28 de enero de 2024

Los osos amorosos en el País de las Maravillas (Raymond Jafelice, 1987)

 



The Care Bears Adventure in Wonderland es una película canadiense de animación tradicional, que toma el mundo y los personajes de Alicia en el País de las maravillas y A través del espejo de Lewis Carroll, y el argumento de El prisionero de Zenda de Anthony Hope. Fue dirigida por Raymond Jafelice y estrenada en Estados Unidos y Canadá el 7 de agosto de 1987 por la distribuidora Cineplex Odeon Films. Dura ochenta minutos. 


Los Osos Amorosos (Ositos Cariñositos en Latinoamérica) son unos personajes que no necesitan presentación en nuestro país, donde fueron recibidos con gran éxito cuando llegaron en los años ochenta, y fueron los peluches más vendidos durante una década. Originalmente, los Osos Amorosos se crearon en 1981 por la artista Elena Kucharik como personajes de tarjetas de felicitación para American Greetings (al igual que otro personaje enormemente popular de la misma compañía, Tarta de Fresa). Cada uno tenía un color específico y un símbolo en su vientre, que identificaba su poder o habilidad, siempre orientados a ayudar a los niños: el oso azul con una luna acompañaba a la hora de dormir; el verde con un trébol daba buena suerte, el marrón con un corazón transmitía cariño; el rosa con un arco iris daba ánimos y alegría, etc. A finales de 1982, se lanzarían oficialmente como franquicia, y a principios de 1983 se presentarían al público, con tarjetas, libros de cuentos, y peluches elaborados por la empresa juguetera Parker Brothers. 


Tarjeta de felicitación de 1984. 
©American Greetings.

Entre 1983 y 1987, Parker vendió unos cuarenta millones de peluches. El mismo año de 1983 se emitió un especial de dibujos animados, La tierra sin corazón (The Care Bears in the Land Without Feelings), para las que se creó un villano, el doctor Cold Heart. En 1984 se amplió la línea original de diez personajes con sus diez "primos", que no eran ya osos, sino otros animales como un león, un elefante, un mono... También se estrenó el segundo episodio especial, La máquina del hielo (The Care Bears Battle the Freeze Machine). 


Edición en VHS del primer especial de animación 
de Los Osos Amorosos (1983).

El éxito de los dos especiales fue tan contundente, que en 1985 se estrenó la serie de animación televisiva (que duraría hasta 1988) y el primero de los largometrajes, Los Osos Amorosos (The Care Bears Movie, 1985), al que siguieron Los Osos Amorosos 2 (Care Bears Movie II: A New Generation, 1986), y Los Osos Amorosos en el País de las Maravillas (The Care Bears Adventure in Wonderland, 1987). Esta tercera película, sin embargo, fue tan pobremente recibida, que nunca ha llegado a editarse en DVD en Canadá ni Estados Unidos (aunque sí se vendió internacionalmente), y no se estrenarían en cines más películas de estos personajes: la de 1988 fue para televisión, y las animadas por ordenador en la primera década de los 2000 fueron directamente al formato doméstico. 


El director, Raymond Jafelice, era principalmente artista de storyboard, pero había dirigido episodios sueltos de otras series de animación como Tarta de Fresa (Strawberry Shortcake, 1980-88) o Nuestra pandilla (Get along gang, 1984-86), y El inspector Gadget (Inspector Gadget, 1983- actualidad). Aunque solo ha dirigido unos pocos largometrajes, como artista y animador tiene una larga y fructífera carrera que llega hasta 2022 con La patrulla canina (Paw Patrol, 2013-22). 



Existen dos doblajes en español de esta película: el de España y el de Méjico. Los nombres de los personajes cambian según la traducción; por ejemplo, el país de Mucho Cariño es Mucho Mimo en América Latina; Quejoso es Gruñonosito, etc. La reseña está elaborada a partir de la versión orginal en inglés y la de español de España.





La película comienza sobre las ocho de la mañana en el mundo de los Osos Amorosos, Mucho Cariño. Estrellitas y pájaros se asoman a las ventanas de cada casa para despertar a sus habitantes, los repartidores de periódicos y leche entregan su mercancía, y poco a poco los osos y sus primos comienzan el día: salen a correr, preparan el desayuno, riegan sus plantas... Un pajarillo se detiene en la ventana del dormitorio de Quejoso (Bob Dermer), se desgañita cantando, y Quejoso no se despierta, aunque son ya casi las nueve. El pájaro acaba encogiéndose de hombros y marchándose, y Quejoso sigue durmiendo. El Conejo Blanco (Keith Knight) intenta entrar a su habitación a través de un espejo de mano, pero, al sonar el despertador, Quejoso le tira una almohada encima, y debe intentar pasar de nuevo a través del espejo del cuarto de baño.




