25 de agosto de 2021

Alicia en Glasnevin

 



A mediados de este mes de agosto he pasado algunos días en Dublín, una de mis ciudades favoritas en uno de mis países favoritos. En uno de esos días fui a visitar por primera vez el Jardín Botánico Nacional, que se encuentra en el barrio de Glasnevin ("arroyo de los niños"), al norte de la ciudad, en la orilla del tío Tolka. Después de recrearme un par de horas en un jardín digno de una reina, de fotografiar diversas clases de vida vegetal y animal, y de comprobar la hora en un reloj de sol (aunque tuve que adivinar, porque estaba nublado), fui a dar una vuelta por el vecindario. Charlé un rato con la amable propietaria de una tienda de regalos artesanales; fui a visitar una iglesia, pero la encontré cerrada por limpieza (de bancos y muebles, no de almas, por lo que entendí); y pasé por una escuela, muy tranquila al ser las vacaciones de verano. Fue cuando volvía a la parada del autobús cuando me percaté de unos dibujos en una caja de cuadros eléctricos y me dije a mí misma: "Ya estoy desvariando; veo Alicias por todas partes". Pero no era deformación literaria: eran ciertamente dibujos que imitaban el estilo de Tenniel, y representaban a Alicia... en los edificios del barrio que acababa de ver.





Como pude comprobar más tarde en una rápida búsqueda en Internet, la decoración de cientos de cajas metálicas (que contienen los componentes eléctricos de los semáforos), en todas las calles de Dublín, corresponde a un proyecto llamado Dublin Canvas, que desde el verano de 2015 confía en artistas locales para que aporten un poco de color a la ciudad al tiempo que dan rienda suelta a su libertad creativa. Por lo que yo misma he ido viendo esta semana - reconozco que en otras ocasiones no me fijé - muchos artistas muestran a los grandes autores dublineses como James Joyce, Oscar Wilde o Bram Stoker; mientras que otros recurren a infalibles símbolos irlandeses como los Leprechauns o las hilanderas de lana; animales como perros, vacas y zorros aparecen llenos de color en estas cajas; y más recientemente, se han utilizado para recordar a los viandantes que nigh do láhma! ("¡Lavaos las manos!") o mostrar al icónico San Patricio con su sagrada boca cubierta por una mascarilla. Las artistas Isobel y Anna Mahon, por su parte, han decidido apostar por un conocido personaje infantil que parte de nuevo a vivir aventuras... solo que esta vez, su país maravilloso es el barrio de Glasnevin. 





La caja de cableado eléctrico que fue decorada con estas imágenes está justo en la esquina de St. Mobhi Road con Botanic Avenue, y al parecer fue pintada en los primeros días de este mismo mes de agosto. La primera imagen que vi fue la de Alicia, sobrepasando en varios metros la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, la que había intentado visitar un rato antes.





Por la otra cara teníamos a Alicia creciendo dentro de un edificio y rompiendo el techo, pero en esta ocasión no era la casita del Conejo Blanco, sino una curiosa construcción redonda, que me habría parecido una torre Martello de no ser por el tejado. Resultó ser la antigua Escuela Nacional de Glasnevin, construida a principios del siglo XVIII, y apodada cariñosamente "El Tintero" por docentes y alumnos. Por desgracia, este pintoresco edificio fue demolido en 1902 para construir en su lugar la escuela actual por la que pasé, mucho más grande y moderna, pero con una forma aburridísima. 







En uno de los costados tenemos a unas flores con rostro, que aluden a las flores vivas del jardín de la Casa del Espejo, pero en este caso son las preciosas rosas del Jardín Botánico.








Y por último, en el otro costado aparece una pequeña Alicia sentada sobre el reloj de sol del Jardín Botánico. Sobre uno de ellos, porque aparentemente hay dos, aunque yo solo recuerdo haberme topado con uno.






Las autoras comentan de su obra que "nuestro objetivo fue crear un diseño juguetón que resultara llamativo para todas las edades, y pusiera atención en los monumentos locales, tanto pasados como presentes". Desde luego cumplieron su propósito, ya que consiguieron que una turista que no llevaba ni tres horas en el barrio identificara al primer vistazo tres de los lugares mostrados en sus dibujos. Para el de "El Tintero" tuve que investigar, dado que el edificio ya no existe, pero no cabe duda de que los residentes lo reconocerían de inmediato.


Ninguna araña fue lastimada en la toma de estas fotografías.

Una de las mejores cosas de viajar, sobre todo para alguien que se prepara a conciencia los itinerarios y sabe qué va a ver en cada punto del mapa, es encontrarse con lo inesperado. No contaba con ver muchas alusiones a Lewis Carroll en Dublín, pero resulta que Alicia sigue explorando los lugares más insospechados. Todo el proyecto de Dublin Canvas, por su parte, es digno del mayor aplauso, y hay ilustraciones tan fantásticas como estas repartidas a lo largo y ancho de la capital irlandesa. Invito a todos los lectores a echar un vistazo a la página y disfrutar con los diseños de los imaginativos artistas urbanos.




No podía irme de Dublín sin pasar a ver al boojum, pero sin acercarme demasiado, para no desvanecerme suave y súbitamente. Es un restaurante mejicano... pero nunca se sabe.



Fuentes:








3 comentarios:

  1. Bonitos dibujos, y una buena forma de decorar el espacio urbano. ¿Dices que se pintaron a principios de mes? En España eso no hubiera tardado ni una semana en aparecer lleno de garabatos.

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    1. De hecho, en la página de Dublin Canvas se advierte eso mismo a los artistas que quieran presentarse como candidatos a decorar las cajas: que serán susceptibles de vandalismo. Me suena haber visto alguna otra caja con una pintada en un espacio en blanco, pero en general me ha parecido que las respetan bastante. Cuando tengas tiempo y ganas echa un vistazo a la página, porque hay otras decoraciones espectaculares. Esta es una de mis favoritas: https://www.dublincanvas.com/dublin-canvas-artist-profiles/shane-noonan

      Me parece un acierto por parte de las autoras haber integrado los elementos propios de su vecindario con un personaje tan fácilmente reconocible. Han homenajeado a un clásico de la literatura y han barrido para casa al mismo tiempo, y el resultado es verdaderamente estupendo.

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    2. Y he anclado mal el enlace de arriba y no funciona. Prueba aquí.

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