Esta es la primera parte de un artículo dividido en tres. Trata sobre los orígenes del personaje; la segunda trata sobre sus principales representaciones e interpretaciones; y la tercera, sobre sus versiones modernas y su legado en la actualidad.
En el capítulo 6 de Alicia en el País de las Maravillas "Cerdo y pimienta", Alicia entra en la cocina de la casa de la Duquesa, después de haberse reducido de tamaño y de haber intentado dialogar con el Lacayo-Rana. La cocina está saturada de humo y de pimienta, que la Cocinera está echando continuamente en un caldero de sopa; la especia hace estornudar enseguida a Alicia, y estornudan también la Duquesa, sentada en un taburete en medio de la cocina, y el bebé que lleva en brazos. Como muy pronto observa Alicia, los únicos que no estornudan son la propia Cocinera, y "un gran gato, que estaba tumbado en el hogar y sonriendo de oreja a oreja". Alicia, tímidamente, le pregunta a la Duquesa por qué su gato sonríe así, a lo que la Duquesa contesta que lo hace porque es un gato de Cheshire. Aunque a la Duquesa le parece suficiente explicación, a las preguntas de Alicia sigue contestando que todos los gatos pueden sonreír, y que de hecho la mayoría lo hace. Pero, ¿cómo el gato y su sonrisa han llegado desde Cheshire hasta el País de las Maravillas?
El condado de Cheshire se encuentra al noroeste de Inglaterra, limitando con Gales al oeste, con los estuarios de Dee y Mersey al noreste, y con la formación montañosa de los Peninos al este. Fue en un pequeño pueblo de este condado, llamado Daresbury, donde en 1832 nació Lewis Carroll. La expresión "sonreír como un gato de Cheshire" ("grin like a Cheshire cat") era común en la época victoriana - documentada por primera vez en 1788, en la segunda edición de A Classical Dictionary of the Vulgar Tongue de Francis Grose - y no cabe duda de que, siendo originario de Cheshire, Carroll la oiría y recordaría desde muy temprana edad.
Los orígenes de la frase son desconocidos. Martin Gardner cita dos teorías principales: la del queso de Cheshire, y la de los leones pintados en los carteles. Según la primera, tradicionalmente se elaboraba en Cheshire (una región en la que abundan las granjas de leche, y famosa aún en la actualidad por sus productos lácteos) un queso con una forma que recordaba a la de un gato con una mueca o sonrisa; como este queso comenzaba a cortarse por la "cola", lo último que quedaba del queso, cuando ya se habían cortado todas las porciones, era la sonrisa. La segunda, propuesta por el escritor Samuel Maunder en 1853, alude a un artista, al parecer no demasiado bueno, que pintó leones rampantes en los carteles de varias posadas y establecimientos en el condado. El parecido de estos presuntos leones con la versión doméstica de la especie felina, y que el gesto de su rostro, lejos de noble, asemejara una mueca o sonrisa, hicieron que el público general comenzara a referirse a ellos como "gatos sonrientes". Es el mismo proceso de asimilación popular que sucedió en España, en 1870, con las monedas de diez y cinco céntimos de peseta: el león estaba tan dudosamente grabado en ellas, que a la gente le parecía un perro; de ahí que comenzaran a llamarse, respectivamente, "perra gorda" y "perra chica".
La frase en sí sería suficiente para estimular la imaginación de Carroll: como han sugerido otros autores, Carroll pensaría que, si un gato hecho de queso intentara comerse un ratón, tal vez sería el ratón quien se lo comería a él. Pudo pensar también en que la Luna, en cuarto creciente, semeja una sonrisa en el cielo sin nada más alrededor (y tengamos presente que, según una metáfora popular en los países de habla inglesa, la propia Luna está hecha de queso). Otros autores sugieren que Carroll también podría estar pensando en una catenaria, la curva que forman una cadena o una cuerda que cuelga de dos puntos sin estar tensa... y que también puede recordar a una sonrisa.
Pero también hubo otros gatos en Cheshire, aparte de aquellos moldeados en queso, que pudieron contribuir al personaje. En Grappenhall y Pott Shrigley, dos localidades cercanas al pueblo natal de Carroll, hay dos iglesias donde encontramos sendos grabados que podrían haberse quedado en la imaginación del joven Carroll como inspiración de su futuro personaje. En Grappenhall se encuentra la iglesia de San Wilfredo, y en la cara oeste de la torre hay esculpido un animal que muchos consideran un prototipo de Gato de Cheshire.
Por su parte, en Pott Shrigley se encuentra la iglesia de San Cristóbal, en cuyo interior, en un arco sobre el altar, aparecen varios grabados medievales de animales. Entre ellos, uno que también es considerado un gato, y que luce una gran sonrisa.
Grabado en gres en la iglesia de San Cristóbal, Pott Shrigley.
Incluso fuera de Cheshire encontramos un gato sonriente al alcance de Carroll. El padre del autor, el reverendo Charles Dodgson, fue llamado a ocupar el cargo de rector de Croft y archidiácono de Richmond en Croft-on-Tees, Yorkshire del Norte, desde 1843 a 1868. La familia se mudó de Daresbury a Croft-on-Tees en 1843, y Carroll vivió allí hasta que, en 1850, se fue a estudiar a Oxford. En la iglesia de San Pedro de Croft, donde su padre ejercía su magisterio, había un sitial excavado en la piedra sobre el cual había tallada la cabeza de un animal, tal vez un gato. En 1992, Joel Birenbaum, un aficionado a Alicia en el País de las Maravillas que visitaba la iglesia con un grupo de iguales, observó que, pasando por debajo del grabado, un niño no habría visto toda la cabeza, sino solo la sonrisa.
Bajorrelieve en San Pedro de Croft.
Aunque Alicia no habla con el sonriente gato mientras se encuentra en la casa de la Duquesa, vuelve a verlo en el exterior, en la rama de un árbol. Su diálogo críptico y sus continuas apariciones y desapariciones marean a Alicia, que llega a decirse a sí misma que una sonrisa sin gato es la cosa más curiosa que ha visto en su vida. Pero más tarde, cuando ve su sonrisa aparecer en la caótica partida de croquet de la Reina de Corazones, se alegra de tener a alguien con quien hablar, y lo presenta a la Reina como "un amigo mío". Es el único personaje de todo el País de las Maravillas a quien Alicia se refiere como tal.
En el siguiente artículo veremos la primera y más recordada versión ilustrada del Gato de Cheshire, la de John Tenniel, y la segunda más popular, la de Walt Disney.
Fuentes:
BLACKBURN, Jonathan. "Where does the grinning 'Cheshire Cat' come from? We go on the hunt across the county", en CheshireLive, 6 de noviembre de 2021.
CARROLL, Lewis; GARDNER, Martin (ed.). The Annotated Alice, Penguin, Londres, 2001.
COHEN, Morton N. Lewis Carroll: A Biography. Random House, Nueva York, 1995.
CHICAGO TRIBUNE. "Cheshire Cat Discovery Brings a Grin to Woodridge Man", en Chicago Tribune, 13 de julio de 1992.
DAY, David. "The Cheshire Cat's Grin: Solving the greatest mystery of Wonderland, 150 years later", en The Walrus, 24 de agosto de 2015.