Quejoso, que se levanta medio dormido, al principio no se da cuenta de que el Conejo Blanco está al otro lado del espejo, pero cuando lo ve, lo ayuda a entrar tirándole de los brazos. De inmediato, el Conejo Blanco sale al exterior gritando que se le hace tarde y que debe encontrar a su sobrino Airoso (que es un conejo, uno de los primos de los osos amorosos, interpretado por Eva Almos). Cuando lo encuentra, junto con otros osos y primos, le enseña la foto de una niña y le explica que está desaparecida y deben encontrarla cuanto antes. Los osos y primos se ponen en marcha, cogen sus coches-nube, y bajan al mundo humano a buscar a la niña. 





Al principio no hay suerte: reparten fotos por todas partes, preguntan a los franceses, a los mejicanos, a los australianos, a los esquimales, a la guardia del palacio de Buckingham, a un pequeño alien, a la Esfinge y a un canguro, pero nadie conoce a la niña. 



Un frustrado Quejoso - que aún no ha desayunado, lo que será un chiste recurrente en la película - se sienta en un banco a descansar, y un niño que está allí ve por casualidad la foto y le dice que conoce a la niña, que se llama Alicia, y que vive justo en la casa de enfrente. En su habitación, Alicia (Tracey Moore) está mirándose en un espejo de cuerpo entero y lamentándose a su gatita Dina de que no es más que una niña corriente y vulgar y nunca será especial, como Supergirl o "la pequeña pirata".




Entran Quejoso y Airoso con el Conejo Blanco, y este dice que Alicia se parece mucho a la princesa, y que "servirá". Airoso y Quejoso le explican a la niña que, en el País de las Maravillas, el malvado brujo ha secuestrado a la Princesa de Corazones, y que si esta no aparece el día de su inminente coronación, será él quien se corone rey, y todos tendrán que obedecerlo. El plan del Conejo Blanco es hacer pasar a Alicia por su princesa mientras encuentran a la auténtica. 



Alicia comienza con que ella no es más que una niña normal y corriente, que nunca daría el pego como princesa, etc., pero el Conejo Blanco le suplica que los ayude (llorando muy fuerte y mirando de reojo a ver si la conmueve), y Airoso le pone ojitos dulces, hasta que ella accede. Llegan también Bondadoso (Jim Henshaw), Venturoso (Marla Lukofsky), y los primos, el león Valentoso (Dan Hennessey) y el elefante Candoroso (Luba Goy) para acompañarlos al País de las Maravillas.


De izquierda a derecha: Airoso, Quejoso, Valentoso, 
Venturoso, Candoroso y Bondadoso.


Atraviesan el espejo de cuerpo entero del cuarto de la niña, pero el Brujo los ha descubierto, y rompe el espejo cuando Quejoso, Airoso y el Conejo Blanco aún no lo han cruzado. Nadie resulta herido, pero el Conejo Blanco dice que se retrasarán porque han de buscar otro camino, y le pide al grupo liderado por Bondadoso que intenten llegar por su cuenta al Palacio de Corazones. El Conejo Blanco, Airoso y Quejoso buscan y encuentran una conejera que los conduce al País de las Maravillas, con Quejoso lamentándose todo el tiempo de que aún no ha desayunado y no puede hacerse con nada de comida. 

En el País de las Maravillas, el Brujo (Colin Fox) llama a sus dos inútiles secuaces, Dim (John Stocker) y Dum (Dan Hennessey) y les cuenta que está al corriente del plan de la Reina de Corazones de sustituir a su hija por una niña que se le parece e impedir así que él sea coronado, de modo que los manda a secuestrar también a la impostora.


Estoy encantado con mi pérfido plan.


El grupo de Bondadoso pide ayuda a un agente de tráfico, la Oruga (Don McManus), para llegar al Palacio de Corazones. Este les da unas indicaciones muy enrevesadas, pero, al ver que no las comprenden, les señala un atajo. 




Cuando ya se alejan, el agente les grita que no se acerquen al damero, pero con el ruido de los abundantes vehículos y habitantes que pasan, no oyen la advertencia, y cuando llegan al prado con cuadros de ajedrez comienzan a cruzarlo sin sospechar nada. Dim y Dum se les acercan e intentan engañarlos diciéndoles que les ha enviado la Reina de Corazones para llevarlos al Palacio, pero Bondadoso no se fía y les dice que no se irán a ningún sitio con extraños. 



