamente, han debido de ser seleccionadas por alguien que nunca ha leído los libros, y las ha copiado del primer resultado que le ha salido en Google. Y ha tenido suerte con dos de ellas, que sí aparecen en el libro: la de Alicia ("¡Qué sensación tan curiosa!, dijo Alicia"; es lo que dice tras beber de la botella y comenzar a disminuir de tamaño) y la del Gato de Cheshire ("Todos estamos locos aquí"; la dice durante su primera conversación con Alicia). 




La de la Reina de Corazones, casi la acierta: en la moneda pone "¡Ya es suficiente! ¡Que les corten la cabeza!". Pero, aunque es muy conocida la afición de la Reina a ordenar decapitaciones, en ningún momento del libro dice esas dos frases juntas. 





Es al leer las otras dos monedas cuando nuestras propias cabezas desean que las separen del cuerpo. El Sombrerero dice: "No estoy bajo ninguna obligación de tener sentido para ti" y el Conejo Blanco exclama: "Cuanto más me apresuro, más atrás me quedo". Ninguna de las dos se puede encontrar, ya no en Alicia en el País de las Maravillas, sino en ningún texto nunca escrito por Carroll. Ambas aparecen con irritante frecuencia en productos adornados con las ilustraciones de Tenniel - que ya llevan mucho tiempo en el dominio público - y toda clase de páginas y libros de citas divertidas o "inspiradoras". Pero ya no se trata de una estudiante de arte que intenta vender sus collages en Etsy; es la Casa de la Moneda de un territorio perteneciente a la Corona Británica que encarga una serie de piezas para coleccionistas. 





Y sin embargo no es la primera vez, por raro que parezca, que una cita o un dibujo erróneos acaban en algo tan perdurable como una moneda.  También a principios de este año, la Real Casa de la Moneda británica sacó una pieza de dos libras para conmemorar el septuagésimo quinto aniversario de la muerte de H.G. Wells. En la ilustración se mostraba un traje vacío que intentaba representar a El hombre invisible, salvo por el sombrero que copa que el personaje no vistió en ningún momento del libro. Aunque quizá ese detalle se pasaría por alto al ver el monstruoso trípode de La guerra de los mundos, al que Chris Costello, el diseñador, dibujó con cuatro patas. Repito: dibujó un trípode con cuatro patas. La cita que aparecía en el canto de la moneda, "Los buenos libros son almacenes de ideas", tampoco era totalmente correcta; la original decía "Los buenos libros son los almacenes de los ideales".  


El trípode de cuatro pies, único en su especie.

Hace algunos años, en 2013, el Banco de Inglaterra también se lució al emitir un billete de diez libras con la imagen de Jane Austen y la cita: "Declaro, después de todo, que no hay placer como el de la lectura". La cita es de Orgullo y prejuicio y está puesta en boca de Caroline Bingley...  una mujer que desprecia los libros y que dice esa frase intentando quedar bien ante el hombre que le interesa. El mismo año, el Banco Central de Irlanda había emitido una moneda conmemorativa del Ulises de James Joyce con la cita: "Ineluctable modalidad de lo visible: al menos eso, si no más, pensado con los ojos. Firmas de todas las cosas que estoy aquí para leer". Añadieron, "por un error humano", una palabra de más a la cita original, que decía: "Firmas de todas las cosas estoy aquí para leer". Aunque la partícula añadida no afecta al sentido ni a la interpretación de la frase, el Banco Central de Irlanda, en un ejercicio de honradez, aceptó la devolución de las monedas por su mismo precio de venta (46€). 





Cualquiera pensaría que los encargados de diseñar monedas para coleccionistas saben contrastar las fuentes de las citas, copiar palabras de un libro, o por lo menos contar las patas de un trípode. Que recurran a las páginas de "frases bonitas" y no sean capaces de leer los textos para un trabajo tan serio, para mí es un reflejo de la indiferencia con que estos diseñadores e ilustradores tratan la literatura y a los autores, como si la integridad de los textos a los que se pretende honrar fuera un obstáculo para realizar una moneda bella y vistosa. 




Hace poco más de un año ya dediqué una entrada a comentar las citas espurias atribuidas a Carroll, y la difusión de citas falsas en general en las redes sociales. Para aquellos que lean inglés, debo referirme a este artículo, publicado también en fecha de hoy, en que la Dra. Franziska Kohlt y Lenny de Rooy, de la Sociedad Lewis Carroll del Reino Unido, comentan los errores en estas monedas, y la abundancia de citas procedentes de las películas de Disney pero atribuidas a los libros originales.


Frase de la película de Tim Burton,
 nunca dicha o escrita por Lewis Carroll.
Citas como esta deberían quedarse en el agujero.

Como ya comenté en mi anterior artículo, en pleno siglo de Internet no hay excusa para no comprobar que esa cita guay es exactamente como la estás leyendo y pertenece al autor al que se le atribuye. No es ningún secreto que cualquiera puede publicar cualquier cosa en Internet sin pasar por ningún filtro, y como consecuencia la mayor red de información del mundo está llena de bobadas. Pero no me hagáis caso a mí; hacédselo al padre de la democracia, que en una famosa ocasión dijo lo siguiente:




Fuentes: 


FLOOD, Alison. "Off with their heads! Why are Lewis Carroll misquotes so common online?", en The Guardian, 1 de marzo de 2021.


James Joyce: Bank regrets 'error' in coin, BBC News, 11 de abril de 2013.


2 comentarios:

  1. Que forma más absurda de estropear una pequeña obra de arte de como esa. Cualquier día sacarán monedas conmemorativas de la mitología griega y en una de ellas saldrá un cíclope con dos ojos. Por otra parte, me consta que lo dicho por Lincoln es cierto, amigo Sancho.

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  2. Me encanta esta entrada, ¡es vital desenmascarar las citas falsas! A veces olvidamos que el simple hecho de que algo esté en la internet no significa que sea cierto. Sería interesante explorar el poder de las frases positivas incluso cuando no sean históricamente precisas. ¿Pueden seguir teniendo un impacto positivo en nuestras motivaciones?

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