Dim y Dum se marchan sin insistir, pero al poco aparece una fila de robots que avanza hacia ellos en el tablero. Son solo nueve pequeños robots, pero se fusionan por grupos de tres, y se convierten en tres grandes robots, o, como concretan Dim y Dum, que aparecen sentados en un sofá, en pijama y con un cuenco de palomitas para disfrutar del espectáculo, "grandes y malvados robots". Al principio, Alicia y los osos solo pueden huir corriendo, pero acaban descubriendo que los pueden hacer caer poniéndoles la zancadilla, y que si trepan por ellos y manipulan la antena de su cabeza, vuelven a hacerse pequeños. Además, Dim y Dum pelean constantemente y rompen los mandos que controlan los robots, con lo que son más fáciles de evitar. Con todo, en la confusión, Dim y Dum intentan llevarse por la fuerza a Alicia, pero los osos ya han logrado librarse de los robots y reunirse, y ponen en fuga a Dim y Dum. 


No quieras cabrear a un Oso Amoroso.

Justo a continuación llegan Quejoso, Airoso y el Conejo Blanco, que habían estado buscándolos. El Conejo Blanco aún les está riñendo por haber ido directos al campo donde están los robots del Brujo ("¿No os advirtió la Oruga que no os acercarais al damero?") cuando oyen un ritmo y ven un extraño gato (John Stocker) que cambia de color, forma y  estampado, y les dice, rapeando, que la princesa es prisionera del Brujo, y que el Sombrerero tiene la manera de rescatarla. Les aconseja que se dividan en dos grupos: uno que lleve a Alicia sana y salva al Palacio de Corazones, y otro que encuentre al Sombrerero y le pida ayuda. 





Cuando el gato se desvanece, el Conejo Blanco explica que se trata del Gato de los Deseos, el cual sabe todo lo que pasa en el País de las Maravillas, y que más vale hacer caso a lo que dice. Valeroso y Bondadoso están de acuerdo en dividirse, según ha aconsejado el Gato, de modo que Bondadoso indica a Valentoso, Quejoso, Airoso y Venturoso que busquen al Sombrerero, mientras que el resto acompañará a Alicia al Palacio de Corazones. El brujo ha visto toda la escena a través de un telescopio que tiene en su torre, y vuelve a mandar a sus inútiles secuaces a que le traigan a Alicia, y los amenaza con darlos de comer a una enorme tarántula como vuelvan a fracasar. Dim y Dum, que padecen aracnofobia, no se preocupan demasiado, porque no saben qué es una tarántula, pero cuando el Brujo se lo dice, se marchan aterrados.


¿Que la tarántula es un tipo de araña??

 

El grupo de Valentoso va buscando al Sombrerero, pero no tiene ninguna pista. Mientras Quejoso se queja de que aún está en ayunas, una flor-León intenta comérselo a él, pero Valentoso le hace cosquillas para que se ría y lo suelte. Al caer de la boca de la flor-León, Quejoso lleva puesto un sombrero de tres picos con muchos adornos, y comienza a hablar y comportarse como un capitán de navío; arranca una planta cuya forma recuerda a un catalejo, y llama "grumete" a Airoso. Sale disparado, ordenando que todos sigan el rumbo, y los demás dan por hecho que el sombrero que lleva los va a guiar hasta el Sombrerero. 



El grupo del Conejo Blanco vislumbra por fin el Palacio de Corazones, pero Alicia se detiene antes de llegar, de nuevo con su discurso de que una chica tan poco especial, tan plebeya, nunca podrá asumir las responsabilidades y obligaciones de una princesa. Bondadoso la anima y le insiste en que sí es especial, solo por su deseo de ayudar desinteresadamente al País de las Maravillas. 


¡Claaaaro que eres especial! ¡No permitas que ser blanca, rubia, 
de ojos azules y de clase media-alta te deprima!


Oyen entonces la melodía de una caja de muñeco con resorte, de la que salen unas marionetas de Dim y Dum. Mientras el Conejo Blanco, Bondadoso y Candoroso están distraídos mirando los muñecos, los auténticos Dim y Dum secuestran a Alicia, la meten en un carro y se la llevan... al Palacio de Corazones, que era donde iba todo el grupo desde el mismo principio. 



Dim y Dum llegan a un patio del palacio, sacan a Alicia del carromato y la obligan a entrar a una oscura habitación, donde la aguarda el Brujo. El Brujo dice que el País de las Maravillas lo necesita, hace que su entorno cambie para mostrar varias localizaciones del País de las Maravillas, y le explica a Alicia, mediante una canción, que él será mucho mejor gobernante que la Princesa, porque pondrá orden "en todo el caos y confusión" que impera en su mundo, hará respetar las leyes, y realizará algunos cambios que acabarán con todas las locuras. Convencido él mismo de que "una niñata vulgar y asustadiza" no conseguirá hacer creer a nadie que es la princesa, el Brujo permite que Alicia huya hacia el mismísimo salón del trono, donde la Reina de Corazones (Elizabeth Hannah) y toda la corte parecen estar esperándola. El Brujo se dispone a decir que la niña es una impostora, pero la Reina lo interrumpe y declara en voz alta que es su hija y que al día siguente será coronada. El Conejo Blanco llega precipitadamente y repite que la princesa ha vuelto a casa, ante la celebración y el regocijo de los cortesanos. El Brujo se marcha murmurando entre dientes que ya se verá quién ríe el último. 




En sus aposentos privados, la Reina explica a Alicia que el Brujo tiene a su hija retenida en alguna parte, con el fin de que al día siguiente no pueda ser coronada reina, y que por tanto ella "no tenga otra elección" que coronar al Brujo en su lugar. Le dice a Alicia que, cambiándole la ropa y el peinado, podrá perfectamente pasar por su hija mientras esta es rescatada. 



El grupo de Valentoso sigue buscando al Sombrerero. Accidentalmente, Venturoso se pone otro sombrero, una gorra de detective, que le hace deducir cuál es el camino correcto, y siguen adelante. 




De nuevo en el palacio, la Reina le está haciendo probar vestidos de
gala a Alicia. Todos le dicen está impresionante y espectacular, y ella insiste en que no es verdad, que ella no es especial, hasta que se mira en un espejo y acaba admitiendo que sí, que es muy guapa. 


Ay, sí.

La Reina le enseña a tomar el té, jugar al croquet y montar a un flamenco al mismo tiempo, lo que parece ser la costumbre en el País de las Maravillas. Dim y Dum, por orden del Brujo, intentan sabotearla, construyendo un obstáculo especialmente difícil, pero Alicia y su flamenco parlante (Alan Fawcett) logran completar la partida. 



El Brujo ordena por tercera vez a sus secuaces que le traigan a Alicia. Durante la noche, el grupo de Bondadoso se dispone a montar guardia para que nada le ocurra a Alicia mientras duerme. 


Un tercer sombrero, un casco espacial, guía al grupo de Valentoso hacia una gruta donde vive el Sombrerero (Keith Hampshire), el cual se presenta con una canción, y les dice que la princesa se encuentra en la cueva del "Dragón Farfullón". Como está muy cerca, él mismo los guía hasta allí. 




Llegan a una habitación amueblada donde todo es enorme (ellos tienen, respecto a los objetos, el tamaño de ratoncitos), y encuentran a la princesa (Alyson Court, Sonia Torrecilla en el doblaje de España) encerrada en una jaula que cuelga del techo. Intentan ir trepando por los muebles para alcanzarla, pero llega el Dragón Farfullón (también Keith Hampshire), y deben esconderse. 




En el palacio, Bondadoso y Candoroso vigilan el sueño de Alicia. Dim y Dum se cuelan a través de un cuadro que oculta un pasadizo e intentan secuestrarla llevándosela en un saco, pero lo que sucede es que Dum mete a Dim en el saco sin darse cuenta y lo lleva al Brujo creyendo que es Alicia; Dim tiene a su vez otro saco, pero lo que ha metido en él es una gran almohada. El Brujo golpea a sus esbirros con la almohada y les ordena traerle el "Libro de las Maravillas", con el cuál no solo demostrará que Alicia es una impostora, sino que le impedirá volver a su hogar. 



En su guarida, el Dragón Farfullón se ha quedado dormido, y Quejoso, que se había escondido en uno de sus bolsillos, sale para intentar rescatar a la Princesa. Aprovechándose de la fuerza de un estornudo del Dragón, llega a la jaula de la Princesa y logra abrirle la puerta. El Dragón se despierta, Quejoso lo aturde durante unos momentos soltando la jaula para que caiga sobre su cabeza, y luego todos, con la Princesa, echan a correr. 




El Dragón los persigue, pero se queda atascado en uno de los túneles de la cueva. Valentoso dice que es su oportunidad de escapar, pero Airoso se da cuenta de que el Dragón tiene una gran espina clavada en una zarpa, y todos se compadecen y deciden sacársela antes de irse. El Dragón se libera, les da encarecidamente las gracias, les dice que pueden llamarlo por su nombre, Paco (Stan en el original), y hasta llora de emoción por la ternura con que lo han tratado. 



El Sombrerero dice de repente que puede ver cómo Alicia se enfrentará a un gran peligro al intentar superar "la prueba de las princesas"; la Princesa dice que solo una auténtica princesa puede superar dicha prueba, y Paco se ofrece a llevarlos a todos al palacio para que puedan salvar a Alicia. 


A la mañana siguiente, llega la ceremonia de coronación, y el aspecto de Alicia, ya vestida con un traje de gala y cubierta de joyas, logra confundir al propio Conejo Blanco, que cree que la Princesa ha regresado. Otra vez comienza Alicia con que, a pesar de dar el pego externamente, no es lo suficientemente especial para pasar por la Princesa, y de nuevo Bondadoso la anima. 




Comienza la ceremonia, y cuando la Reina está a punto de poner la corona en la cabeza de Alicia, el Brujo interrumpe y exige que la "princesa" demuestre su legitimidad pasando "la prueba de las princesas", tal como exige el Libro de las Maravillas, que por lo visto es una constitución nacional a la que está sometida la propia Reina. Según lee el Conejo Blanco, la princesa que vaya a pasar la prueba debe traspasar los límites de la Tierra Hostil y luego subir a la cima de la Montaña del Adiós. Después deberá llenar una taza con agua del "mencionado pozo" (por un error de doblaje, el pozo no se ha mencionado antes; en el original sí dicen que es un pozo que está en la cima) y llevarla de vuelta al Palacio de Corazones, donde deberá usarla para despertar las flores del Jardín Durmiente. 


Los Soldados-Carta conducen a Alicia a la Tierra Hostil; los secuaces del Brujo y el grupo de Bondadoso van también. Todavía en su traje de gala, Alicia trepa por la Montaña del Adiós, cayéndose a cada paso. El Gato de los Deseos aparece para animarla, y los osos amorosos la ayudan para que llegue a la cima, librándola en un par de ocasiones de Dim y Dum. 



Alicia llena una taza de té con agua del pozo, y baja de la montaña por un camino aparentemente más fácil. Pero se encuentra con un potro de unicornio atrapado en unos espinos, y decide liberarlo y darle el agua que llevaba. Vuelve al palacio sana y salva, y con el potrillo en brazos, pero sin el agua con que debía despertar a las flores del Jardín Durmiente. La Reina y el Conejo Blanco dicen que ha superado la prueba, porque al escalar la montaña ha demostrado coraje, y al socorrer al potro en apuros ha demostrado generosidad, las dos principales cualidades que una princesa debe tener. Pero el Brujo insiste en que la prueba no estará completa hasta que despierten las flores del Jardín Durmiente, y que una verdadera princesa tiene el poder mágico para que el jardín florezca son solo tocarlo. 



Van todos al jardín; el Conejo, la Reina y los osos amorosos están desesperados porque saben que Alicia no tiene esa magia. El Gato de los Deseos molesta y distrae al Brujo y sus esbirros, y, antes de que se den cuenta, la auténtica princesa está despertando las flores del Jardín Durmiente con su magia. 



El Brujo, que no se ha percatado del cambiazo, dice que es impostora, y en su furia, se le escapa en voz alta que lo sabe con certeza porque él ha secuestrado a la auténtica princesa. Al ver que ha revelado su traición, intenta huir, pero el Dragón Farfullón le corta el paso, y los Soldados-Carta se lo llevan a rastras. El Conejo Blanco, finalmente, corona a la Princesa como nueva Reina del País de las Maravillas. 



Mientras la antigua y la nueva Reina se despiden de Alicia, el Conejo Blanco dice que por un momento pensó que había sido ella quien había hecho despertar las flores, y Alicia comienza a decir OTRA VEZ que no, que eso solo lo puede hacer alguien muy especial, y por supuesto la nueva Reina le dice que también es especial, y que tiene que aprender a ver lo especial que es. 


¡Eres taaaaaan especial!

La nueva Reina toca un espejo, lo que recompone el que Alicia tenía en su habitación, y la niña vuelve a su cuarto y abraza a su gata Dinah, contándole que ha sido maravilloso sentirse una princesa, pero que se alegra de volver a ser normal y corriente. Los osos amorosos vuelven a Mucho Cariño en sus coches-nube, repitiéndole a Alicia antes de irse que crea en sí misma, porque, claro, es especial. 


¡No olvidéis escribirme, y recordarme 
lo especial que soy!

Los osos amorosos y sus primos llegan a Mucho Cariño en la noche del mismo día en que partieron, y comentan que han sido muchas aventuras para un solo día; Quejoso sale disparado hacia su casa, y saca todo lo que tiene en la nevera y la despensa para darse un banquete. Durante los créditos finales, Quejoso canta un rap en el que, entre bocados y eructos, enumera todo lo que va a comerse, con intervenciones de los otros osos y el Gato de los Deseos. 


Como he comentado al principio, esta película fue un fracaso de taquilla con respecto a las dos primeras, que en sus estrenos habían sido las películas de animación con más recaudación después de las de Disney, y marcó el fin de la gran pantalla para los Osos Amorosos: el siguiente especial, en 1988, fue solo para televisión, y los largometrajes de animación CGI, ya en la primera década de los 2000, fueron directamente al formato doméstico. Por su parte, Los osos amorosos en el País de las Maravillas se editó en VHS y Laser-Disc, pero, a diferencia de las dos películas anteriores, nunca se ha lanzado en DVD en Canadá ni Estados Unidos, aunque sí de modo internacional. La película tuvo un coste de cinco millones de dólares; sumando la taquilla, los alquileres y las ventas en formato doméstico, apenas alcanzó los seis. Las críticas positivas no decían mucho más aparte de "divertida" o "entretenida" para el público infantil; las críticas negativas la calificaron de poco imaginativa, con un villano convencional, y ningún parecido con la obra de Carroll más allá de los personajes prestados. Un crítico de The New York Times dijo, el mismo día del estreno, que los creadores de los Osos Amorosos "son mucho menos especiales de lo que se creen".



¡Uy lo que ha dicho!

En efecto, es decepcionante que la película transcurra en el País de las Maravillas, con personajes como el Gato de Cheshire, el Sombrerero o el Conejo Blanco, pero trate una historia bastante absurda sobre un brujo y una princesa que no tiene ninguna relación con los mundos de Alicia. Ya es bastante malo que el doblaje español, por algún motivo que se me pasa, haya optado por cambiar los nombres de algunos personajes suprimiendo su origen carrolliano (en el original, el Gato de los Deseos y el Dragón Farfullón sí se llaman Gato de Cheshire y Jabberwocky), pero es peor aún que dos de los personajes originales y exclusivos de esta película, el Brujo y la Princesa, ni siquiera tengan un nombre propio (y el Dragón, que es secundario, sí lo tenga). Los personajes del País de las Maravillas apenas hacen lo que se espera de ellos: el Conejo Blanco va un poco apresurado, y el Gato de los Deseos aparece y desaparece, pero la Oruga es un guardia de tráfico, la Reina de Corazones es un dechado de dulzura, y el Sombrerero... vive dentro de una cueva. Si el público infantil esperaba encontrarse una adaptación de los libros de Carroll, pero con los Osos Amorosos tomando el papel de Alicia, entiendo que recibieran la película con desconcierto y frialdad. 



Se observa, además, una progresiva decadencia del esfuerzo puesto tanto en la historia como en la animación. Cuando una flor-León intenta comerse a Quejoso, y al escupirlo resulta que tiene en la cabeza un sombrero que le hace comportarse como un almirante, uno piensa que el grupo irá encontrándose otros sombreros en otras situaciones igualmente estrambóticas. Pero la siguiente vez que vemos al grupo, el gorro de detective está simplemente colgado de una rama, y va a parar por casualidad en la cabeza de Venturoso, y su escena dura muy poco; y la siguiente vez en que aparece el grupo, Valentoso ya tiene puesto el casco de piloto espacial, que se quita casi inmediatamente. La idea de que vayan encontrando un rastro de sombreros que temporalmente les cambian la personalidad y los guían hasta el Sombrerero no es mala para nada, pero da la impresión de que se cansaron de ella nada más empezar. 


Más deficiente es aún el desarrollo del Brujo. No se entiende qué papel tiene en el País de las Maravillas: es el mago de la corte que conspira para hacerse con el poder, sí, y no puedo no mencionar el incuestionable parecido que tiene con Jafar, de la película de Disney de 1990 Aladdin. Pero, ¿en qué consiste su trabajo? ¿Qué misión cumple como empleado al servicio de la Reina? Es más, ¿qué poderes tiene? Las únicas veces que emplea magia son el momento en que rompe el espejo que comunica la habitación de Alicia con el País de las Maravillas, y la secuencia en que le muestra a Alicia el exterior del País de las Maravillas mientras están dentro del palacio. Todo lo que emplea para conseguir sus malvados fines son medios físicos, materiales y tecnológicos: sus esbirros, sus robots, el Dragón Farfullón, y hasta la constitución del País de las Maravillas. Es un Brujo que no tiene nombre, y aparentemente tampoco tiene poderes. Podría haber sido perfectamente el típico canciller o consejero real sin necesidad de llamarse "brujo". Y sus planes son bastante incoherentes: secuestra a Alicia, que va a presentarse ante la Reina, para llevarla él mismo ante la Reina. ¿Por qué rompe el espejo, y envía dos veces a sus esbirros a secuestrar a la niña, si su intención es simplemente abrirle la puerta del salón del trono para que vaya a ver a la Reina?


No puede ser casualidad.

No es el único sinsentido que encontramos en la película. El Conejo Blanco baja a la Tierra, a la Tierra, que ya había superado los cinco mil millones de habitantes en 1987, a buscar a su Princesa, en lugar de comenzar a buscarla en el País de las Maravillas, que parece mucho más pequeño (por no mencionar que los seres humanos constituyen una minoría frente a otras criaturas, y que la Princesa sería mucho más fácil de localizar). Pero, para cuando encuentra a Alicia, los osos amorosos ya están al corriente del plan de reemplazar a la Princesa, lo que da a entender que estaban buscando al mismo tiempo a la Princesa, y a alguien que pudiera ocupar su lugar, por si acaso. Además, cuando van todos al País de las Maravillas, resulta que nadie está buscando allí a la Princesa, a pesar de que hay todo un ejército de Soldados-Carta, y que la Reina sabe ya que es el Brujo quien la ha secuestrado. ¿Cómo se le ocurre, en vez de interrogar al Brujo o a sus estúpidos y manipulables esbirros, mandar al Conejo Blanco a la Tierra a buscar a su hija? Me recuerda a esa serie de videojuegos en que la princesa es también secuestrada, y el único que sale a rescatarla es el fontanero. 


Estos son los agujeros de guion más grandes, pero no son los únicos. Cuando el Brujo rompe el espejo del cuarto de Alicia, ¿por qué el grupo del Conejo Blanco ha de ir a buscar una madriguera que conecte con el País de las Maravillas, en vez de simplemente pasar por otro espejo? (Recordemos que, unas horas antes, el Conejo Blanco había comenzado a atravesar el espejo de mano de Quejoso, y luego había acabado de cruzar por otro espejo diferente). Si solo una auténtica princesa tiene la magia para hacer despertar las flores del Jardín Durmiente, ¿para qué sirve la primera parte de la prueba, que no implica magia, y cualquier persona puede superar? Si el Dragón Farfullón no es malvado, ¿por qué acepta retener como prisionera a la Princesa de su reino?



Aun con todos los despropósitos en las motivaciones y las acciones de los personajes, creo que lo que más perjudica a esta película es precisamente su protagonista, Alicia. Aunque no conozcamos su familia ni su entorno, en principio parece que las cosas no le van demasiado mal: vive en un bonito barrio de los suburbios, en una gran casa, y tiene una enorme habitación para ella sola en la que se ven un tocador, un espejo de cuerpo entero, un sillón, varios juguetes y revistas, y una fuente llena de galletas. Por lo menos desde fuera, no parece sufrir ningún problema físico de los que suelen acomplejar a niños y adolescentes: no está gorda ni flaca, no tiene acné ni orejas de soplillo, no lleva aparato dental ni gafas de culo de vaso. Y sin embargo, desde el momento en que se presenta a los espectadores, y hasta la mismísima despedida de la Princesa, no hace más que lamentarse y gimotear porque no es especial.  


¡Me siento bajo un árbol y me da sombra, como a todo el mundo!
¡No soy nada especial!

Tener inseguridades sobre uno mismo es inherente al ser humano, y no está mal que así se muestre a los niños con un lenguaje que puedan entender, pero que la infelicidad de la protagonista provenga de que no es una superheroína ni una princesa resulta ridículo. No demuestra falta de autoestima, sino narcisismo: está buscando admiración y alabanzas. Cada vez que se sienta, abatida, y se coge la cara con las manos, Alicia está esperando que alguien venga corriendo a decirle lo súper especial y maravillosa que es. Cuando se prueba los vestidos de gala de la Princesa, y todos prorrumpen en halagos por su belleza, ella insiste en que le están mintiendo para quedar bien, hasta que cede y admite modestamente que se merece los elogios. Si esta película se hubiera ambientado en la actualidad, Alicia sería la típica chica que publica en su red social algo como "llevo todo el día llorando, pero no quiero hablar de ello" o "sé que no le importo a nadie, me lo demuestran continuamente", y se queda mirando y refrescando la pantalla mientras llegan todos los mensajes preocupados de amigos desesperados por saber qué le ocurre. Acaba pareciendo que es esa obsesión por sentirse el centro de atención y recibir elogios, y no un verdadero deseo de ayudar, lo que le hace aceptar el papel de sustituta de la Princesa. 


Y aun así, con todos estos defectos, no me ha parecido una película tan mala como para haber fracasado como fracasó. Las escenas iniciales en Mucho Cariño, y las de la vida cotidiana que se vislumbra en el País de las Maravillas, son coloridas, divertidas y tiernas. El ritmo es movido sin ser frenético; las canciones (con los inevitables raps ochenteros, tres en total), aunque poco llamativas, no resultan tampoco molestas; el trabajo de voces originales y de doblaje al castellano es más que correcto (aunque ya he mencionado errores, omisiones y cambios innecesarios en la versión española, como hacer que Airoso sea de sexo masculino, cuando es una conejita en la versión original); y hay suficiente acción para que el público más joven no se aburra, pero también una historia que la sustente. Me he reído de algunos chistes y salidas de los personajes; como en un momento en que Quejoso, que ha salido disparado por el resorte de una ratonera, está gritando mientras vuela por los aires, pero en el momento en que pasa por delante de la jaula de la Princesa deja de gritar y la saluda con exquisita cortesía, para seguir gritando al caer en picado. También está la escena en que el Brujo ordena a sus lacayos, muy lentamente y con una sonrisa siniestra, que le traigan el Libro de las Maravillas. Dim y Dum exclaman: "¡No! ¡El Libro de las Maravillas, NO!", y el Brujo tiene que gritar su orden para que le obedezcan. Uno piensa que el libro contiene algún hechizo espantoso; después resulta que solo es enormemente grande y pesado, y Dim y Dum a duras penas pueden cargarlo entre los dos. Quiero decir que, aunque los personajes del País de las Maravillas no pinten nada, y podrían haber sido originales sin que cambiara la historia, la película en sí es simpática y competente, perfectamente adecuada al público para la que está pensada, y no me ha parecido peor que sus dos predecesoras. Como espectadora adulta, veo sus defectos, pero reconozco que no son la clase de errores que impiden que un niño pequeño disfrute de una película, y que la actitud fatua y egocéntrica de Alicia es lo único que me parece un mal ejemplo para un público infantil. 


Como una curiosidad final, la secuencia en la que el Brujo revela sus propósitos a Alicia incluye una imagen de su rostro distorsionado de un modo terrorífico. Pasa muy rápidamente, en un visto y no visto, pero, por lo que he leído, algunos niños que tuvieron la desgracia de fijarse en ese mismo momento rompieron a llorar en el cine. 


No será para taAAAAAAAH!

No tan terrible, pero sí más curioso, es que toda la canción del Brujo, "Cuando sea el rey del País de las Maravillas", tanto en la melodía como en la animación, recuerda de un modo más que notable a la "Canción de la galaxia" de la película de Monty Phyton El sentido de la vida. Dejo enlaces a ambos números musicales para que el lector saque sus propias conclusiones. 


"Reeeeeeeeeecuerda que te encuentras
en un planeta que gira...".

Como ya he mencionado, esta película nunca ha llegado a editarse en DVD en los Estados Unidos ni Canadá, pero sí se publicó en su idioma original en Australia y el Reino Unido. Además de los doblajes en España y Méjico, también ha recibido doblajes y ediciones en francés, alemán, portugués, sueco, polaco y catalán. 


Edición portuguesa por Filmes LNK.



Edición australiana por MRA Entertainment Group.


Edición francesa por UFG Junior.


Edición alemana por Screen Entertainment.


La versión en DVD en español de España se puede encontrar con relativa facilidad en tiendas y mercadillos de segunda mano, y también se puede ver por canales de vídeo en Internet.


Fuentes:

Care Bears in Wonderland, reseña del Crítico de la Nostalgia en YouTube.


CARYN, James. "Film: 'Care Bears' Adventure'", The New York Times, 7 de agosto de 1987.


Los osos amorosos en el País de las Maravillas, en YouTube. Español de España. Esta subida corta las dos canciones de los créditos iniciales y finales.

The Care Bears Adventure in Wonderland en YouTube, película completa.

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